Domingo XIX del Tiempo Ordinario Ciclo C Domingo 7 de agosto 2022
LA FACETA INTERIOR DE LA VIDA CRISTIANA
Sab 8, 6-9; Sal 32; Heb. 11,1-2. 8-19; Lc 12, 32-48
La vida cristiana no es exclusivamente interior, pero lo interior tiene
un papel imprescindible.
Las lecturas de hoy resaltan tal papel. En el libro de Sabiduría, el
autor toma como punto de partida la súplica de Salomón según 1 Re 3 y muestra,
con varias metáforas, la sabiduría como una capacidad interior que necesitamos
para vivir bien. La Carta a los Hebreos alaba la importancia de la fe con una
serie de personas ejemplares. La definición de fe ofrecida por el escritor
contiene dos sustantivos griegos que han creado muchas disputas entre exégetas
porque admiten o una interpretación objetiva o una interior: hypóstasis (una
garantía objetiva o la confianza interior) y élenjas (una prueba objetiva o la
esperanza interior). Finalmente, el Evangelio de Lucas nos exhorta a la
disposición interior de vigilancia con un montaje de tres parábolas.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 73, 20. 19. 22. 23
Acuérdate, Señor, de tu alianza; no olvides por más tiempo la suerte de
tus pobres. Levántate, Señor, a defender tu causa; no olvides las voces de los
que te buscan.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado
del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende
nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de
nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, a quien, enseñados por el Espíritu Santo,
invocamos con el nombre de Padre, intensifica en nuestros corazones el espíritu
de hijos adoptivos tuyos, para que merezcamos entrar en posesión de la herencia
que nos tienes prometida. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
Castigaste a nuestros adversarios y a tus elegidos nos cubriste de
gloria.
Del libro de la Sabiduría: 18, 6-9
La noche de la liberación pascual fue anunciada con anterioridad a
nuestros padres, para que se confortaran al reconocer la firmeza de las
promesas en que habían creído.
Tu pueblo esperaba a la vez la salvación de los justos y el exterminio
de sus enemigos. En efecto, con aquello mismo con que castigaste a nuestros
adversarios nos cubriste de gloria a tus elegidos.
Por eso, los piadosos hijos de un pueblo justo celebraron la Pascua en
sus casas, y de común acuerdo se impusieron esta ley sagrada, de que todos los
santos participaran por igual de los bienes y de los peligros. Y ya desde
entonces cantaron los himnos de nuestros padres. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 32, 1. 12. 18-19. 20. 22.
R/. Dichoso el pueblo escogido por Dios.
Que los justos aclamen al Señor; es propio de los justos alabarlo.
Feliz la nación cuyo Dios es el Señor, dichoso el pueblo que eligió por suyo.
R/.
Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían; los
salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida. R/.
En el Señor está nuestra esperanza, pues él es nuestra ayuda y nuestro
amparo. Muéstrate bondadoso con nosotros, puesto que, en ti, Señor, hemos
confiado. R/.
SEGUNDA LECTURA
Esperaban la ciudad de sólidos cimientos, cuyo arquitecto y constructor
es Dios.
De la carta a los hebreos: 11, 1-2. 8-19
Hermanos: La fe es la forma de poseer, ya desde ahora, lo que se espera
y de conocer las realidades que no se ven. Por ella fueron alabados nuestros
mayores.
Por su fe, Abraham, obediente al llamado de Dios, y sin saber a dónde
iba, partió hacia la tierra que habría de recibir como herencia. Por la fe,
vivió como extranjero en la tierra prometida, en tiendas de campaña, como Isaac
y Jacob, coherederos de la misma promesa después de él. Porque ellos esperaban
la ciudad de sólidos cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.
Por su fe, Sara, aun siendo estéril y a pesar de su avanzada edad, pudo
concebir un hijo, porque creyó que Dios habría de ser fiel a la promesa; y así,
de un solo hombre, ya anciano, nació una descendencia numerosa como las
estrellas del cielo e incontable como las arenas del mar.
Todos ellos murieron firmes en la fe. No alcanzaron los bienes
prometidos, pero los vieron y los saludaron con gozo desde lejos. Ellos
reconocieron que eran extraños y peregrinos en la tierra. Quienes hablan así,
dan a entender claramente que van en busca de una patria; pues si hubieran
añorado la patria de donde habían salido, habrían estado a tiempo de volver a
ella todavía. Pero ellos ansiaban una patria mejor: la del cielo. Por eso Dios
no se avergüenza de ser llamado su Dios, pues les tenía preparada una ciudad.
