viernes, 4 de septiembre de 2020

DOMINGO XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A Domingo 6 de septiembre 2020

 




EL VALOR DE LA RECONCILIACIÓN

Ez 33. 7-9; Rom 13.8-10; Mt 18.15-20

 

Los conflictos en cualquier colectivo son inevitables. La comunidad eclesial de cualquier localidad no está exenta de problemas internos y externos. Los celos, los abusos de autoridad, el protagonismo de ciertos ministros y servidores genera malentendidos e incomodidades entre los discípulos de Jesucristo. La existencia de problemas es un desafío a la caridad y a la tolerancia entre los cristianos. Por eso el Señor Jesús diseñó y compartió una ruta para vivir como comunidad reconciliada. La discreción, el diálogo, la confianza y el perdón generoso son pilares indispensables para remediar las fallas humanas que generan tensiones y fracturas en la comunidad. En una sociedad polarizada como la nuestra vale la pena tenerlo muy presente.

 

 

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 118, 137. 124

 

Eres justo, Señor, y rectos son tus mandamientos; muéstrate bondadoso con tu siervo.

 

 

GLORIA

 

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.

Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.

Amén.

 

 

ORACIÓN COLECTA

 

Señor, Dios, de quien nos viene la redención y a quien debemos la filiación adoptiva, protege con bondad a los hijos que tanto amas, para que todos los que creemos en Cristo obtengamos la verdadera libertad y la herencia eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...

 

 

LITURGIA DE LA PALABRA

 

PRIMERA LECTURA

 

Si no amonestas al malvado, te pediré cuentas de su vida.

 

Del libro del profeta Ezequiel: 33, 7-9

 

Esto dice el Señor: "A ti, hijo de hombre, te he constituido centinela para la casa de Israel. Cuando escuches una palabra de mi boca, tú se la comunicarás de mi parte.

Si yo pronuncio sentencia de muerte contra un hombre, porque es malvado, y tú no lo amonestas para que se aparte del mal camino, el malvado morirá por su culpa, pero yo te pediré a ti cuentas de su vida.

En cambio, si tú lo amonestas para que deje su mal camino y él no lo deja, morirá por su culpa, pero tú habrás salvado tu vida". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

 

 

SALMO RESPONSORIAL

 

Del salmo 94,1-2.6-7.8-9.

R/. Señor, que no seamos sordos a tu voz.

 

Vengan, lancemos vivas al Señor, aclamemos al Dios que nos salva. Acerquémonos a él, llenos de júbilo, y démosle gracias. R/.

 

Vengan, y puestos de rodillas, adoremos y bendigamos al Señor, que nos hizo, pues él es nuestro Dios y nosotros su pueblo, él nuestro pastor y nosotros, sus ovejas. R/.

 

Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan su corazón, como el día de la rebelión en el desierto, cuando sus padres dudaron de mí, aunque habían visto mis obras". R/.

 

 

SEGUNDA LECTURA

 

El cumplimiento pleno de la ley consiste en amar.

 

De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 13, 8-10

 

Hermanos: No tengan con nadie otra deuda que la del amor mutuo, porque el que ama al prójimo, ha cumplido ya toda la ley. En efecto, los mandamientos que ordenan: "No cometerás adulterio, no robarás, no matarás, no darás falso testimonio, no codiciarás" y todos los otros, se resumen en éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo", pues quien ama a su prójimo no le causa daño a nadie. Así pues, el cumplimiento pleno de la ley consiste en amar. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

 

 

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO 2 Cor 5, 19

R/. Aleluya, aleluya.

 

Dios reconcilió al mundo consigo por medio de Cristo, y a nosotros nos confió el mensaje de la reconciliación. R/.

 

 

EVANGELIO

 

Si tu hermano te escucha, lo habrás salvado.

 

Del santo Evangelio según san Mateo: 18, 15-20

 

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Si tu hermano comete un pecado, ve y amonéstalo a solas. Si te escucha, habrás salvado a tu hermano. Si no te hace caso, hazte acompañar de una o dos personas, para que todo lo que se diga conste por boca de dos o tres testigos. Pero si ni así te hace caso, díselo a la comunidad; y si ni a la comunidad le hace caso, apártate de él como de un pagano o de un publicano.

Yo les aseguro que todo lo que aten en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra quedará desatado en el cielo.

Yo les aseguro también, que si dos de ustedes se ponen de acuerdo para pedir algo, sea lo que fuere, mi Padre celestial se lo concederá; pues donde dos o tres se reúnen en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

 

 

PROFESIÓN DE FE

 

CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO

 

Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.

Amén.

 

 

PLEGARIA UNIVERSAL

 

Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras plegarias y atienda a nuestras peticiones. Digamos: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)

 

Por la santa Iglesia de Dios, para que el Señor le conceda la paz y la unidad, la guarde de todo mal y acreciente el número de sus hijos, roguemos al Señor.

 

Por la paz del mundo, para que cesen las rivalidades entre las naciones, renazca en el corazón de los hombres el amor y arraigue entre todos los pueblos la mutua comprensión, roguemos al señor.

 

Para que Dios, Padre todopoderoso, purifique al mundo de todo error, devuelva la salud a los enfermos, aleje el hambre, abra las prisiones injustas y conceda el regreso a los que añoran la patria, roguemos al Señor.

 

Para que el Señor nos conceda perseverar en la fe hasta el fin de nuestra vida y, después de la muerte, nos admite en el reino de la felicidad, de la luz y de la paz, roguemos al Señor.

 

Señor Jesucristo, que has prometido que el Padre del cielo escucharía la plegaria de los que se reúnen en tu nombre, danos un espíritu y un corazón nuevo, para que, amándonos los unos a los otros, cumplamos de verdad tu ley. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.

 

 



ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

 

Señor Dios, fuente de toda devoción sincera y de la paz, concédenos honrar de tal manera, con estos dones, tu majestad, que, al participar en estos santos misterios, todos quedemos unidos en un mismo sentir. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

 

PREFACIO

 

El Misterio Pascual y el Pueblo de Dios

 

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, por su Misterio Pascual, realizó la obra maravillosa de llamamos de la esclavitud del pecado y de la muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo de tu propiedad, para que, trasladados por ti de las tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas. Por eso con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.

Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.

Hosanna en el cielo.

Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.

 

 

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 41, 2-3

 

Como la cierva busca el agua de las fuentes, así, sedienta, mi alma te busca a ti, Dios mío. Mi alma tiene sed del Dios vivo.

 

 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

 

Concede, Señor, a tus fieles, a quienes alimentas y vivificas con tu palabra y el sacramento del cielo, aprovechar de tal manera tan grandes dones de tu Hijo amado, que merezcamos ser siempre partícipes de su vida. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

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