SALIR DE LA PROPIA TIERRA
Gén 12,1-4; 2 Tim 1,8-10; Mt 17,1-9
El libro del Génesis nos presenta a Abrahán como un adulto mayor
ocupado en el pastoreo de su rebaño. Él estaba acostumbrado a trasladarse de un
sitio a otro detrás de su ganado. Una forma de vida menos atada a seguridades y
apegos. Cuando el Señor le ordena marchar hacia lo desconocido, desligándose de
sus seguridades, está asumiendo un aparente riesgo desmedido. Entre la
confianza y el temor, Abrahán deja su tierra, guiado por la promesa divina, se
decide a salir de Jarán y marcha hacia la tierra de Canaán. Por su parte, los
pescadores de Galilea que vieron en Jesús la gloria de Dios también asumieron
riesgos. En algún momento esos discípulos vivieron crisis y quisieron regresar
a su oficio de pescadores, Jesús lo advirtió y por eso les adelantó una doble
noticia: su muerte violenta en Jerusalén y su próxima glorificación ante el
Padre.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 24, 6. 3. 22
Mi corazón me habla de ti diciendo: "Busca su rostro". Tu faz
estoy buscando, Señor; no me escondas tu rostro.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios, que nos mandaste escuchar a tu Hijo muy amado, dígnate
alimentarnos íntimamente con tu palabra, para que, ya purificada nuestra mirada
interior, nos alegremos en la contemplación de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Vocación de Abraham, padre del pueblo de Dios.
Del libro del Génesis: 12, 1-4
En aquellos días, dijo el Señor a Abram: "Deja tu país, a tu
parentela y la casa de tu padre, para ir a la tierra que yo te mostraré. Haré
nacer de ti un gran pueblo y te bendeciré. Engrandeceré tu nombre y tú mismo
serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan, maldeciré a los que te
maldigan. En ti serán bendecidos todos los pueblos de la tierra". Abram
partió, como se lo había ordenado el Señor. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 32,4-5.18-19.20 Y 22.
R/. Señor, ten misericordia de nosotros.
Sincera es la palabra del Señor y todas sus acciones son leales. El ama
la justicia y el derecho, la tierra llena está de sus bondades. R/.
Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían; los
salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida. R/.
En el Señor está nuestra esperanza, pues él es nuestra ayuda y nuestro
amparo. Muéstrate bondadoso con nosotros, puesto que en ti, Señor, hemos
confiado. R/.
SEGUNDA LECTURA
Dios nos llama y nos ilumina.
De la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 1, 8-10
Querido hermano: Comparte conmigo los sufrimientos por la predicación
del Evangelio, sostenido por la fuerza de Dios. Pues Dios es quien nos ha
salvado y nos ha llamado a que le consagremos nuestra vida, no porque lo
merecieran nuestras buenas obras, sino porque así lo dispuso él gratuitamente.
Este don, que Dios nos ha concedido por medio de Cristo Jesús desde
toda la eternidad, ahora se ha manifestado con la venida del mismo Cristo
Jesús, nuestro Salvador, que destruyó la muerte y ha hecho brillar la luz de la
vida y de la inmortalidad, por medio del Evangelio. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 17, 5
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre, que decía:
"Este es mi Hijo amado; escúchenlo". R/.
EVANGELIO
Su rostro se puso resplandeciente como el sol.
Del santo Evangelio según san Mateo: 17, 1-9
En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, el
hermano de éste, y los hizo subir a solas con él a un monte elevado. Ahí se
transfiguró en su presencia: su rostro se puso resplandeciente como el sol y
sus vestiduras se volvieron blancas como la nieve. De pronto aparecieron ante
ellos Moisés y Elías, conversando con Jesús.
Entonces Pedro le dijo a Jesús: "Señor, ¡qué bueno sería quedarnos
aquí! Si quieres, haremos aquí tres chozas, una para ti, otra para Moisés y
otra para Elías".
Cuando aún estaba hablando, una nube luminosa los cubrió y de ella
salió una voz que decía: "Éste es mi Hijo muy amado, en quien tengo
puestas mis complacencias; escúchenlo". Al oír esto, los discípulos
cayeron rostro en tierra, llenos de un gran temor. Jesús se acercó a ellos, los
tocó y les dijo: "Levántense y no teman".
Alzando entonces los ojos, ya no vieron a nadie más que a Jesús.
Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó: "No le cuenten a nadie lo
que han visto, hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los
muertos". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y
gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder
de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los
infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y
está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a
juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la
carne y la vida eterna.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, al Padre de la misericordia, árbitro de nuestros
actos y Dios que escudriña lo profundo de nuestros corazones, y, con espíritu
contrito, pidámosle que escuche la oración de su pueblo penitente: (R/.
Escúchanos, Señor.)
Para que Dios conceda a sus fieles vivir estos días de Cuaresma con
verdadero espíritu de penitencia y prepararse a celebrar con fruto el
sacramento del perdón, roguemos al Señor.
Para que quienes se han apartado del camino del bien y han muerto a
causa del pecado escuchen en estos días de Cuaresma la voz del Hijo de Dios y
vivan, roguemos al Señor.
Para que Dios inspire sentimientos de caridad a los que tienen riquezas
y multiplique los bienes de la tierra en bien de todos, roguemos al Señor.
Para que la penitencia cuaresmal aleje de nosotros el amor desordenado
a los bienes visibles y sane nuestra aridez espiritual con el deseo de los
bienes del cielo, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que llamaste a la fe a nuestros padres de Israel, y a
nosotros nos has concedido ser iluminados con la luz del Evangelio, escucha
nuestras oraciones y abre nuestros oídos, para que, escuchando siempre la voz
de tu Hijo y aceptando en nuestra vida el misterio de la cruz, podamos alcanzar
la gloria de tu reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te rogamos, Señor, que estos dones borren nuestros pecados y
santifiquen el cuerpo y el alma de tus fieles, para celebrar dignamente las
fiestas pascuales. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
La transfiguración del Señor.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar; Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno, por Cristo, Señor nuestro. Porque él mismo, después de anunciar su
muerte a los discípulos, les mostró en el monte santo el esplendor de su
gloria, para testimoniar, de acuerdo con la ley y los profetas, que la pasión
es el camino de la resurrección. Por eso, como los ángeles te cantan en el
cielo, así nosotros en la tierra te aclamamos, diciendo sin cesar: Santo,
Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 17, 5
Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco; escúchenlo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Al recibir, Señor, este glorioso sacramento, queremos darte gracias de
todo corazón porque así nos permites, desde este mundo, participar ya de los
bienes del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Bendice, Señor, a tus fieles con una bendición perpetua, y haz que de
tal manera acojan el Evangelio de tu Hijo, que puedan debida y felizmente
desear y alcanzar la gloria que El manifestó a los apóstoles. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
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