IV DOMINGO IV DE CUARESMA Ciclo A Domingo 19 de marzo 2023
EL PROGRESO EN LA FE
1 Sam 16,1,6-7.10-13; Sal 22; Ef 5, 8-14; Jn 9,1-41
La curación del ciego de nacimiento es el sexto de los signos que Jesús
ejecuta en Juan y uno de los relatos más pintorescos en el cuarto Evangelio. Lo
que llama la atención es el progreso en la fe que el ciego, una vez curado,
experimenta. Empieza describiendo al Señor simplemente como "ese hombre
que se llama Jesús" (v. 11). Luego se da cuenta de la conexión entre la
capacidad de curar a los ciegos, que puede originarse sólo en Dios, y Jesús, a
quien identifica como profeta (v. 17). Más adelante sugiere que es discípulo de
Cristo (v. 27). Finalmente, afirma que Jesús viene de Dios (v. 33). Claramente
los fariseos se dan cuenta de su creciente fe, ya que no lo pueden tolerar -como
no pueden aguantar a Jesús- y lo echan fuera (v. 34).
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 66, 10-11
Alégrate, Jerusalén, y que se reúnan cuantos te aman. Compartan su
alegría los que estaban tristes, vengan a saciarse con su felicidad.
NO SE DICE GLORIA
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que por tu Palabra realizas admirablemente la
reconciliación del género humano, concede al pueblo cristiano prepararse con
generosa entrega y fe viva a celebrar las próximas fiestas de la Pascua.
Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
David es ungido como rey de Israel.
Del primer libro de Samuel: 16, 1. 6-7. 10-13
En aquellos días, dijo el Señor a Samuel: "Ve a la casa de Jesé,
en Belén, porque de entre sus hijos me he escogido un rey. Llena, pues, tu
cuerno de aceite para ungirlo y vete".
Cuando llegó Samuel a Belén y vio a Eliab, el hijo mayor de Jesé pensó:
"Éste es, sin duda, el que voy a ungir como rey". Pero el Señor le
dijo: "No te dejes impresionar por su aspecto ni por su gran estatura,
pues yo lo he descartado, porque yo no juzgo como juzga el hombre. El hombre se
fija en las apariencias, pero el Señor se fija en los corazones".
Así fueron pasando ante Samuel siete de los hijos de Jesé; pero Samuel
dijo: "Ninguno de éstos es el elegido del Señor". Luego le preguntó a
Jesé: "¿Son éstos todos tus hijos?". Él respondió: "Falta el más
pequeño, que está cuidando el rebaño".
Samuel le dijo: "Hazlo venir, porque no nos sentaremos a comer
hasta que llegue". Y Jesé lo mandó llamar.
El muchacho era rubio, de ojos vivos y buena presencia. Entonces el
Señor dijo a Samuel: "Levántate y úngelo, porque éste es". Tomó Samuel
el cuerno con el aceite y lo ungió delante de sus hermanos. A partir de aquel
día, el espíritu del Señor estuvo con David. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6.
R/. El Señor es mi pastor, nada me faltará.
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace
reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas. R/.
Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; así,
aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás conmigo. Tu vara
y tu cayado me dan seguridad. R/.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges
la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes. R/.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida; y
viviré en la casa del Señor por años sin término. R/.
SEGUNDA LECTURA
Levántate de entre los muertos y Cristo será tu luz.
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 5, 8-14
Hermanos: En otro tiempo ustedes fueron tinieblas, pero ahora, unidos
al Señor, son luz. Vivan, por lo tanto, como hijos de la luz. Los frutos de la
luz son la bondad, la santidad y la verdad. Busquen lo que es agradable al
Señor y no tomen parte en las obras estériles de los que son tinieblas.
Al contrario, repruébenlas abiertamente; porque, si bien las cosas que
ellos hacen en secreto da vergüenza aun mencionarlas, al ser reprobadas
abiertamente, todo queda en claro, porque todo lo que es iluminado por la luz
se convierte en luz. Por eso se dice: Despierta, tú que duermes; levántate de
entre los muertos y Cristo será tu luz. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 8, 12
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá la luz
de la vida. R/.
