DOMINGO XXVII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A Domingo 8 de octubre 2023

UNA PARÁBOLA DE LA HISTORIA DE LA SALVACIÓN
Is 5, 1-7; Sal 79; Flp 4,6-9: Mt 21, 33-43
Con su parábola del Evangelio de hoy, Jesús ofrece una visión
panorámica de la historia de la salvación. Utiliza el símbolo de la viña, bien
conocido por un pueblo adiestrado en la vinicultura y también por su
significado religioso exhibido en nuestra primera lectura, para retratar dicha
historia como un proyecto guiado por un propietario atento y como resultado la
producción de mucho fruto, dañado por personas egoístas, pero destinado a
triunfar. Se trata de una visión que es más que una concepción iluminadora o
una creación literaria hermosa. Es una visión que involucra a los oyentes de
Jesús de manera fuerte y punzante y los llama a la conversión. Así son las
parábolas de Jesús. A primera vista, parecen cuentos divertidos, pero concluyen
como herramientas proféticas que llaman a la conversión al auditorio de Jesús y
también a nosotros.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Est 4, 17
En tu voluntad, Señor, está puesto el universo, y no hay quien pueda
resistirse a ella. Tú hiciste todo, el cielo y la tierra, y todo lo que está
bajo el firmamento; tú eres Señor del universo.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que en la abundancia de tu amor sobrepasas
los méritos y aun los deseos de los que te suplican, derrama sobre nosotros tu
misericordia para que libres nuestra conciencia de toda inquietud y nos
concedas aun aquello que no nos atrevemos a pedir.
Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
La viña del Señor es la casa de Israel.
Del libro del profeta Isaías: 5, 1-7
Voy a cantar, en nombre de mi amado, una canción a su viña. Mi amado
tenía una viña en una ladera fértil. Removió la tierra, quitó las piedras y
plantó en ella vides selectas; edificó en medio una torre y excavó un lagar. Él
esperaba que su viña diera buenas uvas, pero la viña dio uvas agrias.
Ahora bien, habitantes de Jerusalén y gente de Judá, yo les ruego, sean
jueces entre mi viña y yo. ¿Qué más pude hacer por mi viña, que yo no lo
hiciera? ¿Por qué cuando yo esperaba que diera uvas buenas, las dio agrias?
Ahora voy a darles a conocer lo que haré con mi viña; le quitaré su
cerca y será destrozada. Derribaré su tapia y será pisoteada. La convertiré en
un erial, nadie la podará ni le quitará los cardos, crecerán en ella los
abrojos y las espinas, mandaré a las nubes que no lluevan sobre ella.
Pues bien, la viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel, y
los hombres de Judá son su plantación preferida. El Señor esperaba de ellos que
obraran rectamente y ellos, en cambio, cometieron iniquidades; él esperaba
justicia y sólo se oyen reclamaciones. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 79, 9 y 12.13-14.15-16.19-20.
R/. La viña del Señor es la casa de Israel.
Señor, tú trajiste de Egipto una vid, arrojaste de aquí a los paganos y
la plantaste; ella extendió sus sarmientos hasta el mar y sus brotes llegaban
hasta el río. R/.
Señor, ¿por qué has derribado su cerca, de modo que puedan saquear tu
viña los que pasan, pisoteada los animales salvajes, y las bestias del campo,
destrozarla? R/.
Señor, Dios de los ejércitos, vuelve tus ojos, mira tu viña y visítala;
protege la cepa plantada por tu mano, el renuevo que tú mismo cultivaste. R/.
Ya no nos alejaremos de ti; consérvanos la vida y alabaremos tu poder.
Restablécenos, Señor, Dios de los ejércitos, míranos con bondad y estaremos a
salvo. R/.
SEGUNDA LECTURA
Obren bien y el Dios de la paz estará con ustedes.
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses: 4, 6-9
Hermanos: No se inquieten por nada; más bien presenten en toda ocasión
sus peticiones a Dios en la oración y la súplica, llenos de gratitud. Y que la
paz de Dios, que sobrepasa toda inteligencia, custodie sus corazones y sus
pensamientos en Cristo Jesús.
