jueves, 4 de diciembre de 2025

Evangelio del 5 de diciembre 2025 Mateo 9, 27-31


 

Cuando Jesús salía de Cafarnaúm, lo siguieron dos ciegos, que gritaban: "¡Hijo de David, compadécete de nosotros!" Al entrar Jesús en la casa, se le acercaron los ciegos y Jesús les preguntó: "¿Creen que puedo hacerlo?" Ellos le contestaron: "Sí, Señor". Entonces les tocó los ojos, diciendo: "Que se haga en ustedes conforme a su fe". Y se les abrieron los ojos. Jesús les advirtió severamente: "Que nadie lo sepa". Pero ellos, al salir, divulgaron su fama por toda la región.

 

Reflexión

 

Cuando los dos ciegos claman, Jesús les pregunta: "¿Creen que puedo hacerlo?" Su milagro se realiza por la confianza que ellos depositan en su poder. Esto subraya que la fe no es solo una creencia pasiva, sino un acto de voluntad que nos abre a la gracia de Dios.

El poder de la palabra de Jesús declara: "Que se haga con ustedes conforme a su fe." Esta frase es central. El resultado (la vista restaurada) es una respuesta directa a la medida de su fe. Nos recuerda que la fe tiene consecuencias reales y transformadoras en nuestra vida.

Aunque sanados desobedecen la orden, su acción refleja un impulso humano profundo: cuando experimentamos algo verdaderamente maravilloso, es casi imposible contener la alegría y el deseo de compartirlo.

Este pasaje nos invita a examinar nuestra propia fe: ¿Es una fe activa, que clama y confía plenamente en que Jesús puede cambiar nuestra "ceguera" (física o espiritual)? Y si hemos experimentado su gracia, ¿somos capaces de quedarnos callados?

miércoles, 3 de diciembre de 2025

Evangelio del 4 de diciembre 2025 Mateo 7, 21. 24-27

 



En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No todo el que me diga '¡Señor, Señor!', entrará en el Reino de los cielos, sino el que cumpla la voluntad de mi Padre, que está en los cielos. El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica, se parece a un hombre prudente, que edificó su casa sobre roca. Vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos y dieron contra aquella casa; pero no se cayó, porque estaba construida sobre roca. El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica, se parece a un hombre imprudente, que edificó su casa sobre arena. Vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos, dieron contra aquella casa y la arrasaron completamente".

Reflexión

Esta parábola nos confronta con una verdad esencial: no basta con decir “Señor, Señor”, sino que hay que vivir según la voluntad de Dios. Jesús nos invita a construir nuestra vida sobre roca firme —su palabra vivida— y no sobre arena, que se desmorona ante las tormentas.

Nos recuerda que la fe auténtica se demuestra en las obras, en la coherencia entre lo que creemos y lo que hacemos. La casa sobre la roca no es solo una estructura segura, sino símbolo de una vida cimentada en la obediencia, la humildad y la perseverancia. Cuando llegan las pruebas, esa vida permanece.

Reflexión 20251207


 

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20251207

 

A fuerza de repetir rituales litúrgicos podemos vaciarlos de su verdadero sentido. La rutina puede degradar las prácticas religiosas de los creyentes. Juan Bautista percibió la descomposición de la vida cultual en Jerusalén. Por eso se propuso despertar la conciencia de Israel por medio de su mensaje profético. Sin embargo, no estaba dispuesto a colaborar con los que practicaban el engaño y la simulación. Quien aceptara recibir el bautismo de conversión, debía adecuar su vida diaria con sus creencias. La celebración del tiempo de Adviento es un llamado a la fe congruente. Tiempo de preparación, llamada a la conversión, para recibir al Verbo encarnado que asume nuestra condición humana. Con el esmero que preparamos todos los detalles cuando recibimos la visita de alguien significativo, tendremos que revisar nuestra forma de vivir, ahora que atendemos la llegada del Señor Jesús.

 


RAÍCES DE NUESTRA FE 20251207

 



