LAS AGUAS DE LA CREACIÓN
Is 40 1-5.9-11; Sal l03; Tit 2,11-14; 3,4-7; Lc 3,15-16. 21-22
El salmo 103 es un himno de alabanza a Dios por la creación. Por lo
grandioso y lo sencillo, por las aguas, el viento, las llamas y los animales
grandes y pequeños, el salmista alaba a Dios. Además, para él, el ser humano
está serenamente integrado en la creación de Dios. Pero, ¿qué podemos decir de
Dios mismo? ¿Es que Dios permanece lejos de toda su magnífica creación? El
Evangelio nos ofrece la respuesta. Nos Muestra a Jesús entrando íntima y
amorosamente en su creación. No duda entrar en el Jordán, sumergirse totalmente
en él y dejarse rodear por las aguas de la creación. Por si fuera poco, entra
en la historia de esta creación. Se deja bautizar por Juan, quien, para el
evangelista Lucas, es el último en la historia de los profetas antiguos.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Mt 3,16-17
Inmediatamente después de que Jesús recibió el bautismo, se abrieron
los cielos y el Espíritu Santo se posó sobre él en forma de paloma, y resonó la
voz del Padre que decía: "Éste es mi Hijo amado, en quien he puesto todo
mi amor".
Gloria
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por
tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te
damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo
único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que proclamaste solemnemente a Jesucristo
como tu Hijo muy amado, cuando, al ser bautizado en el Jordán, descendió el
Espíritu Santo sobre él, concede a tus hijos de adopción, renacidos del agua y
del Espíritu Santo, que se conserven siempre dignos de tu complacencia. Por
nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Se revelará la gloria del Señor y todos los hombres la verán.
Del libro del profeta Isaías: 40, 1-5. 9-11
"Consuelen, consuelen a mi pueblo, dice nuestro Dios. Hablen al
corazón de Jerusalén y díganle a gritos que ya terminó el tiempo de su servidumbre y que ya ha satisfecho por
sus iniquidades, porque ya ha recibido de manos del Señor castigo doble por
todos sus pecados".
Una voz clama: "Preparen el camino del Señor en el desierto, construyan en el páramo una calzada para nuestro Dios. Que todo valle se eleve. Que todo monte y colina se rebajen; que lo torcido se enderece y lo escabroso se allane. Entonces se revelará la gloria del Señor y todos los hombres la verán". Así ha hablado la boca del Señor.
Sube a lo alto del monte, mensajero de buenas nuevas para Sión; alza con fuerza la voz, tú que anuncias noticias alegres a Jerusalén. Alza la voz y no temas; anuncia a los ciudadanos de Judá: ''Aquí está su Dios. Aquí llega el Señor, lleno de poder, el que con su brazo lo domina todo.
El premio de su victoria lo acompaña y sus trofeos lo anteceden. Como pastor apacentará su rebaño; llevará en sus brazos a los corderitos recién nacidos y atenderá solícito a sus madres".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 103, 1b-2. 3-4. 24-25. 27-28. 29-30.
R/. Bendice al Señor, alma mía.
Bendice al Señor, alma mía; Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza.
Te vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto. R/.
Por encima de las aguas construyes tu morada. Las nubes son tu carro;
los vientos, tus alas y mensajeros; y tus servidoras, las ardientes llamas. R/.
¡Qué numerosas son tus obras, Señor, y todas las hiciste con maestría!
La tierra está llena de tus creaturas, y tu mar, enorme a lo largo y a lo
ancho, está lleno de animales pequeños y grandes. R/.
Todos los vivientes aguardan que les des de comer a su tiempo; les das
el alimento y lo recogen, abres tu mano y se sacian de bienes. R/.
Si retiras tu aliento, toda creatura muere y vuelve al polvo. Pero
envías tu espíritu, que da vida, y renuevas el aspecto de la tierra. R/.
SEGUNDA LECTURA
Él nos salvó mediante el bautismo, que nos regenera y nos renueva, por
la acción del Espíritu Santo.
De la carta del apóstol san Pablo a Tito: 2, 11-14; 3, 4-7
Querido hermano: La gracia de Dios se ha manifestado para salvar a
todos los hombres y nos ha enseñado a renunciar a la vida sin religión y a los
deseos mundanos, para que vivamos, ya desde ahora, de una manera sobria, justa
y fiel a Dios, en espera de la gloriosa venida del gran Dios y salvador, Cristo
Jesús, nuestra esperanza. Él se entregó por nosotros para redimirnos de todo
pecado y purificarnos, a fin de convertirnos en pueblo suyo, fervorosamente
entregado a practicar el bien.
Al manifestarse la bondad de Dios, nuestro salvador, y su amor a los hombres, él nos salvó, no porque nosotros hubiéramos hecho algo digno de merecerlo, sino por su misericordia. Lo hizo mediante el bautismo, que nos regenera y nos renueva, por la acción del Espíritu Santo, a quien Dios derramó abundantemente sobre nosotros, por Cristo, nuestro salvador. Así, justificados por su gracia, nos convertiremos en herederos, cuando se realice la esperanza de la vida eterna.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 3, 16
R/. Aleluya, aleluya.
Ya viene otro más poderoso que yo, dijo Juan el Bautista; él los
bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. R/.