EVANGELIO
Fue, se lavó y volvió con vista.
Del santo Evangelio según san Juan: 9, 1-41
En aquel tiempo, Jesús vio al pasar a un ciego de nacimiento, y sus
discípulos le preguntaron: "Maestro, ¿quién pecó para que éste naciera
ciego, él o sus padres?". Jesús respondió: "Ni él pecó, ni tampoco
sus padres. Nació así para que en él se manifestaran las obras de Dios. Es
necesario que yo haga las obras del que me envió, mientras es de día, porque
luego llega la noche y ya nadie puede trabajar. Mientras esté en el mundo, yo
soy la luz del mundo".
Dicho esto, escupió en el suelo, hizo lodo con la saliva, se lo puso en
los ojos al ciego y le dijo: "Ve a lavarte en la piscina de Siloé"
(que significa 'Enviado').
Él fue, se lavó y volvió con vista. Entonces los vecinos y los que lo
habían visto antes pidiendo limosna, preguntaban:
"¿No es éste el que se sentaba a pedir limosna?". Unos
decían: "Es el mismo". Otros: "No es él, sino que se le
parece". Pero él decía: "Yo soy". Y le preguntaban:
"Entonces, ¿cómo se te abrieron los ojos?". Él les respondió:
"El hombre que se llama Jesús hizo lodo, me lo puso en los ojos y me dijo:
'Ve a Siloé y lávate'. Entonces fui, me lavé y comencé a ver". Le preguntaron:
"¿En dónde está él?". Les contestó: "No lo sé".
Llevaron entonces ante los fariseos al que había sido ciego. Era sábado
el día en que Jesús hizo lodo y le abrió los ojos. También los fariseos le
preguntaron cómo había adquirido la vista. Él les contestó: "Me puso lodo
en los ojos, me lavé y veo", Algunos de los fariseos comentaban: "Ese
hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado". Otros replicaban:
"¿Cómo puede un pecador hacer semejantes prodigios?". Y había división
entre ellos. Entonces volvieron a preguntarle al ciego: "Y tú, ¿qué
piensas del que te abrió los ojos?". Él les contestó: "Que es un
profeta".
Pero los judíos no creyeron que aquel hombre, que había sido ciego,
hubiera recobrado la vista. Llamaron, pues, a sus padres y les preguntaron:
"¿Es éste su hijo, del que ustedes dicen que nació ciego? ¿Cómo es que
ahora ve?". Sus padres contestaron: "Sabemos que éste es nuestro hijo
y que nació ciego. Cómo es que ahora ve o quién le haya dado la vista, no lo
sabemos. Pregúntenselo a él; ya tiene edad suficiente y responderá por sí
mismo". Los padres del que había sido ciego dijeron esto por miedo a los
judíos, porque éstos ya habían convenido en expulsar de la sinagoga a quien
reconociera a Jesús como el Mesías. Por eso sus padres dijeron: 'Ya tiene edad;
pregúntenle a él'.
Llamaron de nuevo al que había sido ciego y le dijeron: "Da gloria
a Dios. Nosotros sabemos que ese hombre es pecador". Contestó él: "Si
es pecador, yo no lo sé; sólo sé que yo era ciego y ahora veo". Le
preguntaron otra vez: "¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos?".
Les contestó: "Ya se lo dije a ustedes y no me han dado crédito.
¿Para qué quieren oírlo otra vez? ¿Acaso también ustedes quieren hacerse
discípulos suyos?". Entonces ellos lo llenaron de insultos y le dijeron:
"Discípulo de ése lo serás tú. Nosotros somos discípulos de Moisés.
Nosotros sabemos que a Moisés le habló Dios. Pero ése, no sabemos de
dónde viene".
