UNA NUEVA LECTURA DE LA HISTORIA 2 Crón 36, 14-16.19-23; Sal 136; Ef 2, 4-10; Jn 3,
14-21 Hacía el año 400 a. c., el autor de nuestra primera
lectura se preguntó: ¿Hace falta volver a escribir la historia? ¿No bastaba
añadir a lo ya escrito unos capítulos sobre la vuelta del destierro y la
comunidad judía del siglo V a. C.? El autor, que conocía la situación de
primera mano, juzgó que debía hacerlo. De manera sencilla y audaz, quiso
ofrecer una nueva lectura de la historia en la obra que abarca los libros de
Crónicas. El resultado consistió en que la comunidad judía continuó sin perder
su identidad en situaciones difíciles. El texto de hoy, que es el último
capítulo del libro, no es el fin de la historia. La historia llega a su culmen,
de acuerdo con la lectura aún más audaz del evangelista Juan, en la vida del
Hijo del hombre levantado en la cruz. ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 66, 10-11 Alégrate, Jerusalén, y que se reúnan cuantos te
aman. Compartan su alegría los que estaban tristes, vengan a saciarse con su
felicidad. No se dice Gloria. ORACIÓN COLECTA Señor Dios, que por tu Palabra realizas
admirablemente la reconciliación del género humano, concede al pueblo cristiano
prepararse con generosa entrega y fe viva a celebrar las próximas fiestas de la
Pascua. Por nuestro Señor Jesucristo... LITURGIA DE LA PALABRA PRIMERA LECTURA La ira del Señor desterró a su pueblo; su
misericordia lo liberó. Del segundo libro de las Crónicas: 36, 14-16.19-23 En aquellos días, todos los sumos sacerdotes y el
pueblo multiplicaron sus infidelidades, practicando todas las abominables
costumbres de los paganos, y mancharon la casa del Señor, que él se había
consagrado en Jerusalén. El Señor, Dios de sus padres, los exhortó
continuamente por medio de sus mensajeros, porque sentía compasión de su pueblo
y quería preservar su santuario. Pero ellos se burlaron de los mensajeros de
Dios, despreciaron sus advertencias y se mofaron de sus profetas, hasta que la
ira del Señor contra su pueblo llegó a tal grado, que ya no hubo remedio.Envió entonces contra ellos al rey de los caldeos.
Incendiaron la casa de Dios y derribaron las murallas de Jerusalén, pegaron
fuego a todos los palacios y destruyeron todos sus objetos preciosos. A los que
escaparon de la espada, los llevaron cautivos a Babilonia, donde fueron
esclavos del rey y de sus hijos, hasta que el reino pasó al dominio de los
persas, para que se cumpliera lo que dijo Dios por boca del profeta Jeremías:
Hasta que el país haya pagado sus sábados perdidos, descansará de la
desolación, hasta que se cumplan setenta años.En el año primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento
de las palabras que habló el Señor por boca de Jeremías, el Señor inspiró a
Ciro, rey de los persas, el cual mandó proclamar de palabra y por escrito en
todo su reino, lo siguiente: ''Así habla Ciro, rey de Persia: El Señor, Dios de
los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra y me ha mandado que le
edifique una casa en Jerusalén de Judá. En consecuencia, todo aquel que
pertenezca a este pueblo, que parta hacia allá, y que su Dios lo
acompañe". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor. SALMO RESPONSORIAL Del salmo 136, 1-2. 4-5. 6.R/. Tu recuerdo, Señor, es mi alegría. Junto a los ríos de Babilonia nos sentábamos a
llorar de nostalgia; de los sauces que estaban en la orilla colgamos nuestras
arpas. R/. Aquellos que cautivos nos tenían pidieron que
cantáramos. Decían los opresores: "Algún cantar de Sión, alegres,
cántennos". R/. Pero, ¿cómo podríamos cantar un himno al Señor en
tierra extraña? ¡Que la mano derecha se me seque, si de ti, Jerusalén, yo me olvidara!
