miércoles, 30 de diciembre de 2020

LA EPIFANÍA DEL SEÑOR Domingo 3 de enero 2021

 



UN ECUMENISMO AMPLIO
Is 60, 1-6; Sal 7; 1 Ef 2, 3.5-6; Mt 2,1-12
 
El profeta Isaías no se cierra dentro de un judaísmo estrecho sino que se revela abierto y ecuménico: "caminarán los pueblos a tu luz, los reyes al resplandor de tu alborada (v. 3)". El llamado tercer Isaías es muy sensible a los grandes horizontes de fe y de esperanza, como lo atestigua la célebre proclamación profética del capítulo 61, que leen en clave mesiánica tanto el judaísmo como Jesús (Lc 4, 18-19). Tal actitud sigue exhibiéndose en el Evangelio de Mateo por medio de los magos. Son extranjeros, provenientes de un Oriente lejano y, al mismo tiempo, protagonistas de la narración de la estrella de Belén. Sólo ellos logran distinguida del resto de las estrellas e interpretar su significado. En síntesis, las lecturas hablan de un ecumenismo amplio, no sólo entre cristianos, sino entre la fe cristiana y las otras religiones.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. M13, 1; 1 Cro 19, 12
 
Miren que ya viene el Señor todopoderoso; en su mano están el reino y la potestad y el imperio.
 
 
GLORIA
 
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Señor Dios, que en este día manifestaste a tu Unigénito a las naciones, guiándolas por la estrella, concede a los que ya te conocemos por la fe, que lleguemos a contemplar la hermosura de tu excelsa gloria. Por nuestro Señor Jesucristo...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
La gloria del Señor alborea sobre ti.
 
Del libro del profeta Isaías: 60, 1-6
 
Levántate y resplandece, Jerusalén, porque ha llegado tu luz y la gloria del Señor alborea sobre ti. Mira: las tinieblas cubren la tierra y espesa niebla envuelve a los pueblos; pero sobre ti resplandece el Señor y en ti se manifiesta su gloria. Caminarán los pueblos a tu luz y los reyes al resplandor de tu aurora.
Levanta los ojos y mira alrededor: todos se reúnen y vienen a ti; tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos. Entonces verás esto radiante de alegría; tu corazón se alegrará y se ensanchará cuando se vuelquen sobre ti los tesoros del mar y te traigan las riquezas de los pueblos. Te inundará una multitud de camellos y dromedarios, procedentes de Madián y de Efá. Vendrán todos los de Sabá trayendo incienso y oro y proclamando las alabanzas del Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 71, 2.7-8.10-11.12-13.
 
R/. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
 
Comunica, Señor, al rey tu juicio, y tu justicia al que es hijo de reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá a tu pueblo justamente. R/.
 
Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era tras era. De mar a mar se extenderá su reino y de un extremo al otro de la tierra. R/.
 
Los reyes de Occidente y de las islas le ofrecerán sus dones. Ante él se postrarán todos los reyes y todas las naciones. R/.
 
Al débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra sin amparo; se apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida al desdichado. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
También los paganos participan de la misma herencia que nosotros.
 
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 3, 2-3a. 5-6
 
Hermanos: Han oído hablar de la distribución de la gracia de Dios, que se me ha confiado en favor de ustedes. Por revelación se me dio a conocer este misterio, que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, pero que ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: es decir, que por el Evangelio, también los paganos son coherederos de la misma herencia, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la misma promesa en Jesucristo.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 2, 2
R/. Aleluya, aleluya.
 
Hemos visto su estrella en el Oriente y hemos venido a adorar al Señor. R/.
 
 
EVANGELIO
 
Hemos venido de Oriente para adorar al rey de los judíos.
 
Del santo Evangelio según san Mateo: 2, 1-12
 
Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de Oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: "¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo".
Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: "En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel".
Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: "Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño y, cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo". Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
En los lugares donde se acostumbre, pueden anunciarse, después del Evangelio, las fiestas movibles del año en curso de acuerdo con el formulario que propone el MR, en la p. 1339 (1329).
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
 
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Presentemos, hermanos, nuestras oraciones al Señor en este día santo en que Dios ha manifestado su poder a las naciones, la salvación a los pueblos y a nosotros la luz radiante de su gloria:
 
Por la santa Iglesia de Dios, para que ilumine a los hombres con la luz que resplandece en el rostro de Cristo, disipe las tinieblas de los que viven en el error y dé ánimo a los fieles, para que, con valentía hagan brillar la luz del Evangelio ante todas las naciones, roguemos al Señor.
 
Por las Iglesias que acaban de nacer en los diversos pueblos, para que su juventud y vigor sean levadura de vida para todas las comunidades cristianas, roguemos al Señor.
 
Por los pueblos que aún no han sido iluminados por el Evangelio y por aquellos que, habiendo conocido a Cristo, han abandonado el camino de la verdad, para que confiesen a Cristo como Señor y lo adoren como Dios verdadero, roguemos al Señor.
 
