FIESTA DE JESUCRISTO, SUMO Y ETERNO SACERDOTE Jueves 23 de mayo 2024
Jesucristo ejerce su sacerdocio durante toda su vida terrena y, sobre
todo, en su pasión, muerte y resurrección. El sacrificio perfecto es el que
ofreció en la cruz en ofrenda total como respuesta amorosa al amor del Padre y
por nuestra salvación, y es el mismo Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote de la
Nueva Alianza, quien, por el ministerio de los sacerdotes, ofrece el sacrificio
eucarístico, que es el mismo de la cruz.
SIEMPRE NECESITAMOS LA INTERCESIÓN DE JESÚS
Heb 10,12-23; Sal 39; Lc 22,14-20
La primera lectura, en los versículos 12 al 18, resume la doctrina que hebreos
ha elaborado en los capítulos anteriores acerca de Jesús como sumo sacerdote:
en contraste con los sacerdotes judíos, que ofrecieron múltiples sacrificios
ineficaces para perdonar los pecados, Jesús ofreció un único sacrificio
eternamente eficaz. Luego, en los versos 19-23, que empiezan una sección
exhortativa, nos anima a acercarnos a Jesús con nuestras oraciones y a
mantenernos firmes en la fe en medio de la persecución y otros desafíos. Puede
ser que la imagen de un sumo sacerdote no estimula nuestras imaginaciones, ya
que no conocemos tales personajes en nuestra cultura, y que la referencia a la
persecución no parezca tener mucho que ver con nuestras sociedades, que
reconocen la libertad religiosa; sin embargo la verdad de que Jesús es nuestro
intercesor, en quien podemos confiar sin reserva, es siempre actual.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Heb 7, 24
Cristo, mediador de la nueva alianza, por el hecho de permanecer para
siempre, posee un sacerdocio perpetuo.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que para gloria tuya y salvación de todos los hombres
constituiste sumo y eterno sacerdote a tu Hijo, Jesucristo, concede a quienes
él ha elegido ministros suyos y administradores de los sacramentos y del
Evangelio, la gracia de ser fieles en el cumplimiento de su ministerio. Por
nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los que ha
santificado.
De la carta a los hebreos: 10, 12-23
Hermanos: Cristo, ofreció un solo sacrificio por los pecadores y se
sentó para siempre a la derecha de Dios; no le queda sino aguardar a que sus
enemigos sean puestos bajo sus pies. Así, con una sola ofrenda, hizo perfectos
para siempre a los que ha santificado.
Lo mismo atestigua el Espíritu Santo, que dice en un pasaje de la
Escritura: La alianza que yo estableceré con ellos, cuando lleguen esos días,
palabra del Señor, es ésta: Voy a poner mi ley en lo más profundo de su mente y
voy a grabarla en sus corazones. Y prosigue después: Yo les perdonaré sus
culpas y olvidaré para siempre sus pecados. Ahora bien y cuando los pecados han
sido perdonados, ya no hacen falta más ofrendas por ellos.
Hermanos, en virtud de la sangre de Jesucristo, tenemos la seguridad de
poder entrar en el santuario, porque él nos abrió un camino nuevo y viviente a
través del velo, que es su propio cuerpo. Asimismo, en Cristo tenemos un
sacerdote incomparable al frente de la casa de Dios.
Acerquémonos, pues, con sinceridad de corazón, con una fe total, limpia
la conciencia de toda mancha y purificado el cuerpo por el agua saludable.
Mantengámonos inconmovibles en la profesión de nuestra esperanza, porque el que
nos hizo las promesas es fiel a su palabra. Palabra de Dios. T. Te alabamos,
Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 39, 7-8a.8b-9.10-11ab.17.
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Cuántas maravillas has hecho, Señor y Dios mío, cuántos planes en favor
nuestro. Nadie se te puede comparar. R/.
En tus libros se me ordena hacer tu voluntad; esto es, Señor, lo que
deseo: tu ley en medio de mi corazón. R/.
He anunciado tu justicia en la gran asamblea; no he cerrado mis labios,
tú lo sabes, Señor. R/.
No callé tu justicia, antes bien, proclamé tu lealtad y tu auxilio. Tu
amor y tu lealtad no los he ocultado a la gran asamblea. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Is 42, 1
R/. Aleluya, aleluya.
Miren a mi siervo, a quien sostengo; a mi elegido, en quien tengo mis
complacencias. En él he puesto mi espíritu, para que haga brillar la justicia
sobre las naciones. R/.
EVANGELIO
Hagan esto en memoria mía.
Del santo Evangelio según san Lucas: 22, 14-20
En aquel tiempo, llegada la hora de cenar, se sentó Jesús con sus
discípulos y les dijo: "Cuánto he deseado celebrar esta Pascua con
ustedes, antes de padecer, porque yo les aseguro que ya no la volveré a
celebrar, hasta que tenga cabal cumplimiento en el Reino de Dios". Luego
tomó en sus manos una copa de vino, pronunció la acción de gracias y dijo:
"Tomen esto y repártanlo entre ustedes, porque les aseguro que ya no
volveré a beber del fruto de la vid hasta que venga el Reino de Dios".
Tomando después un pan, pronunció la acción de gracias, lo partió y se
lo dio diciendo: "Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan
esto en memoria mía". Después de cenar, hizo lo mismo con una copa de
vino, diciendo: "Esta copa es la nueva alianza, sellada con mi sangre, que
se derrama por ustedes". Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE
FE Credo de los apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador
del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que
fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María
Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y
sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde
allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa
Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la
resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que Jesucristo, nuestro Mediador, haga que te sean aceptables, Señor,
nuestras ofrendas y que su sacrificio redentor nos haga vivir cada día más
unidos a él, para que toda nuestra vida sea grata a tus ojos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El sacerdocio de Cristo y el ministerio de los sacerdotes.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno. Ya que, por la unción del Espíritu Santo, constituiste a tu Unigénito
Pontífice de la alianza nueva y eterna, y en tu designio salvífico has querido
que su sacerdocio único se perpetuara en la Iglesia. En efecto, Cristo no sólo
confiere la dignidad del sacerdocio real a todo su pueblo santo, sino que, con
especial predilección, elige a algunos de entre los hermanos, y mediante la
imposición de las manos, los hace partícipes de su ministerio de salvación, a
fin de que renueven, en su nombre, el sacrificio redentor, preparen para tus
hijos el banquete pascual, fomenten la caridad en tu pueblo santo, lo alimenten
con la palabra, lo fortifiquen con los sacramentos y, consagrando su vida a ti
y a la salvación de sus hermanos, se esfuercen por reproducir en sí mismos la
imagen de Cristo y te den un constante testimonio de fidelidad y de amor. Por
eso, Señor, con todos los ángeles y santos, te alabamos, cantando llenos de
alegría: Santo, Santo, Santo ...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 28, 20
Sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que hemos ofrecido en el
sacrificio y recibido en la comunión, sean para nosotros, Señor, el principio
de una vida nueva, a fin de que, unidos a ti por el amor, demos frutos que
permanezcan para siempre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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