martes, 13 de mayo de 2025

Evangelio del 14 de mayo 2025 Juan 15, 9-17

 



En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Como el Padre me ama, así los amo yo. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecen en mi amor; lo mismo que yo cumplo los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea plena.

Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande a sus amigos que el que da la vida por ellos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a ustedes los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que le he oído a mi Padre.

No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca, de modo que el Padre les conceda cuanto le pidan en mi nombre. Esto es lo que les mando: que se amen los unos a los otros".

 

Reflexión

 

Centremos hoy nuestra atención en cómo Jesús nos llama amigos. No sé si alguna vez te has puesto a pensar lo que es tener un verdadero amigo.

 

Y es que en realidad son muy pocas las personas a las que podemos llamar "amigos". En la vida tenemos muchos compañeros, vecinos, incluso hermanos, pero muy pocos amigos. Pues el amor del amigo es diáfano y transparente; es un amor desinteresado que, como nos lo presenta Jesús, es capaz, incluso, de dar la vida por el otro. Es un amor que no espera sino la complacencia del ser amado. Exige confianza total, discreción, prontitud, fidelidad, disponibilidad.

Jesús nos llama a nosotros sus amigos. No sé si puedes imaginar que eres "amigo" de Dios y todo lo que esto significa en tu vida. Él es nuestro amigo y nos invita a que nosotros lo seamos de él; para ello, basta con cumplir sus mandamientos, que en realidad es uno: AMAR.

lunes, 12 de mayo de 2025

Evangelio del 13 de mayo 2025 Juan 10, 22-30



Por aquellos días se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del Templo. Era invierno. Jesús se paseaba por el templo, bajo el pórtico de Salomón. Entonces le rodearon los judíos y le preguntaron: "¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo claramente".

 

Jesús les respondió: "Ya se los he dicho, y no me creen. Las obras que yo hago en nombre de mi Padre dan testimonio de mí, pero ustedes no creen, porque no son de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco, y ellas me siguen. Yo les doy la vida eterna, y no perecerán jamás, nadie las arrebatará de mi mano. Me las ha dado mi Padre, y él es superior a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. El Padre y yo somos uno".

 

Reflexión

 

Parte de este evangelio ya lo habíamos oído el domingo pasado. Ahora la liturgia lo retoma para enfatizar nuestra realidad pascual. Cristo, el "Cordero de Dios" se ha transformado en el Pastor.

 

Un pastor que "conoce a sus ovejas", pero más importante aún es que las ovejas reconocen la voz del Pastor y "lo siguen". Es decir, el auténtico Cristiano es el que "escucha la voz de Jesús el buen Pastor" y oyendo esta voz la siguen. A veces no sé qué será, o que no escuchamos su palabra o que, escuchándola, no buscamos la manera de seguirla. Dos de las tristes realidades de nuestro cristianismo hoy son, por un lado, la falta de gusto por la oración y por la meditación de la palabra de Dios; esto nos lleva a no escuchar la voz del Pastor; por otro lado, el mundo hedonista y pragmático, que nos invita a vivir de acuerdo con nuestros propios intereses.

 

Dos elementos que combinados nos dan la actitud de los fariseos. A éstos les dice Jesús: "Ustedes no son de mis ovejas". Si realmente queremos pertenecer a su redil es necesario escuchar su voz y seguirlo aunque su camino, que lleva a la resurrección, pase siempre por la cruz.

domingo, 11 de mayo de 2025

Evangelio del 12 de mayo 2025 Juan 10, 1-10

 



En aquel tiempo Jesús dijo a los fariseos: "Yo les aseguro que el que no entra por la puerta del redil de las ovejas sino que salta por otro lado es un ladrón un bandido; pero el que entra por la puerta ése es el pastor de las ovejas. A ése le abre el que cuida la puerta y las ovejas reconocen su voz; él llama a cada una por su nombre y las conduce afuera. Y cuando ha sacado a todas sus ovejas camina delante de ellas y ellas lo siguen porque conocen su voz. Pero a un extraño no lo seguirán sino que huirán de él porque no conocen la voz de los extraños

 

Jesús les puso esta comparación pero ellos no entendieron lo que les quería decir. Por eso añadió: "Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes que yo son ladrones y bandidos; pero mis ovejas no los han escuchado.

 

Yo soy la puerta; quien entre por mí se salvará podrá entrar y salir y encontrará pastos. El ladrón sólo viene a robar a matar y a destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia".

