DOMINGO XV DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A Domingo 16 de julio 2023

VITALIDAD. DINAMISMO. FERTILIDAD
Is 55,10-11; Sal 64; Rom 8,18-23; Mt 13,1-23
En pleno verano, se nos dan lecturas bíblicas que se inspiran en la
vitalidad de la tierra. La primera lectura compara el vigor de la Palabra de
Dios en la vida de los judíos fieles con el dinamismo de la tierra fecundada
por la lluvia. Fueron tan amados estos versos que probablemente inspiraron al
evangelista Juan en su visión de la Palabra encarnada (Jn 1) y de la Eucaristía
(Jn 6, 32 y 35). En el Evangelio de hoy, la larga parábola de Jesús sobre el
segador y la semilla señala la misma fertilidad de la Palabra, esta vez en la
vida de los cristianos en donde "produce ya sea cien, sesenta, o
treinta" (v. 23). Finalmente, Pablo en Romanos insiste en que la creación
entera anhela participar en la gloriosa vitalidad futura de los cristianos (v.
21).
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 16, 15
Por serte fiel, yo contemplaré tu rostro, Señor, y al despertar, espero
saciarme de gloria.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan
extraviados para que puedan volver al buen camino, concede a cuantos se
profesan como cristianos rechazar lo que sea contrario al nombre que llevan y
cumplir lo que ese nombre significa. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
La lluvia hará germinar la tierra.
Del libro del profeta Isaías: 55, 10-11
Esto dice el Señor: "Como bajan del cielo la lluvia y la nieve y
no vuelven allá, sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla
germinar, a fin de que dé semilla para sembrar y pan para comer, así será la
palabra que sale de mi boca: no volverá a mí sin resultado, sino que hará mi
voluntad y cumplirá su misión". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 64, 10abcd. 10e-11. 12-13. 14.
R/. Señor, danos siempre de tu agua.
Señor, tú cuidas de la tierra, la riegas y la colmas de riqueza. Las
nubes del Señor van por los campos, rebosantes de agua, como acequias. R/.
Tú preparas las tierras para el trigo: riegas los surcos, aplanas los
terrenos, reblandeces el suelo con la lluvia, bendices los renuevos. R/.
Tú coronas el año con tus bienes, tus senderos derraman abundancia,
están verdes los pastos del desierto, las colinas con flores adornadas. R/.
Los prados se visten de rebaños, de trigales los valles se engalanan.
Todo aclama al Señor. Todo le canta. R/.
SEGUNDA LECTURA
Toda la creación espera la revelación de la gloria de los hijos de
Dios.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 8, 18-23
Hermanos: Considero que los sufrimientos de esta vida no se pueden
comparar con la gloria que un día se manifestará en nosotros; porque toda la
creación espera, con seguridad e impaciencia, la revelación de esa gloria de
los hijos de Dios.
La creación está ahora sometida al desorden, no por su querer, sino por
voluntad de aquel que la sometió. Pero dándole al mismo tiempo esta esperanza:
que también ella misma va a ser liberada de la esclavitud de la corrupción,
para compartir la gloriosa libertad de los hijos de Dios.
Sabemos, en efecto, que la creación entera gime hasta el presente y
sufre dolores de parto; y no sólo ella, sino también nosotros, los que poseemos
las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, anhelando que se realice
plenamente nuestra condición de hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R/. Aleluya, aleluya.
La semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo; todo aquel
que lo encuentra vivirá para siempre. R/.
EVANGELIO
Una vez salió un sembrador a sembrar.
Del santo Evangelio según san Mateo: 13, 1-23
Un día salió Jesús de la casa donde se hospedaba y se sentó a la orilla
del mar. Se reunió en torno suyo tanta gente, que él se vio obligado a subir a
una barca, donde se sentó, mientras la gente permanecía en la orilla. Entonces
Jesús les habló de muchas cosas en parábolas y les dijo: "Una vez salió un
sembrador a sembrar, y al ir arrojando la semilla, unos granos cayeron a lo
largo del camino; vinieron los pájaros y se los comieron. Otros granos cayeron
en terreno pedregoso, que tenía poca tierra; ahí germinaron pronto, porque la
tierra no era gruesa; pero cuando subió el sol, los brotes se marchitaron, y
como no tenían raíces, se secaron. Otros cayeron entre espinos, y cuando los
espinos crecieron, sofocaron las plantitas. Otros granos cayeron en tierra
buena y dieron fruto: unos, ciento por uno; otros, sesenta; y otros, treinta.
El que tenga oídos, que oiga".
Después se le acercaron sus discípulos y le preguntaron: "¿Por qué
les hablas en parábolas?". Él les respondió: "A ustedes se les ha
concedido conocer los misterios del Reino de los cielos, pero a ellos no. Al
que tiene, se le dará más y nadará en la abundancia; pero al que tiene poco,
aun eso poco se le quitará. Por eso les hablo en parábolas, porque viendo no
ven y oyendo no oyen ni entienden.
En ellos se cumple aquella profecía de Isaías que dice: Oirán una y
otra vez y no entenderán; mirarán y volverán a mirar, pero no verán; porque
este pueblo ha endurecido su corazón, ha cerrado sus ojos y tapado sus oídos,
con el fin de no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni comprender con el
corazón. Porque no quieren convertirse ni que yo los salve.
Pero, dichosos ustedes, porque sus ojos ven y sus oídos oyen. Yo les
aseguro que muchos profetas y muchos justos desearon ver lo que ustedes ven y
no lo vieron y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron. Escuchen, pues, ustedes
lo que significa la parábola del sembrador.
A todo hombre que oye la palabra del Reino y no la entiende, le llega
el diablo y le arrebata lo sembrado en su corazón. Esto es lo que significan
los granos que cayeron a lo largo del camino.
Lo sembrado sobre terreno pedregoso significa al que oye la palabra y
la acepta inmediatamente con alegría; pero, como es inconstante, no la deja
echar raíces, y apenas le viene una tribulación o una persecución por causa de
la palabra, sucumbe.
Lo sembrado entre los espinos representa a aquel que oye la palabra,
pero las preocupaciones de la vida y la seducción de las riquezas la sofocan y
queda sin fruto.
En cambio, lo sembrado en tierra buena representa a quienes oyen la
palabra, la entienden y dan fruto: unos, el ciento por uno; otros, el sesenta;
y otros, el treinta". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es
una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Que nuestras oraciones lleguen, hermanos, a la presencia del Señor y
que nuestros ruegos sean escuchados por aquel que escruta el corazón de todos.
Digamos confiadamente: Escúchanos, Señor. (R/. Escúchanos, Señor.)
Pidamos la sabiduría del Hijo de Dios para los que proclaman con
fidelidad la palabra divina y para todos los ministros que sirven a la Iglesia.
Roguemos al Señor.
Por Israel, el pueblo de la antigua alianza, por los cristianos
separados de la Iglesia católica y apostólica y por los que no conocen al Dios
verdadero, invoquemos al Señor, dueño de toda verdad.
Por los que viven lejos de su casa, por los encarcelados, por los
débiles y oprimidos, y por los justos que sufren persecución, oremos a Jesús el
Salvador.
Invoquemos con fe y devoción al Señor de la gloria por la paz y
felicidad de los que ahora estamos aquí, huéspedes en la casa del Señor.
Roguemos al Señor. Escucha, Señor, las oraciones de tu pueblo y aumenta
en nosotros el deseo sincero de acoger la semilla de tu palabra; haz que esta
simiente sea también sembrada en los surcos de toda la humanidad y que
fructifique en obras de justicia y paz, para que se manifieste a los hombres la
bendita esperanza de tu reino.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, los dones de tu Iglesia suplicante, y concede que, al
recibirlos, sirvan a tus fieles para crecer en santidad. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio Pascual y el Pueblo de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación
darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, por su Misterio
Pascual, realizó la obra maravillosa de llamamos de la esclavitud del pecado y
de la muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real, nación
consagrada, pueblo de tu propiedad, para que, trasladados por ti de las
tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas. Por eso
con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos
sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr Sal 83, 4-5
El gorrión ha encontrado una casa, y la golondrina un nido donde poner
sus polluelos: junto a tus altares, Señor de los ejércitos, Rey mío y Dios mío.
Dichosos los que viven en tu casa y pueden alabarte siempre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con los dones que hemos recibido, te suplicamos, Señor,
que, participando frecuentemente de este sacramento, crezcan los efectos de
nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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