sábado, 28 de mayo de 2016

DOMINGO IX DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo C Domingo 29 de mayo 2016



DOMINGO IX DEL TIEMPO ORDINARIO  Ciclo C

Domingo 29 de mayo 2016


CON UNA PALABRA TUYA

La oración de Salomón al momento de la dedicación del templo reserva un lugar para los extranjeros. En el templo del Dios de Israel tiene que haber cabida para las gentes de buena voluntad de cualquier pueblo y nación: "también al extranjero que venga a rezar en este templo, escúchalo tú desde el cielo... haz lo que te pida". La suplica de Salomón no siempre fue cumplida, porque la historia de Israel estuvo marcada por periodos de cerrazón y de cierta apertura a los extranjeros. Sin embargo, en el proceder del Señor Jesús sí advertimos un trato incluyente y generoso con los extranjeros. El capitán romano no fue desdeñado por causa de su origen y aunque ejercía cierta función de patronazgo con la gente de Cafarnaúm, puesto que les había apoyado en la construcción de la sinagoga, Jesús se decidió a atenderlo para hacerlo partícipe de la bondad del Padre y en manera alguna lo hizo para reproducir la dinámica de la retribución como le aconsejaban los habitantes de Cafarnaúm.


ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 24, 16. 18

Mírame, Señor, y ten piedad de mí, que estoy solo y afligido. Ve mi pequeñez y mis trabajos, y perdona todos mis pecados, Dios mío.


GLORIA

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.


ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, cuya providencia no se equivoca en sus designios, te rogamos humildemente que apartes de nosotros todo lo que pueda causarnos algún daño y nos concedas lo que pueda sernos de provecho. Por nuestro Señor Jesucristo...


LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Cuando los extranjeros oran al Señor, él los escucha.

Del primer libro de los Reyes: 8, 41-43

En el templo que había construido en Jerusalén, Salomón elevó a Dios esta plegaria: "Los extranjeros oirán hablar de tu gran nombre, de la fuerza de tu mano y de tu brazo protector. Cuando uno de ellos, no israelita, atraído por la fama de tu nombre, venga de un país distante para orar, escúchalo tú desde el cielo, tu morada, y concédele todo lo que él te pida. Así te conocerán y temerán todos los pueblos de la tierra, lo mismo que tu pueblo, Israel, y sabrán que este templo que he construido, está dedicado a tu nombre".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 116, 1.2

R/. Que aclamen al Señor todos los pueblos.

Que alaben al Señor todas las naciones, que lo aclamen todos los pueblos. R/.
Porque grande es su amor hacia nosotros y su fidelidad dura por siempre. R/.


SEGUNDA LECTURA

El que busca agradar a los hombres, no es servidor de Cristo.

De la carta del apóstol san Pablo a los gálatas: 1, 1-2. 6-10

Yo, Pablo, apóstol no enviado por hombres ni por intermediarios humanos, sino por Cristo Jesús y por Dios Padre, que lo resucitó de entre los muertos, y todos los hermanos que están conmigo dirigimos esta carta a las comunidades cristianas de Galacia.
Me extraña mucho que tan fácilmente hayan abandonado ustedes a Dios Padre, quien los llamó a vivir en la gracia de Cristo y que sigan otro Evangelio. No es que exista otro Evangelio; lo que pasa es que hay algunos que los perturban a ustedes, tratando de cambiar el Evangelio de Cristo.
Pero, sépanlo bien: si alguien, yo mismo o un ángel enviado del cielo, les predicara un Evangelio distinto del que les hemos predicado, que sea maldito. Se lo acabo de decir, pero se lo repito: Si alguno les predica un Evangelio distinto del que ustedes han recibido, que sea maldito.
¿A quién creen que trato de agradar con lo que acabo de decir? ¿A Dios o a los hombres? ¿Acaso es ésta la manera de congraciarse con los hombres? Si estuviera buscando agradarles a ustedes no sería servidor de Cristo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 3, 16
R/. Aleluya, aleluya.

Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él tenga vida eterna. R/.


EVANGELIO

Ni en Israel he hallado una fe tan grande.

Del santo Evangelio según san Lucas: 7, 1-10

En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar a la gente, entró en Cafarnaúm. Había allí un oficial romano, que tenía enfermo y a punto de morir a un criado muy querido. Cuando le dijeron que Jesús estaba en la ciudad, le envió a algunos de los ancianos de los judíos para rogarle que viniera a curar a su criado. Ellos, al acercarse a Jesús, le rogaban encarecidamente, diciendo: "Merece que le concedas ese favor, pues quiere a nuestro pueblo y hasta nos ha construido una sinagoga". Jesús se puso en marcha con ellos.
Cuando ya estaba cerca de la casa, el oficial romano envió unos amigos a decirle: "Señor, no te molestes, porque yo no soy digno de que tú entres en mi casa; por eso ni siquiera me atreví a ir personalmente a verte. Basta con que digas una sola palabra y mi criado quedará sano. Porque yo, aunque soy un subalterno, tengo soldados bajo mis órdenes y le digo a uno: '¡ve!, y va; a otro: ¡Ven!', y viene; y a mi criado: ¡Haz esto!', y lo hace".
Al oír esto, Jesús quedó lleno de admiración, y volviéndose hacia la gente que lo seguía, dijo: "Yo les aseguro que ni en Israel he hallado una fe tan grande". Los enviados regresaron a la casa y encontraron al criado perfectamente sano. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


PROFESIÓN DE FE

CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO

Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.


PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos hermanos a Jesucristo, el Señor, y pidámosle que, recordando su promesa, escuche la oración de este pueblo reunido en su nombre.
Después de cada petición diremos: R/. Escúchanos, Padre y aumenta nuestra fe.

Para que el Señor se acuerde del santo Padre, el Papa Francisco, de todos los obispos que predican la Palabra de Dios, de los presbíteros y diáconos y de todos los que en el mundo aman a Jesucristo, roguemos al Señor. R/.

Para que el Señor se acuerde de los responsables de las naciones, los asista en su misión, haga desaparecer los proyectos de quienes buscan la guerra y dé fortaleza a quienes trabajan por la paz y el bien común. Roguemos al Señor. R/.

Para que el Señor se acuerde de los ancianos y minusválidos, de los enfermos, de los que sufren y de los necesitados que esperen su ayuda; para que no se olvide de los presos, de los desterrados y de los que son perseguidos por su nombre, roguemos al Señor. R/.

Para que el Señor, en su infinita misericordia se acuerde de todos nosotros, nos conceda un tiempo favorable y cosechas abundantes, nos otorgue el trabajo que necesitamos, abra su mano y nos sacie con sus bienes, ya que los ojos de todos están fijos en él, roguemos al Señor. R/.

Dios todopoderoso y eterno, que en tu palabra has manifestado el poder y la fuerza que nos salva, escucha nuestras oraciones, haz que tu palabra se anuncie en todas las lenguas y en todas las culturas, que todos los hombres la acojan y que en ella encuentren su salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Llenos de confianza en tu bondad, acudimos, Señor, ante tu santo altar trayéndote nuestros dones, a fin de que, purificados por tu gracias, quedemos limpios por los mismos misterios que celebramos. Por Jesucristo, nuestro Señor.


PREFACIO

El Misterio Pascual y el Pueblo de Dios

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, por su Misterio Pascual, realizó la obra maravillosa de llamamos de la esclavitud del pecado y de la muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo de tu propiedad, para que, trasladados por ti de las tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas. Por eso con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 16, 6

Te invoco, Dios mío, porque tú me respondes; inclina tu oído y escucha mis palabras.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dirige, señor, con tu Espíritu, a quienes nutres con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, para que, dando testimonio de ti, no sólo de palabra, sino con las obras y de verdad, merezcamos entrar en el reino de los cielos. Por Jesucristo, nuestro Señor.



UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Los recientes conflictos en Siria, Irak, y otros países africanos han puesto sobre la mesa el problema de los refugiados y la urgencia de vivir la compasión y la solidaridad de manera más decidida y generosa. Más allá de las diferencias culturales, económicas y religiosas que separan a personas y culturas, seguimos reconociendo que todos formamos parte de una sola familia común. La capacidad de reaccionar eficaz y cálidamente con las personas que viven situaciones de emergencia es uno de los distintivos de lo que podemos llamar humanidad. Por más que las ideologías supremacistas y la globalización de la indiferencia nos empujen a cruzarnos de brazos, no podemos hacerlo. El mensaje de compasión incluyente que Jesús muestra al capitán romano y la confiada apertura con la cual éste se dirige a Jesús, nos animan a seguir abriendo nuestro corazón a los necesitados de cualquier condición.

miércoles, 25 de mayo de 2016

Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, Solemnidad



Solemnidad,
Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo

 Jueves*, después de la Solemnidad Santísima Trinidad
*(Donde esta solemnidad no es precepto, se celebra el domingo después de la Solemnidad de la Santísima Trinidad)


«Mi carne es verdadera comida,
y mi Sangre verdadera bebida;
el que come mi Carne, y bebe mi Sangre,
en Mí mora, y Yo en él.» 
(Jn 6, 56-57)

Esta fiesta se comenzó a celebrar en Lieja en 1246, siendo extendida a toda la Iglesia occidental por el Papa Urbano IV en 1264, teniendo como finalidad proclamar la fe en la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía. Presencia permanente y substancial más allá de la celebración de la Misa y que es digna de ser adorada en la exposición solemne y en las procesiones con el Santísimo Sacramento que entonces comenzaron a celebrarse y que han llegado a ser verdaderos monumentos de la piedad católica. Ocurre, como en la solemnidad de la Trinidad, que lo que se celebra todos los días tiene una ocasión exclusiva para profundizar en lo que se hace con otros motivos. Este es el día de la eucaristía en sí misma, ocasión para creer y adorar, pero también para conocer mejor la riqueza de este misterio a partir de las oraciones y de los textos bíblicos asignados en los tres ciclos de las lecturas.

