DOMINGO XXXII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B Domingo 10 de noviembre 2024

LAS VIUDAS TIENEN FE AUTÉNTICA
1 Re 17, 10-16; Sal 145; Heb 9,24-28. Mc 12,38-44
En nuestras lecturas, son las viudas quienes tienen fe auténtica. En la
primera lectura, encontramos a la viuda de Sarepta, un lugar extranjero que
pertenece a Baal, el dios filisteo que supuestamente controlaba las lluvias.
Pero es ésta quien derrama generosidad sobre el profeta (v. 12), escucha la
palabra divina (vv. 14 y 16), jura por el Dios verdadero (v. 12), y recibe
comida durante una sequía (v. 15), la cual Baal es incapaz de provocar porque
no existe. En el Evangelio, Jesús presenta un contraste entre una pobre viuda
que ofrece a Dios todo lo que tiene, manifestando una generosidad casi
precipitada, y los escribas, que roban todo lo que tienen las viudas (v.40) y
manifiestan así su ignorancia de la Ley -de la cual se llaman maestros- y de su
preferencia por las viudas (Éx 22, 22).
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 18,
3
Que llegue hasta ti mi súplica, Señor, inclina tu oído a mi clamor.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios omnipotente y misericordioso. aparta de nosotros todos los males,
para que, con el alma y el cuerpo bien dispuestos, podamos con libertad de
espíritu cumplir lo que es de tu agrado. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Con el puñado de harina la viuda hizo un panecillo y se lo llevó a
Elías.
Del primer libro de los Reyes: 17, 10-16
En aquel tiempo, el profeta Elías se puso en camino hacia Sarepta. Al
llegar a la puerta de la ciudad, encontró allí a una viuda que recogía leña. La
llamó y le dijo: "Tráeme, por favor, un poco de agua para beber".
Cuando ella se alejaba, el profeta le gritó: "Por favor, tráeme también un
poco de pan". Ella le respondió: "Te juro por el Señor, tu Dios, que
no me queda ni un pedazo de pan; tan sólo me queda un puñado de harina en la
tinaja y un poco de aceite en la vasija. Ya ves que estaba recogiendo unos cuantos
leños. Voy a preparar un pan para mí y para mi hijo. Nos lo comeremos y luego
moriremos".
Elías le dijo: "No temas. Anda y prepáralo como has dicho; pero
primero haz un panecillo para mí y tráemelo. Después lo harás para ti y para tu
hijo, porque así dice el Señor Dios de Israel: 'La tinaja de harina no se
vaciará, la vasija de aceite no se agotará, hasta el día en que el Señor envíe
la lluvia sobre la tierra' ". Entonces ella se fue, hizo lo que el profeta
le había dicho y comieron él, ella y el niño. Y tal como había dicho el Señor
por medio de Elías, a partir de ese momento, ni la tinaja de harina se vació,
ni la vasija de aceite se agotó.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 145, 6c-7. 8-9a. 9bc-10.
R/. El Señor siempre es fiel a su palabra.
El Señor siempre es fiel a su palabra, y es quien hace justicia al
oprimido; Él proporciona pan a los hambrientos y libera al cautivo. R/.
Abre el Señor los ojos de los ciegos y alivia al agobiado. Ama el Señor
al hombre justo y toma al forastero a su cuidado. R/.
A la viuda y al huérfano sustenta y trastorna los planes del inicuo.
Reina el Señor eternamente. Reina tu Dios, oh Sión, reina por siglos. R/.
SEGUNDA LECTURA
Cristo se ofreció una sola vez para quitar los pecados de todos.
De la carta a los hebreos: 9, 24-28
Hermanos: Cristo no entró en el santuario de la antigua alianza,
construido por mano de hombres y que sólo era figura del verdadero, sino en el
cielo mismo, para estar ahora en la presencia de Dios, intercediendo por
nosotros.