¿Quiénes son los Padres de la Iglesia? Fueron cristianos ejemplares que vivieron en los ocho primeros siglos de la era cristiana. Fueron pastores, por lo general Obispos, defensores de la fe. Con sus escritos y enseñanzas contribuyeron a consolidar la Iglesia primitiva. Se distinguieron por sus enseñanzas y autoridad moral. Contribuyeron a sostener la Iglesia en sus momentos más difíciles. Fueron verdaderos pastores que condujeron fielmente a los cristianos de su época con la fuerza de su palabra y coherencia de vida. Fueron consecuentes y, en muchas ocasiones, hasta sufrir el martirio por no renegar de sus principios. El Papa Juan Pablo ll en una Carta Apostólica del año 1980 con ocasión del 16 0 Centenario de la muerte de san Basilio decía: «Padres de la Iglesia se llaman con toda razón aquellos santos que, con la fuerza de la fe, con la profundidad y riqueza de sus enseñanzas, la engendraron y formaron en el transcurso de los primeros siglos. Son de verdad "Padres" de la Iglesia, porque la Iglesia, a través del Evangelio, recibió de ellos la vida. Y son también sus constructores, ya que por ellos —sobre el único fundamento puesto por los Apóstoles, es decir, sobre Cristo— fue edificada la Iglesia de Dios en sus estructuras primordiales. La Iglesia vive todavía hoy con la vida recibida de esos Padres; y hoy sigue edificándose todavía sobre las estructuras formadas por esos constructores, entre los goces y penas de su caminar y de su trabajo cotidiano. Fueron, por tanto, sus Padres y lo siguen siendo siempre; porque ellos constituyen, en efecto, una estructura estable de la Iglesia y cumplen una función perenne en pro de la Iglesia, a lo largo de todos los siglos» (Juan Pablo ll. Patres ecclesiae, 27/01/1980).

II DOMINGO DE ADVIENTO Ciclo A Domingo 7 de diciembre 2025


 


                                           

ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Is 30, 19. 30)

 

Pueblo de Sión, mira que el Señor va a venir para salvar a todas las naciones y dejará oír la majestad de su voz para alegría de tu corazón.

 

No se dice Gloria

 

ORACIÓN COLECTA

 

Dios omnipotente y misericordioso, haz que ninguna ocupación terrena sirva de obstáculo a quienes van presurosos al encuentro de tu Hijo, antes bien, que el aprendizaje de la sabiduría celestial nos lleve a gozar de su presencia. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

 

PRIMERA LECTURA

[Les hará justicia a los pobres.]

Del libro del profeta Isaías 11, 1-10

En aquel día brotará un renuevo del tronco de Jesé, un vástago florecerá de su raíz. Sobre él se posará el espíritu del Señor, espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de piedad y temor de Dios.

No juzgará por apariencias, ni sentenciará de oídas; defenderá con justicia al desamparado y con equidad dará sentencia al pobre; herirá al violento con el látigo de su boca, con el soplo de sus labios matará al impío. Será la justicia su ceñidor, la fidelidad apretará su cintura.

Habitará el lobo con el cordero, la pantera se echará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos y un muchachito los apacentará. La vaca pastará con la osa y sus crías vivirán juntas. El león comerá paja con el buey.

El niño jugará sobre el agujero de la víbora; la creatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente. No hará daño ni estrago por todo mi monte santo, porque así como las aguas colman el mar, así está lleno el país de la ciencia del Señor.

Aquel día la raíz de Jesé se alzará como bandera de los pueblos, la buscarán todas las naciones y será gloriosa su morada.

 

Palabra de Dios. Te alabamos Señor.

 

SALMO RESPONSORIAL del salmo 71

R. Ven, Señor, rey de justicia y de paz.

 

Comunica, Señor, al rey tu juicio y tu justicia, al que es hijo de reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá a tu pueblo justamente.

R. Ven, Señor, rey de justicia y de paz.

 

Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era tras era. De mar a mar se extenderá su reino y de un extremo al otro de la tierra.

R. Ven, Señor, rey de justicia y de paz.

 

Al débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra sin amparo; se apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida al desdichado.

R. Ven, Señor, rey de justicia y de paz.

 

Que bendigan al Señor eternamente y tanto como el sol, viva su nombre. Que sea la bendición del mundo entero y lo aclamen dichoso las naciones.

R. Ven, Señor, rey de justicia y de paz.

 

SEGUNDA LECTURA

[Cristo salvó a todos los hombres.]

De la carta del apóstol san Pablo a los romanos 15, 4-9

Hermanos: Todo lo que en el pasado ha sido escrito en los libros santos, se escribió para instrucción nuestra, a fin de que, por la paciencia y el consuelo que dan las Escrituras, mantengamos la esperanza.

Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo, les conceda a ustedes vivir en perfecta armonía unos con otros, conforme al espíritu de Cristo Jesús, para que, con un solo corazón y una sola voz alaben a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo.

Por lo tanto, acójanse los unos a los otros como Cristo los acogió a ustedes, para gloria de Dios. Quiero decir con esto, que Cristo se puso al servicio del pueblo judío, para demostrar la fidelidad de Dios, cumpliendo las promesas hechas a los patriarcas y que por su misericordia los paganos alaban a Dios, según aquello que dice la Escritura: Por eso te alabaré y cantaré himnos a tu nombre.

Palabra de Dios. Te alabamos Señor.