Por su fe, Abraham, cuando Dios le puso una prueba, se dispuso a
sacrificar a Isaac, su hijo único, garantía de la promesa, porque Dios le había
dicho: De Isaac nacerá la descendencia que ha de llevar tu nombre. Abraham
pensaba, en efecto, que Dios tiene poder hasta para resucitar a los muertos;
por eso le fue devuelto Isaac, que se convirtió así en un símbolo profético.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 24, 42. 44
R/. Aleluya, aleluya.
Estén preparados, porque no saben a qué hora va a venir el Hijo del
hombre. R/.
EVANGELIO
También ustedes estén preparados.
Del santo Evangelio según san Lucas: 12, 32-48
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No temas, rebañito
mío, porque tu Padre ha tenido a bien darte el Reino. Vendan sus bienes y den
limosnas. Consíganse unas bolsas que no se destruyan y acumulen en el cielo un
tesoro que no se acaba, allá donde no llega el ladrón, ni carcome la polilla.
Porque donde está su tesoro, ahí estará su corazón.
Estén listos, con la túnica puesta y las lámparas encendidas. Sean
semejantes a los criados que están esperando a que su señor regrese de la boda,
para abrirle en cuanto llegue y toque. Dichosos aquellos a quienes su señor, al
llegar, encuentre en vela. Yo les aseguro que se recogerá la túnica, los hará
sentar a la mesa y él mismo les servirá. Y si llega a medianoche o a la
madrugada y los encuentra en vela, dichosos ellos.
Fíjense en esto: Si un padre de familia supiera a qué hora va a venir
el ladrón, estaría vigilando y no dejaría que se le metiera por un boquete en
su casa. Pues también ustedes estén preparados, porque a la hora en que menos
lo piensen vendrá el Hijo del hombre".
Entonces Pedro le preguntó a Jesús: "¿Dices esta parábola sólo por
nosotros o por todos?". El Señor le respondió: "Supongan que un
administrador, puesto por su amo al frente de la servidumbre, con el encargo de
repartirles a su tiempo los alimentos, se porta con fidelidad y prudencia.
Dichoso este siervo, si el amo, a su llegada, lo encuentra cumpliendo con su
deber. Yo les aseguro que lo pondrá al frente de todo lo que tiene. Pero si
este siervo piensa: 'Mi amo tardará en llegar' y empieza a maltratar a los
criados y a las criadas, a comer, a beber y a embriagarse, el día menos pensado
y a la hora más inesperada, llegará su amo y lo castigará severamente y le hará
correr la misma suerte que a los hombres desleales.
El siervo que, conociendo la voluntad de su amo, no haya preparado ni
hecho lo que debía, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, haya
hecho algo digno de castigo, recibirá pocos.
Al que mucho se le da, se le exigirá mucho, y al que mucho se le
confía, se le exigirá mucho más". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es
una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, a nuestro Señor Jesucristo, para que, acordándose de
su promesa, escuche la oración de los que nos hemos reunido en su nombre.
Digamos: escúchanos, Señor. (R/. Escúchanos, Señor)
Por la paz que desciende del cielo, por la unión de las Iglesias y por
la salvación de nuestras almas, roguemos al Señor.
Por los que trabajan por el bien de los pobres, por los que ayudan a
los ancianos y por los que cuidan a niños y desvalidos, roguemos al Señor.
Por los que están abatidos o sometidos a una prueba, por los que están
en peligro, por el retorno de los extraviados y por la libertad de los
encarcelados, roguemos al Señor.
Por los que en este momento están orando con nosotros, por los que han
pedido nuestras oraciones y por el reposo eterno de nuestros hermanos difuntos,
roguemos al Señor.
Escucha, Señor, nuestras oraciones y haz que los corazones de tus
fieles se inflamen en la fe que impulsó a nuestro padre Abraham a vivir como
extranjero en la tierra que le prometiste, y que también esperemos el regreso
de tu Hijo, como el criado a quien el Señor encuentra en vela, en el momento de
su llegada, para que podamos así ser acogidos por Cristo en el banquete eterno.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe benignamente, Señor, los dones de tu Iglesia, y, al concederle
en tu misericordia que te los pueda ofrecer, haces al mismo tiempo que se
conviertan en sacramento de nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio Pascual y el Pueblo de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación
darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, por su Misterio
Pascual, realizó la obra maravillosa de llamamos de la esclavitud del pecado y
de la muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real, nación
consagrada, pueblo de tu propiedad, para que, trasladados por ti de las
tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas. Por eso
con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos
sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 147, 12. 14
Alaba, Jerusalén, al Señor, porque te alimenta con lo mejor de su
trigo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
La comunión de tus sacramentos que hemos recibido, Señor, nos salven y
nos confirmen en la luz de tu verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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