AL PRINCIPIO NO FUE ASÍ
Entre el Génesis y el Evangelio de san Marcos existe continuidad y
progreso. En el relato del Génesis encontramos una breve reflexión sobre la
radical carencia del ser humano. Somos indigentes y estamos urgidos de
acompañamiento y plenitud. La mujer semejante y a la vez diferente al varón es
el auxiliar indispensable de su marido, como a su vez, este es el apoyo
insustituible para ella. Son auxiliares recíprocos, en paridad de obligaciones,
en el marco de una relación personalizadora y digna. Desde esa determinación de
formar un solo ser, una comunión de vida y amor, que no manipula al otro, que
no lo despersonaliza, sino que al contrario lo enriquece. Esa vocación no dejó
de quedar frustrada por el egoísmo y las costumbres favorables a los varones.
Por eso mismo el Señor Jesús reivindicó la necesidad de que las mujeres de
Israel vivieran dentro de un marco de certidumbre y dignidad. Su rechazo del
divorcio no es una medida nociva, sino favorable particularmente en relación a
la vulnerabilidad jurídica en que se encontraban las mujeres en Israel.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Est 4, 17
En tu voluntad, Señor, está puesto el universo, y no hay quien pueda
resistirse a ella. Tú hiciste todo, el cielo y la tierra, y todo lo que está
bajo el firmamento; tú eres Señor del universo.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado
del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende
nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de
nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que en la superabundancia de tu amor
sobrepasas los méritos y aun los deseos de los que te suplican, derrama sobre
nosotros tu misericordia para que libres nuestra conciencia de toda inquietud y
nos concedas aun aquello que no nos atrevemos a pedir. Por nuestro Señor
Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Serán los dos una sola cosa
Del libro del Génesis: 2,18-24
En aquel día, dijo el Señor Dios: "No es bueno que el hombre esté
solo. Voy a hacerle a alguien como él, para que lo ayude". Entonces el
Señor Dios formó de la tierra todas las bestias del campo y todos los pájaros
del cielo y los llevó ante Adán para que les pusiera nombre y así todo ser
viviente tuviera el nombre puesto por Adán.
Así, pues, Adán les puso nombre a todos los animales domésticos, a los
pájaros del cielo y a las bestias del campo; pero no hubo ningún ser semejante
a Adán para ayudarlo.
Entonces el Señor Dios hizo caer al hombre en un profundo sueño, y
mientras dormía, le sacó una costilla y cerró la carne sobre el lugar vacío. Y
de la costilla que le había sacado al hombre, Dios formó una mujer. Se la llevó
al hombre y éste exclamó:
"Ésta sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Ésta será
llamada mujer, porque ha sido formada del hombre".
Por eso el hombre abandonará a su padre y a su madre, y se unirá a su
mujer y serán los dos una sola carne. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 127,1-2. 4-5. 6
R/. Dichoso el que teme al Señor.
Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos: comerá del fruto de
su trabajo, será dichoso, le irá bien. R/.
Su mujer, como vid fecunda, en medio de su casa; sus hijos, como renuevos
de olivo, alrededor de su mesa. R/.
Esta es la bendición del hombre que teme al Señor: "Que el Señor
te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de
tu vida". R/.
SEGUNDA LECTURA
El santificador y los santificados tienen la misma condición humana.
De la carta a los hebreos: 2, 8-11
Hermanos: Es verdad que ahora todavía no vemos el universo entero
sometido al hombre; pero sí vemos ya al que por un momento Dios hizo inferior a
los ángeles, a Jesús, que por haber sufrido la muerte, está coronado de gloria
y honor. Así, por la gracia de Dios, la muerte que El sufrió redunda en bien de
todos.
En efecto, el creador y Señor de todas las cosas quiere que todos sus
hijos tengan parte en su gloria. Por eso convenía que Dios consumara en la
perfección, mediante el sufrimiento, a Jesucristo, autor y guía de nuestra
salvación.
El santificador y los santificados tienen la misma condición humana.
Por eso no se avergüenza de llamar hermanos a los hombres.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO 1 Jn 4, 12
R/. Aleluya, aleluya.
Si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y su
amor ha llegado en nosotros a su plenitud. R/.
EVANGELIO
Lo que Dios unió, que no lo separe el hombre.
Del santo Evangelio según san Marcos: 10, 2-16
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron,
para ponerlo a prueba: "¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su
esposa?".
Él les respondió: "¿Que les prescribió Moisés?". Ellos
contestaron: "Moisés nos permitió el divorcio mediante la entrega de un
acta de divorcio a la esposa". Jesús les dijo: "Moisés prescribió
esto, debido a la dureza del corazón de ustedes. Pero desde el principio, al
crearlos, Dios los hizo hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a
su madre y se unirá a su esposa y serán los dos una sola carne. De modo que ya
no son dos, sino una sola carne. Por eso, lo que Dios unió, que no lo separe el
hombre".
Ya en casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre el asunto.
Jesús les dijo: "Si uno se divorcia de su esposa y se casa con otra,
comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se
casa con otro, comete adulterio".
Después de esto, la gente le llevó a Jesús unos niños para que los
tocara, pero los discípulos trataban de impedirlo.
Al ver aquello, Jesús se disgustó y les dijo: "Dejen que los niños
se acerquen a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios es de los que son
como ellos. Les aseguro que el que no reciba el Reino de Dios como un niño, no
entrará en él".
Después tomó en brazos a los niños y los bendijo imponiéndoles las
manos.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres,
y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se
encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es
una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo
futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Elevemos, hermanos, nuestra plegaria al Señor con aquella confianza filial
que el Espíritu Santo suscita en nuestros corazones, y digamos: Te rogamos,
Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
Para que la Iglesia, mediante la santidad de sus fieles y el celo de
sus ministros, anuncie a todos los hombres y realice en todos los pueblos la
salvación de Dios, roguemos al Señor.
Para que el Señor ayude a los gobernantes, a fin de que se logre en
todas las naciones la paz, el desarrollo, el progreso y la libertad religiosa,
roguemos al Señor.
Para que las naciones que sufren a causa de las guerras vean alejarse
de sus pueblos las crueldades, la violencia, la destrucción y las lágrimas,
roguemos al Señor.
Para que el Señor ilumine los ojos de nuestro corazón, a fin de que
sepamos descubrir la esperanza de gloria a la que nos ha llamado, roguemos al
Señor.
Dios nuestro, que has creado al hombre y al a mujer para que sean los
dos una sola carne en la libre armonía del amor, retorna a los hijos de Adán a
la santidad de su origen y dales un corazón fiel, a fin de que ningún poder
humano nunca separe aquello que tú mismo has unido. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, el sacrificio que tú mismo nos mandaste ofrecer, y, por
estos sagrados misterios, que celebramos en cumplimiento de nuestro servicio,
dígnate llevar a cabo en nosotros la santificación que proviene de tu
redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio Pascual y el Pueblo de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación
darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, por su Misterio
Pascual, realizó la obra maravillosa de llamamos de la esclavitud del pecado y
de la muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real, nación
consagrada, pueblo de tu propiedad, para que, trasladados por ti de las
tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas. Por eso
con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos
sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lm 3, 25
Bueno es el Señor con los que en él confían, con aquellos que lo
buscan.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios omnipotente, saciados con este alimento y bebida celestiales, concédenos
ser transformados en aquel a quien hemos recibido en este sacramento. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
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