Am 7,12-15; Sal
84; Ef 1, 3-14; Mc 6, 7-13
Cuando la
religión depende de la institución política oficial, inmediatamente se
presentan incidentes como el que encontramos en la primera lectura. Amós, es el
profeta de Dios, y Amasías, es un sacerdote a sueldo del rey. Las perspectivas
de los dos son contrarias. La voz de Amós es la conciencia crítica de un
sistema que se está autodestruyendo. Este profeta busca salvar al pueblo de una
catástrofe provocada por sus propios errores. Amasías, en contraste, tiene una
visión distorsionada y sólo piensa en el poder establecido. No puede sino
concluir que Amós es un conspirador, un terrorista que atenta contra la
seguridad nacional.
Pero no
concluyamos que la religión no debe ser organizada, como lo es cualquiera entidad
política, porque en el Evangelio vemos cómo Jesús organiza a sus seguidores. Es
que la religión no debe servir a la política.
ANTÍFONA DE
ENTRADA Cfr. Sal 16, 15
Por serte fiel,
yo contemplaré tu rostro, Señor, y al despertar, espero saciarme de gloria.
GLORIA
Gloria a Dios
en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria
te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único,
Jesucristo.
Señor Dios,
Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad
de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que
estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú
eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que
muestras la luz de tu verdad a los que andan extraviados para que puedan volver
al buen camino, concede a cuantos se profesan como cristianos rechazar lo que
sea contrario al nombre que llevan y cumplir lo que ese nombre significa. Por
nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA
PALABRA
PRIMERA LECTURA
Ve y profetiza
a mi pueblo.
Del libro del
profeta Amós: 7,12-15
En aquel
tiempo, Amasías, sacerdote de Betel, le dijo al profeta Amós: "Vete de
aquí, visionario, y huye al país de Judá; gánate allá el pan, profetizando;
pero no vuelvas a profetizar en Betel, porque es santuario del rey y templo del
reino". Respondió Amós: "Yo no soy profeta ni hijo de profeta, sino
pastor y cultivador de higos.
El Señor me
sacó de junto al rebaño y me dijo: 'Ve y profetiza a mi pueblo, Israel' ".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO
RESPONSORIAL
Del salmo 84,
9ab-10.11-12.13-14.
R/. Muéstranos,
Señor, tu misericordia.
Escucharé las
palabras del Señor, palabras de paz para su pueblo santo. Está ya cerca nuestra
salvación y la gloria del Señor habitará en la tierra. R/.
La misericordia
y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron, la fidelidad brotó
en la tierra y la justicia vino del cielo. R/.
Cuando el Señor
nos muestre su bondad, nuestra tierra producirá su fruto. La justicia le abrirá
camino al Señor e irá siguiendo sus pisadas. R/.
SEGUNDA LECTURA
Dios nos eligió
en Cristo antes de crear el mundo.
De la carta del
apóstol san Pablo a los efesios: 1,3-14
Bendito sea
Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en él con toda
clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en Cristo, antes de
crear el mundo, para que fuéramos santos e irreprochables a sus ojos, por el
amor, y determinó, porque así lo quiso, que, por medio de Jesucristo, fuéramos
sus hijos, para que alabemos y glorifiquemos la gracia con que nos ha
favorecido por medio de su Hijo amado.
Pues por
Cristo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados.
Él ha prodigado sobre nosotros el tesoro de su gracia, con toda sabiduría e
inteligencia, dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Este es el plan
que había proyectado realizar por Cristo, cuando llegara la plenitud de los
tiempos: hacer que todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, tuvieran
a Cristo por cabeza. Con Cristo somos herederos también nosotros. Para esto
estábamos destinados, por decisión del que lo hace todo según su voluntad: para
que fuéramos una alabanza continua de su gloria, nosotros, los que ya antes
esperábamos en Cristo.
En él, también
ustedes, después de escuchar la palabra de la verdad, el Evangelio de su
salvación, y después de creer, han sido marcados con el Espíritu Santo
prometido. Este Espíritu es la garantía de nuestra herencia, mientras llega la
liberación del pueblo adquirido por Dios, para alabanza de su gloria. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Ef 1, 17-18
R/. Aleluya,
aleluya.