 El Espíritu Santo después del dogma de la Trinidad nos recuerda el de la Encarnación, haciéndonos festejar con la Iglesia al Sacramento por excelencia, que, sintetizando la vida toda del Salvador, tributa a Dios gloria infinita, y aplica a las almas, en todos los tiempos, los frutos  extraordinarios de la Redención.  Si Jesucristo en la cruz nos salvó, al instituir la Eucaristía la víspera de su muerte, quiso en ella dejarnos un vivo recuerdo de la Pasión. El altar viene siendo como la prolongación del Calvario, y la misa anuncia la muerte del Señor. Porque en efecto, allí está Jesús como una víctima, pues las palabras de la doble consagración nos dicen que primero se convierte el pan en Cuerpo de Cristo, y luego el vino en Su Sangre, de manera que, ofrece a su Padre, en unión con sus sacerdotes, la sangre vertida y el cuerpo clavado en la Cruz.

 La Hostia santa se convierte en «trigo que nutre nuestras almas». Como Cristo al ser hecho Hijo de recibió la vida eterna del Padre, los cristianos participan de Su eterna vida uniéndose a Jesús en el Sacramento, que es el símbolo más sublime, real y concreto de la unidad con la Víctima del Calvario.

 Esta posesión anticipada de la vida divina acá en la tierra por medio de la Eucaristía, es prenda y comienzo de aquella otra de que plenamente disfrutaremos en el Cielo, porque «el Pan mismo de los ángeles, que ahora comemos bajo los sagrados velos, lo conmemoraremos después en el Cielo ya sin velos» (Concilio de Trento).

 Veamos en la Santa Misa el centro de todo culto de la Iglesia a la Eucaristía, y en la Comunión el medio establecido por Jesús mismo, para que con mayor plenitud participemos de ese divino Sacrificio; y así, nuestra devoción al Cuerpo y Sangre del Salvador nos alcanzará los frutos perennes de su Redención.


https://www.ewtn.com/spanish/Tiempos%20Lit%C3%BArgicos/Solemnidades/corpus_christi.htm

martes, 17 de mayo de 2016

LA SANTÍSIMA TRINIDAD Domingo 22 de mayo 2016



LA SANTÍSIMA TRINIDAD

Domingo 22 de mayo 2016


EL INTÉRPRETE DE JESÚS

El elogio de la sensatez está redactado en tono autobiográfico y en clave testimonial. La sabiduría alega haber sido establecida y formada por Dios mismo antes de que creara el mundo. Más aún, ninguna de las grandes obras de la creación fue concluida — desde el océano hasta la bóveda celeste, la tierra y el mar— sin la asistencia solidaria de la Sabiduría. En tanto auxiliar cercano del Creador y mediadora cercana de su revelación, puede aleccionarnos en el descubrimiento de la voluntad del Padre. La revelación evangélica nos despejará la incógnita sobre la identidad de la sabiduría creadora y el espíritu revelador, cuando Jesús nos presente al Espíritu de la verdad, que irá completando y descifrando todas las implicaciones y consecuencias del Evangelio del Señor Jesús.


ANTÍFONA DE ENTRADA

Bendito sea Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, porque ha tenido misericordia con nosotros.


GLORIA

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.


ORACIÓN COLECTA

Dios Padre, que al enviar al mundo la Palabra de verdad y el Espíritu santificador, revelaste a todos los hombres tu misterio admirable, concédenos que, profesando la fe verdadera, reconozcamos la gloria de la eterna Trinidad y adoremos la Unidad de su majestad omnipotente. Por nuestro Señor Jesucristo...


LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Antes de que existiera la tierra, la sabiduría ya había sido engendrada.

Del libro de los Proverbios: 8, 22-31

Esto dice la sabiduría de Dios: "El Señor me poseía desde el principio, antes que sus obras más antiguas.

Quedé establecida desde la eternidad, desde el principio, antes de que la tierra existiera. Antes de que existieran los abismos y antes de que brotaran los manantiales de las aguas, fui concebida.
Antes de que las montañas y las colinas quedaran asentadas, nací yo. Cuando aún no había hecho el Señor la tierra ni los campos ni el primer polvo del universo, cuando él afianzaba los cielos, ahí estaba yo. Cuando ceñía con el horizonte la faz del abismo, cuando colgaba las nubes en lo alto, cuando hacía brotar las fuentes del océano, cuando fijó al mar sus límites y mandó a las aguas que no los traspasaran, cuando establecía los cimientos de la tierra, yo estaba junto a él como arquitecto de sus obras, yo era su encanto cotidiano; todo el tiempo me recreaba en su presencia, jugando con el orbe de la tierra y mis delicias eran estar con los hijos de los hombres".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 8, 4-5.6-7.8-9

R/. ¡Qué admirable, Señor, es tu poder!

Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos, la luna y las estrellas, que has creado, me pregunto: ¿Qué es el hombre para que de él te acuerdes, ese pobre ser humano, para que de él te preocupes? R/.

Sin embargo, lo hiciste un poquito inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad; le diste el mando sobre las obras de tus manos y todo lo sometiste bajo sus pies. R/.

Pusiste a su servicio los rebaños y las manadas, todos los animales salvajes, las aves del cielo y los peces del mar, que recorren los caminos de las aguas. R/.


SEGUNDA LECTURA

Vayamos a Dios por Cristo mediante el amor que nos ha infundido el Espíritu Santo.

De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 5, 1-5

Hermanos: Ya que hemos sido justificados por la fe, mantengámonos en paz con Dios, por mediación de nuestro Señor Jesucristo. Por él hemos obtenido, con la fe, la entrada al mundo de la gracia, en el cual nos encontramos; por él, podemos gloriamos de tener la esperanza de participar en la gloria de Dios.
Más aún, nos gloriamos hasta de los sufrimientos, pues sabemos que el sufrimiento engendra la paciencia, la paciencia engendra la virtud sólida, la virtud sólida engendra la esperanza, y la esperanza no defrauda, porque Dios ha infundido su amor en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo, que él mismo nos ha dado.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Ap 1, 8
R/. Aleluya, aleluya.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Al Dios que es, que era y que vendrá.
R/.


EVANGELIO

Todo lo que tiene el Padre es mío. - El Espíritu recibirá de mí lo que les vaya comunicando a ustedes.

Del santo Evangelio según san Juan: 16, 12-15

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Aún tengo muchas cosas que decirles, pero todavía no las pueden comprender. Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los irá guiando hasta la verdad plena, porque no hablará por su cuenta, sino que dirá lo que haya oído y les anunciará las cosas que van a suceder.
Él me glorificará, porque primero recibirá de mí lo que les vaya comunicando.
Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho que tomará de lo mío y se lo comunicará a ustedes".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


PROFESIÓN DE FE

CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO

Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.


PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos, hermanos, a Dios, Padre entrañable, que por Jesucristo nos ha revelado su amor y que escucha complacido los gemidos inefables con que el Espíritu intercede por nosotros respondiendo: Santísima Trinidad, escúchanos. (R/. Santísima Trinidad, escúchanos.)

Para que Dios Padre, Creador todopoderoso del Universo, lleve el mundo a su plenitud y haga nacer aquel cielo nuevo y aquella tierra nueva que nos ha prometido, en la que la humanidad entera encontrará la felicidad y podrá contemplar su rostro glorioso, roguemos al Señor. R/.

Para que el Hijo Unigénito de Dios, que se hizo hombre para desposarse con la Iglesia, infunda en ella un amor semejante al suyo, como corresponde a su condición de esposa amada, roguemos al Señor. R/.

Para que el Espíritu del Señor, que enriquece al mundo con sus dones, sea padre para los pobres, consuelo para los tristes, salud para los enfermos y fuerza para los decaídos, roguemos al Señor. R/.

Para que los que conocemos el misterio de la vida íntima de Dios, uno en tres Personas, tengamos celo para anunciarlo a quienes lo desconocen, a fin de que también ellos encuentren gozo y descanso en Dios, que se nos ha revelado como Padre, Hijo y Espíritu Santo, roguemos al Señor. R/.

Que te glorifique, Dios nuestro, tu iglesia, al contemplar el misterio de tu sabiduría con la que has creado y configurado el mundo; tú que, por medio de Jesucristo, nos has justificado y en tu Espíritu Santo nos has santificado, escucha la oración de tu pueblo y haz que alcancemos el conocimiento de la verdad plena y te adoremos a ti, que eres amor, verdad y vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Por la invocación de tu nombre, santifica, Señor, estos dones que te presentamos y transfórmanos por ellos en una continua oblación a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.


PREFACIO

El misterio de la Santísima Trinidad.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Que con tu Hijo único y el Espíritu Santo, eres un solo Dios, un solo Señor, no en la singularidad de una sola persona, sino en la trinidad de una sola sustancia. Y lo que creemos de tu gloria, porque tú lo revelaste, eso mismo lo afirmamos de tu Hijo y también del Espíritu Santo, sin diferencia ni distinción. De modo que al proclamar nuestra fe en la verdadera y eterna divinidad, adoramos a tres personas distintas, en la unidad de un solo ser e iguales en su majestad. A quien alaban los ángeles y los arcángeles, y todos los coros celestiales, que no cesan de aclamarte con una sola voz: Santo, Santo, Santo...


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Ga 4, 6

Porque ustedes son hijos de Dios, Dios infundió en sus corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: Abbá, Padre.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Que la recepción de este sacramento y nuestra profesión de fe en la Trinidad santa y eterna, y en su Unidad indivisible, nos aprovechen, Señor, Dios nuestro, para la salvación de cuerpo y alma. Por Jesucristo, nuestro Señor.



UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.-La sociedad contemporánea ha quedado marcada por cierta visión relativista que pone bajo cuestión toda certeza y toda convicción. Pareciera que todo lo que era sólido se ha vuelto líquido y que todo la que parecía pleno se hubiera tornado vacío. Para no sucumbir en esta hora confusa y no perdernos en el laberinto de propuestas y contrapropuestas, para no secundar las tendencias de la opinión dominante y terminar desfigurando la identidad del Evangelio, necesitamos estar atentos al soplo fecundo del Espíritu. La iglesia vive su camino de fidelidad a Jesús a través de encuentros sinodales donde se quiere responder al desafío de la palabra revelada y al desafío de la palabra acontecida. Quien sepa releer el mensaje de Jesús en sintonía con los llamados que el Espíritu susurra en la historia, sabrá vivir como discípulo del Señor.

martes, 10 de mayo de 2016

DOMINGO DE PENTECOSTÉS Domingo 15 Mayo 2016



DOMINGO DE PENTECOSTÉS

Domingo 15 Mayo 2016


EL ABOGADO DEL PADRE

Es el Espíritu de la verdad, como tal vive al servicio de la verdad, es decir, de la oferta de vida plena que el Señor Jesús nos ofrece en nombre del Padre. Demasiadas historias torcidas hemos conocido y tal vez padecido a manos de abogados que no merecen tal nombre. Sin embargo, el Espíritu Santo no se asemeja a quienes viven al servicio de intereses económicos y venden la justicia al mejor postor. El Espíritu del Resucitado no es un simple complaciente con quienes lo invocamos, sino que va mostrando aprobación o rechazo, según que exista o no conformidad con el designio del Padre celestial. La muerte y resurrección de Jesús se convirtió en la piedra decisiva en la vida del Israel en el primer siglo, de modo que unos cimentaron su existencia en tan grande oferta de vida y otros, quisieron negarla con infundios y argumentaciones sesgadas.


MISA DEL DÍA


ANTÍFONA DE ENTRADA  Rom 5, 5; cfr. 8, 11

El amor de Dios ha sido infundido en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que habita en nosotros. Aleluya.


GLORIA

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.


 ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que por el misterio de la festividad que hoy celebramos santificas a tu Iglesia, extendida por todas las naciones, concede al mundo entero los dones del Espíritu Santo y continúa obrando en el corazón de tus fieles las maravillas que te dignaste realizar en los comienzos de la predicación evangélica. Por nuestro Señor Jesucristo...


LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y empezaron a hablar.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 2, 1-11

El día de Pentecostés, todos los discípulos estaban reunidos en un mismo lugar. De repente se oyó un gran ruido que venía del cielo, como cuando sopla un viento fuerte, que resonó por toda la casa donde se encontraban. Entonces aparecieron lenguas de fuego, que se distribuyeron y se posaron sobre ellos; se llenaron todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en otros idiomas, según el Espíritu los inducía a expresarse.
En esos días había en Jerusalén judíos devotos, venidos de todas partes del mundo. Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma.
Atónitos y llenos de admiración, preguntaban: "¿No son galileos todos estos que están hablando? ¿Cómo, pues, los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay medos, partos y elamitas; otros vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia y en Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene. Algunos somos visitantes, venidos de Roma, judíos y prosélitos; también hay cretenses y árabes. Y sin embargo, cada quien los oye hablar de las maravillas de Dios en su propia lengua".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 103,1 ab. 24ac. 29bc. 30.31. 34

R/. Envía, Señor, tu Espíritu a renovar la tierra. Aleluya.

Bendice al Señor, alma mía; Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza. ¡Qué numerosas son tus obras, Señor! La tierra llena está de tus creaturas. R/.

Si retiras tu aliento, toda creatura muere y vuelve al polvo; pero envías tu espíritu, que da vida, y renuevas el aspecto de la tierra. R/.

Que Dios sea glorificado para siempre y se goce en sus creaturas. Ojalá que le agraden mis palabras y yo me alegraré en el Señor. R/.


SEGUNDA LECTURA**

Los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios.

