DOMINGO XIV DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo C Domingo 3 de julio 2022

EL SENTIDO
MISIONERO DEL DISCIPULADO
Is 66, 10-14;
Sal 65; Gál 6, 14-18; Lc 10, 1-12. 17-20
En el capítulo
10 de Lucas, Jesús continúa esas instrucciones para la vida de sus discípulos
que ha empezado en el capítulo anterior. Quizá esperaríamos que tales
instrucciones se concentraran en la necesidad de ejercer cierta precaución, de
no fiarse de los demás, y de evitar lo que Jesús probablemente sabía que iba a
ser su propio destino violento. Sin embargo, este capítulo dista mucho de
cualquier preocupación por la autopreservación. Al contrario, Jesús insiste en
que sus seguidores dejen la tranquilidad de sus vidas cerradas y compartan el
Evangelio con todo el mundo, como es sugerido por el número de setenta y dos
que recuerda el número de las naciones enumeradas en Gén 10,2-31. Los manda con
un sentido de urgencia, a pesar de la hostilidad que van a encontrar. La vida
cristiana tiene un sentido imprescindible de misión.
ANTÍFONA DE
ENTRADA Sal 47. 10-11
Meditamos,
Señor, los dones de tu amor, en medio de tu templo. Tu alabanza llega hasta los
confines de la tierra como tu fama. Tu diestra está llena de justicia.
GLORIA
Gloria a Dios
en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria
te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único,
Jesucristo.
Señor Dios,
Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad
de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que
estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú
eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que
por medio de la humillación de tu Hijo reconstruiste el mundo derrumbado,
concede a tus fieles una santa alegría, para que, a quienes rescataste de la
esclavitud del pecado, nos hagas disfrutar del gozo que no tiene fin. Por
nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA
PALABRA
PRIMERA LECTURA
Yo haré correr
la paz sobre ella como un río.
Del libro del
profeta Isaías: 66, 10-14
Alégrense con
Jerusalén, gocen con ella todos los que la aman, alégrense de su alegría todos
los que por ella llevaron luto, para que se alimenten de sus pechos, se llenen
de sus consuelos y se deleiten con la abundancia de su gloria.
Porque dice el
Señor: "Yo haré correr la paz sobre ella como un río y la gloria de las
naciones como un torrente desbordado. Como niños serán llevados en el regazo y
acariciados sobre sus rodillas; como un hijo a quien su madre consuela, así los
consolaré yo. En Jerusalén serán ustedes consolados.
Al ver esto se
alegrará su corazón y sus huesos florecerán como un prado. Y los siervos del
Señor conocerán su poder". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO
RESPONSORIAL
Del salmo 65,
1-3a. 4-5. 6-7a. 16. 20.
R/. Las obras
del Señor son admirables.
Que aclame al
Señor toda la tierra; celebremos su gloria y su poder, cantemos un himno de
alabanza, digamos al Señor: "Tu obra es admirable". R/.
Que se postre
ante ti la tierra entera y celebre con cánticos tu nombre. Admiremos las obras
del Señor, los prodigios que ha hecho por los hombres. R/.
El transformó
el Mar Rojo en tierra firme y los hizo cruzar el Jordán a pie enjuto.
Llenémonos por eso de gozo y gratitud: El Señor es eterno y poderoso. R/.
Cuantos temen a
Dios vengan y escuchen, y les diré lo que ha hecho por mí. Bendito sea Dios que
no rechazó mi súplica, ni me retiró su gracia. R/.
SEGUNDA LECTURA
Llevo en mi
cuerpo la marca de los sufrimientos que he pasado por Cristo.
De la carta del
apóstol san Pablo a los gálatas: 6, 14-18
Hermanos: No
permita Dios que yo me gloríe en algo que no sea la cruz de nuestro Señor
Jesucristo, por el cual el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo.
Porque en Cristo Jesús de nada vale el estar circuncidado o no, sino el ser una
nueva creatura.
Para todos los
que vivan conforme a esta norma y también para el verdadero Israel, la paz y la
misericordia de Dios. De ahora en adelante, que nadie me ponga más obstáculos,
porque llevo en mi cuerpo la marca de los sufrimientos que he pasado por
Cristo.
Hermanos, que
la gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con ustedes. Amén. Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Col 3, 15. 16
R/. Aleluya,
aleluya.
Que en sus
corazones reine la paz de Cristo; que la palabra de Cristo habite en ustedes
con toda su riqueza. R/.
EVANGELIO
El deseo de paz
de ustedes se cumplirá.
