DOMINGO IV DE PASCUA DOMINGO DEL BUEN PASTOR JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES Domingo 25 abril 2021

LA
GRANDEZA DEL CRISTIANO
Hech
4,8-12; Sal l17; 1 Jn 3,1-2; Jn 10. ll-18
Las
tres cartas atribuidas a San Juan, presentan una temática común y están
dirigidas a las comunidades cristianas que se encuentran en la misma región del
mundo mediterráneo, a saber, la provincia de Asia Menor. La primera de estas cartas,
es asumida como una especie de carta magna para toda la Iglesia. En ella, el
apóstol habla con admiración y casi asombro, de la suprema grandeza del
cristiano: desde ahora, somos hijos de Dios, conformes a la imagen de nada
menos que el Hijo mismo. Para saber exactamente cómo es el Hijo, el Evangelio
de Juan nos lo presenta como el Buen Pastor. Gracias a esta metáfora, que fue
un modo antiguo de retratar a los reyes, sacerdotes, y otros líderes, sabemos
que el Hijo es la bondad misma, la entrega total, la sabiduría completa y el
amor sobreabundante.
ANTÍFONA
ENTRADA Cfr. Sal 32,5-6
La
tierra está llena del amor del Señor y su palabra hizo los cielos. Aleluya.
GLORIA
Gloria
a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa
gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos
gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único,
Jesucristo.
Señor
Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten
piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque
sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el
Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN
COLECTA
Dios
todopoderoso y eterno, te pedimos que nos lleves a gozar de las alegrías
celestiales, para que tu rebaño, a pesar de su fragilidad, llegue también a
donde lo precedió su glorioso Pastor. Él, que vive y reina contigo...
LITURGIA
DE LA PALABRA
PRIMERA
LECTURA
Sólo
Jesús puede salvarnos.
Del
libro de los Hechos de los Apóstoles: 4, 8-12
En
aquellos días, Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: "Jefes del pueblo y
ancianos: Puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un
hombre enfermo, para saber cómo fue curado, sépanlo ustedes y sépalo todo el
pueblo de Israel: este hombre ha quedado sano en el nombre de Jesús de Nazaret,
a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó de entre los muertos. Este
mismo Jesús es la piedra que ustedes, los constructores, han desechado y que
ahora es la piedra angular. Ningún otro puede salvarnos, pues en la tierra no
existe ninguna otra persona a quien Dios haya constituido como salvador
nuestro". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO
RESPONSORIAL
Del
salmo 117, 1 y 8-9. 21-23. 26 y 28cd y 29.
R/.
La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Aleluya.
Te
damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Más
vale refugiarse en el Señor, que poner en los hombres la confianza; más vale
refugiarse en el Señor, que buscar con los fuertes una alianza. R/.
Te
doy gracias, Señor, pues me escuchaste y fuiste para mí la salvación. La piedra
que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra de
la mano del Señor, es un milagro patente. R/.
Bendito
el que viene en nombre del Señor. Que Dios desde su templo nos bendiga. Tú eres
mi Dios, y te doy gracias. Tú eres mi Dios, y yo te alabo. Te damos gracias,
Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. R/.
SEGUNDA
LECTURA
Veremos
a Dios tal cual es.
De
la primera carta del apóstol san Juan: 3, 1-2
Queridos
hijos: Miren cuánto amor nos ha tenido el Padre, pues no sólo nos llamamos
hijos de Dios, sino que lo somos. Si el mundo no nos reconoce, es porque
tampoco lo ha reconocido a él.
Hermanos
míos, ahora somos hijos de Dios, pero aún no se ha manifestado cómo seremos al
fin. Y ya sabemos que, cuando él se manifieste, vamos a ser semejantes a él,
porque lo veremos tal cual es. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Jn 10, 14
R/.
Aleluya, aleluya.
Yo
soy el buen pastor, dice el Señor; yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a
mí. R/.
EVANGELIO
El
buen pastor da la vida por sus ovejas.
Del
santo Evangelio según san Juan: 10, 11-18
En
aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: "Yo soy el buen pastor. El buen
pastor da la vida por sus ovejas. En cambio, el asalariado, el que no es el
pastor ni el dueño de las ovejas, cuando ve venir al lobo, abandona las ovejas
y huye; el lobo se arroja sobre ellas y las dispersa, porque a un asalariado no
le importan las ovejas.
Yo
soy el buen pastor, porque conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, así
como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Yo doy la vida por mis
ovejas. Tengo además otras ovejas que no son de este redil y es necesario que
las traiga también a ellas; escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo
pastor.
El
Padre me ama porque doy mi vida para volverla a tomar. Nadie me la quita; yo la
doy porque quiero. Tengo poder para darla y lo tengo también para volverla a
tomar. Este es el mandato que he recibido de mi Padre". Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN
DE FE
CREDO
de los Apóstoles
Creo
en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en
Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia
del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de
Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado
a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a
vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la
comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y
la vida eterna.
Amén.
PLEGARIA
UNIVERSAL
Levantemos,
hermanos, nuestros ojos a Cristo, obispo y pastor de nuestras almas, y pongamos
en sus manos, con toda confianza, las necesidades de los hombres diciendo: Te
rogamos, Señor. R. O bien: Jesús, Buen Pastor, sálvanos.
Para
que los obispos, los presbíteros y diáconos apacienten santamente a los pueblos
que tienen encomendados, roguemos al Señor.
Para
que la paz que Jesucristo concedió a los discípulos arraigue con fuerza en
nuestro mundo, y se alejen de las naciones el odio y las guerras, roguemos al
Señor.
Para
que los enfermos, los pobres y todos los que sufren encuentren en Cristo
resucitado luz y esperanza, roguemos al Señor.
Para
que Dios derrame en las familias cristianas el espíritu de piedad y de renuncia
a lo mundano, de manera que germinen abundantes vocaciones al ministerio
eclesial, roguemos al Señor.
Dios
nuestro, Padre todopoderoso, que hiciste resplandecer la gloria de Cristo
resucitado cuando, en su nombre, devolviste la salud al inválido, reúne en una
sola familia a los hombres dispersos por el pecado y haz que, uniéndose a
Cristo, el buen pastor, experimenten la alegría de pertenecer a tu rebaño. Por
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de
los siglos.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos,
Señor, vivir siempre llenos de gratitud por estos misterios pascuales que celebramos,
para que, continuamente renovados por su acción se conviertan para nosotros en
causa de eterna felicidad.
Por
Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Prefacio
IV PREFACIO IV DE PASCUA
Restauración
universal por el Misterio Pascual
En
verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre,
Señor, pero más que nunca en este tiempo en que Cristo, nuestra Pascua, fue
inmolado. Porque destruida la antigua situación de pecado, se renueva todo lo
que estaba caído y en Cristo se restablece la integridad de nuestra vida. Por
eso, con esta efusión del gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría,
y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar
el himno de tu gloria:
Santo,
Santo, Santo...
ANTÍFONA
DE LA COMUNIÓN
Ha
resucitado el Buen Pastor, que dio la vida por sus ovejas y se entregó a la
muerte por su rebaño. Aleluya.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Buen
Pastor, vela con solicitud por tu rebaño y dígnate conducir a las ovejas que
redimiste con la preciosa sangre de tu Hijo, a las praderas eternas. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
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