miércoles, 31 de marzo de 2021

¿Qué se celebra el Jueves Santo?



Después de haber celebrado la entrada de Jesús en Jerusalén en el Domingo de Ramos, y de unos días antes de la Pascua, llega un día clave en la Semana Santa: el Jueves Santo. Es el día que da comienzo al Triduo Pascual y empieza la Pasión de nuestro Señor.
 
Jueves Santo, comienza el Triduo Pascual.
 
El Jueves Santo es el pórtico de entrada de las celebraciones del Triduo Pascual, compuesto por viernes Santo, Sábado Santo y Domingo de Resurrección.
 
 
¿Qué celebramos el Jueves Santo?
 
En Jueves Santo se celebra particularmente lo siguiente:
 


La Última Cena.
 
Fue su última celebración de la Pascua judía, pero orientó la celebración hacia la Nueva Pascua, hacia la Eucaristía, celebrada por mandato suyo y en conmemoración suya.
 


El Lavatorio de los pies y el Mandamiento Nuevo del Amor.
 
Con este gesto tan significativo Jesús nos recuerda que el servicio a los hermanos es la mejor manera de servirle y de ser grandes, pues Él no ha venido a ser servido sino a servir, y era Dios hecho hombre. La humildad, el servicio y el amor se entrelazan aquí para mostrarnos el camino efectivo al cielo.
 


La institución de la Eucaristía y del Sacerdocio.
 
Este es el día en que se instituyó la Eucaristía, el sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo bajo las especies de pan y vino. Cristo tuvo la Última Cena con sus apóstoles y por el gran amor que nos tiene, se quedó con nosotros en la Eucaristía, para guiarnos en el camino de la salvación. Todos estamos invitados a celebrar la cena instituida por Jesús. Para poder celebrar la Eucaristía es necesario el sacramento del Orden, para que in persona Christi el pan y el vino se conviertan por la acción del Espíritu Santo en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Jesús les otorga el gran don del sacerdocio a los apóstoles y la potestad de continuarlo por la imposición de manos y la oración.
 
 
La oración de Jesús en el Huerto de Getsemaní.
 
Tras la Última Cena Jesús va a Getsemaní a orar junto con los 11 (Judas había abandonado el Cenáculo para ir a entregarlo). Allí reza para pedir fuerzas a su Padre del cielo y poder cumplir su voluntad, lo que exigirá su entrega total. Allí ya empieza a sentir el abandono de sus discípulos, que no pueden estar en vela ni una sola hora. Es una costumbre piadosa hacer la visita de los siete monumentos, hacer horas santas de oración ante el monumento, y acompañar a Jesús hasta la celebración del Viernes Santo.
  

sábado, 27 de marzo de 2021

DOMINGO DE RAMOS DE LA PASIÓN DEL SEÑOR Domingo 28 de marzo 2021

 

 
LA GENEROSIDAD


Is 50,4-7; Sal 21, Flp2, 6-11; