viernes, 1 de agosto de 2025

Evangelio de 2 de agosto 2025 Mateo 14, 1-12

 



En aquel tiempo, el rey Herodes oyó lo que contaban de Jesús, y les dijo a sus cortesanos: "Es Juan el Bautista, que ha resucitado de entre los muertos y por eso actúan en él fuerzas milagrosas".

Es que Herodes había apresado a Juan y lo había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, pues Juan le decía que no le estaba permitido tenerla por mujer. Y aunque quería quitarle la vida, tenía miedo a la gente, porque creían que Juan era un profeta.

El día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías bailó delante de todos, y le gustó tanto a Herodes, que juró darle lo que pidiera. Ella, aconsejada por su madre, le dijo: "Dame, sobre esta bandeja, la cabeza de Juan el Bautista".

El rey se entristeció, pero a causa de su juramento y por no quedar mal con los invitados, ordenó que se la dieran; y mandó degollar a Juan en la cárcel. Trajeron, pues, la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven y ella se la llevó a su madre.

Después vinieron los discípulos de Juan, recogieron el cuerpo, lo sepultaron, y luego fueron a avisarle a Jesús.

 

Reflexión

 

San Juan se aferró a la vida eterna, se aferró a la verdad, a anunciar a Jesús como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Hoy te invito a que quieras ser como San Juan Bautista, a que puedas anunciar la presencia de Cristo, a que puedas denunciar también el error, el pecado, la injusticia, siempre desde la caridad, a que puedas tomar cada decisión con Jesús, por Jesús y en Jesús.

jueves, 31 de julio de 2025

Evangelio del 1 de agosto 2025 Mateo 13, 54-58



En aquel tiempo, Jesús llegó a su tierra y se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal forma, que todos estaban asombrados y se preguntaban: "¿De dónde ha sacado éste esa sabiduría y esos poderes milagrosos? ¿Acaso no es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama María su madre y no son sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿Qué no viven entre nosotros todas sus hermanas? ¿De dónde, pues, ha sacado todas estas cosas?" Y se negaban a creer en él.

Entonces, Jesús les dijo: "Un profeta no es despreciado más que en su patria y en su casa". Y no hizo muchos milagros ahí por la incredulidad de ellos.

 

Reflexión

 

Ciertamente el lugar más difícil para que nuestro testimonio y nuestro anuncio evangélico sea aceptado es nuestro propio medio, y más aún, nuestra propia casa.

Ni para el mismo Jesús fue diferente. Generalmente, la gente que vive con nosotros no es fácil de convencer. Sin embargo, es ahí donde podemos verdaderamente ser luz, ser modelo. No se trata de imponer, sino de convencer; no se trata de acusar, sino de amar. Muchas veces, vale más nuestro testimonio de amor silencioso, que muchas exhortaciones y amonestaciones, que lo único que consiguen, es dividir y generar discordia, sobre todo, en la familia, lugar que debe ser de paz y armonía.

Si experimentamos problemas y no vemos cambios en nuestra propia familia o comunidad, recordemos las palabras de San Pablo: "Cree tú, y creerá tu familia". 

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20250803

 

"Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia" (Lucas 12:13)

Esta frase refleja un conflicto humano universal sobre la justicia y la distribución de bienes. Jesús responde con una parábola que advierte contra la avaricia y la acumulación de riquezas, recordándonos que la vida no depende de los bienes materiales.

La ironía de la herencia es que lo que debería ser un legado, se convierte en una carga. Las disputas entre herederos, resentimientos, y una falta de responsabilidad compartida lleva al abandono o mal uso de los bienes; que sin una gestión ética y humana, por la falta de comunicación y la excesiva judicialización en los procesos legales prolongados y costosos de herencia, pueden perder todo su valor, no solo económico, sino también simbólico y afectivo.

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20250803

 



«¿En qué emplearás las riquezas? Mejor ¿en qué emplearás la riqueza? ¿Te vestirás con precioso traje? Te basta una túnica de dos codos, y un solo manto puede satisfacer la necesidad de vestidos. ¿Gastarás tus riquezas en comidas? Un solo pan basta para saciar el vientre. Pues ¿por qué te entristeces? ¿Qué es lo que pierdes? ¿La gloria que nace de las riquezas? Si no buscases la gloria terrena, encontrarías la verdadera y resplandeciente gloria que te condujera al reino de los cielos. Pero el mismo poseer las riquezas es cosa deleitosa, aunque ningún provecho resulte de ella. Mas todos sabéis que el deseo de las cosas inútiles es irracional. Te parecerá increíble lo que voy a decir, y es más cierto que cualquier otra cosa. La riqueza, repartida de la manera que el Señor manda, suele durar; retenida, pasa a manos de otro. Si la guardas, no la poseerás; si la repartes, no la perderás. (.. .) Pero la mayor parte de los hombres apetecen la riqueza, no por los vestidos o alimentos, sino que ha discurrido el diablo el artificio de sugerir a los ricos mil ocasiones de gastar su dinero, hasta el punto de procurarse como necesario lo superfluo y lo inútil, y de no bastarle nada para los gastos que tienen premeditados. Dividen su riqueza para la necesidad presente y para la que vendrá; y separan una parte para ellos, y otra para sus hijos. Después la dividen también para diversas ocasiones que tengan de gastar. Escucha las cosas a que las destinan: Este dinero, dicen, usémoslo; este otro quede escondido. Lo destinado a nuestros usos, traspase los límites de la necesidad: esto gástese en la opulencia doméstica, aquello sirva para el fausto exterior; esto suministre gastos en abundancia al que tenga que hacer un viaje, aquello proporcione al que quede en casa una vida opípara y fastuosa; de suerte que me admiro de los gastos inútiles en que se piensa» (San Basilio [330-379]. Homilía a los ricos).

