miércoles, 22 de febrero de 2012

Semana santa




DOMINGO DE RAMOS
El Domingo de Ramos, fundamentalmente es un domingo; como todos los domingos, celebra el hecho de la Resurrección del Señor, su victoria. Sin embargo tiene particulares características: a) la procesión que significa la entrada del Señor en su triunfo a través de la muerte; b) la narración de la Pasión, que nos hace ver que a través del sufrimiento es como se obtiene la victoria; c) las palmas y los ramos, benditos que son con lo que la Iglesia pretende en este día aclamar a Cristo, que por la Pasión entra en la gloria de la Resurrección. 
Oración.
Dios todo poderoso y eterno, dígnate bendecir estos ramos y concede a cuantos acompañamos ahora jubilosos a Cristo nuestro rey y Señor, reunirnos con Él en la Jerusalén del cielo. Amén.

JUEVES SANTO
Por la mañana se bendicen los óleos destinados a la celebración de los sacramentos, y se renueva el compromiso ministerial de los sacerdotes.
Por la tarde celebramos el misterio pascual conmemorando la institución de la Eucaristía  y del mandato de la caridad fraterna.
Oración.
Dios nuestro, que nos has reunido para celebrar aquella cena en la cual tu Hijo único, antes de entregarse a la muerte, confió a la Iglesia el sacrificio nuevo y eterno, sacramento de su amor, concédenos alcanzar por la participación en este sacramento, la plenitud del amor y de la vida. Amén.

VIERNES SANTO
Día de ayuno y abstinencia.
Por la mañana hacemos la devoción del Vía Crucis, y de las siete palabras que Jesús pronunciara en la cruz antes de morir.
Hoy no se celebra misa; la celebración vespertina consta de tres partes: Liturgia de la palabra (Pasión de Nuestro Señor Jesucristo Según San Juan), adoración de la Cruz y la Sagrada Comunión. 
Oración.
Padre nuestro misericordioso, santifica y protege siempre a esta familia tuya, por cuya salvación derramó su sangre y resucitó glorioso Jesucristo, tu Hijo. Amén.

SABADO SANTO
Día de ayuno opcional.
Vigilia Pascual
¿Por qué nos reunimos en la noche?
Tratamos de buscar a Dios y la noche se presta. Nos ofrece recogimiento, tiene un atractivo especial para aquellos que quieren hablar con Dios, es la hora en que el corazón vela esperando a su Señor.
Esta noche acogemos en nuestro corazón:
A Cristo, nuestra única LUZ,
A Cristo, la PALABRA DE DIOS,
A Cristo, que es la VIDA,
A Cristo, que es el pan y el vino, alimento para el camino.
Oración.
Dios nuestro, que por medio de tu Hijo nos has comunicado el fuego de tu vida divina, bendice este fuego nuevo y haz que estas fiestas pascuales enciendan en nosotros el deseo del cielo, para que podamos llegar con un espíritu renovado a la fiesta gloriosa de tu reino. Amén.

DOMINGO DE PASCUA
El no está aquí ha resucitado.
Una vez resucitado de entre los muertos, ya nunca morirá. Esta es nuestra fe.
Oración.
Dios nuestro, que por medio de tu Hijo venciste a la muerte y nos haz abierto las puertas de la vida eterna, concede, a quienes celebramos hoy la Pascua de Resurrección, resucitar también a una vida nueva renovados por la gracia del Espíritu Santo. Amén.

LA VIVENCIA DE LA CUARESMA




El encuentro con Jesucristo ha marcado la historia de la humanidad entera. El modo mismo de medir el tiempo en nuestro calendario hace referencia a su Encarnación. Es comprensible, pues, que para los primeros cristianos, la Muerte y Resurrección del Señor fuera el acontecimiento más importante; un evento que jamás antes había ocurrido. Y, por tal motivo, comenzaron, año con año, a hacer memorial especial del mismo. De este modo, el Misterio Pascual se convirtió en el centro del año litúrgico.
En el 2018, el Domingo de Pascua será el 1 de abril. La Iglesia, siguiendo una antiquísima tradición, se prepara para esa fecha mediante un periodo de intensa oración, penitencia y vivencia de la caridad: la Cuaresma. ¿Por qué “cuarenta días”?, porque este es un número con un hondo significado bíblico (cuarenta días del Diluvio, cuarenta años camino el pueblo de Israel en el desierto, guiado por Dios, purificándose para entrar en el Tierra prometida; cuarenta días camino Elías por el desierto para llegar al monte Horeb, lugar de la presencia de Dios; cuarenta días estuvo Jesús en el desierto, conducido por el Espíritu, antes de iniciar su predicación del Reino de los Cielos, y los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto etc.)
            ¿Cómo piensas, tú, vivir este tiempo de preparación? El Miércoles de Ceniza (14 de febrero 2018) estás invitado a experimentar la penitencia cristiana como una liberación. Durante los siguientes días, el Señor te llama a entrar en  intimidad con El: “de rodillas” delante de su presencia, en oración, dejémonos iluminar por su verdad. Y no olvidemos que el verdadero encuentro con Dios, nos hace amar a los hermanos; en esta Cuaresma ejercitemos nuestra caridad.
            Con toda la Iglesia dispongámonos a vivir adecuadamente estos “cuarenta días”, en que liberaremos nuestros corazones de todo aquello que los ata y que, aprisionándolos, les impide caminar hacia la auténtica felicidad: la comunión con Dios. ¡Que el Señor nos conceda a todos, una Santa Cuaresma!