 

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Lc 3, 4. 6)

R. Aleluya, aleluya.

Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos, y todos los hombres verán la salvación de Dios.

R. Aleluya.

 

EVANGELIO

[Arrepiéntanse, porque el Reino de los cielos está cerca.]

Del santo Evangelio según san Mateo 3, 1-12

R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, comenzó Juan el Bautista a predicar en el desierto de Judea, diciendo: “Arrepiéntanse, porque el Reino de los cielos está cerca”. Juan es aquel de quien el profeta Isaías hablaba, cuando dijo: Una voz clama en el desierto: Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos.

Juan usaba una túnica de pelo de camello, ceñida con un cinturón de cuero, y se alimentaba de saltamontes y de miel silvestre. Acudían a oírlo los habitantes de Jerusalén, de toda Judea y de toda la región cercana al Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el río.

Al ver que muchos fariseos y saduceos iban a que los bautizara, les dijo: “Raza de víboras, ¿quién les ha dicho que podrán escapar al castigo que les aguarda? Hagan ver con obras su arrepentimiento y no se hagan ilusiones pensando que tienen por padre a Abraham, porque yo les aseguro que hasta de estas piedras puede Dios sacar hijos de Abraham. Ya el hacha está puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé fruto, será cortado y arrojado al fuego.

Yo los bautizo con agua, en señal de que ustedes se han arrepentido; pero el que viene después de mí, es más fuerte que yo, y yo ni siquiera soy digno de quitarle las sandalias. Él los bautizará en el Espíritu Santo y su fuego. Él tiene el bieldo en su mano para separar el trigo de la paja. Guardará el trigo en su granero y quemará la paja en un fuego que no se extingue”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

 

PROFESIÓN DE FE

CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO

Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.

Amén.

 

ORACIÓN UNIVERSAL

Sacerdote: Salgamos al encuentro del Señor, que se acerca a nosotros con designios de paz, y presentémosle confiados nuestra plegaria. Oremos diciendo:

 

TODOS: Ven, Señor, y quédate con nosotros.

1.         Para que la Iglesia viva alegre y, llena de esperanza, crea que el Señor está cerca de ella y trabaje por hacerlo presente en medio de su pueblo. Roguemos al Señor.

2.         Para que nuestro tiempo, con la ayuda de Dios y con nuestro esfuerzo, goce de seguridad, de alegría y de paz. Roguemos al Señor.

3.         Para que el Señor, con su venida, conforte los corazones abatidos y fortalezca las rodillas que se doblan, a fin de que también sean testigos del amor de Dios. Roguemos al Señor.

4.         Para que nuestra fe crea firmemente en los dones que Dios nos promete y, ayudados por la gracia divina, nos dispongamos a recibir los auxilios que Él nos envía. Roguemos al Señor.

 

Sacerdote: Escucha, Dios todopoderoso y eterno, nuestras oraciones y suscita en nosotros el deseo de una verdadera conversión, para que, renovados por el Espíritu Santo, hagamos presente en toda relación humana aquella justicia y aquella paz que la Encarnación de tu Hijo hizo florecer en nuestra tierra. Por Jesucristo, nuestro Señor.

TODOS: Amén.

 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

 

Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes súplicas y ofrendas, y puesto que no tenemos merecimientos en qué apoyarnos, socórranos el poderoso auxilio de tu benevolencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

PREFACIO

La doble espera de Cristo

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. A quien todos los profetas anunciaron y la Virgen esperó con inefable amor de madre; Juan el Bautista anunció su próxima venida y lo señaló después ya presente. Él mismo es quien nos concede ahora prepararnos con alegría al misterio de su nacimiento, para encontrarnos así cuando llegue, velando en oración y cantando gozosos su alabanza. Por eso, con los ángeles y los arcángeles, con los tronos y dominaciones y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...

 

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Bar 5, 5; 4, 36)

Levántate, Jerusalén, sube a lo alto, para que contemples la alegría que te viene de Dios.

 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Saciados por el alimento que nutre nuestro espíritu, te rogamos, Señor, que, por nuestra participación en estos misterios, nos enseñes a valorar sabiamente las cosas de la tierra y a poner nuestro corazón en las del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.




martes, 2 de diciembre de 2025

Evangelio del 3 de diciembre 2025 Mateo 15, 29-37


 