 

Reflexión

El Señor nos manifiesta que su venida al mundo está relacionada con la donación de la vida plena.

 

Jesús da la vida, para que nosotros tengamos vida, es decir, él muere en la cruz para que nosotros podamos vivir en la esperanza de la vida eterna, una vida que no termina, ni mengua ni acaba porque es la contemplación de Dios cara a cara. La vida eterna, como don divino, es la continuación de la vida que obtenemos por el amor de nuestros padres.

 

Y ahora nuestro Padre celestial, nos brinda la vida que siempre quiso para nosotros desde la creación del mundo y que nosotros rechazamos con el pecado original.

viernes, 9 de mayo de 2025

 


DOMINGO IV DE PASCUA DOMINGO DE EL BUEN PASTOR, JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES

 

Domingo 11 de mayo 2025

 

"VI UN GENTÍO INMENSO Y CANTABAN CON VOZ PODEROSA"

 

Hech 13, 14. 43-52; Sal 99; Apoc 7, 9. 14-17: Jn 10, 27-30

 

En medio de los espantos y turbaciones sobre el fin del mundo que narra el autor del libro de Apocalipsis, en la segunda lectura de hoy se relata una imagen esperanzadora de la vida en el cielo. Una existencia celestial de alegría, de convivencia con Dios y de la absoluta plenitud de la vida, de gran fiesta con música resonando por todas partes. De hecho, el anciano que discute esta fiesta con el autor canta una parte de su conversación, ya que el hablar no es lo suficientemente alegre para el estado de regocijo que es el cielo. En cierto sentido, la vida resucitada llega a su culmen sólo en esa actividad que reúne todas las fuerzas, toda la creatividad y toda la belleza del universo que se llama la música.

 

ANTÍFONA ENTRADA Cfr. Sal 32, 5-6

 

La tierra está llena del amor del Señor y su palabra hizo los cielos. Aleluya.

 

GLORIA

 

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.

Amén.

 

ORACIÓN COLECTA

 

Dios todopoderoso y eterno, te pedimos que nos lleves a gozar de las alegrías celestiales, para que tu rebaño, a pesar de su fragilidad, llegue también a donde lo precedió su glorioso Pastor. Él, que vive y reina contigo ...

 

LITURGIA DE LA PALABRA

 

PRIMERA LECTURA

 

Ahora nos dirigiremos a los paganos.

 

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 13, 14. 43-52

 

En aquellos días, Pablo y Bernabé prosiguieron su camino desde Perge hasta Antioquía de Pisidia, y el sábado entraron en la sinagoga y tomaron asiento. Cuando se disolvió la asamblea, muchos judíos y prosélitos piadosos acompañaron a Pablo y a Bernabé, quienes siguieron exhortándolos a permanecer fieles a la gracia de Dios.

El sábado siguiente casi toda la ciudad de Antioquía acudió a oír la palabra de Dios. Cuando los judíos vieron una concurrencia tan grande, se llenaron de envidia y comenzaron a contradecir a Pablo con palabras injuriosas. Entonces Pablo y Bernabé dijeron con valentía:

"La palabra de Dios debía ser predicada primero a ustedes; pero como la rechazan y no se juzgan dignos de la vida eterna, nos dirigiremos a los paganos. Así nos lo ha ordenado el Señor, cuando dijo: Yo te he puesto como luz de los paganos, para que lleves la salvación hasta los últimos rincones de la tierra".

Al enterarse de esto, los paganos se regocijaban y glorificaban la palabra de Dios, y abrazaron la fe todos aquellos que estaban destinados a la vida eterna.

La palabra de Dios se iba propagando por toda la región. Pero los judíos azuzaron a las mujeres devotas de la alta sociedad y a los ciudadanos principales, y provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé, hasta expulsarlos de su territorio.

Pablo y Bernabé se sacudieron el polvo de los pies, como señal de protesta, y se marcharon a Iconio, mientras los discípulos se quedaron llenos de alegría y del Espíritu Santo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

 

SALMO RESPONSORIAL

 

Del salmo 99, 2. 3. 5.

R/. El Señor es nuestro Dios y nosotros su pueblo. Aleluya.

 

Alabemos a Dios todos los hombres, sirvamos al Señor con alegría y con júbilo entremos en su templo. R/.

Reconozcamos que el Señor es Dios, que él fue quien nos hizo y somos suyos, que somos su pueblo y su rebaño. R/.