Del santo
Evangelio según san Lucas: 10, 1-12. 17-20
En aquel
tiempo, Jesús designó a otros setenta y dos discípulos y los mandó por delante,
de dos en dos, a todos los pueblos y lugares a donde pensaba ir, y les dijo:
"La cosecha es mucha y los trabajadores pocos. Rueguen, por lo tanto, al
dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos. Pónganse en camino; yo
los envío como corderos en medio de lobos. No lleven ni dinero, ni morral, ni
sandalias y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Cuando entren en
una casa digan: 'Que la paz reine en esta casa'. Y si allí hay gente amante de
la paz, el deseo de paz de ustedes se cumplirá; si no, no se cumplirá. Quédense
en esa casa. Coman y beban de lo que tengan, porque el trabajador tiene derecho
a su salario. No anden de casa en casa. En cualquier ciudad donde entren y los
reciban, coman lo que les den. Curen a los enfermos que haya y díganles: 'Ya se
acerca a ustedes el Reino de Dios'.
Pero si entran
en una ciudad y no los reciben, salgan por las calles y digan: 'Hasta el polvo
de esta ciudad que se nos ha pegado a los pies nos lo sacudimos, en señal de
protesta contra ustedes. De todos modos, sepan que el Reino de Dios está
cerca'. Yo les digo que, en el día del juicio, Sodoma será tratada con menos
rigor que esa ciudad".
Los setenta y
dos discípulos regresaron llenos de alegría y le dijeron a Jesús: "Señor,
hasta los demonios se nos someten en tu nombre".
Él les
contestó: "Vi a Satanás caer del cielo como el rayo. A ustedes les he dado
poder para aplastar serpientes y escorpiones y para vencer toda la fuerza del
enemigo, y nada les podrá hacer daño. Pero no se alegren de que los demonios se
les someten. Alégrense más bien de que sus nombres están escritos en el
cielo".
Palabra de
Dios. Te alabamos, Señor.
PROFESIÓN DE FE
CREDO
NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo
Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible
y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido
del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero
de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por
quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación
bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y
se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio
Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las
Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo
vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo
en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por
los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la
resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA
UNIVERSAL
Pidamos,
hermanos, al Señor que escuche nuestras súplicas y acoja nuestras peticiones.
Digamos confiadamente: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
Oremos a Dios
Padre por el Papa Francisco, por nuestro obispo N., y por todos aquellos a los
que se han confiado nuestras almas; que nuestro Señor les dé la fuerza y
sabiduría para dirigir y gobernar santamente las comunidades que les han sido
encomendadas y puedan así dar buena cuenta cuando se les pida. Roguemos al
Señor.
Oremos también
para que Dios nos conceda la paz; que él, que es la verdadera paz y el origen
de toda concordia, transmita la paz del cielo a la tierra, la paz espiritual
para nuestras almas y la paz temporal para nuestros días. Roguemos al Señor.
Pidamos por los
que se esfuerzan en seguir las sendas del Evangelio, para que nuestro Señor los
mantenga en este santo propósito hasta el fin de sus días; oremos también por
los que viven en pecado, para que nuestro Señor les dé la gracia de convertirse,
hacer penitencia y purificarse en el sacramento del perdón y alcanzar así la
salvación eterna. Roguemos al Señor.
Oremos,
finalmente, a Dios nuestro Señor por los fieles difuntos, que han salido ya de
este mundo, especialmente por nuestros familiares, amigos y bienhechores, para
que el Señor, por su gran misericordia, los reciba en su gloria y los coloque
entre los santos y elegidos. Roguemos al Señor.
Dios nuestro,
que al darnos la vocación cristiana nos pides estar siempre dispuestos a
anunciar el Evangelio por todo el mundo, escucha nuestras oraciones y
concédenos aquella valentía y libertad apostólicas que son necesarias para
hacer presente en el mundo tu palabra de amor y tu mensaje de paz. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE
LAS OFRENDAS
La oblación que
te ofrecemos, Señor, nos purifique, y nos haga participar, de día en día, de la
vida del reino glorioso. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio de
la salvación
En verdad es
justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación darte gracias y
alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, compadecido del extravío de los
hombres, quiso nacer de la Virgen María; muriendo en la cruz, nos libró de la
muerte eterna y, resucitando, nos dio vida eterna. Por eso, con los ángeles y
los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno
de tu gloria:
Santo, Santo,
Santo es el Señor, Dios del universo,
Llenos están el
cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el
cielo.
Bendito el que
viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA
COMUNIÓN Sal 33,9
Prueben y vean
qué bueno es el Señor; dichoso quien se acoge a él.
ORACIÓN DESPUÉS
DE LA COMUNIÓN
Señor, que nos
has colmado con tantas gracias, concédenos alcanzar los dones de la salvación y
que nunca dejemos de alabarte. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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