DOMINGO XIII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B Domingo 27 de junio 2021

LA NUEVA
ECONOMÍA
Sab 1, 13-15;
2, 23-24; Sal 29; 2 Cor 8, 7. 9. 13-15; Mc 5, 21-43
En el Evangelio
de Marcos, encontramos dos gestos decisivos de Jesús frente a la muerte. La
mujer que tenía una pérdida de sangre estaba simbólicamente muerta: para una
hebrea, la esterilidad o el simple hecho de no tener descendencia equivalía a
una muerte prematura. Como dijo Raquel, "dame hijos o me muero (Gén 30,
1)". En cuanto a la hija del jefe de la sinagoga, estaba realmente muerta
(al menos a los ojos de los testigos) cuando Jesús llegó a su lecho. En ambos
casos, Jesús trae la vida. Por medio de él, los límites asignados al hombre son
superados y la muerte es atacada. Por primera vez se le da un golpe a su
dominio, que parecía establecido para siempre. Por tanto, este relato, por más
que se desenvuelva en el marco de este mundo, anuncia una nueva economía escatológica.
ANTÍFONA DE
ENTRADA Sal 46, 2
Pueblos todos,
aplaudan; aclamen al Señor con gritos de júbilo.
Gloria
Gloria a Dios
en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria
te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único,
Jesucristo.
Señor Dios,
Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad
de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que
estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú
eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que
mediante la gracia de la adopción filial quisiste que fuéramos hijos de la luz,
concédenos que no nos dejemos envolver en las tinieblas del error, sino que
permanezcamos siempre vigilantes en el esplendor de la verdad. Por nuestro
Señor Jesucristo ....
LITURGIA DE LA
PALABRA
PRIMERA LECTURA
Por envidia del
diablo entró la muerte en el mundo.
Del libro de la
Sabiduría: 1, 13-15; 2,23-24
Dios no hizo la
muerte, ni se recrea en la destrucción de los vivientes. Todo lo creó para que
subsistiera. Las creaturas del mundo son saludables; no hay en ellas veneno
mortal. Dios creó al hombre para que nunca muriera, porque lo hizo a imagen y
semejanza de sí mismo; más por envidia del diablo entró la muerte en el mundo y
la experimentan quienes le pertenecen. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO
RESPONSORIAL
Del salmo
29,2.4. 5-6. l1-12a. 13b.
R/. Te alabaré,
Señor, eternamente.
Te alabaré,
Señor, pues no dejaste que se rieran de mí mis enemigos. Tú, Señor, me salvaste
de la muerte y a punto de morir, me reviviste. R/.
Alaben al Señor
quienes lo aman, den gracias a su nombre, porque su ira dura un solo instante y
su bondad, toda la vida. El llanto nos visita por la tarde; por la mañana, el
júbilo. R/.
Escúchame,
Señor, y compadécete; Señor, ven en mi ayuda. Convertiste mi duelo en alegría,
te alabaré por eso eternamente. R/.
SEGUNDA LECTURA
Que la
abundancia de ustedes remedie la necesidad de sus hermanos pobres.
De la segunda
carta del apóstol san Pablo a los corintios: 8, 7.9.13-15
Hermanos: Ya
que ustedes se distinguen en todo: en fe, en palabra, en sabiduría, en
diligencia para todo y en amor hacia nosotros, distínganse también ahora por su
generosidad.
Bien saben lo
generoso que ha sido nuestro Señor Jesucristo, que, siendo rico, se hizo pobre
por ustedes, para que ustedes se hicieran ricos con su pobreza.
No se trata de
que los demás vivan tranquilos, mientras ustedes están sufriendo. Se trata, más
bien, de aplicar durante nuestra vida una medida justa; porque entonces la
abundancia de ustedes remediará las carencias de ellos, y ellos, por su parte,
los socorrerán a ustedes en sus necesidades.
En esa forma
habrá un justo medio, como dice la Escritura: Al que recogía mucho, nada le
sobraba; al que recogía poco, nada le faltaba. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Cfr. 2 Tm 1,10
R/. Aleluya,
aleluya.
Jesucristo,
nuestro Salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer la vida por
medio del Evangelio. R/.
EVANGELIO
¡Óyeme, niña,
levántate!