Por nosotros que hemos sido llamados de las tinieblas a la luz admirable de Cristo, para que nos afiancemos en la fe verdadera y sigamos con fidelidad las enseñanzas del Evangelio, roguemos al Señor.
 
Escucha nuestras oraciones, Dios todopoderoso y eterno, y haz que los que hemos conocido y adorado a tu Hijo, Rey y Señor de todos los pueblos, vivamos siempre como hijos de la luz y nos esforcemos para iluminar con la luz de Cristo a todos los pueblos y naciones. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Mira con bondad, Señor, los dones de tu Iglesia, que no consisten ya en oro, incienso y mirra, sino en lo que por esos dones se representa, se inmola y se recibe como alimento, Jesucristo, Señor nuestro. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
 
 
PREFACIO
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque hoy iluminaste a todos los pueblos revelándoles el misterio de nuestra salvación en Cristo, y al manifestarse Él en nuestra naturaleza mortal nos restauraste con la nueva gloria de su inmortalidad.
Por eso con los ángeles y los arcángeles, y con todos los coros celestiales, cantamos un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Mt 2, 2
 
Hemos visto su estrella en el Oriente y venimos con regalos a adorar al Señor.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNION
 
Te pedimos, Señor, que tu luz celestial siempre y en todas partes vaya guiándonos, para que contemplemos con ojos puros y recibamos con amor sincero el misterio del que quisiste hacernos partícipes. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20210103

Nuestra nación no ha tenido siempre una relación serena con "el otro" religioso. Desde la Conquista, con la extirpación de las religiones indígenas, hasta la actualidad, marcada por las sectas encerradas en sus ideas, nuestra nación no siempre ha sabido relacionar muy bien la fe cristiana con las demás religiones. En contraste, el papa Francisco se ha mostrado abierto a los demás, desde sus días como arzobispo de Buenos Aires cuando integró a algunos rabinos entre sus amigos, hasta sus iniciativas papales hacia los musulmanes e incluso hacia los ateos. No se trata de un teocentrismo vago, que no toma en serio las religiones pasando por alto las diferencias notables entre ellas, ni de un relativismo fácil, que pareciera no conocer la verdad. Se trata del amor hacia "el otro". Quizá hoy podemos reflexionar sobre nuestro actuar ecuménico en el sentido más amplio.

martes, 29 de diciembre de 2020

SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS Viernes 1 de enero 2021


  
 
Num 6,22-27; Sal 66; Lc 2, 16-21
 
En las lecturas, el año nuevo amanece de una forma inhabitual. En lugar de los remordimientos por las oportunidades perdidas del año pasado o de las promesas soñadas para el año apenas iniciado, las lecturas ofrecen una bendición. El libro de Números inicia con la bendición sacerdotal asignada a Aarón y sus hijos. Un don de Dios, origen de los frutos de la tierra y del seno materno, bendición que se extiende a toda la realidad en la liturgia cósmica prefigurada por el Salmo 66. En Jesús la bendición llega a su plenitud. Según el Evangelio de Lucas, los pastores se llenan de luz, gloria, y alegría, la Virgen María se cubre de maravilla, y el universo se colma de vida divina. Hoy es perfecto para reconocer las bendiciones que hemos recibido y para compartirlas con los demás.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA
 
Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al rey que gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos.
 
Gloria
 
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Señor Dios, que por la fecunda virginidad de María diste al género humano el don de la salvación eterna, concédenos sentir la intercesión de aquella por quien recibimos al autor de la vida, Jesucristo, Señor nuestro, Él, que vive y reina contigo...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
Invocarán mi nombre y yo los bendeciré.
 
Del libro de los Números: 6, 22-27
 
En aquel tiempo, el Señor habló a Moisés y le dijo: "Di a Aarón y a sus hijos: 'De esta manera bendecirán a los israelitas: El Señor te bendiga y te proteja, haga resplandecer su rostro sobre ti y te conceda su favor. Que el Señor te mire con benevolencia y te conceda la paz'.
Así invocarán mi nombre sobre los israelitas y yo los bendeciré". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 66, 2-3. 5. 6 y 8.
 
R/. Ten piedad de nosotros, Señor, y bendícenos.
 
Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora. R/.
 
Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia; con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones. R/.
 
Que te alaben, Señor, todos los pueblos, que los pueblos te aclamen todos juntos. Que nos bendiga Dios y que le rinda honor el mundo entero. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer.
 
De la carta del apóstol san Pablo a los gálatas: 4, 4-7
 
Hermanos: Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estábamos bajo la ley, a fin de hacernos hijos suyos.
Puesto que ya son ustedes hijos, Dios envió a sus corazones el Espíritu de su Hijo, que clama "¡Abbá!", es decir, ¡Padre! Así que ya no eres siervo, sino hijo; y siendo hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Hb 1, 1-2
R/. Aleluya, aleluya.
 
En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los profetas. Ahora, en estos tiempos, nos ha hablado por medio de su Hijo. R/.
 
 
EVANGELIO
 
Encontraron a María, a José y al niño. Al cumplirse los ocho días, le pusieron por nombre Jesús.
 