En aquel tiempo, llegó Jesús a la orilla del mar de Galilea, subió al monte y se sentó. Acudió a él mucha gente, que llevaba consigo tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y muchos otros enfermos. Los tendieron a sus pies y él los curó. La gente se llenó de admiración, al ver que los lisiados estaban curados, que los ciegos veían, que los mudos hablaban y los tullidos caminaban; por lo que glorificaron al Dios de Israel. Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: "Me da lástima esta gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer. No quiero despedirlos en ayunas, porque pueden desmayarse en el camino". Los discípulos le peguntaron: "¿Dónde vamos a conseguir, en este lugar despoblado, panes suficientes para saciar a tal muchedumbre?" Jesús les preguntó: "¿Cuántos panes tienen?" Ellos contestaron: "Siete, y unos cuantos pescados”. Después de ordenar a la gente que se sentara en el suelo, Jesús tomó los siete panes y los pescados, y habiendo dado gracias a Dios, los partió y los fue entregando a los discípulos, y los discípulos a la gente. Todos comieron hasta saciarse, y llenaron siete canastos con los pedazos que habían sobrado.

Reflexión

El pasaje nos invita a confiar en la compasión de Jesús para nuestras sanaciones y a entregarle nuestros pocos recursos (tiempo, talentos, posesiones) sabiendo que Él los tomará, los bendecirá, y con ellos alimentará y transformará la vida de muchos, y la nuestra, con una abundancia que siempre excede nuestras expectativas.

Evangelio del 2 de diciembre 2025 Lucas 10, 21-24

 



En aquella misma hora Jesús se llenó de júbilo en el Espíritu Santo y exclamó: "¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! ¡Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien! Todo me lo ha entregado mi Padre y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar". Volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: "Dichosos los ojos que ven lo que ustedes ven. Porque yo les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron".

 

Reflexión

Este pasaje del Evangelio nos revela una profunda alegría en Jesús, una alegría que brota del Espíritu Santo al ver que el mensaje del Reino ha sido entendido y acogido por los sencillos y pequeños (los "ingenuos").

 

Es una invitación a la humildad y la alegría. La verdadera sabiduría para entender las cosas de Dios no se encuentra en el intelecto orgulloso, sino en un corazón de niño que se abre a la revelación divina.

domingo, 30 de noviembre de 2025

Evangelio 1 de diciembre 2025 Mateo 8, 5-11

 


En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaúm, se le acercó un oficial romano y le dijo: "Señor, tengo en mi casa un criado que está en cama, paralítico y sufre mucho". Él le contestó: "Voy a curarlo”. Pero el oficial le replicó: "Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa; con que digas una sola palabra, mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; cuando le digo a uno: '¡Ve!', él va; al otro: '¡Ven!', y viene; a mi criado: '¡Haz esto!', y lo hace”. Al oír aquellas palabras, se admiró Jesús y dijo a los que lo seguían: "Yo les aseguro que en ningún israelita he hallado una fe tan grande. Les aseguro que muchos vendrán de oriente y occidente y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en el Reino de los cielos".

Reflexión

Este texto nos reta a examinar nuestra propia fe. ¿Confiamos en la autoridad absoluta de la palabra de Jesús, sabiendo que una orden suya es suficiente para transformar nuestra realidad, o dependemos de pruebas visibles y de sentirnos "dignos"? El Centurión, un extranjero, nos enseña que la fe genuina nace de la humildad y la confianza radical en el poder de Cristo.

viernes, 28 de noviembre de 2025

Evangelio del 29 de noviembre 2025 Lucas 21, 34-36


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Estén alerta, para que los vicios, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida no entorpezcan su mente y aquel día los sorprenda desprevenidos; porque caerá de repente como una trampa sobre iodos los habitantes de la tierra.

Velen, pues, y hagan oración continuamente, para que puedan escapar de todo lo que ha de suceder y comparecer seguros ante el Hijo del hombre”

 

Reflexión

 

Jesús advierte: "Tengan cuidado de que su corazón no se cargue por el libertinaje, las borracheras y las preocupaciones de esta vida ".

Libertinaje y borracheras: Representan el exceso y la pérdida de control sobre uno mismo. Cuando vivimos buscando solo el placer o la evasión, nos volvemos espiritualmente perezosos e incapaces de percibir la realidad de Dios.

Cuando habla de las preocupaciones de esta vida no se refiere a la planificación responsable, sino a la ansiedad y al aferramiento excesivo a lo material y temporal. Esto distrae el corazón y consume toda nuestra energía, impidiendo que miremos más allá del día a día.

El peligro es que el corazón, sobrecargado y entorpecido, quede "dormido" el día de la venida de Cristo.

Es imperativo estar despiertos y en oración constante. Implica conciencia, discernimiento y preparación moral. Se trata de vivir de tal manera que, si Cristo viniera hoy, no nos encontrara en un estado de pecado grave o de completa indiferencia.

El texto no solo nos pide evitar la disipación, sino que nos desafía a vivir cada día con una perspectiva eterna, manteniendo siempre la luz de la fe encendida a través de la vigilancia y la oración. 