De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 8, 8-17

Hermanos: Los que viven en forma desordenada y egoísta no pueden agradar a Dios. Pero ustedes no llevan esa clase de vida, sino una vida conforme al Espíritu, puesto que el Espíritu de Dios habita verdaderamente en ustedes. Quien no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. En cambio, si Cristo vive en ustedes, aunque su cuerpo siga sujeto a la muerte a causa del pecado, su espíritu vive a causa de la actividad salvadora de Dios. Si el Espíritu del Padre, que resucitó a Jesús de entre los muertos, habita en ustedes, entonces el Padre, que resucitó a Jesús de entre los muertos, también les dará vida a sus cuerpos mortales, por obra de su Espíritu, que habita en ustedes.
Por lo tanto, hermanos, no estamos sujetos al desorden egoísta del hombre, para hacer de ese desorden nuestra regla de conducta. Pues si ustedes viven de ese modo, ciertamente serán destruidos. Por el contrario, si con la ayuda del Espíritu destruyen sus malas acciones, entonces vivirán.
Los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios, esos son hijos de Dios. No han recibido ustedes un espíritu de esclavos, que los haga temer de nuevo, sino un espíritu de hijos, en virtud del cual podemos llamar Padre e Dios.
El mismo Espíritu Santo, a una con nuestro propio espíritu, da testimonio de que somos hijos de Dios.
Y si somos hijos, somos también herederos de Dios y coherederos con Cristo, puesto que sufrimos con él para ser glorificados junto con él.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SECUENCIA

Ven, Dios Espíritu Santo,
y envíanos desde el cielo
tu luz, para iluminamos.

Ven ya, padre de los pobres,
luz que penetra en las almas,
dador de todos los dones.

Fuente de todo consuelo,
amable huésped del alma,
paz en las horas de duelo.

Eres pausa en el trabajo,
brisa, en un clima de fuego,
consuelo, en medio del llanto.

Ven, luz santificadora,
y entra hasta el fondo del alma
de todos los que te adoran.

Sin tu inspiración divina
los hombres nada podemos
y el pecado nos domina.

Lava nuestras inmundicias,
fecunda nuestros desiertos
y cura nuestras heridas.

Doblega nuestra soberbia,
calienta nuestra frialdad,
endereza nuestras sendas.

Concede a aquellos que ponen
en ti su fe y su confianza
tus siete sagrados dones.

Danos virtudes y méritos,
danos una buena muerte
y contigo el gozo eterno.


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO

R/. Aleluya, aleluya.

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. R/.


EVANGELIO

El Espíritu Santo les enseñará todas las cosas.

Del santo Evangelio según san Juan: 14, 15-16. 23-26

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Si me aman, cumplirán mis mandamientos; yo le rogaré al Padre y él les enviará otro Consolador que esté siempre con ustedes, el Espíritu de verdad.
El que me ama, cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos en él nuestra morada. El que no me ama, no cumplirá mis palabras. Y la palabra que están oyendo no es mía, sino del Padre, que me envió.
Les he hablado de esto ahora que estoy con ustedes; pero el Consolador, el Espíritu Santo que mi Padre les enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará toda cuanto yo les he dicho".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


PROFESIÓN DE FE

CREDO de los Apóstoles

Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.


PLEGARIA UNIVERSAL

Invoquemos ahora al Espíritu, el padre de los pobres, el don de vida que fecunda nuestra existencia y renueva el camino de la humanidad.
Después de cada petición diremos: Jesús resucitado, escúchanos.

Para que todos los cristianos sepamos amarnos como Jesús nos ha amado. Oremos.

Para que los movimientos de laicos y laicas cristianos sean en medio del mundo un buen testimonio de Jesucristo y de su Evangelio. Oremos.

Para que los gobernantes, y especialmente los gobernantes cristianos, busquen siempre por encima de todo la paz, la concordia y el bienestar de los que menos tienen. Oremos.

Para que los pobres, los enfermos, los inmigrantes, y todos los que se sienten sin ánimo ante la vida reciban la fuerza del Espíritu Santo de Dios. Oremos.

Para que el Espíritu del Señor ilumine con su luz nuestras inseguridades y dudas, y cure nuestras debilidades. Oremos.

Escucha, Jesús resucitado, nuestra oración, y envíanos tu Espíritu Santo. Tú que vives y reinas...


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Concédenos, Señor, que, conforme a la promesa de tu Hijo, el Espíritu Santo nos haga comprender con más plenitud el misterio de este sacrificio y haz que nos descubra toda su verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.


PREFACIO

El misterio de Pentecostés.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque tú, para llevar a su plenitud el misterio pascual, has enviado hoy al Espíritu Santo sobre aquellos a quienes adoptaste como hijos al injertarlos en Cristo, tu Unigénito. Este mismo Espíritu fue quien, al nacer la Iglesia, dio a conocer a todos los pueblos el misterio del Dios verdadero y unió la diversidad de las lenguas en la confesión de una misma fe.
Por eso, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Hch 2, 4. 11

Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y proclamaban las maravillas de Dios. Aleluya.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios nuestro, tú que concedes a tu Iglesia dones celestiales consérvale la gracia que le has dado, para que permanezca siempre vivo en ella el don del Espíritu Santo que le infundiste; y que este alimento espiritual nos sirva para alcanzar la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.



UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Una verdadera piedra en el zapato es la palabra de Jesús para el corazón humano inclinado al egoísmo y la autoafirmación. No nos deja en paz porque no queremos que nos deje en paz. Jesús es referente, coordenada, guía, amigo, nuestro Getsemaní y nuestra Ítaca. Nos ubica en las horas confusas en que quisiéramos sobreponernos por encima de todo mundo y nos da la perseverante resistencia para mantenernos fieles a pesar de caídas y tropiezos. En medio de todo ese esfuerzo de vivir como sus discípulos, jamás nos ha dejado tirados a media calle, sino que siempre y discretamente nos sostiene y acompaña con su Espíritu para que nos mantengamos en la verdad que nos llena de paz y alegría. La verdad de Jesús no envejece por más que los enterradores de la verdad lo hayan decretado una y mil veces.

viernes, 6 de mayo de 2016

LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR Domingo 8 de mayo 2016



LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR
Domingo 8 de mayo 2016


LA PROMESA DEL PADRE

Las promesas nacidas de una persona que tiene autoridad moral y afecto sincero hacia nosotros nos entusiasman y suscitan el anhelo de verlas cumplidas en el corto plazo. En esa relación de confianza plena se mantenían los discípulos con el Señor Jesús. Desde ese contexto hemos de entender la promesa del envío del Espíritu Santo que tiene lugar al momento de las apariciones pascuales. Los apóstoles continúan atados a esquemas antiguos, siguen aferrados a la idea de un mesianismo político que restauraría el reino de Israel. El Señor Jesús les advierte que el destino del mundo y el futuro de la Iglesia están en las manos del Padre y no tiene sentido hacer cálculos humanos. El Reino de Dios no está sujeto a anhelos populares, es un regalo gratuito del Padre. El don del Espíritu Santo será la primera evidencia de que los tiempos nuevos han llegado.


ANTÍFONA DE ENTRADA Hch 1, 11

Hombres de Galilea, ¿qué hacen allí parados mirando al cielo? Ese mismo Jesús, que los ha dejado para subir al cielo, volverá como lo han visto marcharse. Aleluya.


GLORIA

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.


ORACIÓN COLECTA

Te rogamos nos concedas, Dios todopoderoso, que al reafirmar, en este día, nuestra fe en la ascensión a los cielos de tu Unigénito, nuestro Redentor, nosotros vivamos también con nuestros pensamientos puesto en las cosas celestiales. Por nuestro Señor Jesucristo...


LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Se fue elevando a la vista de sus apóstoles.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 1,1-11

En mi primer libro, querido Teófilo, escribí acerca de todo lo que Jesús hizo y enseñó, hasta el día en que ascendió al cielo, después de dar sus instrucciones, por medio del Espíritu Santo, a los apóstoles que había elegido. A ellos se les apareció después de la pasión, les dio numerosas pruebas de que estaba vivo y durante cuarenta días se dejó ver por ellos y les habló del Reino de Dios.
Un día, estando con ellos a la mesa, les mandó: “No se alejen de Jerusalén. Aguarden aquí a que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que ya les he hablado: Juan bautizó con agua; dentro de pocos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo”.
Los ahí reunidos le preguntaban: “Señor, ¿ahora sí vas a restablecer la soberanía de Israel?”
Jesús les contestó: “A ustedes no les toca conocer el tiempo y la hora que el Padre ha determinado con su autoridad; pero cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes, los llenará de fortaleza y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los últimos rincones de la tierra”.
Dicho esto, se fue elevando a la vista de ellos, hasta que una nube lo ocultó a sus ojos.
Mientras miraban fijamente al cielo, viéndolo alejarse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: “Galileos, ¿qué hacen allí parados, mirando al cielo? Ese mismo Jesús que los ha dejado para subir al cielo, volverá como lo han visto alejarse”.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 46, 2-3. 6-7. 8-9

R/. Entre voces de júbilo, Dios asciende a su trono. Aleluya.

Aplaudan, pueblos todos; aclamen al Señor, de gozo llenos; que el Señor, el Altísimo, es terrible y de toda la tierra, rey supremo. R/.

Entre voces de júbilo y trompetas, Dios, el Señor, asciende hasta su trono. Cantemos en honor de nuestro Dios, al rey honremos y cantemos todos. R/.

Porque Dios es el rey del universo, cantemos el mejor de nuestros cantos. Reina Dios sobre todas las naciones desde su trono santo. R/.


SEGUNDA LECTURA

Cristo entró en el cielo mismo.