Del santo Evangelio según san Lucas: 2, 16-21
 
En aquel tiempo, los pastores fueron a toda prisa hacia Belén y encontraron a María, a José y al niño, recostado en el pesebre. Después de verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño y cuantos los oían, quedaban maravillados. María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón.
Los pastores se volvieron a sus campos, alabando y glorificando a Dios por todo cuanto habían visto y oído, según lo que se les había anunciado.
Cumplidos los ocho días, circuncidaron al niño y le pusieron el nombre de Jesús, aquel mismo que había dicho el ángel, antes de que el niño fuera concebido. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
Reflexión
 
La buena noticia que viene del nacimiento del Hijo de Dios en medio de los hombres, se muestra como algo que tiene que disfrutarse inmediatamente. Los pastores van presurosos a Belén, su urgencia se debe a la buena noticia que se les ha comunicado, es algo que no pueden perderse, quieren ser los primeros, puesto que fueron los primeros que recibieron ese anuncio. Así como Dios es rico para dar, así los sencillos son prontos a descubrir sus maravillas, a reconocerlas y a anunciarlas. María, la humilde sierva del Señor, ha sido la primera en gozar del don de Dios, pero junto con ella, la gente sencilla es también la primera que recibe el anuncio gozoso del nacimiento del Salvador.
 
No es que Dios olvide a la gente preparada, culta, sabia y experimentada (eso se destacará en la Epifanía del Señor); lo que sucede es que los humildes y sencillos, son similares a los niños y, antes de querer entender o encontrar una explicación a lo maravilloso y extraordinario, se gozan con ello, se dejan tocar por lo bello y hermoso y dejan que les llene la vida y el corazón. Por eso, María, guarda estos prodigios en su corazón y los medita profundamente, pero no intentando encontrar una explicación, sino un por qué, es decir, ¿por qué Dios es tan rico y misericordioso que se abaja a nuestra pequeñez y se hace uno de nosotros? Los inteligentes buscan el cómo, los sencillos el por qué.
 
Sin embargo, una vez que han gozado del don de Dios, regresan a sus labores, porque Dios quiere que las maravillas de su misericordia guíen e iluminen nuestro diario vivir; Dios no nos llama a su lado o a su amistad para enajenarnos, nos llama para que seamos pregoneros, anunciadores, discípulos, apóstoles, portadores de buenas noticias, y no hay mejor noticia que la contenida en el nombre del niño: Jesús; es decir, Yavhé salva, porque Dios quiere que todos los hombres se salven y nos ha dado como único Salvador a su propio Hijo para hacer de nosotros verdaderos hijos amados suyos.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
 
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Levantemos nuestra voz suplicante al Señor y -por la poderosa intercesión de la Madre de su Hijo- imploremos la misericordia divina en favor de todos los hombres:
 
Para que los fieles, a imitación de María, mediten y conserven en su corazón lo que han oído del Hijo de Dios, roguemos al Señor.
 
Para que los hombres de todas las razas y pueblos descubran que tienen un único Dios, Padre de todos, y nunca se comporten como enemigos unos de otros, roguemos al Señor.
 
Para que llegue a la presencia del Señor el lamento de los que sufren a causa de las guerras, y pronto puedan experimentar el retorno de la paz a sus hogares y naciones, roguemos al Señor.
 
Para que los que hoy nos hemos reunido para dedicar al Señor las primicias de este año nuevo, vivamos en paz todos sus días y podamos ver su final con salud y alegría, roguemos al Señor.
 
Tu trono, Dios nuestro, permanece para siempre, y tus años no se acaban; escucha, pues, nuestras súplicas y bendice el año que hoy comenzamos: que nuestro trabajo cotidiano nos dé el pan de cada día, y que nuestras almas encuentren el alimento necesario para avanzar en el camino del bien y en la contemplación fiel de tu palabra. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Señor Dios, que das origen y plenitud a todo bien, concédenos que, al celebrar, llenos de gozo, la solemnidad de la Santa Madre de Dios, así como nos gloriamos de las primicias de su gracia, podamos gozar también de tu plenitud. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO
 
PREFACIO I DE SANTA MARÍA VIRGEN
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la Festividad de Santa María, siempre virgen. Porque ella concibió a tu Hijo único por obra del Espíritu Santo, y sin perder la gloria de su virginidad, hizo resplandecer sobre el mundo la luz eterna, Jesucristo, Señor nuestro. Por Él, los ángeles y los arcángeles y todos los coros celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza: Santo, Santo, Santo...
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Hb 13, 8
 
Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por todos los siglos.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Señor, que estos sacramentos celestiales que hemos recibido con alegría, sean fuente de vida eterna para nosotros, que nos gloriamos de proclamar a la siempre Virgen María como Madre de tu Hijo y Madre de la Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

EMPEZAR CON BENDICIONES

 

sábado, 26 de diciembre de 2020

FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA DE JESÚS, MARÍA Y JOSÉ Ciclo B Domingo 27 de diciembre 2020

 


