DOMINGO II DE ADVIENTO Ciclo B Domingo 10 de diciembre 2023

EL SEÑOR Y LAS SORPRESAS
Is 40,1-5.9-11; Sal 84; 2 Pedro 3, 8-14; Mc 1,1-8
Nuestras lecturas están bañadas por la sorpresa. Isaías empieza con un
mandato, dado de golpe, de consolar a Jerusalén; sigue con la preparación
inesperada de un nuevo Éxodo, esta vez no desde Egipto, sino desde Babilonia,
que los exilios judíos no preveían dejar jamás; y concluye con la llegada
repentina de Dios como pastor que, en contraste con los líderes pasados de
Israel, va a atender a todas las necesidades de su pueblo. El mismo ambiente de
sorpresa impregna el Evangelio, porque Juan Bautista de repente se presenta en
el desierto, sin explicación, vestido de manera singular y comiendo "cosas
raras". La segunda carta de Pedro completa la sorpresa con sus imágenes
apocalípticas del día del Señor -el culmen de la historia-, que "llegará
como un ladrón" (v. 10). Hay momentos cuando Dios es el Señor de las
sorpresas.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 30,19.30
Pueblo de Sión, mira que el Señor va a venir para salvar a todas las
naciones y dejará oír la majestad de su voz para alegría de tu corazón.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios omnipotente y misericordioso, haz que ninguna ocupación terrena
sirva de obstáculo a quienes van presurosos al encuentro de tu Hijo, antes
bien, que el aprendizaje de la sabiduría celestial, nos lleve a gozar de su
presencia. El, que vive y reina contigo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Preparen el camino del Señor.
Del libro del profeta Isaías: 40, 1-5. 9-11
"Consuelen, consuelen a mi pueblo, dice nuestro Dios. Hablen al
corazón de Jerusalén y díganle a gritos que ya terminó el tiempo de su
servidumbre y que ya ha satisfecho por sus iniquidades, porque ya ha recibido
de manos del Señor castigo doble por todos sus pecados".
Una voz clama: "Preparen el camino del Señor en el desierto,
construyan en el páramo una calzada para nuestro Dios. Que todo valle se eleve,
que todo monte y colina se rebajen; que lo torcido se enderece y lo escabroso
se allane. Entonces se revelará la gloria del Señor y todos los hombres la
verán". Así ha hablado la boca del Señor.
Sube a lo alto del monte, mensajero de buenas nuevas para Sión; alza
con fuerza la voz, tú que anuncias noticias alegres a Jerusalén. Alza la voz y
no temas; anuncia a los ciudadanos de Judá: ''Aquí está su Dios. Aquí llega el
Señor, lleno de poder, el que con su brazo lo domina todo. El premio de su
victoria lo acompaña y sus trofeos lo anteceden. Como pastor apacentará su
rebaño; llevará en sus brazos a los corderitos recién nacidos y atenderá
solícito a sus madres".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 84, 9ab-10.11-12.13-14.
R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos al Salvador.
Escucharé las palabras del Señor, palabras de paz para su pueblo santo.
Está ya cerca nuestra salvación y la gloria del Señor habitará en la tierra.
R/.
La misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se
besaron, la fidelidad brotó en la tierra y la justicia vino del cielo. R/.
Cuando el Señor nos muestre su bondad, nuestra tierra producirá su
fruto. La justicia le abrirá camino al Señor e irá siguiendo sus pisadas. R/.
SEGUNDA LECTURA
Esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva.
De la segunda carta del apóstol san Pedro: 3, 8-14
Queridos hermanos: No olviden que para el Señor, un día es como mil
años y mil años, como un día. No es que el Señor se tarde, como algunos
suponen, en cumplir su promesa, sino que les tiene a ustedes mucha paciencia,
pues no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan.
El día del Señor llegará como los ladrones. Entonces los cielos
desaparecerán con gran estrépito, los elementos serán destruidos por el fuego y
perecerá la tierra con todo lo que hay en ella.