De la carta a los hebreos: 9, 24-28; 10, 19-23

Hermanos: Cristo no entró en el santuario de la antigua alianza, construido por mano de hombres y que sólo era figura del verdadero, sino en el cielo mismo, para estar ahora en la presencia de Dios, intercediendo por nosotros.
En la antigua alianza, el sumo sacerdote entraba cada año en el santuario para ofrecer una sangre que no era la suya; pero Cristo no tuvo que ofrecerse una y otra vez a sí mismo en sacrificio, porque en tal caso habría tenido que padecer muchas veces desde la creación del mundo. De hecho, él se manifestó una sola vez, en el momento culminante de la historia, para destruir el pecado con el sacrificio de sí mismo.
Y así como está determinado que los hombres mueran una sola vez y que después de la muerte venga el juicio, así también Cristo se ofreció una sola vez para quitar los pecados de todos. Al final se manifestará por segunda vez, pero ya no para quitar el pecado, sino para la salvación de aquellos que lo aguardan y en él tienen puesta su esperanza.
Hermanos, en virtud de la sangre de Jesucristo, tenemos la seguridad de poder entrar en el santuario, porque él nos abrió un camino nuevo y viviente a través del velo, que es su propio cuerpo. Asimismo, en Cristo tenemos un sacerdote incomparable al frente de la casa de
Dios.
Acerquémonos, pues, con sinceridad de corazón, con una fe total, limpia la conciencia de toda mancha y purificado el cuerpo por el agua saludable. Mantengámonos inconmovibles en la profesión de nuestra esperanza, porque el que nos hizo las promesas es fiel a su palabra. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 28, 19. 20

R/. Aleluya, aleluya.

Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos, dice el Señor, y sepan que yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. R/.


EVANGELIO

Mientras los bendecía, iba subiendo al cielo.

+ Del santo Evangelio según san Lucas: 24, 46-53

En aquel tiempo, Jesús se apareció a sus discípulos y les dijo: “Está escrito que el Mesías tenía que padecer y había de resucitar de entre los muertos al tercer día, y que en su nombre se había de predicar a todas las naciones, comenzando por Jerusalén, la necesidad de volverse a Dios para el perdón de los pecados.
Ustedes son testigos de esto. Ahora yo les voy a enviar al que mi Padre les prometió.
Permanezcan, pues, en la ciudad, hasta que reciban la fuerza de lo alto”.
Después salió con ellos fuera de la ciudad, hacia un lugar cercano a Betania; levantando las manos, los bendijo, y mientras los bendecía, se fue apartando de ellos y elevándose al cielo.
Ellos, después de adorarlo, regresaron a Jerusalén, llenos de gozo, y permanecían constantemente en el templo, alabando a Dios. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


PROFESIÓN DE FE

CREDO de los Apóstoles

Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.


PLEGARIA UNIVERSAL

Pongamos, hermanos, nuestra mirada en Jesús, nuestro gran sacerdote, que ha atravesado el cielo para interceder por nosotros, y pidámosle por las necesidades de todos los hombres diciendo: Te rogamos, Señor.

Para que Cristo, desde el trono de su gloria, venga en ayuda de su Iglesia, que lucha en medio de las dificultades del mundo, y no permita que sus fieles se dejen cautivar por los bienes de la tierra, roguemos al Señor.

Para que Jesús, el Señor, que prometió que, al ser elevado sobre la tierra, atraería a todos hacia sí, revele su nombre a los hombres que aún no lo conocen, roguemos al Señor.

Para que el Señor, que con su triunfo ha glorificado nuestra carne colocándola cerca de Dios
Padre, llene de esperanza a los que sufren enfermedades en el cuerpo o angustias en el espíritu, roguemos al Señor.

Para que el Señor, elevado al cielo, nos envíe el Espíritu Santo, para que nos enseñe a amar los bienes de arriba y a no dejarnos cautivar por las cosas de la tierra, roguemos al Señor.


Dios, Padre todopoderoso, que has resucitado a Cristo, tu Hijo, y los has hecho Señor del universo, reconoce la voz de tu amado en las oraciones de la Iglesia y concédenos lo que, te hemos pedido. Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Al ofrecerte, Señor, este sacrificio en la gloriosa festividad de la ascensión, concédenos que por este santo intercambio, nos elevemos también nosotros a las cosas del cielo. Por
Jesucristo, nuestro Señor.


PREFACIO

El Misterio Pascual

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca en este tiempo,  en que Cristo, nuestra Pascua, fue inmolado. Porque él es el verdadero Cordero que quitó el pecado del mundo: muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando, restauró la vida. Por eso, con esta efusión del gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo…


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 28, 20

Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. Aleluya.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios todopoderoso y eterno, que nos permites participar en la tierra de los misterios divinos, concede que nuestro fervor cristiano nos oriente hacia el cielo, donde ya nuestra naturaleza humana está contigo. Por Jesucristo, nuestro Señor.



UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- El mandato de Jesús resucitado tiene tanta vigencia en el primer siglo como en la actualidad. No podemos desentendernos del encargo misionero. La tentación de “quedarnos mirando al cielo” puede manifestarse de diferentes maneras: a unos se les antoja simplemente permanecer en la llamada “zona de confort”, a otros se les ocurre ridiculizar a quienes emprenden una labor misionera. A fin de cuentas sobran los pretextos para justificar la pasividad y el egoísmo. El Señor Jesús nos invita a no seguir formando parte “de la generación del no” que multiplica los obstáculos y excusas para justificar la omisión y la pasividad. Afortunadamente ha habido miles de cristianos de quienes no sabemos nombre y apellido que iniciaron el camino del testimonio y gracias a su labor y su palabra, nosotros tuvimos acceso a Jesús.