ABRAHÁN CREYÓ AL SEÑOR
Gén 15,1-6.21,1-3; Heb 11,8.11-12.17-19; Lc 2,22-40
 
Dos parejas de ancianos son los protagonistas fundamentales tanto del relato del Génesis como de la narración evangélica que nos conserva san Lucas: en el primer texto encontramos a Abrahán y Sara mientras que en el más reciente aparecen Simeón y Ana. Los cuatro eran israelitas fieles a Dios que habían aquilatado con hechos y decisiones congruentes su vida de creyentes, unos y otras habían aprendido a sobreponerse a la adversidad cotidiana. De esa manera su fe robustecida, se había convertido en esperanza perseverante. Abrahán era un anciano sin descendencia, la promesa parecía haber quedado incumplida, sin embargo, un día recibió una increíble promesa de parte del Señor, la acogió con apertura y se convirtió en nuestro primer padre en la fe. Ana era una viuda desamparada que mantuvo un corazón alegre y Dios le permitió contemplar la salvación en el rostro de Jesús niño.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Lc 2,16
 
Llegaron los pastores a toda prisa y encontraron a María y a José, y al niño recostado en un pesebre.
 
 
GLORIA
 
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Señor Dios, que te dignaste dejarnos el más perfecto ejemplo en la Sagrada Familia de tu Hijo, concédenos benignamente que, imitando sus virtudes domésticas y los lazos de caridad que la unió, podamos gozar de la eterna recompensa en la alegría de tu casa. Por nuestro Señor Jesucristo ....
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
Tu heredero saldrá de tus entrañas.
 
Del libro del Génesis: 15, 1-6; 21,1-3
 
En aquel tiempo, el Señor se le apareció a Abram y le dijo: "No temas, Abram. Yo soy tu protector y tu recompensa será muy grande". Abram le respondió: "Señor, Señor mío, ¿qué me vas a poder dar, puesto que voy a morir sin hijos? Ya que no me has dado descendientes, un criado de mi casa será mi heredero".
Pero el Señor le dijo: "Ése no será tu heredero, sino uno que saldrá de tus entrañas". Y haciéndolo salir de la casa, le dijo: "Mira el cielo y cuenta las estrellas, si puedes". Luego añadió: "Así será tu descendencia". Abram creyó lo que el Señor le decía y, por esa fe, el Señor lo tuvo por justo.
Poco tiempo después, el Señor tuvo compasión de Sara, como lo había dicho, y le cumplió lo que le había prometido. Ella concibió y le dio a Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo que Dios había predicho. Abraham le puso por nombre Isaac al hijo que le había nacido de Sara. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 104, 1b-2. 3-4. 5-6. 8-9.
R/. El Señor nunca olvida sus promesas.
 
Aclamen al Señor y denle gracias, relaten sus prodigios a los pueblos. Entonen en su honor himnos y cantos, celebren sus portentos. R/.
 
Del nombre del Señor enorgullézcanse y siéntase feliz el que lo busca. Recurran al Señor y a su poder y a su presencia acudan. R/.
 
Recuerden los prodigios que él ha hecho, sus portentos y oráculos, descendientes de Abraham, su servidor, estirpe de Jacob, su predilecto. R/.
 
Ni aunque transcurran mil generaciones, se olvidará el Señor de sus promesas, de la alianza pactada con Abraham, del juramento a Isaac, que un día le hiciera. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
La fe de Abraham, de Sara y de Isaac.
 
De la carta a los hebreos: 11, 8.11-12.17-19
 
Hermanos: Por su fe, Abraham, obediente al llamado de Dios, y sin saber a dónde iba, partió hacia la tierra que habría de recibir como herencia.
Por su fe, Sara, aun siendo estéril y a pesar de su avanzada edad, pudo concebir un hijo, porque creyó que Dios habría de ser fiel a la promesa; y así, de un solo hombre, ya anciano, nació una descendencia, numerosa como las estrellas del cielo e incontable como las arenas del mar.
Por su fe, Abraham, cuando Dios le puso una prueba, se dispuso a sacrificar a Isaac, su hijo único, garantía de la promesa, porque Dios le había dicho: De Isaac nacerá la descendencia que ha de llevar tu nombre. Abraham pensaba, en efecto, que Dios tiene poder hasta para resucitar a los muertos; por eso le fue devuelto Isaac, que se convirtió así en un símbolo profético.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Heb 1, 1-2
R/. Aleluya, aleluya.
 
En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los profetas. Ahora, en estos tiempos, que son los últimos, nos ha hablado por medio de su Hijo. R/.
 
 
EVANGELIO
 
El niño iba creciendo y se llenaba de sabiduría.
 