R/. ¡Que se me pegue al paladar la lengua, Jerusalén,
si no te recordara, o si, fuera de ti, alguna otra alegría yo buscara! R/. SEGUNDA LECTURA Muertos por los pecados, ustedes han sido salvados
por la gracia. De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 2,
4-10 Hermanos: La misericordia y el amor de Dios son muy
grandes; porque nosotros estábamos muertos por nuestros pecados, y él nos dio
la vida con Cristo y en Cristo. Por pura generosidad suya, hemos sido salvados.
Con Cristo y en Cristo nos ha resucitado y con él nos ha reservado un sitio en
el cielo. Así, en todos los tiempos, Dios muestra, por medio de Jesús, la
incomparable riqueza de su gracia y de su bondad para con nosotros.En efecto, ustedes han sido salvados por la gracia,
mediante la fe; y esto no se debe a ustedes mismos, sino que es un don de Dios.
Tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir, porque somos
hechura de Dios, creados por medio de Cristo Jesús, para hacer el bien que Dios
ha dispuesto que hagamos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor. ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 3, 16R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús. Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo
único, para que todo el que crea en él tenga vida eterna. R/. EVANGELIO Dios envió a su Hijo al mundo para que el mundo se
salve por él. Del santo Evangelio según san Juan: 3, 14-21 En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: "Así
como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el
Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.Porque tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su
Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida
eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salvara por él. El que cree en él no será condenado; pero el que no
cree ya está condenado, por no haber creído en el Hijo único de Dios.La causa de la condenación es ésta: habiendo venido
la luz al mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus
obras eran malas. Todo aquel que hace el mal, aborrece la luz y no se acerca a
ella, para que sus obras no se descubran.En cambio, el que obra el bien conforme a la
verdad, se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según
Dios". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús. PROFESIÓN DE FE CREDO de los Apóstoles Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo
y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue
concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a
los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí
ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa
Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la
resurrección de la carne y la vida eterna.Amén. PLEGARIA UNIVERSAL Oremos, hermanos, al Señor, que no desea la muerte
del pecador, sino que se convierta y viva, y pidámosle que tenga misericordia
de su pueblo penitente: (R/. Escúchanos, Señor.) Para que Dios aumente la fe y fortalezca la
voluntad de los que se preparan a recibir en estos días cuaresmales el
sacramento de la penitencia y les conceda un verdadero arrepentimiento de sus
culpas, roguemos al Señor. Para que el Señor abra la inteligencia y el corazón
de los incrédulos, de manera que lleguen al conocimiento de la verdad, y en la
fe encuentren aquel descanso que tanto desea su corazón, roguemos al Señor. Para que Dios conceda su ayuda a los enfermos, a
los pobres, a los que se sienten tentados y a todos aquellos que con su
sufrimiento participan de la cruz de Cristo, roguemos al Señor. Para que todos nosotros perseveremos en el esfuerzo
cuaresmal y lleguemos, purificados e iluminados, a las fiestas de Pascua que se
acercan, roguemos al Señor. Dios bueno y fiel, que nunca dejas de llamar a los
que se extravían para que se conviertan y vuelvan a ti y, en tu Hijo elevado
sobre la cruz, nos curas de las heridas del Maligno, escucha nuestras oraciones
y concédenos tu gracia, para que, renovados en el espíritu, podamos
corresponder a los dones de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor. ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS Te presentamos, Señor, llenos de alegría, estas
ofrendas para el sacrificio y pedimos tu ayuda para celebrarlo con fe sincera y
ofrecerlo dignamente por la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor. PREFACIO Prefacio IV de Cuaresma Los frutos del ayuno En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y
fuente de salvación darte gracias y a alabarte siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque con el ayuno corporal, refrenas
nuestras pasiones, elevas nuestro espíritu, nos fortaleces y recompensas, por
Cristo Señor nuestro. Por El, los ángeles y los arcángeles, y todos los coros
celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos
a sus voces cantando humildemente tu alabanza:Santo, Santo, Santo... ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 121 ,3-4 Jerusalén ha sido edificada como ciudad bien
compacta. Allá suben las tribus, las tribus del Señor, según la costumbre de
Israel, a celebrar el nombre del Señor. ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN Señor Dios, luz que alumbra a todo hombre que viene
a este mundo, ilumina nuestros corazones con el resplandor de tu gracia, para
que podamos siempre pensar lo que es digno y grato a tus ojos y amarte con
sincero corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor. ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO Protege, Señor, a quienes te invocan, ayuda a los
débiles y reaviva siempre con tu luz a quienes caminan en medio de las
tinieblas de la muerte; concédeles que, liberados por tu bondad de todos los
males, alcancen los bienes supremos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA NUEVA LECTURA DE LA HISTORIA
2 Crón 36, 14-16.19-23; Sal 136; Ef 2, 4-10; Jn 3,
14-21
Hacía el año 400 a. c., el autor de nuestra primera
lectura se preguntó: ¿Hace falta volver a escribir la historia? ¿No bastaba
añadir a lo ya escrito unos capítulos sobre la vuelta del destierro y la
comunidad judía del siglo V a. C.? El autor, que conocía la situación de
primera mano, juzgó que debía hacerlo. De manera sencilla y audaz, quiso
ofrecer una nueva lectura de la historia en la obra que abarca los libros de
Crónicas. El resultado consistió en que la comunidad judía continuó sin perder
su identidad en situaciones difíciles. El texto de hoy, que es el último
capítulo del libro, no es el fin de la historia. La historia llega a su culmen,
de acuerdo con la lectura aún más audaz del evangelista Juan, en la vida del
Hijo del hombre levantado en la cruz.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 66, 10-11
Alégrate, Jerusalén, y que se reúnan cuantos te
aman. Compartan su alegría los que estaban tristes, vengan a saciarse con su
felicidad.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que por tu Palabra realizas
admirablemente la reconciliación del género humano, concede al pueblo cristiano
prepararse con generosa entrega y fe viva a celebrar las próximas fiestas de la
Pascua. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
La ira del Señor desterró a su pueblo; su
misericordia lo liberó.
Del segundo libro de las Crónicas: 36, 14-16.19-23
En aquellos días, todos los sumos sacerdotes y el
pueblo multiplicaron sus infidelidades, practicando todas las abominables
costumbres de los paganos, y mancharon la casa del Señor, que él se había
consagrado en Jerusalén. El Señor, Dios de sus padres, los exhortó
continuamente por medio de sus mensajeros, porque sentía compasión de su pueblo
y quería preservar su santuario. Pero ellos se burlaron de los mensajeros de
Dios, despreciaron sus advertencias y se mofaron de sus profetas, hasta que la
ira del Señor contra su pueblo llegó a tal grado, que ya no hubo remedio.
Envió entonces contra ellos al rey de los caldeos.
Incendiaron la casa de Dios y derribaron las murallas de Jerusalén, pegaron
fuego a todos los palacios y destruyeron todos sus objetos preciosos. A los que
escaparon de la espada, los llevaron cautivos a Babilonia, donde fueron
esclavos del rey y de sus hijos, hasta que el reino pasó al dominio de los
persas, para que se cumpliera lo que dijo Dios por boca del profeta Jeremías:
Hasta que el país haya pagado sus sábados perdidos, descansará de la
desolación, hasta que se cumplan setenta años.
En el año primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento
de las palabras que habló el Señor por boca de Jeremías, el Señor inspiró a
Ciro, rey de los persas, el cual mandó proclamar de palabra y por escrito en
todo su reino, lo siguiente: ''Así habla Ciro, rey de Persia: El Señor, Dios de
los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra y me ha mandado que le
edifique una casa en Jerusalén de Judá. En consecuencia, todo aquel que
pertenezca a este pueblo, que parta hacia allá, y que su Dios lo
acompañe". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 136, 1-2. 4-5. 6.
R/. Tu recuerdo, Señor, es mi alegría.
Junto a los ríos de Babilonia nos sentábamos a
llorar de nostalgia; de los sauces que estaban en la orilla colgamos nuestras
arpas. R/.
Aquellos que cautivos nos tenían pidieron que
cantáramos. Decían los opresores: "Algún cantar de Sión, alegres,
cántennos". R/.
Pero, ¿cómo podríamos cantar un himno al Señor en
tierra extraña? ¡Que la mano derecha se me seque, si de ti, Jerusalén, yo me olvidara!
R/.
¡Que se me pegue al paladar la lengua, Jerusalén,
si no te recordara, o si, fuera de ti, alguna otra alegría yo buscara! R/.
