A LA ESPERA DEL SEÑOR JESÚS
Las tres lecturas proyectan un interés compartido en torno de la venida
del Señor. Es claro que Jeremías se refiere a la intervención de Dios para
restaurar a Israel de los descalabros sufridos durante la reciente ruina de
Jerusalén. La esperanza de que finalmente Dios suscite un gobernante justo y
fiel está muy presente en este oráculo. En el Evangelio de san Lucas el Señor
Jesús cierra el discurso escatológico advirtiendo a sus discípulos sobre la
necesidad de mantenerse alertas y viviendo sobriamente. De manera muy directa
la Carta a los tesalonicenses abordó el tema del aparente retraso de la parusía
del Señor. Ante la imposibilidad de definir el tiempo y las circunstancias de
tal evento, sólo cabe una recomendación fundamental: progresar en la vivencia
del amor fraterno, estableciendo, además, relaciones respetuosas con todas las
personas.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 24, 1-3
A ti, Señor, levanto mi alma; Dios mío, en ti confío, no quede yo
defraudado, que no triunfen de mí mis enemigos: pues los que esperan en ti no
quedan defraudados.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Concede a tus fieles, Dios todopoderoso, el deseo de salir al encuentro
de Cristo, que viene a nosotros, para que, mediante la práctica de las buenas
obras, colocados un día a su derecha, merezcamos poseer el reino celestial. Por
nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Yo haré nacer del tronco de David un vástago santo.
Del libro del profeta Jeremías: 33,14-16
"Se acercan los días, dice el Señor, en que cumpliré la promesa
que hice a la casa de Israel y a la casa de Judá. En aquellos días y en aquella
hora, yo haré nacer del tronco de David un vástago santo, que ejercerá la
justicia y el derecho en la tierra. Entonces Judá estará a salvo, Jerusalén
estará segura y la llamarán 'el Señor es nuestra justicia' ".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 24, 4bc-5ab. 8-9. 10 y74.
R/. Descúbrenos, Señor, tus caminos.
Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina.
Tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza. R/.
Porque el Señor es recto y bondadoso, indica a los pecadores el
sendero, guía por la senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus
caminos. R/.
Con quien guarda su alianza y sus mandatos, el Señor es leal y
bondadoso. El Señor se descubre a quien lo teme y le enseña el sentido de su
alianza. R/.
SEGUNDA LECTURA
Que el Señor los fortalezca hasta que Jesús vuelva.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses: 3,
12-4, 2
Hermanos: Que el Señor los llene y los haga rebosar de un amor mutuo y
hacia todos los demás, como el que yo les tengo a ustedes, para que él conserve
sus corazones irreprochables en la santidad ante Dios, nuestro Padre, hasta el
día en que venga nuestro Señor Jesús, en compañía de todos sus santos.
Por lo demás, hermanos, les rogamos y los exhortamos en el nombre del
Señor Jesús a que vivan como conviene, para agradar a Dios, según aprendieron
de nosotros, a fin de que sigan ustedes progresando. Ya conocen, en efecto, las
instrucciones que les hemos dado de parte del Señor Jesús.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 84, 8
R/. Aleluya, aleluya.
Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación. R/.
EVANGELIO
Se acerca su liberación.
Del santo Evangelio según san Lucas: 21,25-28. 34-36
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Habrá señales prodigiosas
en el sol, en la luna y en las estrellas. En la tierra, las naciones se
llenarán de angustia y de miedo por el estruendo de las olas del mar; la gente
se morirá de terror y de angustiosa espera por las cosas que vendrán sobre el
mundo, pues hasta las estrellas se bambolearán. Entonces verán venir al Hijo
del hombre en una nube, con gran poder y majestad.
Cuando estas cosas comiencen a suceder, pongan atención y levanten la
cabeza, porque se acerca la hora de su liberación. Estén alerta, para que los
vicios, con el libertinaje, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida no
entorpezcan su mente y aquel día los sorprenda desprevenidos; porque caerá de
repente como una trampa sobre todos los habitantes de la tierra. Velen, pues, y
hagan oración continuamente, para que puedan escapar de todo lo que ha de
suceder y comparecer seguros ante el Hijo del hombre.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino
no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede
del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y
gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa,
católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, al Señor y pidámosle confiadamente que despierte su
poder y venga a salvarnos. Digamos confiadamente: Ven Señor Jesús. (R/. Ven
Señor Jesús.)
Para que los fieles despierten del sueño de sus indolencias y reciban
con alegría la salvación que se acerca, roguemos al Señor.
Para que se afiance la paz en el mundo, y las riquezas de la creación
se transformen en instrumento de progreso y bienestar para todos los hombres,
roguemos al Señor.
Para que el Señor, con su venida, alivie los dolores de los enfermos,
dé paz y alegría a los que sufren en su espíritu y libre al mundo de sus males,
roguemos al Señor.
Para que nosotros mismos vivamos siempre alerta sin que las
preocupaciones de la vida nos impidan mantenernos en pie cuando llegue el Hijo
del hombre, roguemos al Señor.
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, que, a lo largo de los siglos,
cumples siempre con fidelidad tus promesas, escucha las oraciones de tu pueblo
y abre los corazones de tus fieles a la esperanza, para que, cuando Jesús,
nuestro Salvador, venga con todos sus santos, podamos mantenernos en pie en su
presencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, estos dones que te ofrecemos, tomados de los mismos
bienes que nos has dado, y haz que lo que nos das en el tiempo presente para
aumento de nuestra fe, se convierta para nosotros en prenda de tu redención
eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Prefacio de Adviento I
Las dos venidas de Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno, por Cristo, nuestro Señor. El cual, al venir por vez primera en la
humildad de nuestra carne, realizó el plan de redención trazado desde antiguo y
nos abrió el camino de la salvación, para que cuando venga de nuevo, en la
majestad de su gloria, revelando así la plenitud de su obra, podamos recibir
los bienes prometidos que ahora, en vigilante espera, confiamos alcanzar. Por
eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales,
cantamos sin cesar el himno de su gloria:
Santo, Santo, Santo...Prefacio I o III de Adviento. MR pp. 484 (485) o
486 (487).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 84, 13
El Señor nos mostrará su misericordia y nuestra tierra producirá su
fruto.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te pedimos, Señor, que nos aprovechen los misterios en que hemos
participado, mediante los cuales, mientras caminamos en medio de las cosas
pasajeras, nos inclinas ya desde ahora a anhelar las realidades celestiales y a
poner nuestro corazón en las que han de durar para siempre. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne. MR, p. 591 (598).