Del santo
Evangelio según san Marcos: 5, 21-43
En aquel
tiempo, cuando Jesús regresó en la barca al otro lado del lago, se quedó en la
orilla y ahí se le reunió mucha gente. Entonces se acercó uno de los jefes de
la sinagoga, llamado Jairo. Al ver a Jesús, se echó a sus pies y le suplicaba
con insistencia: "Mi hija está agonizando. Ven a imponerle las manos para
que se cure y viva". Jesús se fue con él, y mucha gente lo seguía y lo
apretujaba.
Entre la gente
había una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años. Había
sufrido mucho a manos de los médicos y había gastado en eso toda su fortuna,
pero en vez de mejorar, había empeorado. Oyó hablar de Jesús, vino y se le
acercó por detrás entre la gente y le tocó el manto, pensando que, con sólo
tocarle el vestido, se curaría. Inmediatamente se le secó la fuente de su
hemorragia y sintió en su cuerpo que estaba curada.
Jesús notó al
instante que una fuerza curativa había salido de él, se volvió hacia la gente y
les preguntó: "¿Quién ha tocado mi manto?". Sus discípulos le
contestaron: "Estás viendo cómo te empuja la gente y todavía preguntas:
'¿Quién me ha tocado?'". Pero él seguía mirando alrededor, para descubrir
quién había sido. Entonces se acercó la mujer, asustada y temblorosa, al
comprender lo que había pasado; se postró a sus pies y le confesó la verdad.
Jesús la tranquilizó, diciendo: "Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y
queda sana de tu enfermedad".
Todavía estaba
hablando Jesús, cuando unos criados llegaron de casa del jefe de la sinagoga
para decirle a éste: "Ya se murió tu hija. ¿Para qué sigues molestando al
Maestro?". Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la
sinagoga: "No temas, basta que tengas fe". No permitió que lo
acompañaran más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago.
Al llegar a la
casa del jefe de la sinagoga, vio Jesús el alboroto de la gente y oyó los llantos
y los alaridos que daban. Entró y les dijo: "¿Qué significa tanto llanto y
alboroto? La niña no está muerta, está dormida". Y se reían de él.
Entonces Jesús
echó fuera a la gente, y con los padres de la niña y sus acompañantes, entró a
donde estaba la niña. La tomó de la mano y le dijo: "¡Talitá, kum!",
que significa: "[Óyeme, niña, ¡levántate!". La niña, que tenía doce
años, se levantó inmediatamente y se puso a caminar. Todos se quedaron
asombrados. Jesús les ordenó severamente que no lo dijeran a nadie y les mandó
que le dieran de comer a la niña. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO
NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo
Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible
y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido
del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero
de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por
quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación
bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y
se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio
Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las
Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo
vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo
en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por
los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la
resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA
UNIVERSAL
Pidamos,
hermanos, al Señor que escuche nuestras oraciones, para que podamos alegrarnos
al recibir su ayuda:
Por los
ministros de la Iglesia que han consagrado su vida al Señor y por todos los
pueblos que adoran al Dios verdadero, roguemos al Señor.
Para que el
tiempo sea bueno y todos podamos gozar de una naturaleza limpia en la bella
sucesión de las diversas estaciones, roguemos a Dios, que con sabiduría
gobierna al mundo, roguemos al Señor.
Por los que son
víctimas de la debilidad humana, del espíritu de odio o de envidia o de los
otros vicios del mundo, roguemos al Redentor misericordioso, roguemos al Señor.
Encomendémonos
mutuamente al Señor, pongamos toda nuestra existencia en sus manos y oremos con
confianza al autor y guardián de todo lo que tenemos y poseemos., roguemos al
Señor.
Dios nuestro, que,
en el misterio de tu Hijo, pobre y crucificado, has querido enriquecernos con
tus bienes, escucha nuestras oraciones y no permitas que, mientras anunciemos a
los demás la alegre novedad del Evangelio, nos acobardemos ante la pobreza o la
cruz.
Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE
LAS OFRENDAS
Señor Dios, que
bondadosamente realizas el fruto de tus sacramentos, concédenos que seamos
capaces de servirte como corresponde a tantos misterios.
Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA
COMUNIÓN Cfr. Sal 102, 1
Bendice, alma
mía al Señor; que todo mi ser bendiga su santo nombre.
ORACIÓN DESPUÉS
DE LA COMUNIÓN
Que la víctima
divina que te hemos ofrecido y que acabamos de recibir, nos vivifique, Señor,
para que, unidos a ti con perpetuo amor, demos frutos que permanezcan para
siempre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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