Evangelio del 28 de noviembre 2025 Lucas 21, 29-33

 


En aquel tiempo, Jesús propuso a sus discípulos esta comparación: "Fíjense en la higuera y en los demás árboles. Cuando ven que empiezan a dar fruto, saben que ya está cerca el verano. Así también, cuando vean que suceden las cosas que les he dicho, sepan que el Reino de Dios está cerca. Yo les aseguro que antes de que esta generación muera, todo esto se cumplirá. Podrán dejar de existir el cielo y la tierra, pero mis palabras no dejarán de cumplirse".

Reflexión

La reflexión nos lleva a tres puntos fundamentales:

Vigila: Presta atención a los signos de los tiempos. No para adivinar fechas, sino para confirmar que el plan de Dios sigue en marcha.

Espera con Confianza: El brote de la higuera anuncia algo bueno: la llegada del verano (el Reino de Dios). La cercanía de Dios es motivo de alegría y no de terror.

Vive en la Palabra: Fía tu vida a las palabras de Jesús, pues son la única realidad que no será destruida ni pasará. Ellas son nuestro camino, nuestra verdad y nuestra vida eterna.

miércoles, 26 de noviembre de 2025

Evangelio del 27 de noviembre 2025 Lucas 21, 20-28

 


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando vean a Jerusalén sitiada por un ejército, sepan que se aproxima su destrucción. Entonces, los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en la ciudad, que se alejen de ella; los que estén en el campo, que no vuelvan a la ciudad; porque esos días serán de castigo para que se cumpla todo lo que está escrito. ¡Pobres de las que estén embarazadas y de las que estén criando en aquellos días! Porque vendrá una gran calamidad sobre el país y el castigo de Dios se descargará contra este pueblo. Caerán al filo de la espada, serán llevados cautivos a todas las naciones y Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que se cumpla el plazo que Dios les ha señalado. Habrá señales prodigiosas en el sol, en la luna y en las estrellas. En la tierra las naciones se llenarán de angustia y de miedo por el estruendo de las olas del mar; la gente se morirá de terror y de angustiosa espera por las cosas que vendrán sobre el mundo, pues hasta las estrellas se bambolearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube, con gran poder y majestad. Cuando estas cosas comiencen a suceder, pongan atención y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación".

Reflexión

El texto nos enseña a ver las crisis y las tribulaciones no como un fin absoluto o solo como motivos de desesperación, sino como precursores de un nuevo comienzo. Nos llama a tener una fe proactiva: en lugar de huir o escondernos ante las dificultades del mundo, debemos levantar la cabeza con valentía y esperanza, sabiendo que cada señal de desorden nos acerca al propósito final de Dios y a nuestra liberación. La redención es la meta, y la vigilancia es el camino.

martes, 25 de noviembre de 2025

Evangelio 26 de noviembre 2025 Lucas 21, 12-19

 


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Los perseguirán y los apresarán, los llevarán a los tribunales y a la cárcel, y los harán comparecer ante reyes y gobernantes por causa mía. Con esto ustedes darán testimonio de mí. Grábense bien que no tienen que preparar de antemano su defensa, porque yo les daré palabras sabias, a las que no podrá resistir ni contradecir ningún adversario de ustedes. Los traicionarán hasta sus padres y hermanos, sus parientes y amigos. Matarán a algunos de ustedes, y todos los odiarán por causa mía. Sin embargo, ni un cabello de su cabeza perecerá. Si se mantienen firmes, conseguirán la vida".

 

Reflexión

Jesús es explícito al advertir que sus seguidores serán perseguidos, entregados y odiados por causa de su Nombre.

Sin embargo, Jesús transforma esta adversidad en una oportunidad. La persecución no es solo sufrimiento, sino una "ocasión para dar testimonio” Es en medio de la dificultad donde la fe se hace visible y poderosa.

Jesús les asegura que no deben preocuparse por lo que han de decir en su defensa, porque Él mismo les dará "palabras y sabiduría" que sus adversarios no podrán resistir.

Este texto nos llama a una reflexión profunda sobre nuestra propia perseverancia. Nos invita a:

No temer el conflicto que pueda surgir al vivir auténticamente la fe.

Depositar nuestra confianza no en nuestras propias fuerzas o elocuencia, sino en la ayuda que Jesús promete a través del Espíritu.

