DOMINGO II DE ADVIENTO Ciclo C Domingo 5 de diciembre 2021
Bar 5, 1-9; Sal 125; Flp 1,
4-6. 8-11; Lc 3, 1-6
Para Lucas es muy importante
resaltar el momento histórico cuando la Palabra del Señor se dirige a Juan
Bautista. Esta tendencia del evangelista no sólo proporciona una oportunidad de
exhibir a sus lectores originales la elegancia de su estilo literario (los
versículos 1 al 2 del Evangelio constituyen una sola frase elegante en el
griego), sino que revela su actitud hacia el tiempo. El tiempo para él no es un
mero flujo de momentos sucesivos, un contexto abstracto necesario para que
ciertos acontecimientos sucedan, sino que puede ser algo sagrado, una
herramienta que Dios utiliza. El tiempo está en la mente de Dios, porque forma
parte de su plan de salvación, y en la voluntad divina, porque Dios quiere
salvar a los seres humanos en los momentos más oportunos. En síntesis, el
tiempo es una realidad sagrada.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 30.19.30
Pueblo de Sión, mira que el Señor va a venir para salvar a todas las
naciones y dejará oír la majestad de su voz para alegría de tu corazón.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios omnipotente y misericordioso, haz que ninguna ocupación terrena
sirva de obstáculo a quienes van presurosos al encuentro de tu Hijo, antes
bien, que el aprendizaje de la sabiduría celestial, nos lleve a gozar de su
presencia. El, que vive y reina contigo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Dios mostrará su grandeza.
Del libro del profeta Baruc: 5, 1-9
Jerusalén, despójate de tus vestidos de luto y aflicción, y vístete
para siempre con el esplendor de la gloria que Dios te da; envuélvete en el
manto de la justicia de Dios y adorna tu cabeza con la diadema de la gloria del
Eterno, porque Dios mostrará tu grandeza a cuantos viven bajo el cielo. Dios te
dará un nombre para siempre: "Paz en la justicia y gloria en la
piedad".
Ponte de pie, Jerusalén, sube a la altura, levanta los ojos y contempla
a tus hijos, reunidos de oriente y de occidente, a la voz del espíritu, gozosos
porque Dios se acordó de ellos. Salieron a pie, llevados por los enemigos; pero
Dios te los devuelve llenos de gloria, como príncipes reales.
Dios ha ordenado que se abajen todas las montañas y todas las colinas,
que se rellenen todos los valles hasta aplanar la tierra, para que Israel
camine seguro bajo la gloria de Dios. Los bosques y los árboles fragantes le
darán sombra por orden de Dios. Porque el Señor guiará a Israel en medio de la
alegría y a la luz de su gloria, escoltándolo con su misericordia y su
justicia. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 125, 1-2ab. 2cd-3. 4-5. 6.
R/. Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor.
Cuando el Señor nos hizo volver del cautiverio, creíamos soñar;
entonces no cesaba de reír nuestra boca, ni se cansaba entonces la lengua de
cantar. R/.
Aun los mismos paganos con asombro decían: "¡Grandes cosas han
hecho por ellos el Señor!". Y estábamos alegres, pues ha hecho grandes
cosas por su pueblo el Señor. R/.
Como cambian los ríos la suerte del desierto, cambia también ahora
nuestra suerte, Señor, y entre gritos de júbilo cosecharán aquellos que
siembran con dolor. R/.
Al ir, iban llorando, cargando la semilla; al regresar, cantando
vendrán con sus gavillas. R/.
SEGUNDA LECTURA
Manténganse limpios e irreprochables para el día de Cristo.
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses: 1, 4-6. 8-11
Hermanos: Siempre que pido por ustedes, lo hago con gran alegría,
porque han colaborado conmigo en la causa del Evangelio, desde el primer día
hasta ahora.
Estoy convencido de que aquel que comenzó en ustedes esta obra, la irá
perfeccionando siempre hasta el día de la venida de Cristo Jesús.
Dios es testigo de cuánto los amo a todos ustedes con el amor
entrañable con que los ama Cristo Jesús. Y ésta es mi oración por ustedes: Que
su amor siga creciendo más y más y se traduzca en un mayor conocimiento y
sensibilidad espiritual. Así podrán escoger siempre lo mejor y llegarán limpios
e irreprochables al día de la venida de Cristo, llenos de los frutos de la
justicia, que nos viene de Cristo Jesús, para gloria y alabanza de Dios.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Lc 3, 4.6
R/. Aleluya, aleluya.
Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos, y todos los
hombres verán la salvación de Dios. R/.
EVANGELIO
Todos verán la salvación de Dios.
Del santo Evangelio según san Lucas: 3, 1-6
En el año décimo quinto del reinado del César Tiberio, siendo Poncio
Pilato procurador de Judea; Herodes, tetrarca de Galilea; su hermano Filipo,
tetrarca de las regiones de Iturea y Traconítide; y Lisanias, tetrarca de
Abilene; bajo el pontificado de los sumos sacerdotes Anás y Caifás, vino la
palabra de Dios en el desierto sobre Juan, hijo de Zacarías.
Entonces comenzó a recorrer toda la comarca del Jordán, predicando un
bautismo de penitencia para el perdón de los pecados, como está escrito en el
libro de las predicciones del profeta Isaías:
Ha resonado una voz en el desierto: Preparen el camino del Señor, hagan
rectos sus senderos. Todo valle será rellenado, toda montaña y colina,
rebajada; lo tortuoso se hará derecho, los caminos ásperos serán allanados y
todos los hombres verán la salvación de Dios. Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es
una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Salgamos al encuentro del Señor, que se acerca a nosotros con designios
de paz, y presentémosle confiados nuestra plegaria. Digamos confiadamente: Ven
Señor Jesús. (R/. Ven Señor Jesús.)
Para que la Iglesia viva alegre, sin inquietarse por nada, y, llena de
esperanza, crea que el Señor está cerca de ella, roguemos al Señor.
Para que nuestro tiempo, con la ayuda de Dios, goce de seguridad, de
alegría y de paz, roguemos al Señor.
Para que el Señor, con su venida, conforte los corazones abatidos y
fortalezca las rodillas que se doblan, roguemos al Señor.
Para que nuestra fe crea firmemente en los dones que Dios nos promete
y, ayudados por la gracia divina, nos dispongamos a recibir los auxilios que él
nos envía, roguemos al Señor.
Señor Dios, grande en el amor, que llamas a los humildes al esplendor
de tu reino, escucha nuestra oración y endereza nuestro camino hacia ti; abaja
los montes elevados de nuestra soberbia, para que celebremos con fe ardiente la
venida de Jesucristo, tu Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de los
siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes súplicas y ofrendas, y
puesto que no tenemos méritos en qué apoyarnos, nos socorra el poderoso auxilio
de tu benevolencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
La doble espera de Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno, por Cristo nuestro Señor. A quien todos los profetas anunciaron y la
Virgen esperó con inefable amor de madre; Juan lo proclamó ya próximo y lo
señaló después entre los hombres. Él es quien nos concede ahora preparamos con
alegría al misterio de su nacimiento, para encontramos así cuando llegue,
velando en oración y cantando su alabanza. Por eso, con los ángeles y los
arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu
gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Bar 5, 5; 4, 36
Levántate, Jerusalén, sube a lo alto, para que contemples la alegría
que te viene de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Saciados por el alimento que nutre nuestro espíritu, te rogamos, Señor,
que, por nuestra participación en estos misterios, nos enseñes a valorar
sabiamente las cosas de la tierra y a poner nuestro corazón en las del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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