Porque el Señor es bueno, bendigámoslo, porque es eterna su misericordia y su fidelidad nunca se acaba. R/.

 

SEGUNDA LECTURA

 

El Cordero será su pastor y los conducirá a las fuentes del agua de la vida.

 

Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan: 7, 9. 14-17

 

Yo, Juan, vi una muchedumbre tan grande, que nadie podía contarla. Eran individuos de todas las naciones y razas, de todos los pueblos y lenguas. Todos estaban de pie, delante del trono y del Cordero; iban vestidos con una túnica blanca y llevaban palmas en las manos.

Uno de los ancianos que estaban junto al trono, me dijo: "Estos son los que han pasado por la gran tribulación y han lavado y blanqueado su túnica con la sangre del Cordero. Por eso están ante el trono de Dios y le sirven día y noche en su templo, y el que está sentado en el trono los protegerá continuamente.

Ya no sufrirán hambre ni sed, no los quemará el sol ni los agobiará el calor. Porque el Cordero, que está en medio del trono, será su pastor y los conducirá a las fuentes del agua de la vida, y Dios enjugará de sus ojos toda lágrima".

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

 

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 10, 14

R/. Aleluya, aleluya.

 

Yo soy el buen pastor, dice el Señor; yo conozco a mis ovejas, y ellas me conocen a mí. R/.

 

EVANGELIO

 

Yo les doy la vida eterna a mis ovejas.

 

Del santo Evangelio según san Juan: 10, 27-30

 

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: "Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy la vida eterna y no perecerán jamás; nadie las arrebatará de mi mano. Me las ha dado mi Padre, y él es superior a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. El Padre y yo somos uno". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

 

PROFESIÓN DE FE

 

CREDO de los Apóstoles

 

Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.

Amén.

 

PLEGARIA UNIVERSAL

 

Levantemos, hermanos, nuestros ojos a Cristo, obispo y pastor de nuestras almas, y pongamos en sus manos, con toda confianza, las necesidades de los hombres diciendo: Jesús, Buen Pastor, sálvanos. (R/. Jesús, Buen Pastor, sálvanos).

Para que los obispos, los presbíteros y diáconos apacienten santamente a los pueblos que tienen encomendados, roguemos al Señor.

Para que la paz que Jesucristo concedió a los discípulos arraigue con fuerza en nuestro mundo, y se alejen de las naciones el odio y las guerras, roguemos al Señor.

Para que los enfermos, los pobres y todos los que sufren encuentren en Cristo resucitado luz y esperanza, roguemos al Señor.

Para que Dios derrame en las familias cristianas el espíritu de piedad y de renuncia a lo mundano, de manera que germinen abundantes vocaciones al ministerio eclesial, roguemos al Señor.

Dios nuestro, fuente de gozo y paz, que has concedido a tu Hijo el poder y la realeza sobre los hombres y los pueblos, escucha nuestra oración y sostennos con la fuerza de tu Espíritu, para que nunca nos separemos de nuestro pastor, que nos conducirá hacia fuente de aguas vivas, y que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.

 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

 

Concédenos, Señor, vivir siempre llenos de gratitud por estos misterios pascuales que celebramos, para que, continuamente renovados por su acción se conviertan para nosotros en causa de eterna felicidad.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

PREFACIO

 

Restauración universal por el Misterio Pascual

 

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque misericordiosamente estableciste este tiempo especial de gracia para que tus hijos busquen de nuevo la pureza del corazón y así, libres de todo afecto desordenado, de tal manera se apliquen a las realidades transitorias, que más bien pongan su corazón en las que duran para siempre. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.

Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo.

Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.

Prefacio IV de Pascua, MR, pp. 504-508 (500-504).

 

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN

 

Ha resucitado el Buen Pastor, que dio la vida por sus ovejas y se entregó a la muerte por su rebaño. Aleluya.

 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

 

Buen Pastor, vela con solicitud por tu rebaño y dígnate conducir a las ovejas que redimiste con la preciosa sangre de tu Hijo, a las praderas eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

 

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20250511



La música es un elemento imprescindible de cualquier religión. Según los hindúes, por ejemplo, las divinidades se comunican produciendo una música que retumba por el universo y que sólo ciertos individuos selectos pueden oír. Claro que en nuestra religión católica, Dios se revela por palabras y acciones. No obstante, la música siempre ha tenido un lugar muy importante. Los salmos no son meramente poemas, sino la letra de canciones para cantar. Partes del Nuevo Testamento se originaron como cánticos usados durante las liturgias, como Fil 2, 6-11 y Ef 3, 1-14. En la historia de la Iglesia ha habido controversias acerca de la música, como atestiguan las luchas contra los himnos arrianos en el siglo IV y la discusión durante el Concilio de Trento en el siglo XVI sobre los instrumentos musicales que se pueden tocar durante la misa. Nuestra fe necesita la música.