SEGUNDA LECTURA
Muertos por los pecados, ustedes han sido salvados
por la gracia.
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 2,
4-10
Hermanos: La misericordia y el amor de Dios son muy
grandes; porque nosotros estábamos muertos por nuestros pecados, y él nos dio
la vida con Cristo y en Cristo. Por pura generosidad suya, hemos sido salvados.
Con Cristo y en Cristo nos ha resucitado y con él nos ha reservado un sitio en
el cielo. Así, en todos los tiempos, Dios muestra, por medio de Jesús, la
incomparable riqueza de su gracia y de su bondad para con nosotros.
En efecto, ustedes han sido salvados por la gracia,
mediante la fe; y esto no se debe a ustedes mismos, sino que es un don de Dios.
Tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir, porque somos
hechura de Dios, creados por medio de Cristo Jesús, para hacer el bien que Dios
ha dispuesto que hagamos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 3, 16
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo
único, para que todo el que crea en él tenga vida eterna. R/.
EVANGELIO
Dios envió a su Hijo al mundo para que el mundo se
salve por él.
Del santo Evangelio según san Juan: 3, 14-21
En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: "Así
como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el
Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.
Porque tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su
Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida
eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salvara por él. El que cree en él no será condenado; pero el que no
cree ya está condenado, por no haber creído en el Hijo único de Dios.
La causa de la condenación es ésta: habiendo venido
la luz al mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus
obras eran malas. Todo aquel que hace el mal, aborrece la luz y no se acerca a
ella, para que sus obras no se descubran.
En cambio, el que obra el bien conforme a la
verdad, se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según
Dios". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo
y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue
concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a
los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí
ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa
Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la
resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, al Señor, que no desea la muerte
del pecador, sino que se convierta y viva, y pidámosle que tenga misericordia
de su pueblo penitente: (R/. Escúchanos, Señor.)
Para que Dios aumente la fe y fortalezca la
voluntad de los que se preparan a recibir en estos días cuaresmales el
sacramento de la penitencia y les conceda un verdadero arrepentimiento de sus
culpas, roguemos al Señor.
Para que el Señor abra la inteligencia y el corazón
de los incrédulos, de manera que lleguen al conocimiento de la verdad, y en la
fe encuentren aquel descanso que tanto desea su corazón, roguemos al Señor.
Para que Dios conceda su ayuda a los enfermos, a
los pobres, a los que se sienten tentados y a todos aquellos que con su
sufrimiento participan de la cruz de Cristo, roguemos al Señor.
Para que todos nosotros perseveremos en el esfuerzo
cuaresmal y lleguemos, purificados e iluminados, a las fiestas de Pascua que se
acercan, roguemos al Señor.
Dios bueno y fiel, que nunca dejas de llamar a los
que se extravían para que se conviertan y vuelvan a ti y, en tu Hijo elevado
sobre la cruz, nos curas de las heridas del Maligno, escucha nuestras oraciones
y concédenos tu gracia, para que, renovados en el espíritu, podamos
corresponder a los dones de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te presentamos, Señor, llenos de alegría, estas
ofrendas para el sacrificio y pedimos tu ayuda para celebrarlo con fe sincera y
ofrecerlo dignamente por la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Prefacio IV de Cuaresma
Los frutos del ayuno
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y
fuente de salvación darte gracias y a alabarte siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque con el ayuno corporal, refrenas
nuestras pasiones, elevas nuestro espíritu, nos fortaleces y recompensas, por
Cristo Señor nuestro. Por El, los ángeles y los arcángeles, y todos los coros
celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos
a sus voces cantando humildemente tu alabanza:
Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 121 ,3-4
Jerusalén ha sido edificada como ciudad bien
compacta. Allá suben las tribus, las tribus del Señor, según la costumbre de
Israel, a celebrar el nombre del Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios, luz que alumbra a todo hombre que viene
a este mundo, ilumina nuestros corazones con el resplandor de tu gracia, para
que podamos siempre pensar lo que es digno y grato a tus ojos y amarte con
sincero corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Protege, Señor, a quienes te invocan, ayuda a los
débiles y reaviva siempre con tu luz a quienes caminan en medio de las
tinieblas de la muerte; concédeles que, liberados por tu bondad de todos los
males, alcancen los bienes supremos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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