Evangelio del 1 de noviembre 2024 Mateo 5, 1-12

En aquel tiempo, cuando Jesús vio
a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Entonces se le acercaron sus
discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles, hablándoles así:
"Dichosos los pobres de
espíritu,
porque de ellos es el Reino de
los cielos.
Dichosos los que lloran,
porque serán consolados.
Dichosos los sufridos,
porque heredarán la tierra.
Dichosos los que tienen hambre y
sed de justicia,
porque serán saciados.
Dichosos los misericordiosos,
porque obtendrán misericordia.
Dichosos los limpios de corazón,
porque verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la
paz,
porque se les llamará hijos de
Dios.
Dichosos los perseguidos por
causa de la justicia,
porque de ellos es el Reino de
los cielos.
Dichosos serán ustedes, cuando
los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía.
Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos,
puesto que de la misma manera persiguieron a los profetas que vivieron antes
que ustedes".
Reflexión
San Mateo ha querido presentar
esta enseñanza de Jesús en una gran catequesis, para que ésta sea para los
cristianos, lo que fue para los judíos la ley: norma de vida. Por ello nos
presenta a Jesús que, como Moisés, sube al "monte" y desde ahí instruye
al pueblo. La catequesis empieza con la palabra "Bienaventurados" que
puede ser también traducida como "Feliz" o "Dichoso" o
quizás como las tres juntas.
La palabra en griego
"macario" significa una alegría profunda e interior que está
relacionada con la paz y el gozo. Con esta interpretación resulta paradójico, de
acuerdo con los criterios humanos decir: "felices los que lloran, felices
los pobres, felices los mansos, felices los perseguidos por ser
cristianos", sin embargo, esta es una realidad auténtica, pues la
verdadera felicidad, el gozo, la alegría, no están donde el mundo nos las
propone, sino en donde Jesús nos lo dice: "Sólo en él", llevando una
vida auténticamente cristiana.
La felicidad que encontramos en
el mundo es pasajera, la que nos ofrece Jesús y su Evangelio es total, duradera
y definitiva. Si verdaderamente quieres ser un "macario", un lleno de
la alegría, la paz y el gozo de Dios, esfuérzate todos los días por vivir de
acuerdo con el Evangelio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario