DOMINGO
IX DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo C
Domingo
29 de mayo 2016
CON UNA
PALABRA TUYA
La
oración de Salomón al momento de la dedicación del templo reserva un lugar para
los extranjeros. En el templo del Dios de Israel tiene que haber cabida para
las gentes de buena voluntad de cualquier pueblo y nación: "también al
extranjero que venga a rezar en este templo, escúchalo tú desde el cielo... haz
lo que te pida". La suplica de Salomón no siempre fue cumplida, porque la
historia de Israel estuvo marcada por periodos de cerrazón y de cierta apertura
a los extranjeros. Sin embargo, en el proceder del Señor Jesús sí advertimos un
trato incluyente y generoso con los extranjeros. El capitán romano no fue
desdeñado por causa de su origen y aunque ejercía cierta función de patronazgo
con la gente de Cafarnaúm, puesto que les había apoyado en la construcción de
la sinagoga, Jesús se decidió a atenderlo para hacerlo partícipe de la bondad
del Padre y en manera alguna lo hizo para reproducir la dinámica de la retribución
como le aconsejaban los habitantes de Cafarnaúm.
ANTÍFONA
DE ENTRADA Sal 24, 16. 18
Mírame,
Señor, y ten piedad de mí, que estoy solo y afligido. Ve mi pequeñez y mis
trabajos, y perdona todos mis pecados, Dios mío.
GLORIA
Gloria
a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa
gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos
gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único,
Jesucristo.
Señor
Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten
piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque
sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el
Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN
COLECTA
Señor
Dios, cuya providencia no se equivoca en sus designios, te rogamos humildemente
que apartes de nosotros todo lo que pueda causarnos algún daño y nos concedas
lo que pueda sernos de provecho. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA
DE LA PALABRA
PRIMERA
LECTURA
Cuando
los extranjeros oran al Señor, él los escucha.
Del
primer libro de los Reyes: 8, 41-43
En el
templo que había construido en Jerusalén, Salomón elevó a Dios esta plegaria:
"Los extranjeros oirán hablar de tu gran nombre, de la fuerza de tu mano y
de tu brazo protector. Cuando uno de ellos, no israelita, atraído por la fama
de tu nombre, venga de un país distante para orar, escúchalo tú desde el cielo,
tu morada, y concédele todo lo que él te pida. Así te conocerán y temerán todos
los pueblos de la tierra, lo mismo que tu pueblo, Israel, y sabrán que este
templo que he construido, está dedicado a tu nombre".
Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO
RESPONSORIAL
Del
salmo 116, 1.2
R/. Que
aclamen al Señor todos los pueblos.
Que
alaben al Señor todas las naciones, que lo aclamen todos los pueblos. R/.
Porque
grande es su amor hacia nosotros y su fidelidad dura por siempre. R/.
SEGUNDA
LECTURA
El que
busca agradar a los hombres, no es servidor de Cristo.
De la
carta del apóstol san Pablo a los gálatas: 1, 1-2. 6-10
Yo,
Pablo, apóstol no enviado por hombres ni por intermediarios humanos, sino por
Cristo Jesús y por Dios Padre, que lo resucitó de entre los muertos, y todos
los hermanos que están conmigo dirigimos esta carta a las comunidades
cristianas de Galacia.
Me
extraña mucho que tan fácilmente hayan abandonado ustedes a Dios Padre, quien
los llamó a vivir en la gracia de Cristo y que sigan otro Evangelio. No es que
exista otro Evangelio; lo que pasa es que hay algunos que los perturban a
ustedes, tratando de cambiar el Evangelio de Cristo.
Pero,
sépanlo bien: si alguien, yo mismo o un ángel enviado del cielo, les predicara
un Evangelio distinto del que les hemos predicado, que sea maldito. Se lo acabo
de decir, pero se lo repito: Si alguno les predica un Evangelio distinto del
que ustedes han recibido, que sea maldito.
¿A
quién creen que trato de agradar con lo que acabo de decir? ¿A Dios o a los
hombres? ¿Acaso es ésta la manera de congraciarse con los hombres? Si estuviera
buscando agradarles a ustedes no sería servidor de Cristo. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Jn 3, 16
R/.
Aleluya, aleluya.
Tanto
amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en
él tenga vida eterna. R/.
EVANGELIO
Ni en
Israel he hallado una fe tan grande.
Del
santo Evangelio según san Lucas: 7, 1-10
En
aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar a la gente, entró en Cafarnaúm.
Había allí un oficial romano, que tenía enfermo y a punto de morir a un criado
muy querido. Cuando le dijeron que Jesús estaba en la ciudad, le envió a
algunos de los ancianos de los judíos para rogarle que viniera a curar a su
criado. Ellos, al acercarse a Jesús, le rogaban encarecidamente, diciendo:
"Merece que le concedas ese favor, pues quiere a nuestro pueblo y hasta
nos ha construido una sinagoga". Jesús se puso en marcha con ellos.
