DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A Domingo 1 de octubre 2023

LA SOBERBIA, El PRINCIPIO DE LA NECEDAD
Ez 18, 25-28; Sal 24; Flp 2,1-11; Mt 21,28-32
La parábola de los dos hijos en nuestro Evangelio de hoy, que tal vez
sea una versión de la parábola del hijo pródigo (Lc 15, 11-32), parece
concebida por Mateo como un comentario sobre el encuentro de Jesús con los
sumos sacerdotes y ancianos en los versículos 23 a 27. Tiene un significado
similar, pero todavía más largo si es leído junto con la primera lectura sobre
el arrepentimiento y la práctica de la justicia, y también con la segunda
lectura acerca de la kénosis o el anonadamiento de Cristo. Todos enfatizan cuan
peligrosa es la soberbia y cuan necesaria es la humildad. Los oponentes de
Jesús en el Evangelio, los desterrados de Israel en Babilonia que el profeta
Ezequiel critica, y ciertos miembros de la comunidad cristiana de Filipos
urgentemente tienen que estar despiertos de las trampas de la soberbia.
ANTÍFONA DE ENTRADA Dn 3, 31. 29. 30. 43. 42
Todo lo que hiciste con nosotros, Señor, es verdaderamente justo,
porque hemos pecado contra ti y hemos desobedecido tus mandatos; pero haz honor
a tu nombre y trátanos conforme a tu inmensa misericordia.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que manifiestas tu poder de una manera admirable sobre todo
cuando perdonas y ejerces tu misericordia, multiplica tu gracia sobre nosotros,
para que, apresurándonos hacia lo que nos prometes, nos hagas partícipes de los
bienes celestiales. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Cuando el pecador se arrepiente, salva su vida.
Del libro del profeta Ezequiel: 18, 25-28
Esto dice el Señor: "Si ustedes dicen: 'No es justo el proceder
del Señor', escucha, casa de Israel: ¿Conque es injusto mi proceder? ¿No es más
bien el proceder de ustedes el injusto?
Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere;
muere por la maldad que cometió. Cuando el pecador se arrepiente del mal que
hizo y practica la rectitud y la justicia, él mismo salva su vida. Si
recapacita y se aparta de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no
morirá". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 24, 4bc-5. 6-7. 8-9.
R/. Descúbrenos, Señor, tus caminos.
Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina.
Tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza. R/.
Acuérdate, Señor, que son eternos tu amor y tu ternura. Según ese amor
y esa ternura, acuérdate de nosotros. R/.
Porque el Señor es recto y bondadoso indica a los pecadores el sendero,
guía por la senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus caminos. R/.
SEGUNDA LECTURA
Tengan los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús.
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses: 2, 1-11
Hermanos: Si alguna fuerza tiene una advertencia en nombre de Cristo,
si de algo sirve una exhortación nacida del amor, si nos une el mismo Espíritu
y si ustedes me profesan un afecto entrañable, llénenme de alegría teniendo
todos una misma manera de pensar, un mismo amor, unas mismas aspiraciones y una
sola alma.
Nada hagan por espíritu de rivalidad ni presunción; antes bien, por
humildad, cada uno considere a los demás como superiores a sí mismo y no busque
su propio interés, sino el del prójimo. Tengan los mismos sentimientos que tuvo
Cristo Jesús.
Cristo, siendo Dios, no consideró que debía aferrarse a las
prerrogativas de su condición divina, sino que, por el contrario, se anonadó a
sí mismo, tomando la condición de siervo, y se hizo semejante a los hombres.
Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo y por obediencia aceptó incluso
la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que
está sobre todo nombre, para que, al nombre de Jesús, todos doblen la rodilla
en el cielo, en la tierra y en los abismos, y todos reconozcan públicamente que
Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 10, 27
R/. Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me
siguen. R/.
EVANGELIO
El segundo hijo se arrepintió y fue. Los publicanos y las prostitutas
se les han adelantado en el Reino de Dios.
Del santo Evangelio según san Mateo: 21, 28-32
En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del
pueblo: "¿Qué opinan de esto? Un hombre que tenía dos hijos fue a ver al
primero y le ordenó: 'Hijo, ve a trabajar hoy en la viña'. Él le contestó: 'Ya
voy, señor', pero no fue. El padre se dirigió al segundo y le dijo lo mismo.
Éste le respondió: 'No quiero ir', pero se arrepintió y fue. ¿Cuál de los dos
hizo la voluntad del padre?". Ellos le respondieron: "El
segundo".
Entonces Jesús les dijo: "Yo les aseguro que los publicanos y las
prostitutas se les han adelantado en el camino del Reino de Dios. Porque vino a
ustedes Juan, predicó el camino de la justicia y no le creyeron; en cambio, los
publicanos y las prostitutas sí le creyeron; ustedes, ni siquiera después de
haber visto, se han arrepentido ni han creído en él". Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es
una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, por todos los hombres y por todas sus necesidades,
para que a nadie falte nunca la ayuda de nuestra caridad y digamos: Te rogamos,
Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
Para que el Señor vivifique su Iglesia y le conceda santos y numerosos
ministros que iluminen y santifiquen a los fieles, roguemos al Señor.
Para que Dios conceda a los gobernantes el deseo de ser justos e
infunda en los responsables de los pueblos el sentido de la unidad de la
familia humana, roguemos al Señor.
Para que los que buscan a Dios sinceramente encuentren la verdad que
desean y, habiéndola encontrado, descansen contemplándola, roguemos al Señor.
Para que el Señor perdone nuestras culpas, no permita que recaigamos en
el pecado y nos libre de una muerte imprevista, roguemos al Señor.
Dios nuestro, siempre dispuesto a acoger a los publicanos y pecadores
que se convierten y se proponen actuar con justicia y con bondad, escucha las
oraciones de tu pueblo y danos un sincero espíritu de penitencia, para que,
teniendo los sentimientos propios de Cristo, podamos alcanzar la paz y el
perdón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Dios misericordioso, que nuestra ofrenda te sea aceptable y
que por ella quede abierta para nosotros la fuente de toda bendición. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Restauración universal en Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y
eterno, por Cristo nuestro Señor, a quien hiciste fundamento de todo y de cuya
plenitud quisiste que participáramos todos. El cual, siendo Dios, se anonadó a
sí mismo y, por su sangre derramada en la cruz, puso en paz todas las cosas. Y
así, constituido Señor del universo, es fuente de salvación eterna para cuantos
creen en Él. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros
celestiales cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo…
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 118, 49-50
Recuerda, Señor, la promesa que le hiciste a tu siervo, ella me infunde
esperanza y consuelo en mi dolor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que este misterio celestial renueve, Señor, nuestro cuerpo y nuestro
espíritu, para que seamos coherederos en la gloria de aquel cuya muerte, al
anunciarla, la hemos compartido. El, que vive y reina por los siglos de los
siglos.
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