Puesto que todo va a ser destruido, piensen con cuánta santidad y
entrega deben vivir ustedes esperando y apresurando el advenimiento del día del
Señor, cuando desaparecerán los cielos, consumidos por el fuego, y se
derretirán los elementos.
Pero nosotros confiamos en la promesa del Señor y esperamos un cielo
nuevo y una tierra nueva, en que habite la justicia. Por lo tanto, queridos
hermanos, apoyados en esta esperanza, pongan todo su empeño en que el Señor los
halle en paz con él, sin mancha ni reproche. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 3, 4. 6
R/. Aleluya, aleluya.
Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos, y todos los
hombres verán la salvación de Dios. R/.
EVANGELIO
Enderecen los senderos del Señor.
Del santo Evangelio según san Marcos: 1, 1-8
Éste es el principio del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. En el
libro del profeta Isaías está escrito: He aquí que yo envío a mi mensajero
delante de ti, a preparar tu camino. Voz del que clama en el desierto:
"Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos".
En cumplimiento de esto, apareció en el desierto Juan el Bautista
predicando un bautismo de conversión, para el perdón de los pecados. A él
acudían de toda la comarca de Judea y muchos habitantes de Jerusalén;
reconocían sus pecados y él los bautizaba en el Jordán.
Juan usaba un vestido de pelo de camello, ceñido con un cinturón de
cuero y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Proclamaba: "Ya
viene detrás de mí uno que es más poderoso que yo, uno ante quien no merezco ni
siquiera inclinarme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo los he
bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu
Santo". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino
no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede
del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y
gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa,
católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Salgamos al encuentro del Señor, que se acerca a nosotros con designios
de paz, y presentémosle confiados nuestra plegaria. Digamos confiadamente: Ven
Señor Jesús. (R/. Ven Señor Jesús.)
Para que la Iglesia viva alegre, sin inquietarse por nada, y, llena de
esperanza, crea que el Señor está cerca de ella, roguemos al Señor.
Para que nuestro tiempo, con la ayuda de Dios, goce de seguridad, de
alegría y de paz, roguemos al Señor.
Para que el Señor, con su venida, conforte los corazones abatidos y
fortalezca las rodillas que se doblan, roguemos al Señor.
Para que nuestra fe crea firmemente en los dones que Dios nos promete
y, ayudados por la gracia divina, nos dispongamos a recibir los auxilios que él
nos envía, roguemos al Señor.
Dios de todo consuelo y Padre de misericordia, que has prometido a los
hombres, peregrinos en el tiempo, un cielo y una tierra nuevos, escucha
nuestras súplicas y habla al corazón de tu pueblo para que lleguemos,
inmaculados e irreprochables, al día de la manifestación de nuestro Señor
Jesucristo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes súplicas y ofrendas, y
puesto que no tenemos méritos en qué apoyarnos, nos socorra el poderoso auxilio
de tu benevolencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Cristo, Señor y Juez de la historia
En verdad es justo darte gracias, es nuestro deber cantar en tu honor
himnos de bendición y de alabanza, Padre todopoderoso, principio y fin de todo
lo creado. Tú nos has ocultado el día y la hora en que Cristo, tu Hijo. Señor y
juez de la historia, aparecerá sobre las nubes del cielo, revestido de poder y
de gloria. En aquel día terrible y glorioso pasará la figura de este mundo y
nacerán los cielos nuevos y la tierra nueva. E] mismo Señor que entonces se nos
mostrará lleno de gloria, viene ahora a nuestro encuentro en cada hombre y en
cada acontecimiento, para que lo recibamos en la fe y por el amor demos
testimonio de la espera dichosa de su Reino. Por eso, anhelando su venida
gloriosa, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están el
cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Bar 5, 5; 4, 36
Levántate, Jerusalén, sube a lo alto, para que contemples la alegría
que te viene de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Saciados por el alimento que nutre nuestro espíritu, te rogamos, Señor,
que, por nuestra participación en estos misterios, nos enseñes a valorar
sabiamente las cosas de la tierra y a poner nuestro corazón en las del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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