Entender que las dificultades son el crisol donde se prueba y se forja nuestra fe, y que al resistir con amor y constancia, estamos asegurando la vida eterna.

lunes, 24 de noviembre de 2025

Evangelio del 25 de noviembre 2025 Lucas 21, 5-11

 



En aquel tiempo, como algunos ponderaban la solidez de la construcción del templo y la belleza de las ofrendas votivas que lo adornaban, Jesús dijo: "Días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están admirando; todo será destruido". Entonces le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto y cuál será la señal de que ya está a punto de suceder?" Él les respondió: "Cuídense de que nadie los engañe, porque muchos vendrán usurpando mi nombre y dirán: 'Yo soy el Mesías. El tiempo ha llegado'. Pero no les hagan caso. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones, que no los domine el pánico, porque eso tiene que acontecer, pero todavía no es el fin". Luego les dijo: "Se levantará una nación contra otra y un reino contra otro. En diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias y hambre, y aparecerán en el cielo señales prodigiosas y terribles".

 

Reflexión

 

Este pasaje conocido como el "Discurso Apocalíptico" o sobre el fin de los tiempos, nos invita a reflexionar sobre la naturaleza transitoria de las cosas materiales y la importancia de la vigilancia interior y la fe inquebrantable.

El desafío es mantener la paz interior y el discernimiento en medio del caos. Debemos anclar nuestra esperanza no en el cuándo de los eventos, sino en quién nos sostiene en medio de ellos: Jesús.

La enseñanza central del pasaje no es predecir el futuro con precisión, sino preparar nuestros corazones para vivir en el presente. Si todo lo externo es pasajero, nuestra tarea es construir algo que permanezca.

Nos invita a despegarnos de la admiración por lo fugaz y a afianzar nuestra vida en lo único que es eterno: la Palabra y el amor de Cristo.

Reflexión 20251130


 

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20251130

 



"En comunión con la tradición viva de la Iglesia" es reconocer que no estamos solos. Somos parte de un cuerpo que trasciende el tiempo, una peregrinación que une al Cielo y a la Tierra. Nos llama a la humildad de recibir, a la valentía de vivir, y a la generosidad de transmitir esa misma vida a las generaciones futuras. Es abrazar la fe de la Iglesia como nuestra propia fe.

Imaginemos la Tradición como un río caudaloso. Este río nace en la Revelación de Dios (la Sagrada Escritura), fluye a través de los siglos alimentado por el Espíritu Santo, y nos trae las aguas vivas de la fe, la moral, la liturgia y la vida eclesial.

Estar en comunión con ella significa reconocer que nuestra fe no es una invención personal, sino un don recibido, custodiado y transmitido desde los Apóstoles. Nos une a la Iglesia primitiva, a los Padres, a los mártires y a los santos.

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20251130

 

El llamado a construir una cultura favorable a la paz y al diálogo, que nos propone el Señor por medio del profeta (Isaías 2, 1-15), es algo más que urgente. Son demasiados los agravios y resentimientos añejos que confrontan a nuestra sociedad. La reconciliación auténtica no es el gesto del pacifista que simplemente renuncia a usar la violencia, sin moverse activamente a favor de nada. La paz verdadera no es otra cosa que el restablecimiento de las condiciones de justicia entre los ciudadanos. La reconciliación exige ensanchar las oportunidades para los que no las han tenido; castigar a los que delinquen y destruyen la convivencia pacífica; todas esas son tareas propias de quien pretenda construir la cultura de la paz con justicia. En el ámbito de nuestras responsabilidades públicas así estaremos preparando la venida del Señor. En el terreno de nuestra vida familiar o de nuestra relación íntima con Dios será necesario vivir en actitud de humildad y plena confianza.

I DOMINGO DE ADVIENTO Domingo 30 de Noviembre del 2025

 



ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Sal 24, 1-3)

A ti, Señor levanto mi alma; Dios mío, en ti confío, no quede yo defraudado. Que no triunfen de mí mis enemigos; pues los que esperan en ti, no quedan defraudados.

 

No se dice Gloria

 

ORACIÓN COLECTA

Concede a tus fieles, Dios todopoderoso, el deseo de salir al encuentro de Cristo, que viene a nosotros, para que, mediante la práctica de las buenas obras, colocados un día a su derecha, merezcamos poseer el Reino celestial. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

 

PRIMERA LECTURA

[El Señor reúne a todos los pueblos en la paz eterna de su Reino.]

Del libro del profeta Isaías 2, 1-5

 

Visión de Isaías, hijo de Amos, acerca de Judá y Jerusalén: En días futuros, el monte de la casa del Señor será elevado en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas y hacia él confluirán todas las naciones.

Acudirán pueblos numerosos, que dirán: “Vengan, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob, para que él nos instruya en sus caminos y podamos marchar por sus sendas. Porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén, la palabra del Señor”.

El será el árbitro de las naciones y el juez de pueblos numerosos. De las espadas forjarán arados y de las lanzas, podaderas; ya no alzará la espada pueblo contra pueblo, ya no se adiestrarán para la guerra.

