LIBERTAD Y DIÁLOGO
Gén 2, 7-9; 3.1-7; Rom 5, 12-19; Mt 4,1-11
Los primeros capítulos del libro del Génesis son un
relato de corte sapiencial que pretende aclararnos las cuestiones
fundamentales, a saber, aquellas que tienen que ver con la libertad, la dicha y
el sentido último de la vida. Para este escritor, la condición indispensable
para vivir en una libertad responsable supone aceptar que Dios establezca unos
límites claros, que en ninguna circunstancia podremos traspasar. No es una
"dictadura divina", sino una libertad en diálogo con el Dios que
salvaguarda la vida digna para todos. El Evangelio de san Mateo nos presenta
otra historia completamente ejemplar: Jesús no se deja enredar por las medias
verdades y "las cuentas de vidrio" de Satanás. El Señor Jesús experimentó
el atractivo de la fama y la seducción del uso de la fuerza, pero supo
resistir. Aunque estaba presionado por la urgencia de comer no hipotecó su
libertad por un precio irrisorio.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 90. 15-16
Me invocará y yo lo escucharé; lo libraré y lo
glorificaré; prolongaré los días de su vida.
NO SE DICE GLORIA.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso, que por las
prácticas anuales de esta celebración cuaresmal, progresemos en el conocimiento
del misterio de Cristo, y traduzcamos su efecto en una conducta irreprochable.
Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Creación y pecado de nuestros primeros padres.
Del libro del Génesis: 2, 7-9; 3, 1-7
Después de haber creado el cielo y la tierra, el
Señor Dios tomó polvo del suelo y con él formó al hombre; le sopló en la nariz
un aliento de vida, y el hombre comenzó a vivir. Después plantó el Señor un
jardín al oriente del Edén y allí puso al hombre que había formado. El Señor
Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles, de hermoso aspecto y sabrosos
frutos, y además, en medio del jardín, el árbol de la vida y el árbol del
conocimiento del bien y del mal.
La serpiente era el más astuto de los animales del
campo que había creado el Señor Dios. Un día le dijo a la mujer: "¿Es
cierto que Dios les ha prohibido comer de todos los árboles del jardín?".
La mujer respondió: "Podemos comer del fruto
de todos los árboles del jardín, pero del árbol que está en el centro, dijo
Dios: 'No comerán de él ni lo tocarán, porque de lo contrario, habrán de morir"
“.
La serpiente replicó a la mujer: "De ningún
modo.
No morirán. Bien sabe Dios que el día que coman de
los frutos de ese árbol, se les abrirán a ustedes los ojos y serán como Dios,
que conoce el bien y el mal".
La mujer vio que el árbol era bueno para comer,
agradable a la vista y codiciable, además, para alcanzar la sabiduría. Tomó,
pues, de su fruto, comió y le dio a su marido, que estaba junto a ella, el cual
también comió. Entonces se les abrieron los ojos a los dos y se dieron cuenta
de que estaban desnudos. Entrelazaron unas hojas de higuera y se cubrieron con
ellas. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 50,3-4. 5-6a.12-J3.14 y 17.
R/. Misericordia, Señor, hemos pecado.
Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor,
apiádate de mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y
purifícame de mis pecados. R/.
Puesto que reconozco mis culpas, tengo siempre
presentes mis pecados. Contra ti solo pequé, Señor, haciendo lo que a tus ojos
era malo. R/.
Crea en mí, Señor, un corazón puro, un espíritu
nuevo para cumplir tus mandamientos. No me arrojes, Señor, lejos de ti, ni
retires de mí tu santo espíritu. R/.
Devuélveme tu salvación, que regocija, mantén en mí
un alma generosa. Señor, abre mis labios y cantará mi boca tu alabanza. R/.
SEGUNDA LECTURA
El don de Dios supera con mucho al delito.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 5,
12-19
Hermanos: Así como por un solo hombre entró el
pecado en el mundo y por el pecado entró la muerte, así la muerte llegó a todos
los hombres, por cuanto todos pecaron.
Antes de la ley de Moisés ya había pecado en el
mundo y, si bien es cierto que el pecado no se imputa cuando no hay ley, sin
embargo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés aun sobre aquellos que no
pecaron con una transgresión semejante a la de Adán, el cual es figura del que
había de venir.
Ahora bien, con el don no sucede como con el
delito, porque si por el delito de uno solo murieron todos, ¡cuánto más la
gracia de Dios y el don otorgado por la gracia de un solo hombre, Jesucristo,
se han desbordado sobre todos! Y con el don no sucede como con las
consecuencias del pecado de uno solo, porque ciertamente la sentencia,
partiendo de uno solo, lleva a la condenación, pero la obra de la gracia,
partiendo de muchos delitos, se resuelve en justificación.