Del santo Evangelio según san Lucas: 2, 22-40
 
Transcurrido el tiempo de la purificación de María, según la ley de Moisés, ella y José llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley: Todo primogénito varón será consagrado al Señor, y también para ofrecer, como dice la ley, un par de tórtolas o dos pichones.
Vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, varón justo y temeroso de Dios, que aguardaba el consuelo de Israel; en él moraba el Espíritu Santo, el cual le había revelado que no moriría sin haber visto antes al Mesías del Señor. Movido por el Espíritu, fue al templo, y cuando José y María entraban con el niño Jesús para cumplir con lo prescrito por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios, diciendo: "Señor, ya puedes dejar morir en paz a tu siervo, según lo que me habías prometido, porque mis ojos han visto a tu Salvador, al que has preparado para bien de todos los pueblos; luz que alumbra a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel".
El padre y la madre del niño estaban admirados de semejantes palabras. Simeón los bendijo, y a María, la madre de Jesús, le anunció: "Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en Israel, como signo que provocará contradicción, para que queden al descubierto los pensamientos de todos los corazones. Y a ti, una espada te atravesará el alma".
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana. De joven, había vivido siete años casada y tenía ya ochenta y cuatro años de edad. No se apartaba del templo ni de día ni de noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Ana se acercó en aquel momento, dando gracias a Dios y hablando del niño a todos los que aguardaban la liberación de Israel.
Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y fortaleciéndose, se llenaba de sabiduría y la gracia de Dios estaba con él. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
 
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Oremos, hermanos, a Jesucristo, el Señor, que, para santificar la familia, quiso compartir la vida de un hogar humano:
 
Para que el Señor, que quiso participar de la vida de la familia en el hogar de María y José, mantenga en paz y armonía a todas las familias cristiana, roguemos al Señor.
 
Para que los novios sientan la presencia de Dios en la vivencia de su amor mutuo y se preparen sanamente para su matrimonio, roguemos al Señor.
 
Para que Dios ilumine y consuele a las familias desunidas, a los esposos que han de vivir separados por causa del trabajo, a los hijos de los divorciados, a los hogares sin hijos y a los que lloran la muerte de sus familiares, roguemos al Señor.
 
Para que nos esforcemos por vivir en paz y armonía con nuestros familiares (con los miembros de nuestra comunidad), superando con bondad, comprensión y caridad fraterna nuestras mutuas desavenencias, roguemos al Señor.
 
Señor Dios nuestro, que has querido que tu Hijo, engendrado antes de todos los siglos, fuera miembro de una familia humana, escucha nuestras súplicas y haz que los padres y madres de familia participen de la fecundidad de tu amor, y que sus hijos crezcan en sabiduría, entendimiento y gracia ante ti y ante los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de reconciliación, y te pedimos humildemente que, por la intercesión de la Virgen Madre de Dios y de san José, fortalezcas nuestras familias en tu gracia y en tu paz.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO DE NAVIDAD I
CRISTO, LA LUZ DEL MUNDO
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno:
 
Porque gracias al misterio de la Palabra hecha carne, la luz de tu gloria brilló ante nuestros ojos con nuevo resplandor, para que, conociendo a Dios visiblemente lleguemos al amor de lo invisible.
 
Por eso con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:
 
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.Prefacio I-III de Navidad, pp. 488-490 (489-491).
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Bar 3, 38
 
Nuestro Dios apareció en el mundo y convivió con los hombres.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Padre misericordioso, haz que, reanimados con este sacramento celestial, imitemos constantemente los ejemplos de la Sagrada Familia, para que, superadas las aflicciones de esta vida, consigamos gozar eternamente de su compañía.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20201227

 

Las historias de vida de este par de familias formadas por personas ordinarias (Abrahán y Sara, Simeón y Ana) que enfrentaban problemas comunes como migración, viudez. pago de impuestos, entre otros, nos permitirán reafirmar que la vida del creyente jamás se puede desconectar de las situaciones cotidianas de nuestra existencia personal y de la realidad social donde estamos inmersos. Terminamos un año particularmente complejo, pleno de problemas que han puesto en riesgo la salud, la seguridad y el empleo de millones de mexicanos. No basta con quejarnos y exhibir las ineficiencias de un gobierno incapaz de guiarnos por un camino de esperanza. El Padre que nos bendijo con un año más de vida, espera que pongamos a fructificar nuestros talentos ahí donde más falta esté haciendo nuestra generosidad.

sábado, 19 de diciembre de 2020

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20201220

 

El oráculo de Natán nos permite entender la pedagogía de Dios. Aunque los usos y costumbres palaciegos favorecían en Israel una vida de excesos para los descendientes del rey, no se podía olvidar la lección dolorosamente aprendida luego de cuatro siglos de monarquía. La cultura del privilegio es ruinosa. Así lo documenta la ruina de Samaria y Jerusalén. Monarcas arbitrarios y soberbios condujeron al fracaso del pueblo. En cambio, Jesús, el verdadero Hijo de Dios, se deja corregir y amonestar, vive pendiente de la voluntad de Dios. No tiene pretensiones típicas de nuestros autócratas, que se creen infalibles y se asumen como la encarnación genuina de la voluntad popular. La próxima celebración de la Natividad de Jesús nos confirma nuestra certeza fundamental: Dios nos sigue salvando. Desde esa certeza podremos disponer de la claridad necesaria para no dejarnos engatusar por engañosos salvadores, sedientos de poder que reclaman docilidad y servilismo. Nuestro liberador Jesús no cancela jamás nuestra libertad.