Replicó aquel hombre: "Es curioso que ustedes no sepan de dónde
viene y, sin embargo, me ha abierto los ojos. Sabemos que Dios no escucha a los
pecadores, pero al que lo teme y hace su voluntad, a ese sí lo escucha. Jamás
se había oído decir que alguien abriera los ojos a un ciego de nacimiento. Si
éste no viniera de Dios, no tendría ningún poder". Le replicaron: "Tú
eres puro pecado desde que naciste, ¿cómo pretendes darnos lecciones?". Y
lo echaron fuera.
Supo Jesús que lo habían echado fuera, y cuando lo encontró, le dijo:
"¿Crees tú en el Hijo del hombre?". Él contestó: "¿Y quién es,
Señor, para que yo crea en él?". Jesús le dijo: "Ya lo has visto; el
que está hablando contigo, ése es". Él dijo: "Creo, Señor". Y
postrándose, lo adoró.
Entonces le dijo Jesús: "Yo he venido a este mundo para que se
definan los campos: para que los ciegos vean, y los que ven queden
ciegos". Al oír esto, algunos fariseos que estaban con él le preguntaron:
"¿Entonces, también nosotros estamos ciegos?". Jesús les contestó:
"Si estuvieran ciegos, no tendrían pecado; pero como dicen que ven, siguen
en su pecado".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo
en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y
gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder
de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los
infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y
está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a
juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la
carne y la vida eterna.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, al Señor, que no desea la muerte del pecador, sino
que se convierta y viva, y pidámosle que tenga misericordia de su pueblo
penitente: (R/. Escúchanos, Señor.)
Para que Dios aumente la fe y fortalezca la voluntad de los que se
preparan a recibir en estos días cuaresmales el sacramento de la penitencia y
les conceda un verdadero arrepentimiento de sus culpas, roguemos al Señor.
Para que el Señor abra la inteligencia y el corazón de los incrédulos,
de manera que lleguen al conocimiento de la verdad, y en la fe encuentren aquel
descanso que tanto desea su corazón, roguemos al Señor.
Para que Dios conceda su ayuda a los enfermos, a los pobres, a los que
se sienten tentados y a todos aquellos que con su sufrimiento participan de la
cruz de Cristo, roguemos al Señor.
Para que todos nosotros perseveremos en el esfuerzo cuaresmal y
lleguemos, purificados e iluminados, a las fiestas de Pascua que se acercan,
roguemos al Señor.
Dios nuestro, Padre de la luz, que conoces hasta lo más recóndito de
nuestro corazón, no permitas que nos domine el poder de las tinieblas, antes
bien abre nuestros ojos a la luz del Espíritu, para que podamos ver a aquel que
has enviado para iluminar al mundo y creamos únicamente en él, Jesucristo Señor
nuestro. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te presentamos, Señor, llenos de alegría, estas ofrendas para el
sacrificio y pedimos tu ayuda para celebrarlo con fe sincera y ofrecerlo
dignamente por la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El ciego de nacimiento.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno, por Cristo, Señor nuestro. Porque él mismo, por el misterio de la
encarnación, condujo al género humano, que caminaba en tinieblas, a la luz de
la fe, y a quienes nacían esclavos del pecado los elevó, renacidos por el
bautismo, a la dignidad de hijos de adopción. Por eso, todas tus creaturas, en
el cielo y en la tierra, te adoran entonando un cántico nuevo, y también
nosotros, unidos a los ángeles, te aclamamos, diciendo sin cesar: Santo, Santo,
Santo ...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 9, 11. 38
El Señor me puso lodo sobre los ojos; entonces fui, me lavé, comencé a
ver y creí en Dios. (Cfr. Jn 9, 11. 38).
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios, luz que alumbra a todo hombre que viene a este mundo,
ilumina nuestros corazones con el resplandor de tu gracia, para que podamos
siempre pensar lo que es digno y grato a tus ojos y amarte con sincero corazón.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Protege, Señor, a quienes te invocan, ayuda a los débiles y reaviva
siempre con tu luz a quienes caminan en medio de las tinieblas de la muerte;
concédeles que, liberados por tu bondad de todos los males, alcancen los bienes
supremos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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