LA EPIFANÍA DEL SEÑOR, SOLEMNIDAD Domingo 7 de enero 2024

LO PARTICULAR Y
LO UNIVERSAL
Is 60, 1-6; Sal
71; Ef 3, 2-3. 5-6; Mt 2, 1-12
Las lecturas
bíblicas de esta fiesta pulsan con un movimiento entre lo particular y lo
universal. El profeta Trito-Isaías empieza la primera lectura dando órdenes
alegres a una ciudad particular, Jerusalén (v.1), pero abre sus horizontes al
resplandor de la gloria universal del Señor y a la llegada de una multitud de
toda la tierra (v.6). Nuestra lectura de la carta a los Efesios empieza con el
ministerio particular de Pablo, "prisionero por Cristo Jesús" (v. 1),
y rápidamente afirma que dicho ministerio sirve el proyecto universal de Dios
que abraza a todas las naciones. El Evangelio gira en torno a la intimidad de
una casa particular, que aloja "al niño con María, su madre" (v. 11),
pero esta particularidad está ensanchada por la llegada de los tres magos que
representan el universo de los que buscan la sabiduría.
ANTÍFONA DE
ENTRADA Cfr. Mal 3, 1; 1 Crón 19, 12
Miren que ya
viene el Señor todopoderoso; en su mano están el reino y la potestad y el
imperio.
GLORIA
Gloria a Dios
en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria
te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único,
Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el
pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten
piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que
en este día manifestaste a tu Unigénito a las naciones, guiándolas por la
estrella, concede a los que ya te conocemos por la fe, que lleguemos a
contemplar la hermosura de tu excelsa gloria. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA
PALABRA
PRIMERA LECTURA
La gloria del
Señor alborea sobre ti.
Del libro del
profeta Isaías: 60, 1-6
Levántate y
resplandece, Jerusalén, porque ha llegado tu luz y la gloria del Señor alborea
sobre ti. Mira: las tinieblas cubren la tierra y espesa niebla envuelve a los
pueblos; pero sobre ti resplandece el Señor y en ti se manifiesta su gloria.
Caminarán los pueblos a tu luz y los reyes al resplandor de tu aurora.
Levanta los
ojos y mira alrededor: todos se reúnen y vienen a ti; tus hijos llegan de
lejos, a tus hijas las traen en brazos. Entonces verás esto radiante de
alegría; tu corazón se alegrará y se ensanchará cuando se vuelquen sobre ti los
tesoros del mar y te traigan las riquezas de los pueblos. Te inundará una
multitud de camellos y dromedarios, procedentes de Madián y de Efá. Vendrán
todos los de Sabá trayendo incienso y oro y proclamando las alabanzas del
Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO
RESPONSORIAL
Del salmo 71,
2. 7-8.10-11.12-13.
R/. Que te
adoren, Señor, todos los pueblos.
Comunica,
Señor, al rey tu juicio, y tu justicia al que es hijo de reyes; así tu siervo
saldrá en defensa de tus pobres y regirá a tu pueblo justamente. R/.
Florecerá en
sus días la justicia y reinará la paz, era tras era. De mar a mar se extenderá
su reino y de un extremo al otro de la tierra. R/.
Los reyes de
Occidente y de las islas le ofrecerán sus dones. Ante él se postrarán todos los
reyes y todas las naciones. R/.
Al débil
librará del poderoso y ayudará al que se encuentra sin amparo; se apiadará del
desvalido y pobre y salvará la vida al desdichado. R/.
SEGUNDA LECTURA
También los
paganos participan de la misma herencia que nosotros.
De la carta del
apóstol san Pablo a los efesios: 3, 2-3. 5-6
Hermanos: Han
oído hablar de la distribución de la gracia de Dios, que se me ha confiado en
favor de ustedes. Por revelación se me dio a conocer este misterio, que no
había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, pero que ha sido
revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: es decir, que
por el Evangelio, también los paganos son coherederos de la misma herencia,
miembros del mismo cuerpo y partícipes de la misma promesa en Jesucristo.
