DOMINGO DE RESURRECCIÓN Ciclo B Domingo 31 de marzo 2024
CÓMO CREER EN LA RESURRECCIÓN
Hechos 10, 34. 37-43; Sal l17; 1 Cor 5, 6-8; secuencia; Jn 20 1-9
¿Por qué no entró el discípulo que Jesús amó en el sepulcro de su
maestro cuando llegó? ¿Por qué esperó para que Pedro llegase antes de entrar él
mismo? De acuerdo con algunos exégetas, quería demostrar la prioridad de Pedro
entre los apóstoles. Según otros, el evangelista Juan quiso hacer la profesión
de fe (v. 8) del otro discípulo, quien era tradicionalmente el fundador de su
comunidad cristiana, el punto culminante del relato. Sea cual sea el motivo
original, este episodio nos muestra una verdad de primera importancia: la fe en
la resurrección de Jesús no es simplemente un acto individual basado sólo en
nuestras fuerzas personales, sino que necesita el apoyo, el ejemplo y la
sabiduría de una comunidad. Nadie podría creer en algo tan sorprendente, asombroso,
excepcional y fundamental, como la resurrección del Señor, sin los demás.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 138,18.5-6
He resucitado y viviré siempre contigo; has puesto tu mano sobre mí. Tu
sabiduría ha sido maravillosa, aleluya, aleluya.
GLORIA.
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que por medio de tu Unigénito, vencedor de la muerte, nos
has abierto hoy las puertas de la vida eterna, concede a quienes celebramos la
solemnidad de la resurrección del Señor, resucitar también en la luz de la vida
eterna, por la acción renovadora de tu Espíritu. Por nuestro Señor
Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Hemos comido y bebido con Cristo resucitado.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 10, 34. 37-43
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: "Ya saben ustedes
lo sucedido en toda Judea, que tuvo principio en Galilea, después del bautismo
predicado por Juan: cómo Dios ungió con el poder del Espíritu Santo a Jesús de
Nazaret y cómo éste pasó haciendo el bien, sanando a todos los oprimidos por el
diablo, porque Dios estaba con Él. Nosotros somos testigos de cuanto Él hizo en
Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de la cruz, pero Dios lo resucitó
al tercer día y concedió verlo, no a todo el pueblo, sino únicamente a los
testigos que Él, de antemano, había escogido: a nosotros, que hemos comido y
bebido con Él después de que resucitó de entre los muertos.
Él nos mandó predicar al pueblo y dar testimonio de que Dios lo ha
constituido juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime:
que cuantos creen en Él reciben, por su medio, el perdón de los pecados".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 117, 1-2. 16ab-17. 22-23.
R/. Éste es el día del triunfo del Señor. Aleluya.
Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es
eterna. Diga la casa de Israel: "Su misericordia es eterna". R/.
La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es nuestro
orgullo. No moriré, continuaré viviendo para contar lo que el Señor ha hecho.
R/.
La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular.
Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. R/.
SEGUNDA LECTURA
Tiren la antigua levadura, pues Cristo, nuestro cordero pascual, ha
sido inmolado.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 5, 6-8
Hermanos: ¿No saben ustedes que un poco de levadura hace fermentar toda
la masa? Tiren la antigua levadura, para que sean ustedes una masa nueva, ya
que son pan sin levadura, pues Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido
inmolado.
Celebremos, pues, la fiesta de la Pascua, no con la antigua levadura,
que es de vicio y maldad, sino con el pan sin levadura, que es de sinceridad y
verdad. Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.
SECUENCIA
Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.
Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.
Lucharon vida y muerte
en singular batalla,
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.
"¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?"
"A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,
los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!
Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua."
Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.
Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. 1 Cor 5, 7-8
R/. Aleluya, aleluya.
Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado; celebremos, pues, la
Pascua. R/.
EVANGELIO
Él debía resucitar de entre los muertos.
Del santo Evangelio según san Juan: 20, 1-9
El primer día después del sábado, estando todavía oscuro, fue María
Magdalena al sepulcro y vio removida la piedra que lo cerraba. Echó a correr,
llegó a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús
amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos
dónde lo habrán puesto".
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos iban
corriendo juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro y llegó
primero al sepulcro, e inclinándose, miró los lienzos puestos en el suelo, pero
no entró.
En eso llegó también Simón Pedro, que lo venía siguiendo, y entró en el
sepulcro. Contempló los lienzos puestos en el suelo y el sudario, que había
estado sobre la cabeza de Jesús, puesto no con los lienzos en el suelo, sino
doblado en sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había
llegado primero al sepulcro, y vio y creyó, porque hasta entonces no habían
entendido las Escrituras, según las cuales Jesús debía resucitar de entre los
muertos. Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
O bien:
Jesús de Nazaret, que fue crucificado, resucitó.
Del santo Evangelio según san Marcos: 16, 1-7
Transcurrido el sábado, María Magdalena, María (la madre de Santiago) y
Salomé, compraron perfumes para ir a embalsamar a Jesús. Muy de madrugada, el
primer día de la semana, a la salida del sol, se dirigieron al sepulcro. Por el
camino se decían unas a otras: "¿Quién nos quitará la piedra de la entrada
del sepulcro?". Al llegar, vieron que la piedra ya estaba quitada, a pesar
de ser muy grande.
Entraron en el sepulcro y vieron a un joven, vestido con una túnica
blanca, sentado en el lado derecho, y se llenaron de miedo. Pero él les dijo:
"No se espanten. Buscan a Jesús de Nazaret, el que fue crucificado. No
está aquí; ha resucitado. Miren el sitio donde lo habían puesto. Ahora vayan a
decides a sus discípulos y a Pedro: 'El irá delante de ustedes a Galilea. Allá
lo
verán, como él les dijo' ". Palabra del Señor. T. Gloria a ti,
Señor Jesús.