Por lo demás, hermanos, aprecien todo lo que es verdadero y noble, cuánto
hay de justo y puro, todo lo que es amable y honroso, todo lo que sea virtud y
merezca elogio. Pongan por obra cuanto han aprendido y recibido de mí, todo lo
que yo he dicho y me han visto hacer; y el Dios de la paz estará con ustedes.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Jn 15, 16
R/. Aleluya, aleluya.
Yo los he elegido del mundo, dice el Señor, para que vayan y den fruto
y su fruto permanezca. R/.
EVANGELIO
Arrendará el viñedo a otros viñadores.
Del santo Evangelio según san Mateo: 21, 33-43
En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del
pueblo esta parábola: "Había una vez un propietario que plantó un viñedo,
lo rodeó con una cerca, cavó un lagar en él, construyó una torre para el
vigilante y luego lo alquiló a unos viñadores y se fue de viaje.
Llegado el tiempo de la vendimia, envió a sus criados para pedir su
parte de los frutos a los viñadores; pero éstos se apoderaron de los criados,
golpearon a uno, mataron a otro, y a otro más lo apedrearon. Envió de nuevo a
otros criados, en mayor número que los primeros, y los trataron del mismo modo.
Por último, les mandó a su propio hijo, pensando: 'A mi hijo lo
respetarán'. Pero cuando los viñadores lo vieron, se dijeron unos a otros:
'Este es el heredero. Vamos a matarlo y nos quedaremos con su herencia'. Le
echaron mano, lo sacaron del viñedo y lo mataron.
Ahora díganme: cuando vuelva el dueño del viñedo, ¿qué hará con esos
viñadores?". Ellos le respondieron: "Dará muerte terrible a esos
desalmados y arrendará el viñedo a otros viñadores, que le entreguen los frutos
a su tiempo".
Entonces Jesús les dijo: "¿No han leído nunca en la Escritura: La
piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es
obra del Señor y es un prodigio admirable?
Por esta razón les digo que les será quitado a ustedes el Reino de Dios
y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos". Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es
una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Elevemos, hermanos, nuestra plegaria al Señor con aquella confianza
filial que el Espíritu Santo suscita en nuestros corazones, y digamos: Te
rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
Para que la Iglesia, mediante la santidad de sus fieles y el celo de
sus ministros, anuncie a todos los hombres y realice en todos los pueblos la
salvación de Dios, roguemos al Señor.
Para que el Señor ayude a los gobernantes, a fin de que se logre en
todas las naciones la paz, el desarrollo, el progreso y la libertad religiosa,
roguemos al Señor.
Para que las naciones que sufren a causa de las guerras vean alejarse
de sus pueblos las crueldades, la violencia, la destrucción y las lágrimas,
roguemos al Señor.
Para que el Señor ilumine los ojos de nuestro corazón, a fin de que
sepamos descubrir la esperanza de gloria a la que nos ha llamado, roguemos al
Señor.
Protege, Señor, con amor constante a tu Iglesia y no abandones la viña
que tú mismo has plantado; cultívala con misericordia, enriquécela incesantemente
con sarmientos vigorosos y haz que, injertados en Cristo, la verdadera cepa,
todos demos frutos abundantes de vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, el sacrificio que tú mismo nos mandaste ofrecer, y, por
estos sagrados misterios, que celebramos en cumplimiento de nuestro servicio,
dígnate llevar a cabo en nosotros la santificación que proviene de tu
redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Alabanza a Dios por la creación y la redención del hombre
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno. Pues por medio de tu amado Hijo, eres el creador del género humano y
también el autor bondadoso de la nueva creación. Por eso, con razón te sirven
todas las criaturas, con justicia te alaban todos los redimidos y unánimes te
bendicen tus santos. Con ellos, también nosotros, a una con los ángeles,
cantamos tu gloria gozosos diciendo:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lam 3, 25
Bueno es el Señor con los que en él confían, con aquellos que lo
buscan.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios omnipotente, saciados con este alimento y bebida celestiales,
concédenos ser transformados en aquel a quien hemos recibido en este
sacramento. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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