XVIII DOMINGO ORDINARIO Ciclo C Domingo 3 de agosto 2025

 



 

ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 69, 2. 6)

Dios mío, ven en mi ayuda; Señor, date prisa en socorrerme. Tú eres mi auxilio y mi salvación; Señor, no tardes.

 

 

GLORIA

 

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.

Amén.

 

 

ORACIÓN COLECTA

 

Ayuda, Señor, a tus siervos, que imploran tu continua benevolencia, y ya que se glorían de tenerte como su creador y su guía, renueva en ellos tu obra creadora y consérvales los dones de tu redención. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

 

 

LITURGIA DE LA PALABRA

 

PRIMERA LECTURA

 

¿Qué provecho saca el hombre de todos sus trabajos?

 

Del libro del Eclesiastés (Cohélet) 1, 2; 2, 21-23

 

Todas las cosas, absolutamente todas, son vana ilusión. Hay quien se agota trabajando y pone en ello todo su talento, su ciencia y su habilidad, y tiene que dejárselo todo a otro que no lo trabajó. Esto es vana ilusión y gran desventura. En efecto, ¿qué provecho saca el hombre de todos sus trabajos y afanes bajo el sol? De día dolores, penas y fatigas; de noche no descansa. ¿No es también eso vana ilusión? Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

 

 

SALMO RESPONSORIAL

 

Del salmo 89 R/ Señor, ten compasión de nosotros.

Tú haces volver al polvo a los humanos, diciendo a los mortales que retornen. Mil años son para ti como un día, que ya pasó; como una breve noche. R.

Nuestra vida es tan breve como un sueño; semejante a la hierba, que despunta y florece en la mañana y por la tarde se marchita y se seca. R.

Enséñanos a ver lo que es la vida y seremos sensatos. ¿Hasta cuándo, Señor, vas a tener compasión de tus siervos? ¿Hasta cuándo? R.

Llénanos de tu amor por la mañana y júbilo será la vida toda. Que el Señor bondadoso nos ayude y dé prosperidad a nuestras obras. R.

 

 

SEGUNDA LECTURA

Busquen los bienes del cielo, donde está Cristo.]

 

De la carta del apóstol san Pablo a los colosenses 3, 1-5. 9-11

 

Hermanos: Puesto que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes de arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios. Pongan todo el corazón en los bienes del cielo, no en los de la tierra, porque han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando se manifieste Cristo, vida de ustedes, entonces también ustedes se manifestarán gloriosos juntamente con él.

Den muerte, pues, a todo lo malo que hay en ustedes: la fornicación, la impureza, las pasiones desordenadas, los malos deseos y la avaricia, que es una forma de idolatría. No sigan engañándose unos a otros; despójense del modo de actuar del viejo yo y revístanse del nuevo yo, el que se va renovando conforme va adquiriendo el conocimiento de Dios, que lo creó a su propia imagen.

En este orden nuevo ya no hay distinción entre judíos y no judíos, israelitas y paganos, bárbaros y extranjeros, esclavos y libres, sino que Cristo es todo en todos.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

 

 

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO

 

Aclamación (Mt 5, 3) R/. Aleluya, aleluya.

Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. R/.

 

 

EVANGELIO

 

¿Para quién serán todos tus bienes?

 

Del santo Evangelio según san Lucas 12, 13-21

 

En aquel tiempo, hallándose Jesús en medio de una multitud, un hombre le dijo: “Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia”. Pero Jesús le contestó: “Amigo, ¿quién me ha puesto como juez en la distribución de herencias?”

Y dirigiéndose a la multitud, dijo: “Eviten toda clase de avaricia, porque la vida del hombre no depende de la abundancia de los bienes que posea”.

Después les propuso esta parábola: “Un hombre rico obtuvo una gran cosecha y se puso a pensar: ‘¿Qué haré, porque no tengo ya en dónde almacenar la cosecha? Ya sé lo que voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes para guardar ahí mi cosecha y todo lo que tengo. Entonces podré decirme: Ya tienes bienes acumulados para muchos años; descansa, come, bebe y date a la buena vida’. Pero Dios le dijo: ‘¡Insensato! Esta misma noche vas a morir. ¿Para quién serán todos tus bienes?’ Lo mismo le pasa al que amontona riquezas para sí mismo y no se hace rico de lo que vale ante Dios”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

 

 

PROFESIÓN DE FE

CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO

 

Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.

