DOMINGO XIX DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A Domingo 13 de agosto 2023

"ÁNIMO, NO TENGAN MIEDO"
1 Re 19, 9.11-13; Sal 84; Rom 9,1-5; Mt 14, 22-33
Según un concepto común, el rasgo más importante de Dios es su
omnipotencia. Dios se parece a una celebridad con muchos seguidores o a un
hombre de negocios rico, sólo que es infinitamente más poderoso que ellos. No
se sabe dónde se origina este concepto, quizás es una proyección sobre Dios de
deseos humanos, como dijo el filósofo alemán, Ludwig Feuerbach (1804-1872),
pero es contradicho por la Palabra. En la primera lectura, Dios se descubre no
en los fenómenos poderosos, como el viento o el terremoto, sino en un sonido de
suave silencio. En el Evangelio, el viento y el mar poderosos son opuestos a
Jesús, quien nuestra tranquilidad y calma. Quizá fue por su apego a la gloria
(Rom 9, 4) que los israelitas fueran separados de San Pablo. La verdad es que
Dios es silencioso, tranquilo, y humilde.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 73, 20. 19. 22. 23
Acuérdate, Señor, de tu alianza; no olvides por más tiempo la suerte de
tus pobres. Levántate, Señor, a defender tu causa; no olvides las voces de los
que te buscan.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, a quien, enseñados por el Espíritu Santo,
invocamos con el nombre de Padre, intensifica en nuestros corazones el espíritu
de hijos adoptivos tuyos, para que merezcamos entrar en posesión de la herencia
que nos tienes prometida. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Quédate en el monte, porque el Señor va a pasar.
Del primer libro de los Reyes: 19, 9. 11-13
Al llegar al monte de Dios, el Horeb, el profeta Elías entró en una
cueva y permaneció allí. El Señor le dijo: "Sal de la cueva y quédate en
el monte para ver al Señor, porque el Señor va a pasar".
Así lo hizo Elías, y al acercarse el Señor, vino primero un viento
huracanado, que partía las montañas y resquebrajaba las rocas; pero el Señor no
estaba en el viento. Se produjo después un terremoto; pero el Señor no estaba
en el terremoto. Luego vino un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego.
Después del fuego se escuchó el murmullo de una brisa suave. Al oírlo, Elías se
cubrió el rostro con el manto y salió a la entrada de la cueva. Palabra de
Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 84, 9ab-10. 11-12. 13-14.
R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia
Escucharé las palabras del Señor, palabras de paz para su pueblo santo.
Está ya cerca nuestra salvación y la gloria del Señor habitará en la tierra.
R/.
La misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se
besaron; la fidelidad brotó en la tierra y la justicia vino del cielo. R/.
Cuando el Señor nos muestre su bondad, nuestra tierra producirá su
fruto. La justicia le abrirá camino al Señor e irá siguiendo sus pisadas. R/.
SEGUNDA LECTURA
Hasta quisiera verme separado de Cristo, si esto fuera para bien de mis
hermanos.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 9, 1-5
Hermanos: Les hablo con toda verdad en Cristo; no miento. Mi conciencia
me atestigua, con la luz del Espíritu Santo, que tengo una infinita tristeza y
un dolor incesante tortura mi corazón.
Hasta aceptaría verme separado de Cristo, si esto fuera para bien de
mis hermanos, los de mi raza y de mi sangre, los israelitas, a quienes
pertenecen la adopción filial, la gloria, la alianza, la ley, el culto y las
promesas. Ellos son descendientes de los patriarcas; y de su raza, según la
carne, nació Cristo, el cual está por encima de todo y es Dios bendito por los
siglos de los siglos. Amén. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 129, 5
R/. Aleluya, aleluya.
Confío en el Señor, mi alma espera y confía en su palabra. R/.
EVANGELIO
Mándame ir a ti caminando sobre el agua.
Del santo Evangelio según san Mateo: 14, 22-33
En aquel tiempo, inmediatamente después de la multiplicación de los
panes, Jesús hizo que sus discípulos subieran a la barca y se dirigieran a la
otra orilla, mientras él despedía a la gente. Después de despedirla, subió al
monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba él solo allí.
Entre tanto, la barca iba ya muy lejos de la costa y las olas la
sacudían, porque el viento era contrario. A la madrugada, Jesús fue hacia
ellos, caminando sobre el agua. Los discípulos, al verlo andar sobre el agua,
se espantaron y decían: "¡Es un fantasma!". Y daban gritos de terror.
Pero Jesús les dijo enseguida: "Tranquilícense y no teman. Soy yo".
Entonces le dijo Pedro: "Señor, si eres tú, mándame ir a ti
caminando sobre el agua". Jesús le contestó: "Ven". Pedro bajó
de la barca y comenzó a caminar sobre el agua hacia Jesús; pero al sentir la
fuerza del viento, le entró miedo, comenzó a hundirse y gritó: "¡Sálvame,
Señor!". Inmediatamente Jesús le tendió la mano, lo sostuvo y le dijo:
"Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?".
En cuanto subieron a la barca, el viento se calmó. Los que estaban en
la barca se postraron ante Jesús, diciendo: "Verdaderamente tú eres el
Hijo de Dios". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración
y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa,
católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, a nuestro Señor Jesucristo, para que, acordándose de
su promesa, escuche la oración de los que nos hemos reunido en su nombre.
Digamos: escúchanos, Señor. (R/. Escúchanos, Señor.)
Por la paz que desciende del cielo, por la unión de las Iglesias y por
la salvación de nuestras almas, roguemos al Señor.
Por los que trabajan por el bien de los pobres, por los que ayudan a
los ancianos y por los que cuidan a niños y desvalidos, roguemos al Señor.
Por los que están abatidos o sometidos a una prueba, por los que están
en peligro, por el retorno de los extraviados y por la libertad de los
encarcelados, roguemos al Señor.
Por los que en este momento están orando con nosotros, por los que han
pedido nuestras oraciones y por el reposo eterno de nuestros hermanos difuntos,
roguemos al Señor.
Dios omnipotente y eterno, que con tu poder dominas la creación,
escucha nuestras oraciones y haz que te reconozcamos presente y activo en todos
los acontecimientos de nuestra historia, para que sepamos así afrontar las
pruebas con serenidad y avancemos confiados hacia la paz de tu reino. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe benignamente, Señor, los dones de tu Iglesia, y, al concederle
en tu misericordia que te los pueda ofrecer, haces al mismo tiempo que se
conviertan en sacramento de nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio de la salvación
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación
darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, compadecido del
extravío de los hombres, quiso nacer de la Virgen María; muriendo en la cruz, nos
libró de la muerte eterna y, resucitando, nos dio vida eterna. Por eso, con los
ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar
el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo,
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 147, 12. 14
Alaba, Jerusalén, al Señor, porque te alimenta con lo mejor de su
trigo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
La comunión de tus sacramentos que hemos recibido, Señor, nos salven y
nos confirmen en la luz de tu verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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