¡Casa de Jacob, en marcha! Caminemos a la luz del Señor.

Palabra de Dios. Te alabamos Señor.

 

SALMO RESPONSORIAL del salmo 121

R. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.

¡Qué alegría sentí, cuando me dijeron: “Vayamos a la casa del Señor”! Y hoy estamos aquí, Jerusalén, jubilosos, delante de tus puertas.

R. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.

A ti, Jerusalén, suben las tribus, las tribus del Señor, según lo que a Israel se le ha ordenado, para alabar el nombre del Señor.

R. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.

Digan de todo corazón: “Jerusalén, que haya paz entre aquellos que te aman, que haya paz dentro de tus murallas y que reine la paz en cada casa”.

R. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.

Por el amor que tengo a mis hermanos, voy a decir: “La paz esté contigo”. Y por la casa del Señor, mi Dios, pediré para ti todos los bienes.

R. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.

 

SEGUNDA LECTURA

[Ya está cerca nuestra salvación.]

De la carta del apóstol san Pablo a los romanos 13, 11-14

Hermanos: Tomen en cuenta el momento en que vivimos. Ya es hora de que se despierten del sueño, porque ahora nuestra salvación está más cerca que cuando empezamos a creer. La noche está avanzada y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas y revistámonos con las armas de la luz.

Comportémonos honestamente, como se hace en pleno día. Nada de comilonas ni borracheras, nada de lujurias ni desenfrenos, nada de pleitos ni envidias. Revístanse más bien, de nuestro Señor Jesucristo y que el cuidado de su cuerpo no dé ocasión a los malos deseos.

Palabra de Dios. Te alabamos Señor.

 

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Sal 84, 8)

R. Aleluya, aleluya.

Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.

R. Aleluya.

 

EVANGELIO

[Velen y estén preparados.]

Del santo Evangelio según san Mateo 24, 37-44

R. Gloria a ti, Señor.

 

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Así como sucedió en tiempos de Noé, así también sucederá cuando venga el Hijo’ del hombre. Antes del diluvio, la gente comía, bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca. Y cuando menos lo esperaban, sobrevino el diluvio y se llevó a todos. Lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre. Entonces, de dos hombres que estén en el campo, uno será llevado y el otro será dejado; de dos mujeres que estén juntas moliendo trigo, una será tomada y la otra dejada.

Velen, pues, y estén preparados, porque no saben qué día va a venir su Señor. Tengan por cierto que si un padre de familia supiera a qué hora va a venir el ladrón, estaría vigilando y no dejaría que se le metiera por un boquete en su casa. También ustedes estén preparados, porque a la hora que menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre”.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

 

PROFESIÓN DE FE

 

CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO

 

Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.

Amén.

 

ORACIÓN UNIVERSAL

Sacerdote: Oremos, hermanos, al Señor y pidámosle confiadamente que despierte su poder y venga a salvarnos. Digamos con fe y esperanza:

TODOS: Ven, Señor Jesús.

1.         Para que los fieles despierten del sueño de su indiferencia y reciban con alegría la salvación que se acerca. Roguemos al Señor.

2.         Para que se afiance la paz en el mundo y las riquezas de la creación se transformen en instrumento de progreso y bienestar para todos los hombres. Roguemos al Señor.

3.         Para que el Señor, con su venida, alivie los dolores de los enfermos, dé paz y alegría a los que sufren en su espíritu y libre al mundo de sus males. Roguemos al Señor.

4.         Para que nosotros mismos vivamos siempre alerta sin que las preocupaciones de la vida nos impidan mantenernos en pie cuando llegue el Hijo del hombre. Roguemos al Señor.

Sacerdote: Dios misericordioso, escucha nuestra oración y despierta en nosotros un deseo tan vivo de tu venida que, avanzando por la senda de tus mandatos, lleguemos a contemplar en su gloria al que ha de venir, Jesucristo nuestro Señor. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. TODOS: Amén

 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, estos dones que te ofrecemos, tomados de los mismos bienes que nos has dado, y haz que lo que nos das en el tiempo presente para aumento de nuestra devoción, se convierta para nosotros en prenda de tu redención eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

PREFACIO

 

Las dos venidas de Cristo

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro. Quien, al venir por vez primera en la humildad de nuestra carne, realizó el plan de redención trazado desde antiguo y nos abrió el camino de la salvación eterna, para que cuando venga de nuevo, en la majestad de su gloria, revelando así la plenitud de su obra, podamos recibir los bienes prometidos que ahora, en vigilante espera, confiamos alcanzar. Por eso, con los ángeles y los arcángeles, con los tronos y dominaciones y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo

 

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. Sal 84, 13)

El Señor nos mostrará su misericordia y nuestra tierra producirá su fruto.

