DOMINGO XXII DOMINGO ORDINARIO Ciclo C Domingo 28 de agosto 2022

JESÚS, EL SABIO
Sir 3,19-21,30-31; Sal 67; Heb 12,18-19,22-24; Lc 14, 1,7-14
De acuerdo con el exegeta norteamericano, Bart Ehrman, el Jesús
histórico se entendía a sí mismo no como un profeta, como si fuera Isaías o
Jeremías, ni siquiera como un taumaturgo o autor de maravillas, de los cuales
hubo muchos en su época, sino como un sabio, es decir, un practicante de la
sabiduría popular ilustrada en nuestra lectura de Sirácides. Si hay algo de
verdadero en la posición de Ehrman, nos ayuda a entender el Evangelio de hoy.
En Lucas, Jesús se comporta precisamente como un sabio: en vez de lanzar ayes y
bienaventuranzas, como un profeta, observa cómo la gente actúa y llega a una
percepción sabia, es decir, que es mejor ser humilde que prepotente. Es una
percepción a la que cualquier persona sabia podría llegar, pero Jesús le otorga
un tinte cristiano, relacionándola a Dios Padre.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 85, 3. 5
Dios mío, ten piedad de mí, pues sin cesar te invoco: Tú eres bueno y
clemente, y rico en misericordia con quien te invoca.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado
del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende
nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de
nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios de toda virtud, de quien procede todo lo que es bueno, infunde en
nuestros corazones el amor de tu nombre, y concede que, haciendo más religiosa
nuestra vida, hagas crecer el bien que hay en nosotros y lo conserves con
solicitud amorosa. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Hazte pequeño y hallarás gracia ante el Señor.
Del libro del Sirácide (Eclesiástico): 3,19-21. 30-31
Hijo mío, en tus asuntos procede con humildad y te amarán más que al
hombre dadivoso. Hazte tanto más pequeño cuanto más grande seas y hallarás
gracia ante el Señor, porque sólo él es poderoso y sólo los humildes le dan
gloria. No hay remedio para el hombre orgulloso, porque ya está arraigado en la
maldad. El hombre prudente medita en su corazón las sentencias de los otros, y
su gran anhelo es saber escuchar. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 67, 4-5ac. 6-7ab.10-11.
R/. Dios da libertad y riqueza a los cautivos.
Ante el Señor, su Dios, gocen los justos, salten de alegría. Entonen
alabanzas a su nombre. En honor del Señor toquen la cítara. R/.
Porque el Señor, desde su templo santo, a huérfanos y viudas da su
auxilio; él fue quien dio a los desvalidos casa, libertad y riqueza a los
cautivos. R/.
A tu pueblo extenuado diste fuerzas, nos colmaste, Señor, de tus
favores y habitó tu rebaño en esta tierra, que tu amor preparó para los pobres.
R/.
SEGUNDA LECTURA
Se han acercado ustedes a Sión, el monte y la ciudad del Dios viviente.
De la carta a los hebreos: 12, 18-19. 22-24
Hermanos: Cuando ustedes se acercaron a Dios, no encontraron nada
material, como en el Sinaí: ni fuego ardiente, ni obscuridad, ni tinieblas, ni
huracán, ni estruendo de trompetas, ni palabras pronunciadas por aquella voz
que los israelitas no querían volver a oír nunca.
Ustedes, en cambio, se han acercado a Sión, el monte y la ciudad del
Dios viviente, a la Jerusalén celestial, a la reunión festiva de miles y miles
de ángeles, a la asamblea de los primogénitos, cuyos nombres están escritos en
el cielo. Se han acercado a Dios, que es el juez de todos los hombres, y a los
espíritus de los justos que alcanzaron la perfección. Se han acercado a Jesús,
el mediador de la nueva alianza. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 11, 29
R/. Aleluya, aleluya.
Tomen mi yugo sobre ustedes, dice el Señor, y aprendan de mí, que soy
manso y humilde de corazón. R/.
EVANGELIO
El que se engrandece a sí mismo, será humillado y el que se humilla,
será engrandecido.
Del santo Evangelio según san Lucas: 14, l. 7-14
Un sábado, Jesús fue a comer en casa de uno de los jefes de los
fariseos, y éstos estaban espiándolo, Mirando cómo los convidados escogían los
primeros lugares, les dijo esta parábola: "Cuando te inviten a un banquete
de bodas, no te sientes en el lugar principal, no sea que haya algún otro
invitado más importante que tú, y el que los invitó a los dos venga a decirte:
'Déjale el lugar a éste', y tengas que ir a ocupar, lleno de vergüenza, el
último asiento. Por el contrario, cuando te inviten, ocupa el último lugar,
para que, cuando venga el que te invitó, te diga: 'Amigo, acércate a la
cabecera'. Entonces te verás honrado en presencia de todos los convidados.
Porque el que se engrandece a sí mismo, será humillado; y el que se humilla,
será engrandecido". Luego dijo al que lo había invitado: "Cuando des
una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus
parientes, ni a los vecinos ricos; porque puede ser que ellos te inviten a su
vez, y con eso quedarías recompensado. Al contrario, cuando des un banquete,
invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos y a los ciegos; y así serás
dichoso, porque ellos no tienen con qué pagarte; pero ya se te pagará, cuando
resuciten los justos". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es
una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Pidamos, hermanos, al Señor que dé oídos a las súplicas de su pueblo,
diciendo: Escúchanos, Señor. (R/. Escúchanos, Señor.)
Tengamos presente, hermanos, en nuestras oraciones a la Iglesia santa,
católica y apostólica, para que el Señor lo haga crecer en la fe, la esperanza
y la caridad. Roguemos al Señor.
Oremos también por los pecadores, por los encarcelados, por los
enfermos y por los que están lejos de sus hogares, para que el Señor los
proteja, los libere, les devuelva la salud y los consuele. Roguemos al Señor.
Oremos también por las almas de todos los difuntos, para que Dios, en
su bondad, quiera admitirlos en el coro de los santos y de los elegidos.
Roguemos al Señor.
Pidamos también por los que nos disponemos a celebrar la Eucaristía,
para que el Señor perdone sus culpas de los que vamos a participar de sus
sacramentos, otorgue sus premios a los que ejercerán los diversos ministerios y
dé la salvación a todos aquellos por los que ofrecemos nuestro sacrificio.
Roguemos al Señor.
Dios nuestro, que invitas a pobres y pecadores al banquete alegre de la
nueva alianza, escucha nuestras oraciones y haz que sepamos honrar a tu Hijo en
los enfermos y en los humildes, a fin de que, alrededor de tu mesa, nos
reconozcamos mutuamente como hermanos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que esta ofrenda sagrada, Señor, nos traiga siempre tu bendición
salvadora, para que dé fruto en nosotros lo que realiza el misterio. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio Pascual y el Pueblo de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación
darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, por su Misterio
Pascual, realizó la obra maravillosa de llamamos de la esclavitud del pecado y
de la muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real, nación
consagrada, pueblo de tu propiedad, para que, trasladados por ti de las tinieblas
a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas. Por eso con los
ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar
el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 30, 20
Qué grande es tu bondad, Señor, que tienes reservada para tus fieles.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Saciados con el pan de esta mesa celestial, te suplicamos, Señor, que
este alimento de caridad fortalezca nuestros corazones, para que nos animemos a
servirte en nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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