viernes, 30 de diciembre de 2022

SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS Domingo 1 de enero 2023

 


Al definir el dogma de la Maternidad divina de María (“Theotokos”), el Concilio de Éfeso (431) afirma la participación de María en el hecho central de la historia de la salvación: la Encarnación del Hijo de Dios en la carne de María.

La liturgia, desde 1931, celebra ese hecho en la Fiesta de Santa María, Madre de Dios, y nos invita a tomar conciencia de la realidad de la Encarnación de Cristo: su carne fue formada en el seno de una mujer.
Al ubicar esta fiesta el primer día del año civil, la Iglesia recalca que el Hijo de Dios, encarnado en María, asume el tiempo, recapitula toda la historia humana y le trae la paz y la reconciliación.
 
 
RITOS INICIALES
 


ANTÍFONA DE ENTRADA
 
Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey, que gobierna el cielo y la tierra por los siglos de los siglos.
 
 
GLORIA
 
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Señor Dios, que por la fecunda virginidad de María diste al género humano el don de la salvación eterna, concédenos sentir la intercesión de aquella por quien recibimos al autor de la vida, Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro. Él, que vive y reina contigo...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
Primera Lectura
 
Del libro de los Números (Núm 6, 22-27)
 
En aquel tiempo, el Señor habló a Moisés y le dijo: "Di a Aarón ya sus hijos: 'De esta manera bendecirán a los israelitas: El Señor te bendiga y te proteja, haga resplandecer su rostro sobre ti y te conceda su favor. Que el Señor te mire con benevolencia y te conceda la paz'. Así invocarán mi nombre sobre los israelitas y yo los bendeciré".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL (Sal 66)
 
R. Ten piedad de nosotros, Señor, y bendícenos.
 
Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora. / R.
 
Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia; con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones. / R.
 
Que te alaben, Señor, todos los pueblos, que los pueblos te aclamen todos juntos. Que nos bendiga Dios y que le rinda honor el mundo entero. / R.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
De la carta del apóstol san Pablo a los gálatas (Gál I4, 4-7)
 
Hermanos: Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estábamos bajo la ley, a fin de hacernos hijos suyos. Puesto que ya son ustedes hijos, Dios envió a sus corazones el Espíritu de su Hijo, que clama "¡Abbá!", es decir, ¡Padre! Así que ya no eres siervo, sino hijo; y siendo hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Heb 1, 1-2)
 
Aleluya, aleluya. En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los profetas. Ahora, en estos tiempos, que son los últimos, nos ha hablado por medio de su Hijo.
Aleluya, aleluya.
 
 
EVANGELIO
 
Del santo Evangelio según san Lucas (Lc 2,16-21)  
A. Gloria a ti, Señor.
 
En aquel tiempo, los pastores fueron a toda prisa hacia Belén y encontraron a María, a José y al niño, recostado en el pesebre. Después de verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño, y cuantos los oían quedaban maravillados. María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón.
Los pastores se volvieron a sus campos, alabando y glorificando a Dios por todo cuanto habían visto y oído, según lo que se les había anunciado.
Cumplidos los ocho días, circuncidaron al niño y le pusieron el nombre de Jesús, aquel mismo que había dicho el ángel, antes de que el niño fuera concebido. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
 
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
 
 
LITURGIA EUCARÍSTICA
 


ORACIÓN UNIVERSAL
 
Sacerdote: Levantemos, hermanos, nuestra voz suplicante al Señor y, por la poderosa intercesión de su Madre, imploremos la misericordia divina a favor de todos los hombres:
TODOS: Te rogamos, óyenos.
 
Para que los fieles, a imitación de María, mediten y conserven en su corazón y anuncien con celo lo que han oído del Hijo de Dios. Roguemos al Señor.
 
Para que los hombres de todas las razas y pueblos descubran que tienen un único Dios, Padre de todos, y nunca se comporten como enemigos unos de otros. Roguemos al Señor.
 
Para que llegue a la presencia del Señor el lamento de los que sufren a causa de las guerras, y pronto puedan experimentar el retorno de la paz a sus hogares y naciones. Roguemos al Señor.
 
Para que los que hoy nos hemos reunido para dedicar al Señor las primicias de este año nuevo, vivamos en paz todos los días y podamos ver con salud y alegría su fin. Roguemos al Señor.
Intenciones de la Iglesia local.
 
Sacerdote: Tu trono, Dios nuestro, permanece para siempre, y tus años no se acaban; escucha, pues, nuestras súplicas y bendice el año que hoy comenzamos: que nuestro trabajo cotidiano nos dé el pan de cada día, nuestras almas encuentren también el alimento necesario para avanzar en el camino del bien y en la contemplación fiel de tu Palabra. Por Jesucristo, nuestro Señor.
TODOS: Amén.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Señor Dios, que das origen y plenitud a todo bien, concédenos que, al celebrar, llenos de gozo, la solemnidad de la Santa Madre de Dios, así como nos gloriamos de las primicias de su gracia, podamos gozar también de su plenitud. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PLEGARIA EUCRÍSTICA
 


PREFACIO
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias, siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la solemnidad de santa María, siempre virgen. Porque ella concibió a tu único Hijo por obra del Espíritu Santo, y sin perder la gloria de su virginidad, derramó sobre el mundo la luz eterna, Jesucristo, Señor nuestro.
Por eso, los ángeles y los arcángeles y todos los coros celestiales celebran tu gloria unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza:
Santo, Santo, Santo…
 
 
RITO DE LA COMUNIÓN
 


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
 
Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por todos los siglos (Heb 13, 8).
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Señor, que estos sacramentos celestiales que hemos recibido con alegría sean fuente de vida eterna para nosotros, que nos gloriamos de proclamar a la siempre Virgen María como Madre de tu Hijo y Madre de la Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.  
 


RITO DE CONCLUSIÓN
 

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