SOLEMNIDAD DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO. REY DEL UNIVERSO Domingo 21 de noviembre 2021
LA REALEZA COMO JESÚS LA VIVE
Dan 7,13-14; Sal 92; Apoc 1,5-8; Jn 18, 33-37
Ya que estamos al fin del año litúrgico, tenemos lecturas con
referencias al fin de la historia. La primera lectura es un buen ejemplo. En
Daniel aparece un anciano, un trono y un ser misterioso que en la narración se
le da el apelativo de "hijo de hombre". El anciano y el tribunal
entregan al "hijo del hombre" el poder sobre reinos y naciones,
quienes se ponen a su servicio. El Nuevo Testamento identifica esta figura con
Jesús, pero no hace una identificación literal. En el Evangelio de Juan, vemos
cómo Jesús es un rey. El diálogo permite a Jesús explicar que no es rey como
los reyes de este mundo. Su reino no posee el alcance de una proclamación
política, sino que consiste en dar testimonio de la verdad que es él. Esta
revelación es el fundamento de su realeza.
ANTÍFONA DE ENTRADA Apoc 5, 12; 1, 6
Digno es el Cordero que fue inmolado, de recibir el poder y la riqueza,
la sabiduría, la fuerza y el honor. A él la gloria y el imperio por los siglos
de los siglos.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado
del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende
nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de
nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que quisiste fundamentar todas las cosas en
tu Hijo muy amado, Rey del universo, concede, benigno, que toda la creación,
liberada de la esclavitud del pecado, sirva a tu majestad y te alabe
eternamente. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Su poder es eterno.
Del libro del profeta Daniel: 7, 13-14
Yo, Daniel, tuve una visión nocturna: Vi a alguien semejante a un hijo
de hombre, que venía entre las nubes del cielo. Avanzó hacia el anciano de
muchos siglos y fue introducido a su presencia. Entonces recibió la soberanía,
la gloria y el reino. Y todos los pueblos y naciones
de todas las lenguas lo servían. Su poder nunca se acabará, porque es
un poder eterno, y su reino jamás será destruido. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 92, 1ab.1c-2. 5.
R/. Señor, tú eres nuestro rey.
Tú eres, Señor, el rey de todos los reyes. Estás revestido de poder y
majestad. R/.
Tú mantienes el orbe y no vacila. Eres eterno, y para siempre está
firme tu trono. R/.
Muy dignas de confianza son tus leyes y desde hoy y para siempre,
Señor, la santidad adorna tu templo. R/.
SEGUNDA LECTURA
El soberano de los reyes de la tierra ha hecho de nosotros un reino de
sacerdotes para su Dios y Padre.
Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan: 1, 5-8
Hermanos míos: Gracia y paz a ustedes, de parte de Jesucristo, el
testigo fiel, el primogénito de los muertos, el soberano de los reyes de la
tierra; aquel que nos amó y nos purificó de nuestros pecados con su sangre y ha
hecho de nosotros un reino de sacerdotes para su Dios y Padre. A él la gloria y
el poder por los siglos de los siglos. Amén. Miren: él viene entre las nubes, y
todos lo verán, aun aquellos que lo traspasaron. Todos los pueblos de la tierra
harán duelo por su causa.
"Yo soy el Alfa y la Omega, dice el Señor Dios, el que es, el que
era y el que ha de venir, el todopoderoso".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mc 11. 9. 10
R/. Aleluya, aleluya.
¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito el reino que
llega, el reino de nuestro padre David! R/.
EVANGELIO
Tú lo has dicho. Soy rey.
Del santo Evangelio según san Juan: 18,33-37
En aquel tiempo, preguntó Pilato a Jesús: "¿Eres tú el rey de los
judíos?". Jesús le contestó: "¿Eso lo preguntas por tu cuenta o te lo
han dicho otros?". Pilato le respondió: "¿Acaso soy yo judío? Tu
pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué es lo que has
hecho?". Jesús le contestó: "Mi Reino no es de este mundo. Si mi
Reino fuera de este mundo, mis servidores habrían luchado para que no cayera yo
en manos de los judíos. Pero mi Reino no es de aquí".
Pilato le dijo: "¿Conque tú eres rey?". Jesús le contestó:
"Tú lo has dicho. Soy rey. Yo nací y vine al mundo para ser testigo de la
verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz". Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es
una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Dirijamos, llenos de confianza, nuestras súplicas a Cristo, supremo
Señor de la vida y de la muerte y rey de todas las creaturas del cielo y de la
tierra y digamos: Rey de la Gloria, escúchanos. (R/. Rey de la gloria,
escúchanos.)
Para que los pastores y fieles de la Iglesia se esfuercen con celo para
reconciliar al universo con Dios y en pacificar por la sangre de la cruz de
Jesucristo a todas las creaturas, roguemos al Señor.
Para que la semilla evangélica, escondida en las diversas religiones y
culturas, germine y se manifieste, y todos los hombres reconozcan con gozo que
Cristo es Señor, para gloria de Dios Padre, roguemos al Señor.
Para que quienes aún viven bajo el dominio de la ignorancia, el pecado
o el sufrimiento sean trasladados al reino de Cristo y encuentren el fin de sus
penas, roguemos al Señor.
Para que los que hoy celebramos la solemnidad de Cristo, Señor supremo
del universo, a quien están destinadas todas las cosas, participemos también un
día en la herencia del pueblo santo, en el reino de la luz, roguemos al Señor.
Dios nuestro, principio y origen de toda paternidad, que has enviado a
tu Hijo al mundo para convertirnos en un reino y hacernos tus sacerdotes,
escucha nuestras oraciones e ilumina nuestro espíritu, para que comprendamos
que servirte es reinar y, al dar nuestra vida a los demás, proclamemos con
obras nuestra fidelidad a Cristo, el primogénito de entre los muertos y
príncipe de los reyes de la tierra. Él, que vive y reina por los siglos de los
siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al ofrecerte, Señor, el sacrificio de la reconciliación humana, te
suplicamos humildemente que tu Hijo conceda a todos los pueblos los dones de la
unidad y de la paz. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
PREFACIO
Cristo, Rey del universo.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno. Porque has ungido con el óleo de la alegría, a tu Hijo único, nuestro
Señor Jesucristo, como Sacerdote eterno y Rey del universo, para que,
ofreciéndose a sí mismo como víctima perfecta y pacificadora en el altar de la
cruz, consumara el misterio de la redención humana; y, sometiendo a su poder la
creación entera, entregara a tu majestad infinita un Reino eterno y universal:
Reino de la verdad y de la vida, Reino de la santidad y de la gracia, Reino de
la justicia, del amor y de la paz.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales,
cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo ...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 28, 10-11
En su trono reinará el Señor para siempre y le dará a su pueblo la
bendición de la paz.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo recibido, Señor, el alimento de vida eterna, te rogamos que
quienes nos gloriamos de obedecer los mandamientos de Jesucristo, Rey del
universo, podamos vivir eternamente con él en el reino de los cielos. Él, que
vive y reina por los siglos de los siglos.
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