EVANGELIO
Después del bautismo de Jesús, el cielo se abrió.
Del santo Evangelio según san Lucas: 3, 15-16. 21-22
En aquel tiempo, como el pueblo estaba en expectación y todos pensaban
que quizá Juan el Bautista era el Mesías, Juan los sacó de dudas, diciéndoles:
"Es cierto que yo bautizo con agua, pero ya viene otro más poderoso que
yo, a quien no merezco desatarle las correas de sus sandalias. Él los bautizará
con el Espíritu Santo y con fuego".
Sucedió que entre la gente que se bautizaba, también Jesús fue bautizado. Mientras éste oraba, se abrió el cielo y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma sensible, como de una paloma, y del cielo llegó una voz que decía: "Tú eres mi Hijo, el predilecto; en ti me complazco". Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma
naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres,
y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se
encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es
una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón
de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo
futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos a nuestro Salvador, que quiso ser bautizado para
santificar nuestro bautismo y renovar por él al hombre caído, y pidámosle que
se compadezca de quienes ha querido que fueran sus hermanos:
Para que Cristo, el Siervo de Dios, en quien el Padre se complace, mire
con amor a todos los que se preparan para el bautismo o la confirmación o preparan
el bautismo de sus hijos, roguemos al Señor.
Para que Cristo, el Elegido de Dios, para llevar el derecho a las
naciones, ilumine a los que buscan a Dios con sinceridad de corazón, les haga
oír la voz potente y magnífica del Padre, que los llama a escuchar a su Hijo
amado, y los conduzca hacia el bautismo, roguemos al Señor.
Para que Cristo, el Enviado del Padre, que no quiebra la caña
resquebrajada ni apaga la mecha que aún humea conceda la salud a los que viven
oprimidos por el diablo, roguemos al Señor.
Para que Cristo, el Hijo amado, que quiso ser bautizado en el Jordán
para dar fuerza a nuestro bautismo, nos haga descubrir y amar la grandeza del
bautismo cristiano, don del amor de Dios a los hombres, roguemos al Señor.
Padre todopoderoso, que haces resonar tu voz magnífica en las aguas del
bautismo y en la unción de la confirmación, escucha nuestras oraciones y
concede a los bautizados cumplir fielmente las promesas de su bautismo y ser
testigos valientes de la fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos en la manifestación de tu
Hijo muy amado, para que la oblación de tus hijos se convierta en el mismo
sacrificio de aquel que quiso en su misericordia lavar los pecados del mundo.
El, que vive y reina por los siglos de los siglos.
PREFACIO:
El Bautismo del Señor.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno. Porque mostraste en el Jordán con signos admirables el misterio del
nuevo bautismo, para que, por aquella voz, venida del cielo, creyéramos que tu
Palabra ya estaba habitando en nosotros y, por el Espíritu Santo, que descendió
en forma de paloma, se supiera que Cristo, tu Siervo, era ungido con óleo de
alegría y enviado a anunciar el Evangelio a los pobres. Por eso, a una con los
coros de ángeles, te alabamos continuamente en a tierra, aclamando sin cesar:
Santo, Santo, Santo ...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 1, 32. 34
Éste es aquél de quien Juan decía: Yo lo he visto y doy testimonio de
que él es el Hijo de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Saciados con estos sagrados dones, imploramos, Señor, tu clemencia,
para que, escuchando fielmente a tu Unigénito, nos llamemos y seamos de verdad
hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Is 40 1-5.9-11; Sal l03; Tit 2,11-14; 3,4-7; Lc 3,15-16. 21-22
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
Una voz clama: "Preparen el camino del Señor en el desierto, construyan en el páramo una calzada para nuestro Dios. Que todo valle se eleve. Que todo monte y colina se rebajen; que lo torcido se enderece y lo escabroso se allane. Entonces se revelará la gloria del Señor y todos los hombres la verán". Así ha hablado la boca del Señor.
Sube a lo alto del monte, mensajero de buenas nuevas para Sión; alza con fuerza la voz, tú que anuncias noticias alegres a Jerusalén. Alza la voz y no temas; anuncia a los ciudadanos de Judá: ''Aquí está su Dios. Aquí llega el Señor, lleno de poder, el que con su brazo lo domina todo.
El premio de su victoria lo acompaña y sus trofeos lo anteceden. Como pastor apacentará su rebaño; llevará en sus brazos a los corderitos recién nacidos y atenderá solícito a sus madres".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
R/. Bendice al Señor, alma mía.
Al manifestarse la bondad de Dios, nuestro salvador, y su amor a los hombres, él nos salvó, no porque nosotros hubiéramos hecho algo digno de merecerlo, sino por su misericordia. Lo hizo mediante el bautismo, que nos regenera y nos renueva, por la acción del Espíritu Santo, a quien Dios derramó abundantemente sobre nosotros, por Cristo, nuestro salvador. Así, justificados por su gracia, nos convertiremos en herederos, cuando se realice la esperanza de la vida eterna.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
R/. Aleluya, aleluya.
Sucedió que entre la gente que se bautizaba, también Jesús fue bautizado. Mientras éste oraba, se abrió el cielo y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma sensible, como de una paloma, y del cielo llegó una voz que decía: "Tú eres mi Hijo, el predilecto; en ti me complazco". Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.
Amén.
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