En la antigua alianza, el sumo sacerdote entraba cada año en el
santuario para ofrecer una sangre que no era la suya; pero Cristo no tuvo que
ofrecerse una y otra vez a sí mismo en sacrificio, porque en tal caso habría
tenido que padecer muchas veces desde la creación del mundo. De hecho, Él se
manifestó una sola vez, en el momento culminante de la historia, para destruir
el pecado con el sacrificio de sí mismo.
Así como está determinado que los hombres mueran una sola vez y que
después de la muerte venga el juicio, así también Cristo se ofreció una sola
vez para quitar los pecados de todos. Al final se manifestará por segunda vez,
pero ya no para quitar el pecado, sino para salvación de aquellos que lo
aguardan y en El tienen puesta su esperanza.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 5, 3
R/. Aleluya, aleluya.
Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los
cielos. R/.
EVANGELIO
Esa pobre viuda ha echado en la alcancía más que todos.
Del santo Evangelio según san Marcos:
12, 38-44
En aquel tiempo, enseñaba Jesús a la multitud y le decía:
"¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplios ropajes y
recibir reverencias en las calles; buscan los asientos de honor en las
sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; se echan sobre los bienes de
las viudas haciendo ostentación de largos rezos. Éstos recibirán un castigo muy
riguroso".
En una ocasión Jesús estaba sentado frente a las alcancías del templo,
mirando cómo la gente echaba allí sus monedas. Muchos ricos daban en
abundancia. En esto, se acercó una viuda pobre y echó dos moneditas de muy poco
valor. Llamando entonces a sus discípulos, Jesús les dijo: "Yo les aseguro
que esa pobre viuda ha echado en la alcancía más que todos. Porque los demás
han echado de lo que les sobraba; pero ésta, en su pobreza, ha echado todo lo
que tenía para vivir".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino
no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede
del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y
gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa,
católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, por todos los hombres y por sus necesidades, para que
nunca falte a nadie la ayuda de nuestra caridad y digamos confiadamente: Te
rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
1. Para que la Iglesia viva
en paz, crezca constantemente, se extienda por todo el mundo y persevere con
alegría en la presencia del Señor, confortada por el Espíritu Santo, roguemos
al Señor.
2. Para que el Señor conceda
a los que gobiernan el espíritu de sabiduría y de prudencia, a fin de que rijan
a sus pueblos pensando en la paz común y en el bien y la prosperidad de sus
súbditos, roguemos al Señor.
3. Para que Dios Padre libere
al mundo de toda falsedad, hambre y miseria, y auxilie a los perseguidos, a los
encarcelados y a los que son tratados injustamente, roguemos al Señor.
4. Para que todos nosotros
realicemos nuestro trabajo con espíritu cristiano y consigamos frutos
abundantes por nuestras obras, roguemos al Señor.
Señor Dios, que sustentas al huérfano y a la viuda, haces justicia a
los oprimidos y das pan a los hambrientos, escucha las súplicas de tu pueblo,
que confía en tu amor, no permitas que a nadie le falte nunca ni la libertad ni
el pan, y haz que todos aprendamos a ayudar a los necesitados, a ejemplo de tu
Hijo, que se entregó libremente para salvarlos a todos. Él, que vive y reina
por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, mira con bondad este sacrificio, y concédenos alcanzar los
frutos de la pasión de tu Hijo, que ahora celebramos sacramentalmente. Él, que
vive y reina por los siglos de los siglos.
PREFACIO
La salvación por la obediencia de Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno. Porque tu amor al mundo fue tan misericordioso, que no sólo nos
enviaste como Redentor a tu propio Hijo, sino que lo quisiste en todo semejante
a nosotros, menos en el pecado, para poder así amar en nosotros lo que en él
amabas. Y con su obediencia nos devolviste aquellos dones que por la
desobediencia del pecado habíamos perdido. Por eso, ahora nosotros, llenos de
alegría, te aclamamos con los ángeles y los santos, diciendo: Santo, Santo,
Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 22, 1-2
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace
recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con estos sagrados dones, te damos gracias, Señor, e
imploramos tu misericordia, para que, por la efusión de tu Espíritu, cuya
eficacia celestial recibimos, nos concedas perseverar en la gracia de la
verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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