DOMINGO IV DE ADVIENTO Ciclo B "¡Oh, Llave de David!" Domingo 20 de Diciembre 2020



EL NACIMIENTO DE JESÚS
2 Sam 7,1-5.8-12.14.16; Rom 16, 25-27; Lc 1, 26-38
 
Dentro de la tradición abundante que se suscitó en torno del rey David, surgieron numerosos salmos, crónicas de batallas, hazañas heroicas y un sinnúmero de relatos. Los escribas que recogieron estas tradiciones veían con enorme simpatía al hijo de Jesé, campesino común y corriente de Belén. David no provenía de la familia recién entronizada, ni tenía nexos con la poderosa tribu de Efraín. El oráculo del profeta Natán presenta a David, y al nuevo David, es decir a Jesús de Nazaret como el Hijo amado de Dios. Los primeros cristianos releyeron esta profecía con aire satisfecho. Jesús, mesías crucificado era el verdadero hijo fiel y obediente de Dios. El resto de los monarcas del antiguo Israel se había hecho sordo a las órdenes de Dios. La genuina filiación divina de Jesús se haría manifiesta en su existencia orientada totalmente al servicio de su Padre.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. 15 45, 8
 
Cielos, destilen el rocío; nubes, lluevan la salvación; que la tierra se abra y germine el salvador.
 
 
No se dice Gloria.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Te pedimos, Señor, que infundas tu gracia en nuestros corazones, para que, habiendo conocido, por el anuncio del ángel, la encarnación de tu Hijo, lleguemos, por medio de su pasión y de su cruz, a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
El reino de David permanecerá para siempre en presencia del Señor.
 
Del segundo libro de Samuel: 7, 1-5. 8-12.14.16
 
Tan pronto como el rey David se instaló en su palacio y el Señor le concedió descansar de todos los enemigos que lo rodeaban, el rey dijo al profeta Natán: "¿Te has dado cuenta de que yo vivo en una mansión de cedro, mientras el arca de Dios sigue alojada en una tienda de campaña?". Natán le respondió: "Anda y haz todo lo que te dicte el corazón, porque el Señor está contigo". Aquella misma noche habló el Señor a Natán y le dijo: "Ve y dile a mi siervo David que el Señor le manda decir esto: '¿Piensas que vas a ser tú el que me construya una casa, para que yo habite en ella? Yo te saqué de los apriscos y de andar tras las ovejas, para que fueras el jefe de mi pueblo, Israel. Yo estaré contigo en todo lo que emprendas, acabaré con tus enemigos y te haré tan famoso como los hombres más famosos de la tierra. Le asignaré un lugar a mi pueblo, Israel; lo plantaré allí para que habite en su propia tierra. Vivirá tranquilo y sus enemigos ya no lo oprimirán más, como lo han venido haciendo desde los tiempos en que establecí jueces para gobernar a mi pueblo, Israel. Y a ti, David, te haré descansar de todos tus enemigos. Además, yo, el Señor, te hago saber que te daré una dinastía; y cuando tus días se hayan cumplido y descanses para siempre con tus padres, engrandeceré a tu hijo, sangre de tu sangre, y consolidaré su reino. Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo. Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante mí, y tu trono será estable eternamente' ".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 88, 2-3. 4-5. 27.29.
R/. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
 
Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor y daré a conocer que su fidelidad es eterna, pues el Señor ha dicho: "Mi amor es para siempre y mi lealtad, más firme que los cielos. R/.
 
Un juramento hice a David, mi servidor, una alianza pacté con mi elegido: 'Consolidaré tu dinastía para siempre y afianzaré tu trono eternamente'. R/.
 
El me podrá decir: 'Tú eres mi padre, el Dios que me: protege y que me salva'. Yo jamás le retiraré mi amor, ni violaré el juramento que le hice". R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Se ha revelado el misterio oculto durante siglos.
 
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 16,25-27
 
Hermanos: A aquel que puede darles fuerzas para cumplir el Evangelio que yo he proclamado, predicando a Cristo, conforme a la revelación del misterio, mantenido en secreto durante siglos, y que ahora, en cumplimiento del designio eterno de Dios, ha quedado manifestado por las Sagradas Escrituras, para atraer a todas las naciones a la obediencia de la fe, al Dios único, infinitamente sabio, démosle gloria, por Jesucristo, para siempre. Amén. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 1. 38
R/. Aleluya, aleluya.
 
Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho. R/.
 
 
EVANGELIO
 
Concebirás y darás a luz un hijo.
 
Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 26-38
 
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de David, llamado José. La virgen se llamaba María.
Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo". Al oír estas palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría decir semejante saludo.
El ángel le dijo: "No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y él reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá fin".
María le dijo entonces al ángel: "¿Cómo podrá ser esto, puesto que yo permanezco virgen?". El ángel le contestó: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti, será llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de su vejez, ha concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril, porque no hay nada imposible para Dios". María contestó: "Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho". Y el ángel se retiró de su presencia. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
 
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Pidamos, hermanos, el auxilio del Señor, para que, apiadado del pobre y del oprimido, venga a salvar al mundo de sus males: Digamos confiadamente: R/. Ven Señor Jesús.
 