Amén.

 

 

PLEGARIA UNIVERSAL

 

Invoquemos a Dios nuestro Padre y pidámosle con fe que venga en auxilio de nuestras necesidades:

 

1.    Oremos por los pastores que Dios ha puesto al frente de su santa Iglesia, para que Él los haga santos y les conceda el espíritu de sabiduría a fin de que proclamen con rectitud el mensaje del Evangelio. Roguemos al Señor.

2.    Oremos por los que están lejos de sus hogares y por los que se encuentran en peligro, para que el Señor los proteja y los aleje de todo mal. Roguemos al Señor.

3.    Oremos por los hombres de todos los pueblos y de todas las religiones, para que el Señor les revele su bondad y dirija su camino hacia el conocimiento de la verdad plena. Roguemos al Señor.

4.    Oremos por nuestros hermanos que han muerto en el Señor. Que Dios perdone sus pecados y los conduzca al lugar del descanso, de la luz y de la paz. Roguemos al Señor.

Dios nuestro, que en Cristo, tu Hijo, nos has llamado a la posesión de tu Reino, no permitas que nos dejemos cautivar por la codicia y por el deseo exagerado de poseer los bienes terrenales, olvidándonos de buscar siempre y por encima de todo aquello que nos hace ricos a tus ojos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

 

Santifica, Señor, por tu piedad, estos dones y al recibir en oblación este sacrificio espiritual, conviértenos para ti en una perenne ofrenda. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

 

PREFACIO

 

Historia de la salvación

 

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. Porque naciendo, restauró nuestra naturaleza caída; padeciendo en la cruz, borró nuestros pecados; resucitando de entre los muertos, nos proporcionó el acceso a la vida eterna, y ascendiendo hasta ti, Padre, nos abrió las puertas del Reino de los cielos. Por eso, unidos a la multitud de los ángeles y de los santos, te aclamamos, llenos de alegría: Santo, Santo, Santo...

Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.

 

 

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Sb 16, 35)

 

Yo soy el pan de vida, dice el Señor. Quien venga a mí no tendrá hambre, y quien crea en mí no tendrá sed.

 

 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

 

Acompaña, Señor, con tu permanente auxilio, a quienes renuevas con el don celestial, y a quienes no dejas de proteger, concédeles ser cada vez más dignos de la eterna redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

miércoles, 30 de julio de 2025

Evangelio del 31 de julio 2025 Mateo 13, 47-53

 



En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: "El Reino de los cielos se parece también a la red que los pescadores echan en el mar y recoge toda clase de peces. Cuando se llena la red, los pescadores la sacan a la playa y se sientan a escoger los pescados; ponen los buenos en canastos y tiran los malos. Lo mismo sucederá al final de los tiempos: vendrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los arrojarán al horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación.

¿Han entendido todo esto?" Ellos le contestaron: "Sí". Entonces él les dijo: "Por eso, todo escriba instruido en las cosas del Reino de los cielos es semejante al padre de familia, que va sacando de su tesoro cosas nuevas y cosas antiguas".

 

Y cuando acabó de decir estas parábolas, Jesús se marchó de allí.

 

Reflexión

 

Jesús termina esta sección de parábolas recordándonos la importancia de vivir de acuerdo con lo que él mismo nos ha ido instruyendo, pues, si bien es cierto que no sabemos cuándo llegará el final del tiempo para toda la humanidad, sabemos con certeza que éste llega para cada uno de nosotros, el día en que el Señor nos llama.

En ese día no habrá excusas, solo resultados; separará a los que vivieron de acuerdo con los valores del Evangelio de quienes se negaron y rechazaron la vida evangélica. Cada día es una nueva oportunidad que Dios nos da para amar, para perdonar, para servir a los demás, para hacer de nuestra vida un instrumento de su gracia y, sobre todo, para dejar que su amor y su infinita misericordia nos inunden y transformen.

 

El único día que tenemos es el de hoy; ayer ya pasó y el mañana aún está en las manos de Dios; vivamos el hoy con entusiasmo y apertura al Espíritu Santo.

martes, 29 de julio de 2025

Evangelio del 30 de julio 2025 Mateo 13, 44-46

 



En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: "El Reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en un campo. El que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va y vende cuanto tiene y compra aquel campo.

El Reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una perla muy valiosa, va y vende cuanto tiene y la compra".

 

Reflexión

 

En esta sección de su evangelio, Mateo coleccionó una serie de parábolas de Jesús en las que ilustra lo que significa el Reino. En este par de parábolas, nos deja ver que el Reino es algo tan maravilloso que, quien lo descubre, podríamos hoy decir, quien lo experimenta, tiene por "basura", como dirá san Pablo, todo lo demás.