viernes, 14 de noviembre de 2025

Evangelio del 15 de noviembre 2025 Lucas 18, 1-8

 



En aquel tiempo, para enseñar a sus discípulos la necesidad de orar siempre y sin desfallecer, Jesús les propuso esta parábola: “En cierta ciudad había un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres. Vivía en aquella misma ciudad una viuda que acudía a él con frecuencia para decirle: 'Hazme justicia contra mi adversario’. Por mucho tiempo el juez no le hizo caso, pero después se dijo: 'Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, sin embargo, por la insistencia de esta viuda voy a hacerle justicia para que no me siga molestando’”. Dicho esto, Jesús comentó: "Si así pensaba el juez injusto, ¿creen acaso que Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, y que los hará esperar? Yo les digo que les hará justicia sin tardar. Pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿creen que encontrará fe sobre la tierra?"

Comentario

La parábola del juez injusto es una de las enseñanzas más claras y directas de Jesús sobre la oración y la justicia

La Clave es la Oración Constante y la Fe.

El Juez Injusto es un hombre que no teme a Dios ni respeta a los hombres. Es la antítesis de un juez justo. Sin embargo, debido a la insistencia inquebrantable de la viuda, él finalmente accede a hacerle justicia, no por bondad, sino para evitar ser molestado y "agotado" por su persistencia.

La enseñanza; es si la persistencia funciona con un ser humano malo, la perseverancia en la oración es fundamental para acercarse a un Dios bueno.

La parábola nos anima a una oración constante y confiada, modelada en la tenacidad de la viuda, con la seguridad de que Dios, a diferencia del juez injusto, es justo, bueno y rápido para atender a sus elegidos.

 

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