DOMINGO XX DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo C Domingo 14 de agosto 2022
DIOS SE COMUNICA DE MANERA CLARA Y HONESTA
Jer 38,4-6.8-10; Sal 39; Heb 12,1-4; Lc 12,49-53
Los maestros de la mercadotecnia venden sus productos resaltando los
aspectos positivos y minimizando los negativos de ellos. La Palabra de Dios no
es así. Claro que es un mensaje inmensamente positivo, - ¡es la buena noticia
de la salvación! - pero no intenta minimizar los retos. La prueba de esto es el
conjunto de lecturas de hoy, que se focalizan en la oposición a la palabra
divina. En la primera lectura los enemigos del profeta Jeremías lo arrojan en
un pozo por su predicación. En la segunda lectura, el autor de la Carta a los
Hebreos escribe acerca de esa "hostilidad de parte de los pecadores"
(v. 3) y la resistencia a tal hostilidad "hasta derramar la sangre"
(v. 4). En el Evangelio, Lucas narra las palabras de Jesús acerca de "el fuego
que arde sobre la tierra" (v. 49) y la división entre familiares.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 83, 10-11
Dios, protector nuestro, mira el rostro de tu Ungido. Un solo día en tu
casa es más valioso, que mil días en cualquier otra parte.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado
del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende
nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de
nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que has preparado bienes invisibles para los que te aman,
infunde en nuestros corazones el anhelo de amarte, para que, amándote en todo y,
sobre todo, consigamos tus promesas, que superan todo deseo. Por nuestro Señor
Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Tomaron a Jeremías y lo echaron en un pozo.
Del libro del profeta Jeremías: 38,4-6.8-10
Durante el sitio de Jerusalén, los jefes que tenían prisionero a
Jeremías dijeron al rey: "Hay que matar a este hombre, porque las cosas
que dice desmoralizan a los guerreros que quedan en esta ciudad y a todo el
pueblo. Es evidente que no busca el bienestar del pueblo, sino su
perdición".
Respondió el rey Sedecías: "Lo tienen ya en sus manos y el rey no
puede nada contra ustedes". Entonces ellos tomaron a Jeremías y,
descolgándolo con cuerdas, lo echaron en el pozo del príncipe Melquías, situado
en el patio de la prisión. En el pozo no había agua, sino lodo, y Jeremías quedó hundido en el lodo. Ebed-Mélek, el etíope,
oficial de palacio, fue a ver al rey y le dijo: "Señor, está mal hecho lo
que estos hombres hicieron con Jeremías, arrojándolo al pozo, donde va a morir
de hambre". Entonces el rey ordenó a Ebed-Mélek: "Toma treinta
hombres contigo y saca del pozo a Jeremías, antes de que muera". Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 39,2.3.4.18. I
R/. Señor, date prisa en ayudarme.
Esperé en el Señor con gran confianza; él se inclinó hacia mí y escuchó
mis plegarias. R/.
Del charco cenagoso y la fosa mortal me puso a salvo; puso firmes mis
pies sobre la roca y aseguró mis pasos. R/.
Él me puso en la boca un canto nuevo, un himno a nuestro Dios. Muchos
se conmovieron al ver esto y confiaron también en el Señor. R/.
A mí, tu siervo, pobre y desdichado, no me dejes, Señor, en el olvido.
Tú eres quien me ayuda y quien me salva; no te tardes, Dios mío. R/.
SEGUNDA LECTURA
Corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante.
De la carta a los hebreos: 12, 1-4
Hermanos: Rodeados, como estamos, por la multitud de antepasados
nuestros, que dieron prueba de su fe, dejemos todo lo que nos estorba;
librémonos del pecado que nos ata, para correr con perseverancia la carrera que
tenemos por delante, fija la mirada en Jesús, autor y consumador de nuestra fe.
El, en vista del gozo que se le proponía, aceptó la cruz, sin temer su
ignominia, y por eso está sentado a la derecha del trono de Dios.
Mediten, pues, en el ejemplo de aquel que quiso sufrir tanta oposición
de parte de los pecadores, y no se cansen ni pierdan el ánimo, porque todavía
no han llegado a derramar su sangre en la lucha contra el pecado.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 10, 27
R/. Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me
siguen. R/.
EVANGELIO
No he venido a traer la paz, sino la división.
Del santo Evangelio según san Lucas: 12, 49-53
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "He venido a traer
fuego a la tierra, ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que
recibir un bautismo, ¡y cómo me angustio mientras llega!
¿Piensan acaso que he venido a traer paz a la tierra? De ningún modo.
No he venido a traer la paz, sino la división. De aquí en adelante, de cinco
que haya en una familia, estarán divididos tres contra dos y dos contra tres.
Estará dividido el padre contra el hijo, el hijo contra el padre, la madre
contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera
contra la suegra". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es
una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Presentemos, hermanos, nuestras súplicas al Señor y pidámosle que
atienda a sus hijos, según las necesidades de cada uno de ellos, respondiendo:
Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
Roguemos al Señor por quienes, a causa de su enfermedad, porque están
el servicio de sus hermanos o por cualquier otro motivo, no han podido venir a
celebrar con nosotros el domingo; a fin de que, ya que no pueden participar de
la alegría de esta celebración, no se vean privados nunca del gozo del Señor.
Roguemos al Señor.
Roguemos por los que ayudan a los pobres o hacen obras de misericordia
en favor de sus hermanos, para que Dios premie abundantemente el bien que
hacen, y lo que reparten a sus hermanos el Señor lo multiplique y lo convierta
para ellos en premio de vida eterna.
Roguemos por los que están de viaje, por los que tienen que vivir fuera
de su hogar o alejados de sus familiares y amigos, para que Dios los proteja de
todo peligro, los ayude en sus dificultades y les conceda retornar, sanos y
salvos, a sus hogares. Roguemos al Señor.
Roguemos finalmente por nosotros mismos, para que el Señor nos haga
perseverar en la fe cristiana, nos ayude a conocer más y más el Evangelio de
Cristo, fortalezca nuestra voluntad en el bien, nos guarde de todo mal y nos
guarde de todo mal y nos conceda alcanzar la vida eterna. Roguemos al Señor.
Dios nuestro, que, con la cruz de tu Hijo, bandera discutida, nos
revelas la actitud de muchos corazones, escucha nuestras plegarias y no
permitas que la humanidad rechace de nuevo la verdad y la gracia, sino que sepa
descubrir los momentos que estamos viviendo para alcanzar así la salvación. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, nuestros dones, con los que se realiza tan glorioso
intercambio, para que, al ofrecerte lo que tú nos diste, merezcamos recibirte a
ti mismo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio de la salvación
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación
darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, compadecido del
extravío de los hombres, quiso nacer de la Virgen María; muriendo en la cruz,
nos libró de la muerte eterna y, resucitando, nos dio vida eterna. Por eso, con
los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin
cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo,
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 129, 7
Con el Señor viene la misericordia, y la abundancia de su redención.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Unidos a Cristo por este sacramento, suplicamos humildemente, Señor, tu
misericordia, para que, hechos semejantes a él aquí en la tierra, merezcamos
gozar de su compañía en el cielo. El, que vive y reina por los siglos de los
siglos.
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