DOMINGO VI DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo C Domingo 13 de febrero 2022
HAY QUE ELEGIR BIEN
Jer 17,5-8; Sal l; 1 Cor 15,12.16.20; Lc 6, 17. 20-26
Nuestra capacidad de elegir es un don de Dios, pero es un don que
tenemos que ejercer cuidadosamente porque tiene consecuencias enormes. Así nos
dicen nuestras lecturas. El salmo 1, por ejemplo, contrapone dos formas de ser
y de proceder, entre las cuales hay que escoger: el camino de los justos y el
de los malvados. El camino de los justos se centra en la ley, que es un caudal
de agua perenne y confiere al ser humano una vitalidad como la de un vegetal
que no se marchita. El camino de los malvados es "paja arrastrada por el
viento" (v. 4), y conduce a la debilidad y a la muerte. En Lucas,
encontramos lo mismo. Jesús une bienaventuranzas y malaventuranzas en un
díptico esencial de dicha y desdicha, bien y mal del hombre. ¡Hay que saber
escoger bien!
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 30, 3-4
Sírveme de defensa, Dios mío, de roca y fortaleza salvadoras; y pues
eres mi baluarte y mi refugio, acompáñame y guíame.
GL0RIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado
del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende
nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de
nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que prometiste poner tu morada en los corazones rectos y
sinceros, concédenos, por tu gracia, vivir de tal manera que te dignes habitar
en nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
Maldito el que confía en el hombre. Bendito el que confía en el Señor.
Del libro del profeta Jeremías: 17, 5-8
Esto dice el Señor: "Maldito el hombre que confía en el hombre,
que en él pone su fuerza y aparta del Señor su corazón. Será como un cardo en
la estepa, que nunca disfrutará de la lluvia. Vivirá en la aridez del desierto,
en una tierra salobre e inhabitable.
Bendito el hombre que confía en el Señor y en él pone su esperanza.
Será como un árbol plantado junto al agua, que hunde en la corriente sus
raíces; cuando llegue el calor, no lo sentirá y sus hojas se conservarán
siempre verdes; en año de sequía no se marchitará ni dejará de dar
frutos". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 1,1-2.3.4 y6.
R/. Dichoso el hombre que confía en el Señor.
Dichoso aquel que no se guía por mundanos criterios, que no anda en
malos pasos ni se burla del bueno, que ama la ley de Dios y se goza en cumplir
sus mandamientos. R/.
Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y
nunca se marchita. En todo tendrá éxito. R/.
En cambio, los malvados serán como la paja barrida por el viento.
Porque el Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por
perderlo. R/.
SEGUNDA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 15, 12.
16-20
Hermanos: Si hemos predicado que Cristo resucitó de entre los muertos,
¿cómo es que algunos de ustedes andan diciendo que los muertos no resucitan?
Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó.
Y si Cristo no resucitó, es vana la fe de ustedes; y por lo tanto, aún
viven ustedes en pecado, y los que murieron en Cristo, perecieron. Si nuestra
esperanza en Cristo se redujera tan sólo a las cosas de esta vida, seríamos los
más infelices de todos los hombres. Pero no es así, porque Cristo resucitó, y
resucitó como la primicia de todos los muertos. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 6, 23
R/. Aleluya, aleluya.
Alégrense ese día y salten de gozo, porque su recompensa será grande en
el cielo, dice el Señor. R/.
EVANGELIO
Dichosos los pobres. - ¡Ay de ustedes los ricos!
Del santo Evangelio según san Lucas: 6, 17. 20-26
En aquel tiempo, Jesús descendió del monte con sus discípulos y sus
apóstoles y se detuvo en un llano.
Allí se encontraba mucha gente, que había venido tanto de Judea y de
Jerusalén, como de la costa de Tiro y de Sidón.
Mirando entonces a sus discípulos, Jesús les dijo: "Dichosos
ustedes los pobres, porque de ustedes es el Reino de Dios. Dichosos ustedes los
que ahora tienen hambre, porque serán saciados. Dichosos ustedes los que lloran
ahora, porque al fin reirán.
Dichosos serán ustedes cuando los hombres los aborrezcan y los expulsen
de entre ellos, y cuando los insulten y maldigan por causa del Hijo del hombre.
Alégrense ese día y salten de gozo, porque su recompensa será grande en el
cielo. Pues así trataron sus padres a los profetas.
Pero, ¡ay de ustedes, los ricos, porque ya tienen ahora su consuelo! ¡Ay
de ustedes, los que se hartan ahora, porque después tendrán hambre! ¡Ay de
ustedes, los que ríen ahora, porque llorarán de pena! ¡Ay de ustedes, cuando
todo el mundo los alabe, porque de ese modo trataron sus padres a los falsos
profetas!". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es
una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Imploremos, hermanos, al Dios de la misericordia y pidámosle su ayuda
para poder invocar su nombre con sentimientos que le agraden: (R/. Escúchanos,
Señor.)
Por la paz de todo el mundo, por la prosperidad de las santas Iglesias
y por la unión de todos los hombres, roguemos al Señor.
Por nuestros gobernantes, para que bajo su dirección tengamos una vida
feliz y pacífica, roguemos al Señor.
Por la conservación de la naturaleza, por la abundancia de las cosechas
y por el progreso del mundo, roguemos al Señor.
Por nuestros familiares y amigos que han muerto en la esperanza de la
resurrección, para que Dios les conceda el reposo eterno, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que derribas a los poderosos del trono y a los humildes
los colmas de bienes, escucha nuestras oraciones, atiende el clamor de los
pobres y de los oprimidos, que se eleva a ti desde todas las regiones del
mundo, rompe el yugo de la violencia y del egoísmo, que nos hace enemigos unos
de otros, y haz que, acogiéndonos mutuamente como hermanos, seamos signos de
una humanidad nueva reunida y unificada en el amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que esta ofrenda, Señor, nos purifique y nos renueve, y se convierta en
causa de recompensa eterna para quienes cumplimos tu voluntad. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio Pascual y el Pueblo de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación
darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, por su Misterio
Pascual, realizó la obra maravillosa de llamamos de la esclavitud del pecado y
de la muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real, nación
consagrada, pueblo de tu propiedad, para que, trasladados por ti de las
tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas. Por eso
con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos
sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 77, 29-30
El Señor colmó el deseo de su pueblo; no lo defraudó. Comieron y
quedaron satisfechos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Saciados, Señor, por este manjar celestial, te rogamos que nos hagas
anhelar siempre este mismo sustento por el cual verdaderamente vivimos. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
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