SABIDURÍA, ORO Y ARENA
El libro de la Sabiduría es una obra anónima estructurada en torno al
perfil de un gobierno justo. Este capítulo séptimo nos orienta en el difícil
oficio de aprender a vivir y aprender a gobernar. Quien aprende a gobernarse a
sí mismo, aprende a vivir y puede aspirar a ejercer un cargo de gobierno. Quien
no lo logra es un necio, y terminará encandilándose con la arena (riqueza
obtenida por medio del abuso de poder, la corrupción o la violencia criminal),
creyendo que consigue valiosos tesoros. El camino es totalmente inverso según
nuestro autor: consiguiendo sabiduría, vendrá en seguida, la salud, la paz, el
disfrute de las riquezas. En el Evangelio, Jesús confirma lo anterior, si acaso
advertimos una leve sustitución. La verdadera sabiduría es la que ofrece Jesús
a quienes se incorporen al reinado de Dios. Desde esa afiliación se alcanzará
la vida plena.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 129, 3-4
Si conservaras el recuerdo de nuestras faltas, Señor, ¿quién podría
resistir? Pero tú, Dios de Israel, eres Dios de perdón.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado
del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende
nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de
nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Te pedimos, Señor, que tu gracia continuamente nos disponga y nos
acompañe, de manera que estemos siempre dispuestos a obrar el bien. Por nuestro
Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
En comparación con la sabiduría, tuve en nada la riqueza.
Del libro de la Sabiduría: 7, 7-11
Supliqué y se me concedió la prudencia; invoqué y vino sobre mí el
espíritu de sabiduría. La preferí a los cetros y a los tronos, y en comparación
con ella tuve en nada la riqueza. No se puede comparar con la piedra más
preciosa, porque todo el oro, junto a ella, es un poco de arena y la plata es
como lodo en su presencia.
La tuve en más que la salud y la belleza; la preferí a la luz, porque
su resplandor nunca se apaga. Todos los bienes me vinieron con ella; sus manos
me trajeron riquezas incontables.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 89, 12-13. 14-15. 16-17
R/. Sácianos, Señor, de tu misericordia.
Enséñanos a ver lo que es la vida, y seremos sensatos. ¿Hasta cuándo,
Señor, vas a tener compasión de tus siervos? ¿Hasta cuándo? R/.
Llénanos de tu amor por la mañana y júbilo será la vida toda. Alégranos
ahora por los días y los años de males y congojas. R/.
Haz, Señor, que tus siervos y sus hijos puedan mirar tus obras y tu
gloria. Que el Señor bondadoso nos ayude y dé prosperidad a nuestras obras. R/.
SEGUNDA LECTURA
La Palabra de Dios descubre los pensamientos e intenciones del corazón.
De la carta a los hebreos: 4, 12-13
Hermanos: La Palabra de Dios es viva, eficaz y más penetrante que una
espada de dos filos. Llega hasta lo más íntimo del alma, hasta la médula de los
huesos y descubre los pensamientos e intenciones del corazón. Toda creatura es
transparente para ella. Todo queda al desnudo y al descubierto ante los ojos de
aquel a quien debemos rendir cuentas.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 5, 3
R/. Aleluya, aleluya.
Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los
cielos. R/.
EVANGELIO
Ve y vende lo que tienes y sígueme.
Del santo Evangelio según san Marcos: 10,17-30
En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó corriendo
un hombre, se arrodilló ante él y le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué debo
hacer para alcanzar la vida eterna?". Jesús le contestó: "¿Por qué me
llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos: No
matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, no
cometerás fraudes, honrarás a tu padre y a tu madre".
Entonces él le contestó: "Maestro, todo eso lo he cumplido desde
muy joven". Jesús lo miró con amor y le dijo: "Sólo una cosa te
falta: Ve y vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y así tendrás un
tesoro en los cielos. Después, ven y sígueme". Pero al oír estas palabras,
el hombre se entristeció y se fue apesadumbrado, porque tenía muchos bienes.
Jesús, mirando a su alrededor, dijo entonces a sus discípulos:
"¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el Reino de Dios!".
Los discípulos quedaron sorprendidos ante estas palabras; pero Jesús insistió:
"Hijitos, ¡qué difícil es para los que confían en las riquezas, entrar en
el Reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja,
que a un rico entrar en el Reino de Dios".
Ellos se asombraron todavía más y comentaban entre sí: "Entonces,
¿quién puede salvarse?". Jesús, mirándolos fijamente, les dijo: "Es
imposible para los hombres, mas no para Dios. Para Dios todo es posible".
Entonces Pedro le dijo a Jesús: "Señor, ya ves que nosotros lo hemos
dejado todo para seguirte".
Jesús le respondió: "Yo les aseguro: Nadie que haya dejado casa, o
hermanos o hermanas, o padre o madre, o hijos o tierras, por mí y por el
Evangelio, dejará de recibir, en esta vida, el ciento por uno en casas,
hermanos, hermanas, madres, hijos y tierras, junto con persecuciones, y en el
otro mundo, la vida eterna".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es
una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Llenos de confianza en el Señor, oremos, hermanos, por todos los
hombres y por todas sus necesidades y digamos confiadamente: Te rogamos, Señor.
(R/. Te rogamos, Señor.)
Para que Dios conceda el espíritu de paciencia y de caridad a los
cristianos perseguidos por su nombre y los ayude a ser testigos fieles y
verídicos de su Evangelio, roguemos al Señor.
Para que Dios conceda prudencia a los gobernantes y honradez a todos
los súbditos, a fin de que se mantengan la armonía y la justicia en la
sociedad, roguemos al Señor.
Para que el Señor, el único que puede hacer prosperar el trabajo del
hombre, bendiga los esfuerzos de los trabajadores y haga que la tierra dé
frutos abundantes para todos, roguemos al Señor.
Para que Dios no permita que en la hora de nuestra muerte, desesperados
y sin acordarnos de él, nos sintamos como arrancados de este mundo, sino que,
confiados y con una gran paz, lleguemos a la vida feliz y eterna, roguemos al
Señor.
Dios nuestro, que juzgas las intenciones y los pensamientos del corazón
humano y ves claramente todo lo que has creado, escucha nuestras oraciones y
atraviesa nuestros corazones con la espada de doble filo de tu palabra, para
que, iluminados por tu sabiduría, valoremos rectamente las cosas terrenas y las
eternas y, libres de la seducción de las riquezas, recibamos el ciento por uno
y la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, las súplicas de tus fieles junto con estas ofrendas que
te presentamos, para que, los que celebramos con devoción, nos lleve a alcanzar
la gloria del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio Pascual y el Pueblo de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación
darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, por su Misterio
Pascual, realizó la obra maravillosa de llamamos de la esclavitud del pecado y
de la muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real, nación
consagrada, pueblo de tu propiedad, para que, trasladados por ti de las
tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas. Por eso
con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos
sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 33, 11
Los ricos se empobrecen y pasan hambre; los que buscan al Señor, no
carecen de nada.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, suplicamos a tu majestad que así como nos nutres con el sagrado
alimento del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo, nos hagas participar de la
naturaleza divina. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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