DOMINGO XXV DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A Domingo 24 de septiembre 2023

MIS PLANES ESTÁN POR ENCIMA DE LOS DE USTEDES
Is 55, 6-9; Sal 144; Flp 1, 20-24. 27; Mt 20, 1-16
A los escritores bíblicos les encanta discutir lo que los exégetas han
llamado la inversión de valores: Dios tiene su propia manera de pensar,
exaltando lo que la sociedad humana desprecia y despreciando lo que la sociedad
humana aprecia. Es precisamente sobre esta inversión lo que meditan hoy
nuestras lecturas. En Isaías, los exiliados en Babilonia dudan volver a
Jerusalén, aterrados por las dificultades del viaje y enamorados de su vida en
el exilio. A ellos Dios proclama que "mis planes no son como los de
ustedes" (v. 8), e intenta animarlos a salir del exilio. En la Carta a los
filipenses, san Pablo trata acerca de por qué la muerte, temida como un fracaso
por muchos, puede ser una ganancia. La parábola que narra Jesús en el Evangelio
rechaza la meritocracia amada por la sociedad humana y ensalza la gratuidad que
Dios ama.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Yo soy la salvación de mi pueblo, dice el Señor. Los escucharé cuando
me llamen en cualquier tribulación, y siempre seré su Dios.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que has hecho del amor a ti y a los hermanos la plenitud de
todo lo mandado en tu santa ley, concédenos que, cumpliendo tus mandamientos,
merezcamos llegar a la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes.
Del libro del profeta Isaías: 55, 6-9
Busquen al Señor mientras lo pueden encontrar, invóquenlo mientras está
cerca; que el malvado abandone su camino, y el criminal sus planes; que regrese
al Señor, y él tendrá piedad; a nuestro Dios, que es rico en perdón.
Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, sus caminos no son
mis caminos, dice el Señor. Porque así como aventajan los cielos a la tierra,
así aventajan mis caminos a los de ustedes y mis pensamientos a sus
pensamientos".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 144, 2-3. 8-9.17-18.
R/. Bendeciré al Señor eternamente.
Un día tras otro bendeciré tu nombre y no cesará mi boca de alabarte.
Muy digno de alabanza es el Señor, por ser su grandeza incalculable. R/.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso
para perdonar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende a todas
sus creaturas. R/.
Siempre es justo el Señor en sus designios y están llenas de amor todas
sus obras. No está lejos de aquellos que lo buscan; muy cerca está el Señor, de
quien lo invoca. R/.
SEGUNDA LECTURA
Para mí, la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia.
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses: 1, 20-24. 27
Hermanos: Ya sea por mi vida, ya sea por mi muerte, Cristo será
glorificado en mí. Porque para mí, la vida es Cristo, y la muerte, una
ganancia. Pero si el continuar viviendo en este mundo me permite trabajar
todavía con fruto, no sabría yo qué elegir.
Me hacen fuerza ambas cosas: por una parte, el deseo de morir y estar
con Cristo, lo cual, ciertamente, es con mucho lo mejor; y por la otra, el de
permanecer en vida, porque esto es necesario para el bien de ustedes. Por lo
que a ustedes toca, lleven una vida digna del Evangelio de Cristo. Palabra de
Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Hechos 16, 14
R/. Aleluya, aleluya.
Abre, Señor, nuestros corazones, para que aceptemos las palabras de tu
Hijo. R/.
EVANGELIO
¿Vas a tenerme rencor porque yo soy bueno?
Del santo Evangelio según san Mateo: 20, 1-16
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: "El
Reino de los cielos es semejante a un propietario que, al amanecer, salió a
contratar trabajadores para su viña. Después de quedar con ellos en pagarles un
denario por día, los mandó a su viña. Salió otra vez a media mañana, vio a unos
que estaban ociosos en la plaza y les dijo: 'Vayan también ustedes a mi viña y
les pagaré lo que sea justo'. Salió de nuevo a medio día y a media tarde e hizo
lo mismo.
Por último, salió también al caer la tarde y encontró todavía a otros
que estaban en la plaza y les dijo: '¿Por qué han estado aquí todo el día sin
trabajar?'. Ellos le respondieron: 'Porque nadie nos ha contratado'. Él les
dijo: 'Vayan también ustedes a mi viña'.
Al atardecer, el dueño de la viña le dijo a su administrador: 'Llama a
los trabajadores y págales su jornal, comenzando por los últimos hasta que
llegues a los primeros'. Se acercaron, pues, los que habían llegado al caer la
tarde y recibieron un denario cada uno.
Cuando les llegó su turno a los primeros, creyeron que recibirían más;
pero también ellos recibieron un denario cada uno. Al recibirlo, comenzaron a
reclamarle al propietario, diciéndole: 'Esos que llegaron al último sólo
trabajaron una hora, y sin embargo, les pagas lo mismo que a nosotros, que
soportamos el peso del día y del calor'.
Pero él respondió a uno de ellos: 'Amigo, yo no te hago ninguna
injusticia. ¿Acaso no quedamos en que te pagaría un denario? Toma, pues, lo
tuyo y vete. Yo quiero darle al que llegó al último lo mismo que a ti. ¿Qué no
puedo hacer con lo mío lo que yo quiero? ¿O vas a tenerme rencor porque yo soy
bueno?'. De igual manera, los últimos serán los primeros, y los primeros, los
últimos". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino
no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede
del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y
gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa,
católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, por todos los hombres y por todas sus necesidades,
para que nunca falte a nadie la ayuda de nuestro amor y digamos: Te rogamos,
Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
Por el santo Padre, el Papa N., por nuestro obispo N., y por todos los
demás obispos, por los presbíteros y diáconos; para que cuiden santamente el
pueblo que tienen encomendado, roguemos al Señor.
Por los jefes de Estado y por los demás gobernantes, por los
responsables del bien común y por los que tienen en sus manos las riquezas del
mundo; para que fomenten la justicia, el bienestar, la paz y la libertad,
roguemos al Señor.
Por los que padecen hambre u otras necesidades, por los que están
enfermos o se sienten oprimidos, por los que añoran la patria o viven lejos de
sus familias y de sus hogares; para que experimenten el consuelo y la fortaleza
de Dios, roguemos al Señor.
Para que Dios nos conceda el gozo del Espíritu, y el perdón de los
pecados, la perseverancia en la fe y en las buenas obras y la salvación eterna
de nuestras almas, roguemos al Señor.
Padre justo y lleno de bondad, que das a los primeros lo mismo que a
los últimos, escucha nuestras oraciones y haz que comprendamos que, como el
cielo aventaja a la tierra, así tus caminos aventajan a los nuestros y que es
un gran honor haber sido llamados, desde el amanecer, a trabajar en tu viña.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta benignamente, Señor, los dones de tu pueblo, para que recibamos,
por este sacramento celestial, aquello mismo que el fervor de nuestra fe nos
mueve a proclamar. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
La alabanza, don de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno. Pues, aunque no necesitas de nuestra alabanza, es don tuyo que seamos
agradecidos; y aunque nuestras bendiciones no aumentan tu gloria, nos
aprovechan para nuestra salvación. Por Cristo nuestro Señor. Por eso unidos a
los ángeles, te aclamamos llenos de alegría.
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 118, 4-5
Tú promulgas tus preceptos para que se observen con exactitud. Ojalá
que mi conducta se ajuste siempre, al cumplimiento de tu voluntad.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
A quienes alimentas, Señor, con tus sacramentos, confórtanos con tu
incesante ayuda, para que en estos misterios recibamos el fruto de la redención
y la conversión de nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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