DOMINGO XII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A Domingo 25 de junio 2023
EL MIEDO Y LA CONFIANZA
Jer 20,10-13; Sal 68; Rom 5, 12-15; Mt 10,26-33
Desde hace dos siglos, los exégetas han dado el título de "Las
Confesiones de Jeremías" a seis pasajes esparcidos por medio de su libro
(desde 11, 18-23 hasta 20, 7-18). Recordando un poco las Confesiones de san
Agustín, parecen revelaciones autobiográficas del profeta junto con
lamentaciones acerca de las profecías pesimistas que tiene que proclamar y
protestas de lealtad a su vocación profética. Nuestra primera lectura es parte
de la última confesión, la que enfatiza el miedo humano que suscita en Jeremías
la fuerte oposición a sus profecías y la confianza a la que Dios quiere
moverlo. El miedo y la confianza en Dios aparecen también en el Evangelio, que
probablemente fueron pronunciamientos sueltos que Mateo ha hallado en varias
fuentes y que ha reunido en un comentario en la última bienaventuranza, la que
habla sobre la persecución (5, 10).
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 27. 8-9
El Señor es la fuerza de su pueblo, defensa y salvación para su Ungido.
Sálvanos, Señor, vela sobre nosotros y guíanos siempre.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor, concédenos vivir siempre en el amor y respeto a tu santo nombre,
ya que jamás dejas de proteger a quienes estableces en el sólido fundamento de
tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
El Señor ha salvado la vida de su pobre de la mano de los malvados.
Del libro del profeta Jeremías: 20, 10-13
En aquel tiempo, dijo Jeremías: "Yo oía el cuchicheo de la gente
que decía: 'Denunciemos a Jeremías, denunciemos al profeta del terror'. Todos
los que eran mis amigos espiaban mis pasos, esperaban que tropezara y me
cayera, diciendo: 'Si se tropieza y se cae, lo venceremos y podremos vengarnos
de él'.
Pero el Señor, guerrero poderoso, está a mi lado; por eso mis
perseguidores caerán por tierra y no podrán conmigo; quedarán avergonzados de
su fracaso y su ignominia será eterna e inolvidable. Señor de los ejércitos,
que pones a prueba al justo y conoces lo más profundo de los corazones, haz que
yo vea tu venganza contra ellos, porque a ti he encomendado mi causa. Canten y
alaben al Señor, porque él ha salvado la vida de su pobre de la mano de los
malvados".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 68, 8-10. 14 y 17. 33-35.
R/. Escúchame, Señor, porque eres bueno.
Por ti he sufrido oprobios y la vergüenza cubre mi semblante. Extraño
soy y advenedizo, aun para aquellos de mi propia sangre; pues me devora el celo
de tu casa, el odio del que te odia, en mí recae. R/.
A ti, Señor, elevo mi plegaria, ven en mi ayuda pronto; escúchame
conforme a tu clemencia, Dios fiel en el socorro. Escúchame, Señor, pues eres
bueno y en tu ternura vuelve a mí tus ojos. R/.
Se alegrarán, al verlo, los que sufren; quienes buscan a Dios tendrán
más ánimo, porque el Señor jamás desoye al pobre ni olvida al que se encuentra
encadenado. Que lo alaben por esto cielo y tierra, el mar y cuanto en él
habita. R/.
SEGUNDA LECTURA
El don de Dios supera con mucho al delito.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 5, 12-15
Hermanos: Así como por un solo hombre entró el pecado en el mundo y por
el pecado entró la muerte, así la muerte llegó a todos los hombres, por cuanto
todos pecaron.
Antes de la ley de Moisés ya había pecado en el mundo y, si bien es
cierto que el pecado no se imputa cuando no hay ley, sin embargo, la muerte
reinó desde Adán hasta Moisés aun sobre aquellos que no pecaron con una
transgresión semejante a la de Adán, el cual es figura del que había de venir.
Ahora bien, con el don no sucede como con el delito, porque si por el
delito de uno solo murieron todos, ¡cuánto mis la gracia de Dios y el don
otorgado por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, se ha desbordado sobre
todos!
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Jn 15, 26.27
R/. Aleluya, aleluya.
El Espíritu de la verdad dará testimonio de mí, dice el Señor, y
ustedes también darán testimonio. R/.
EVANGELIO
No tengan miedo a los que matan el cuerpo.
Del santo Evangelio según san Mateo: 10, 26-33
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: "No teman a los
hombres. No hay nada oculto que no llegue a descubrirse; no hay nada secreto
que no llegue a saberse. Lo que les digo de noche, repítanlo en pleno día, y lo
que les digo al oído, pregónenlo desde las azoteas.
No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el
alma. Teman, más bien, a quien puede arrojar al lugar de castigo el alma y el
cuerpo.
¿No es verdad que se venden dos pajarillos por una moneda? Sin embargo,
ni uno solo de ellos cae por tierra si no lo permite el Padre. En cuanto a
ustedes, hasta los cabellos de su cabeza están contados. Por lo tanto, no
tengan miedo, porque ustedes valen mucho más que todos los pájaros del mundo.
A quien me reconozca delante de los hombres, yo también lo reconoceré
ante mi Padre, que está en los cielos; pero al que me niegue delante de los
hombres, yo también lo negaré ante mi Padre, que está en los cielos".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma
naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres,
y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se
encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es
una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón
de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo
futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Elevemos, hermanos, nuestros ojos al Señor y esperemos, confiados, su
ayuda salvífica respondiendo: Escúchanos, Señor. (R/. Escúchanos, Señor.)
Por el santo Padre, el Papa Francisco, por nuestro obispo N., y por
todos los sacerdotes y diáconos de Jesucristo, roguemos al Señor.
Por el buen tiempo, por el fruto de las investigaciones de los
estudiosos y por la prosperidad del trabajo de todos, roguemos al Señor.
Por las vírgenes consagradas al Señor y por los religiosos que trabajan
en nuestras comunidades, roguemos al Señor.
Por todos los que hacen el bien en nuestras parroquias y por los que
cuidan de los pobres y de los enfermos, roguemos al Señor.
Señor Jesucristo, que has confiado a nuestras débiles fuerzas el
anuncio profético de tu palabra, escucha las oraciones de tu pueblo y sostennos
con la fuerza de tu Espíritu, para que nunca nos avergoncemos de nuestra fe,
sino que confesemos, con valentía, tu nombre ante los hombres, y merezcamos así
que, en el día de tu manifestación, te pongas de nuestra parte ante tu Padre
del cielo. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, este sacrificio de reconciliación y alabanza y
concédenos que, purificados por su eficacia, podamos ofrecerte el entrañable
afecto de nuestro corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 144, 15
Los ojos de todos esperan en ti, Señor; y tú les das la comida a su
tiempo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Renovados, Señor, por el alimento del sagrado Cuerpo y la preciosa
Sangre de tu Hijo, concédenos que lo que realizamos con asidua devoción, lo
recibamos convertido en certeza de redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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