Palabra de
Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 2, 2
R/. Aleluya,
aleluya.
Hemos visto su
estrella en el Oriente y hemos venido a adorar al Señor. R/.
EVANGELIO
Hemos venido de
Oriente para adorar al rey de los judíos.
Del santo
Evangelio según san Mateo: 2, 1-12
Jesús nació en
Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de Oriente llegaron
entonces a Jerusalén y preguntaron: "¿Dónde está el rey de los judíos que
acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a
adorarlo".
Al enterarse de
esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a
los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que
nacer el Mesías. Ellos le contestaron: "En Belén de Judá, porque así lo ha
escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la
menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será
el pastor de mi pueblo, Israel".
Entonces
Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que
se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles:
"Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño y, cuando lo
encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo". Después de oír
al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían
visto surgir, comenzó a guiados, hasta que se detuvo encima de donde estaba el
niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en
la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron.
Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.
Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su
tierra por otro camino. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO
NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo
Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible
y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido
del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero
de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por
quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación
bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y
se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio
Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las
Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo
vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo
en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por
los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso
que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección
de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA
UNIVERSAL
Presentemos,
hermanos, nuestras oraciones al Señor en este día santo en que Dios ha
manifestado su poder a las naciones, la salvación a los pueblos y a nosotros la
luz radiante de su gloria:
Por la santa
Iglesia de Dios, para que ilumine a los hombres con la luz que resplandece en
el rostro de Cristo, disipe las tinieblas de los que viven en el error y dé
ánimo a los fieles, para que, con valentía hagan brillar la luz del Evangelio
ante todas las naciones, roguemos al Señor.
Por las
Iglesias que acaban de nacer en los diversos pueblos, para que su juventud y
vigor sean levadura de vida para todas las comunidades cristianas, roguemos al
Señor.
Por los pueblos
que aún no han sido iluminados por el Evangelio y por aquellos que, habiendo
conocido a Cristo, han abandonado el camino de la verdad, para que confiesen a
Cristo como Señor y lo adoren como Dios verdadero, roguemos al Señor.
Por nosotros
que hemos sido llamados de las tinieblas a la luz admirable de Cristo, para que
nos afiancemos en la fe verdadera y sigamos con fidelidad las enseñanzas del
Evangelio, roguemos al Señor.
Escucha
nuestras oraciones, Dios todopoderoso y eterno, y haz que los que hemos
conocido y adorado a tu Hijo, Rey y Señor de todos los pueblos, vivamos siempre
como hijos de la luz y nos esforcemos para iluminar con la luz de Cristo a
todos los pueblos y naciones.
Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE
LAS OFRENDAS
Mira con
bondad, Señor, los dones de tu Iglesia, que no consisten ya en oro, incienso y
mirra, sino en lo que por esos dones se representa, se inmola y se recibe como
alimento, Jesucristo, Señor nuestro. Él, que vive y reina por los siglos de los
siglos.
PREFACIO
Cristo, Luz de
las Naciones
En verdad es
justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación darte gracias y
alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno. Porque hoy has revelado en Cristo, el misterio de nuestra salvación,
para iluminar con su luz a todos los pueblos; ya que, al manifestarse tu Hijo
en nuestra carne mortal, nos has restaurado con la gloria de su inmortalidad.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales,
cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo,
Santo...
ANTÍFONA DE LA
COMUNIÓN Cfr. Mt 2, 2
Hemos visto su
estrella en el Oriente y venimos con regalos a adorar al Señor.
ORACIÓN DESPUÉS
DE LA COMUNIÓN
Te pedimos,
Señor, que tu luz celestial siempre y en todas partes vaya guiándonos, para que
contemplemos con ojos puros y recibamos con amor sincero el misterio del que
quisiste hacernos partícipes. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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