Cuando
ya estaba cerca de la casa, el oficial romano envió unos amigos a decirle:
"Señor, no te molestes, porque yo no soy digno de que tú entres en mi
casa; por eso ni siquiera me atreví a ir personalmente a verte. Basta con que
digas una sola palabra y mi criado quedará sano. Porque yo, aunque soy un
subalterno, tengo soldados bajo mis órdenes y le digo a uno: '¡ve!, y va; a
otro: ¡Ven!', y viene; y a mi criado: ¡Haz esto!', y lo hace".
Al oír
esto, Jesús quedó lleno de admiración, y volviéndose hacia la gente que lo
seguía, dijo: "Yo les aseguro que ni en Israel he hallado una fe tan
grande". Los enviados regresaron a la casa y encontraron al criado
perfectamente sano. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN
DE FE
CREDO
NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en
un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo
visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios
nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios
verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del
Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra
salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la
Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de
Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las
Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo
vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo
en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por
los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso
que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección
de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA
UNIVERSAL
Oremos
hermanos a Jesucristo, el Señor, y pidámosle que, recordando su promesa,
escuche la oración de este pueblo reunido en su nombre.
Después
de cada petición diremos: R/. Escúchanos, Padre y aumenta nuestra fe.
Para
que el Señor se acuerde del santo Padre, el Papa Francisco, de todos los
obispos que predican la Palabra de Dios, de los presbíteros y diáconos y de
todos los que en el mundo aman a Jesucristo, roguemos al Señor. R/.
Para
que el Señor se acuerde de los responsables de las naciones, los asista en su
misión, haga desaparecer los proyectos de quienes buscan la guerra y dé
fortaleza a quienes trabajan por la paz y el bien común. Roguemos al Señor.
R/.
Para
que el Señor se acuerde de los ancianos y minusválidos, de los enfermos, de los
que sufren y de los necesitados que esperen su ayuda; para que no se olvide de
los presos, de los desterrados y de los que son perseguidos por su nombre,
roguemos al Señor. R/.
Para
que el Señor, en su infinita misericordia se acuerde de todos nosotros, nos
conceda un tiempo favorable y cosechas abundantes, nos otorgue el trabajo que
necesitamos, abra su mano y nos sacie con sus bienes, ya que los ojos de todos
están fijos en él, roguemos al Señor. R/.
Dios
todopoderoso y eterno, que en tu palabra has manifestado el poder y la fuerza
que nos salva, escucha nuestras oraciones, haz que tu palabra se anuncie en
todas las lenguas y en todas las culturas, que todos los hombres la acojan y
que en ella encuentren su salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Llenos
de confianza en tu bondad, acudimos, Señor, ante tu santo altar trayéndote
nuestros dones, a fin de que, purificados por tu gracias, quedemos limpios por
los mismos misterios que celebramos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El
Misterio Pascual y el Pueblo de Dios
En
verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación darte
gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, por su Misterio
Pascual, realizó la obra maravillosa de llamamos de la esclavitud del pecado y
de la muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real, nación
consagrada, pueblo de tu propiedad, para que, trasladados por ti de las
tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas. Por eso
con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos
sin cesar el himno de tu gloria:
Santo,
Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos
están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna
en el cielo.
Bendito
el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN Sal 16, 6
Te
invoco, Dios mío, porque tú me respondes; inclina tu oído y escucha mis
palabras.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dirige,
señor, con tu Espíritu, a quienes nutres con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo,
para que, dando testimonio de ti, no sólo de palabra, sino con las obras y de
verdad, merezcamos entrar en el reino de los cielos. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
UNA
REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Los recientes conflictos en Siria, Irak, y
otros países africanos han puesto sobre la mesa el problema de los refugiados y
la urgencia de vivir la compasión y la solidaridad de manera más decidida y
generosa. Más allá de las diferencias culturales, económicas y religiosas que
separan a personas y culturas, seguimos reconociendo que todos formamos parte
de una sola familia común. La capacidad de reaccionar eficaz y cálidamente con
las personas que viven situaciones de emergencia es uno de los distintivos de
lo que podemos llamar humanidad. Por más que las ideologías supremacistas y la
globalización de la indiferencia nos empujen a cruzarnos de brazos, no podemos
hacerlo. El mensaje de compasión incluyente que Jesús muestra al capitán romano
y la confiada apertura con la cual éste se dirige a Jesús, nos animan a seguir
abriendo nuestro corazón a los necesitados de cualquier condición.