 

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20250511

 



«Eran muchos los apóstoles y sólo a uno se dice: Apacienta mis ovejas. ¡lejos de mí hay que decir que faltan ahora buenos pastores; lejos de mí pensar que lleguen a faltar; lejos de su misericordia el que no los engendre y constituya como tales! En efecto, si hay buenas ovejas, hay también buenos pastores, pues de las buenas ovejas salen buenos pastores. Pero todos los buenos pastores están en uno, forman una unidad. Apacientan ellos: es Cristo quien apacienta. Los amigos del esposo no profieren su voz propia, sino que gozan de la voz del esposo. Por lo tanto, es él mismo quien apacienta cuando ellos apacientan. Dice: "Soy yo quien apaciento” pues en ellos se halla la voz de él, en ellos su caridad. Quería que el mismo Pedro a quien confiaba sus ovejas, como si fuera su otro yo, formase unidad consigo, para de este modo confiarle las ovejas. Porque así Cristo sería la cabeza y Pedro representaría al cuerpo, es decir, a la Iglesia, y como esposo y esposa serían dos en una sola carne. Por lo tanto, al confiarle las ovejas, ¿qué le pregunta antes como para no confiárselas a otro distinto de SI? Pedro, ¿me amas? Y respondió: Te amo. De nuevo: ¿Me amas? Y respondió: Te amo. Y por tercera vez: ¿Me amas? Y respondió: Te amo. Asegura la caridad para consolidar la unidad. Así, pues, él mismo, siendo único, apacienta en éstos; y éstos apacientan formando parte del que es único. No se habla de los pastores, y se está hablando. Se glorían los pastores, pero quien se gloríe, que se gloríe en el Señor. Esto es apacentar para Cristo, apacentar en Cristo, apacentar con Cristo y no apacentarse a sí mismo fuera de Cristo» (San Agustín [354-4301. Sermón 46, 29-30).

Evangelio del 10 de mayo 2025 Juan 6, 60-69


  

En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús dijeron al oír sus palabras: "Este modo de hablar es intolerable, ¿quién puede admitir eso?"

Dándose cuenta Jesús de que sus discípulos murmuraban, les dijo: "¿Esto los escandaliza? ¿Qué sería si vieran al Hijo de hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es quien da la vida; la carne para nada aprovecha. Las palabras que les he dicho son espíritu y vida, y a pesar de esto, algunos de ustedes no creen". (En efecto, Jesús sabía desde el principio quienes no creían y quien lo habría de traicionar). Después añadió: "Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede".

Desde entonces, muchos de sus discípulos se echaron para atrás y ya no querían andar con él. Entonces Jesús les dijo a los Doce: "¿También ustedes quieren dejarme?" Simón Pedro le respondió: "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna; y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios".

 

Reflexión

 

Lo más seguro es que toda tu vida hayas sido cristiano por tu bautismo pero ¿alguna vez te has cuestionado seriamente sobre quién es Jesús para ti? ¿Qué representa en tu vida?

Para Pedro, a pesar de todas las cosas que no puede entender sobre lo que Jesús hace y dice, su convicción es firme: "Nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios". Hermano, no siempre las cosas que leemos de la Sagrada Escritura nos resultan entendibles, hay que creerlas y por lo tanto vivirlas, exactamente como Jesús nos las dice, aunque nos suenen ilógicas y carentes de sentido. A los que escucharon el discurso de Jesús sobre el Pan de Vida, les sonó "repugnante" el tener que comer su carne y su sangre.

Jesús estaba hablando de realidades que no entendían aún, pero eso no es una limitación para Pedro, "Señor, haremos lo que tú dices, aunque no entendamos y nos resulte incomprensible". Esta es la fe pascual, la que nos prepara para poder participar de realidades todavía más increíbles, para poder tener acceso a las cosas del cielo. Aprovecha esta Pascua para dar una respuesta clara sobre la identidad y poder de Jesús en tu vida.