O bien, en las misas vespertinas del domingo:
Quédate con nosotros porque ya es tarde.
Del santo Evangelio según san Lucas: 24,13-35
El mismo día de la resurrección. iban dos de los discípulos hacia un
pueblo llamado Emaús, situado a unos once kilómetros de Jerusalén, y comentaban
todo lo que había sucedido.
Mientras conversaban y discutían, Jesús se les acercó y comenzó a
caminar con ellos; pero los ojos de los dos discípulos estaban velados y no lo
reconocieron. Él les preguntó: "¿De qué cosas vienen hablando, tan llenos
de tristeza?".
Uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: "¿Eres tú el único
forastero que no sabe lo que ha sucedido estos días en Jerusalén?". Él les
preguntó: "¿Qué cosa?". Ellos le respondieron: "Lo de Jesús el
nazareno, que era un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante
todo el pueblo. Cómo los sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para
que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él
sería el libertador de Israel, y sin embargo, han pasado ya tres días desde que
estas cosas sucedieron. Es cierto que algunas mujeres de nuestro grupo nos han
desconcertado, pues fueron de madrugada al sepulcro, no encontraron el cuerpo y
llegaron contando que se les habían aparecido unos ángeles, que les dijeron que
estaba vivo. Algunos de nuestros compañeros fueron al sepulcro y hallaron todo
como habían dicho las mujeres, pero a él no lo vieron".
Entonces Jesús les dijo: "¡Qué insensatos son ustedes y qué duros
de corazón para creer todo lo anunciado por los profetas! ¿Acaso no era
necesario que el Mesías padeciera todo esto y así entrara en su gloria?".
Y comenzando por Moisés y siguiendo con todos los profetas, les explicó todos
los pasajes de la Escritura que se referían a él.
Ya cerca del pueblo a donde se dirigían, él hizo como que iba más
lejos; pero ellos le insistieron, diciendo: "Quédate con nosotros, porque
ya es tarde y pronto va a oscurecer". Y entró para quedarse con ellos.
Cuando estaban a la mesa, tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se
lo dio. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él se les
desapareció. Y ellos se decían el uno al otro: "¡Con razón nuestro corazón
ardía, mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras!".
Se levantaron inmediatamente y regresaron a Jerusalén, donde
encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, los cuales les dijeron:
"De veras ha resucitado el Señor y se le ha aparecido a Simón".
Entonces ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían
reconocido al partir el pan. Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
Credo de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y
gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder
de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los
infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y
está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a
juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la
carne y la vida eterna.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Llenos de gozo por la santa resurrección del Señor, purificados
nuestros sentimientos y renovado nuestro espíritu, supliquemos con insistencia
al Señor diciendo: Rey vencedor, escúchanos.
R/. Rey vencedor, escúchanos.
A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, ha sido constituido Cabeza
de la Iglesia, pidámosle que, por su amor, conceda abundante felicidad, gozo y
exultación a todos los fieles que celebran su triunfo.
A Cristo, con su santa resurrección ha otorgado el perdón y la paz a
los pecadores, supliquémosle que quienes han regresado al camino de la vida
conserven íntegramente los dones que la misericordia del Padre les ha
restituido.
A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, ha inaugurado la
resurrección universal, pidámosle que alegre el corazón de los hombres que aún
desconocen su victoria y, con el anuncio evangélico, llene de gozo a todos los
pueblos y naciones.
A Cristo, que, con su santa resurrección. ha colmado de alegría a los
pueblos, los ha enriquecido con sus dones y ha hecho vibrar de gozo nuestros
corazones, pidámosle que renueve la esperanza de los que sufren y lloran.
A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, ha alegrado al mundo
entero, pidámosle que renueve nuestro espíritu y nos conceda la esperanza firme
de compartir su triunfo y de resucitar con él a una vida nueva.
Señor Jesucristo, que en el cielo eres glorificado por los ángeles y
los santos y en la tierra eres enaltecido y adorado por tu Iglesia, en esta
fiesta gloriosa de tu resurrección te pedimos que escuches nuestras plegarias y
extiendas tu diestra misericordiosa sobre este pueblo que tiene puesta toda su
esperanza en tu resurrección. Tú, que vives y reinas, inmortal y glorioso, por
los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Llenos de júbilo por el gozo pascual te ofrecemos, Señor, este
sacrificio, mediante el cual admirablemente nace y se nutre tu Iglesia. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
OREFACIO
El misterio pascual
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación
glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca (en esta noche) (en este día)
(en este tiempo), en que Cristo, nuestra pascua, fue inmolado. Porque Él es el
Cordero de Dios que quitó el pecado del mundo: muriendo, destruyó nuestra
muerte, y resucitando, restauró la vida. Por eso, con esta efusión de gozo
pascual, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros
celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Cor 5,7-8
Cristo nuestro Cordero Pascual ha sido inmolado. Aleluya. Celebremos,
pues, la Pascua, con el pan sin levadura, que es sinceridad y verdad. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios de bondad, protege paternalmente con amor incansable a tu Iglesia,
para que renovada por los misterios pascuales, pueda llegar a la gloria de la
resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Anuncien a todos la alegría del Señor resucitado. Pueden ir en paz.
Aleluya, aleluya.
R. Demos gracias a Dios, aleluya, aleluya.
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