Para que todos los fieles se dispongan a recibir a Cristo como lo recibió María y como ella conserven sus palabras en el corazón, roguemos al Señor.
 
Para que aquellos hermanos nuestros que han abandonado las prácticas cristianas pero acudirán a la iglesia en las próximas fiestas de Navidad descubran la buena noticia del Evangelio, no como un rayo fugaz en la noche, sino como luz permanente que ilumina y alegra toda la vida, roguemos al Señor.
 
Para que las fiestas del nacimiento del Señor, alejen las tinieblas de quienes viven sumergidos en dudas e incertidumbres y colmen los deseos de quienes se sienten descorazonados y tristes, roguemos al Señor.
 
Para que el nacimiento de Cristo nos ayude a renunciar a los deseos mundanos y él vivir sobria y honradamente, esperando la aparición definitiva del Señor, roguemos al Señor.
 
Dios de bondad y misericordia, que eliges a los humildes para llevar a término tus designios de salvación, escucha nuestras plegarias y concede a tu Iglesia los dones del Espíritu Santo, para que, a imitación de María, acoja a tu Hijo, el Verbo de vida, y se alegre como madre feliz de una descendencia santa e incorruptible.
 
Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Que santifique, Señor, estos dones, colocados en tu altar, el mismo Espíritu que fecundó con su poder el seno de la bienaventurada Virgen María. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
PREFACIO DE ADVIENTO IV
MARÍA, NUEVA EVA
 
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación alabarte, bendecirte y glorificarte Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por el misterio de la Virgen Madre.
 
Del antiguo adversario nos vino la ruina, pero en el seno virginal de la hija de Sión recibió la vida aquél que nos nutre con el pan de los ángeles, y surgieron para todo el género humano la salvación y la paz.
 
La gracia que perdimos por Eva nos fue devuelta en María; su maternidad redimida del pecado y de la muerte, se abre al don de una vida nueva, para que, donde abundó el pecado sobreabundara tu misericordia por Cristo, nuestro Salvador.
 
Por eso nosotros, mientras esperamos la venida de Cristo, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos el himno de tu gloria:
 
Santo, Santo, Santo es el Señor,
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 157,14
 
Miren: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien le pondrá el nombre de Emmanuel.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Habiendo recibido esta prenda de redención eterna, te rogamos, Dios todopoderoso, que, cuanto más se acerca el día de la festividad que nos trae la salvación, con tanto mayor fervor nos apresuremos a celebrar dignamente el misterio del nacimiento de tu Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

sábado, 12 de diciembre de 2020

DOMINGO III DE ADVIENTO O GAUDETE Ciclo B Domingo 13 de diciembre 2020



LA COMPAÑÍA DE LOS PROFETAS
Is 61,1-2. 10-11; 1 Tes 5,16-24; Jn 1,6-8. 19-28
 
El Señor Jesús recurrió en distintos momentos a los mensajes del profeta Isaías para descifrar el misterio de su misión como enviado del Padre, de manera especial se apropió del oráculo del profeta Isaías que nos presenta la liturgia. Siguiendo el tono del pasaje advertimos que Jesús es un hombre genuino que tiene clara conciencia de su misión y su autoridad. Él no actuará a título personal, sino en calidad de enviado de Dios; más aún, realizará una misión martirial y dolorosa que sería imposible de cumplir sin la fuerza del Espíritu. Jesús, el hijo de Dios, sabe y vive como el verdadero ungido del Señor que dará consuelo a los prisioneros y oprimidos. Todos cuantos padecen la miseria humana verán la luz. En la misma perspectiva Juan Bautista animó a sus hermanos a emprender un movimiento de renovación interior que debería cambiar la vida de Israel. Juan y Jesús, enviados por Dios a liberar a Israel. El discípulo convertido en maestro y Salvador de sus hermanos.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Flp 4, 4. 5
 
Estén siempre alegres en el Señor, les repito, estén alegres. El Señor está cerca.
 
 
No se dice Gloria.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Dios nuestro, que contemplas a tu pueblo esperando fervorosamente la fiesta del nacimiento de tu Hijo, concédenos poder alcanzar la dicha que nos trae la salvación y celebrarla siempre, con la solemnidad de nuestras ofrendas y con vivísima alegría. Por nuestro Señor Jesucristo...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
Me alegro en el Señor con toda el alma.
 
Del libro del profeta Isaias: 61,1-2.10-11
 
El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido y me ha enviado para anunciar la buena nueva a los pobres, a curar a los de corazón quebrantado, a proclamar el perdón a los cautivos, la libertad a los prisioneros, y a pregonar el año de gracia del Señor.
Me alegro en el Señor con toda el alma y me lleno de júbilo en mi Dios, porque me revistió con vestiduras de salvación y me cubrió con un manto de justicia, como el novio que se pone la corona, como la novia que se adorna con sus joyas.
Así como la tierra echa sus brotes y el jardín hace germinar lo sembrado en él, así el Señor hará brotar la justicia y la alabanza ante todas las naciones. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Lucas 1,46-48.49-50.53-54.
R/. Mi espíritu se alegra en Dios, mi salvador.
 
Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso los ojos en la humildad de su esclava. R/.
 
Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre, y su misericordia llega de generación en generación a los que lo temen. R/.
 
A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió sin nada. Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su siervo. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Conservémonos irreprochables en cuerpo y alma hasta la llegada del Señor.
 
De la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses: 5,16-24
 
Hermanos: Vivan siempre alegres, oren sin cesar, den gracias en toda ocasión, pues esto es lo que Dios quiere de ustedes en Cristo Jesús. No impidan la acción del Espíritu Santo, ni desprecien el don de profecía; pero sométanlo todo a prueba y quédense con lo bueno. Absténganse de toda clase de mal. Que el Dios de la paz los santifique a ustedes en todo y que todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, se conserve irreprochable hasta la llegada de nuestro Señor Jesucristo. El que los ha llamado es fiel y cumplirá su promesa.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Is 61, 1 (cit. en Lc 4, 18)
R/. Aleluya, aleluya.
 
El Espíritu del Señor está sobre mí, Me ha enviado para anunciar la buena nueva a los pobres. R/.
 
 
EVANGELIO
 
En medio de ustedes hay uno al que ustedes no conocen.
 
Del santo Evangelio según san Juan: 1, 6-8.19-28
 
Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Éste vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino testigo de la luz.
Este es el testimonio que dio Juan el Bautista, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén a unos sacerdotes y levitas para preguntarle: '¿Quién eres tú?".
El reconoció y no negó quién era. El afirmó: "Yo no soy el Mesías". De nuevo le preguntaron: "¿Quién eres, pues? ¿Eres Elías?". Él les respondió: "No lo soy". "¿Eres el profeta?". Respondió: "No". Le dijeron: "Entonces dinos quién eres, para poder llevar una respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?". Juan les contestó: "Yo soy la voz que grita en el desierto: Enderecen el camino del Señor, como anunció el profeta Isaías".
Los enviados, que pertenecían a la secta de los fariseos, le preguntaron: "Entonces ¿por qué bautizas, si no eres el Mesías, ni Elías, ni el profeta?". Juan les respondió: "Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay uno, al que ustedes no conocen, alguien que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle las correas de sus sandalias". Esto sucedió en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan bautizaba.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
 
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Confortados por el anuncio de la venida del Señor, oremos, hermanos, mientras esperamos confiadamente nuestra total liberación. Digamos confiadamente: R/. Ven Señor Jesús.
 
Para que Dios visite a la santa Iglesia con su venida y la gobierne con su asistencia, roguemos al Señor.
 
Para que con la tutela divina nuestros tiempos sean tranquilos y nuestra vida feliz, roguemos al Señor.
 
 
Para que el Señor con su venida cure los dolores de los enfermos, dé paz y alegría a los que no la tienen y libre al mundo de todos los males, roguemos al Señor.
 
Para que quienes ahora recordamos con piedad la primera venida del Señor en la carne, merezcamos participar también con gozo en su gloriosa aparición al final de los tiempos, roguemos al Señor.
 
Señor Dios, Padre de los pobres y desamparados, que llamas a todos los hombres a participar de la paz y bienestar de tu reino, escucha nuestra oración, muéstranos tu bondad y danos un corazón puro y generoso para allanar el camino al Salvador. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Que este sacrificio, Señor, que te ofrecemos con devoción, nunca deje de realizarse, para que cumpla el designio que encierra tan santo misterio y obre eficazmente en nosotros tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO
 
PREFACIO DE ADVIENTO IV
MARÍA, NUEVA EVA
 
Este prefacio se dice el cuarto domingo de Adviento y en las Misas del tiempo, desde el día 17 hasta el día 24 de diciembre, así como en las restantes Misas que se celebran durante este mismo tiempo y no tienen prefacio propio.
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación alabarte, bendecirte y glorificarte Señor, Padre Santo,
Dios todopoderoso y eterno, por el misterio de la Virgen Madre.
 
Del antiguo adversario nos vino la ruina, pero en el seno virginal de la hija de Sión recibió la vida aquél que nos nutre con el pan de los ángeles, y surgieron para todo el género humano la salvación y la paz.
 
La gracia que perdimos por Eva nos fue devuelta en María; su maternidad redimida del pecado y de la muerte, se abre al don de una vida nueva. para que, donde abundó el pecado sobreabundara tu misericordia por Cristo, nuestro Salvador.
 
Por eso nosotros, mientras esperamos la venida de Cristo, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos el himno de tu gloria:
 
Santo, Santo, Santo es el Señor,
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Is 35, 4
 
Digan a los cobardes: "¡Ánimo, no teman!; miren a su Dios: viene en persona a salvarlos".
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Imploramos, Señor, tu misericordia, para que estos divinos auxilios nos preparen, purificados de nuestros pecados, para celebrar las fiestas venideras.
Por Jesucristo, nuestro Señor.