 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Señor, que nos aprovechen los misterios en que hemos participado, mediante los cuales, mientras caminamos en medio de las cosas pasajeras, nos inclinas ya desde ahora a anhelar las realidades celestiales y a poner nuestro apoyo en las que han de durar para siempre. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

domingo, 23 de noviembre de 2025

Evangelio del 24 de noviembre 2025 Lucas 21, 1-4

 



En aquel tiempo, levantando los ojos, Jesús vio a unos ricos que echaban sus donativos en las alcancías del templo. Vio también a una viuda pobre, que echaba allí dos moneditas, y dijo: "Yo les aseguro que esa pobre viuda ha dado más que todos. Porque éstos dan a Dios de lo que les sobra; pero ella, en su pobreza, ha dado todo lo que tenía para vivir".

 

Reflexión

 

Este pasaje nos reta a examinar nuestra propia generosidad. ¿Damos solo de lo que no nos cuesta o de lo que realmente requiere una confianza y un sacrificio? La viuda es el ejemplo supremo de dar todo lo que se tiene.

Esta acción honra la sinceridad del corazón por encima de la ostentación. Dios mira la motivación con la que se da y la fe que hay detrás, no la cifra final.

Nos recuerda que nadie está exento de ser generoso por ser "pobre". Las contribuciones, el tiempo y el esfuerzo más pequeños, cuando se dan con todo el corazón, tienen un valor infinito a los ojos de Dios.

Este texto es una crítica a la religiosidad superficial y un llamado a una fe radical donde la entrega total y el sacrificio personal son la verdadera medida de la devoción.

viernes, 21 de noviembre de 2025

 


Evangelio 22 de noviembre 2025

Lucas 20, 27-40

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús algunos saduceos. Como los saduceos niegan la resurrección de los muertos, le preguntaron: "Maestro, Moisés nos dejó escrito que si alguno tiene un hermano casado que muere sin haber tenido hijos, se case con la viuda para dar descendencia a su hermano. Hubo una vez siete hermanos, el mayor de los cuales se casó y murió sin dejar hijos. El segundo, el tercero y los demás, hasta el séptimo, tomaron por esposa a la viuda y todos murieron sin dejar sucesión. Por fin murió también la viuda. Ahora bien, cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será esposa la mujer, pues los siete estuvieron casados con ella?" Jesús les dijo: "En esta vida, hombres y mujeres se casan, pero en la vida futura, los que sean juzgados dignos de ella y de la resurrección de los muertos, no se casarán ni podrán ya morir, porque serán como los ángeles e hijos de Dios, pues él los habrá resucitado. Y que los muertos resucitan, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob. Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven". Entonces, unos escribas le dijeron: "Maestro, has hablado bien". Y a partir de ese momento ya no se atrevieron a preguntarle nada.

 

Reflexión

 

El error de los saduceos era intentar encajar la gloria de la resurrección dentro de las limitaciones de la vida terrenal. Su pregunta sobre de quién sería esposa la mujer asume que el cielo es simplemente una extensión o repetición de las costumbres y necesidades de la Tierra.

Jesús corrige esta visión, afirmando que los resucitados serán "iguales a los ángeles" y "ya no pueden morir". Esto no anula la importancia del matrimonio en la vida presente, sino que eleva la existencia futura a un plano donde las estructuras terrenales (como la necesidad de la procreación para perpetuar la especie) se vuelven obsoletas. La vida eterna es, por lo tanto, una transformación completa, no un mero reinicio de la vida anterior.

La vocación última del ser humano no es el matrimonio (aunque sea un don sagrado en la Tierra), sino la unión plena con Dios y la participación en la vida inmortal.

La prueba final que Jesús utiliza para validar la resurrección es la más poderosa y teológicamente rica: invoca las palabras que Dios le dijo a Moisés en la zarza ardiente: "Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob" (Éxodo 3:6).

Al declararse su Dios en tiempo presente, Jesús revela que para Dios, Abraham, Isaac y Jacob están vivos.

Esta afirmación cambia nuestra comprensión de la muerte. No es el fin de la existencia, sino una separación temporal del cuerpo. Muestra un Dios fiel a sus pactos, cuya relación con sus elegidos no termina con el último aliento. Nuestro Dios es un Dios de vivos, y la vida que Él da es eterna y activa.

La reflexión final es una invitación a confiar en la promesa de Dios más allá de lo que nuestra razón o experiencia terrenal pueda concebir. Si el mismo Dios que hizo la vida es nuestro Padre, podemos estar seguros de que la vida que Él tiene reservada será infinitamente superior y libre de las ataduras de este mundo.