Que el Padre de
nuestro Señor Jesucristo ilumine nuestras mentes para que podamos comprender
cuál es la esperanza que nos da su llamamiento. R/.
EVANGELIO
Envió a los
discípulos de dos en dos.
Del santo
Evangelio según san Marcos: 6, 7-13
En aquel
tiempo, llamó Jesús a los Doce, los envió de dos en dos y les dio poder sobre
los espíritus inmundos. Les mandó que no llevaran nada para el camino: ni pan,
ni mochila, ni dinero en el cinto, sino únicamente un bastón, sandalias y una
sola túnica.
Y les dijo:
"Cuando entren en una casa, quédense en ella hasta que se vayan de ese
lugar. Si en alguna parte no los reciben ni los escuchan, al abandonar ese
lugar, sacúdanse el polvo de los pies, como una advertencia para ellos".
Los discípulos
se fueron a predicar el arrepentimiento. Expulsaban a los demonios, ungían con
aceite a los enfermos y los curaban. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO
NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo
Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible
y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido
del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero
de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por
quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación
bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y
se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio
Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las
Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo
vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo
en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por
los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la
resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA
UNIVERSAL
Que nuestras
oraciones lleguen, hermanos, a la presencia del Señor y que nuestros ruegos
sean escuchados por aquel que escruta el corazón de todos. Digamos
confiadamente: Escúchanos, Señor. (R/. Escúchanos, Señor.)
Pidamos la
sabiduría del Hijo de Dios para los que proclaman con fidelidad la palabra
divina y para todos los ministros que sirven a la Iglesia. Roguemos al Señor.
Por Israel, el
pueblo de la antigua alianza, por los cristianos separados de la Iglesia
católica y apostólica y por los que no conocen al Dios verdadero, invoquemos al
Señor, dueño de toda verdad.
Por los que
viven lejos de su casa, por los encarcelados, por los débiles y oprimidos, y
por los justos que sufren persecución, oremos a Jesús el Salvador.
Invoquemos con
fe y devoción al Señor de la gloria por la paz y felicidad de los que ahora
estamos aquí, huéspedes en la casa del Señor. Roguemos al Señor.
Escucha, Padre
todopoderoso, nuestras oraciones y concédenos considerar por encima de todo la
grandeza de los favores que nos has otorgado con tu Hijo amado, para que,
llenos del Espíritu Santo, anunciemos el mundo, de palabra y con las obras, el
plan que has proyectado realizar en nuestros tiempos. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ORACIÓN SOBRE
LAS OFRENDAS
Mira, Señor,
los dones de tu Iglesia suplicante, y concede que, al recibirlos, sirvan a tus
fieles para crecer en santidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Nuestra
Humanidad salvada por la humanidad de Cristo
En verdad es
justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo
lugar, Señor, Padre santo, Dios poderoso y eterno. Porque reconocemos como la
obra de tu poder admirable no sólo haber socorrido nuestra débil naturaleza con
la fuerza de tu divinidad, sino también el haber previsto el remedio de nuestra
misma naturaleza mortal, y así con lo que fue la causa de nuestra ruina, con
eso mismo nos diste la salvación, por Cristo, Señor nuestro. Por Él, los
ángeles cantan con júbilo eterno y nosotros nos unimos a sus voces, cantando
humildemente tu alabanza
Santo, Santo,
Santo es el Señor, Dios del universo.
ANTÍFONA DE LA
COMUNIÓN
El gorrión ha
encontrado una casa, y la golondrina un nido donde poner sus polluelos; junto a
tus altares, Señor de los ejércitos, Rey mío y Dios mío. Dichosos los que viven
en tu casa y pueden alabarte siempre.
ORACIÓN DESPUÉS
DE LA COMUNIÓN
Alimentados con
los dones que hemos recibido, te suplicamos, Señor, que, participando
frecuentemente de este sacramento, crezcan los efectos de nuestra salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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