En efecto, si por el delito de uno solo reinó la
muerte, por un solo hombre, ¡con cuánta más razón los que reciben la abundancia
de la gracia y el don de la justicia, reinarán en la vida por uno solo,
Jesucristo!
Así pues, como el delito de uno solo atrajo sobre
todos los hombres la condenación, así también la obra de justicia de uno solo
procura para todos los hombres la justificación, que da la vida. En efecto, así
como por la desobediencia de un solo hombre, todos fueron constituidos
pecadores, así también por la obediencia de uno solo todos serán constituidos
justos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 4, 4
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda
palabra que sale de la boca de Dios. R/.
EVANGELIO
El ayuno y las tentaciones de Jesús.
Del santo Evangelio según san Mateo: 4, 1-11
En aquel tiempo, Jesús fue conducido por el
Espíritu al desierto, para ser tentado por el demonio. Pasó cuarenta días y
cuarenta noches sin comer y, al final, tuvo hambre. Entonces se le acercó el
tentador y le dijo: "Si tú eres el Hijo de Dios, manda que estas piedras
se conviertan en panes". Jesús le respondió: "Está escrito: No sólo
de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de la boca de
Dios".
Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo
puso en la parte más alta del templo y le dijo: "Si eres el Hijo de Dios,
échate para abajo, porque está escrito: Mandará a sus ángeles que te cuiden y
ellos te tomarán en sus manos, para que no tropiece tu pie en piedra
alguna". Jesús le contestó: "También está escrito: No tentarás al
Señor, tu Dios".
Luego lo llevó el diablo a un monte muy alto y
desde ahí le hizo ver la grandeza de todos los reinos del mundo y le dijo:
"Te daré todo esto, si te postras y me adoras". Pero Jesús le
replicó: ''Retírate, Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios,
ya él sólo servirás". Entonces lo dejó el diablo y se acercaron los
ángeles para servirle. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo
y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue
concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a
los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí
ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa
Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la
resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Intercedamos, amados hermanos, ante la divina
clemencia, implorando la misericordia divina en favor de todos los hombres y
suplicando el perdón para cuantos hemos pecado. Después de cada petición
diremos (cantando): Señor, ten piedad (o bien: Kýrie, eléison).
Para que este tiempo de Cuaresma, Dios conceda a
todos los fieles la fuerza necesaria para luchar contra el mal, convertirse de
su mala conducta y retornar al camino del bien. Roguemos al Señor.
Para que quienes abundan en bienes de la tierra
sepan moderar el uso de sus propias riquezas en provecho de los necesitados y
no vivan absortos en los bienes de este mundo, roguemos al Señor.
Para que quienes se han alejado de la Iglesia a
causa de nuestros escándalos o de nuestra tibieza se reincorporen a la familia
de Dios, y a nosotros el Señor nos perdone el pecado de escándalo, roguemos al
Señor.
Para que nuestros corazones lleguen a ser, por
medio de la penitencia cuaresmal, aquella tierra fecunda en la que la palabra
de Dios produce fruto del ciento por uno, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que conoces la fragilidad de la naturaleza
humana, herida por el pecado de Adán, escucha las oraciones de tu pueblo y
concédele iniciar el camino cuaresmal con la fuerza de tu palabra, para que
venza las tentaciones del Maligno y llegue, con gozo, a las fiestas pascuales.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Señor, que nos hagas dignos de estos
dones que vamos a ofrecerte, ya que con ellos celebramos el inicio de este
venerable misterio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Las tentaciones del Señor.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y
salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. Porque él mismo, al
abstenerse durante cuarenta días de tomar alimento, consagró la práctica de
nuestra penitencia cuaresmal y, al rechazar las tentaciones del enemigo, nos
enseñó a superar la seducción del pecado, para que, después de celebrar con
espíritu renovado el misterio pascual, pasemos finalmente a la Pascua eterna.
Por eso, con los coros de los ángeles y santos, te cantamos el himno de
alabanza, diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo…
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 4, 4
No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra
que viene de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados, Señor, de este pan celestial que nutre
la fe, hace crecer la esperanza y fortalece la caridad, te suplicamos la gracia
de aprender a sentir hambre de aquel que es el pan vivo y verdadero, y a vivir
de toda palabra que procede de su boca. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Derrama sobre tu pueblo, Señor, la abundancia de tu
bendición para que su esperanza crezca en la adversidad, su virtud se
fortalezca en la tentación, y alcance la redención eterna. Por Jesucristo
nuestro Señor.
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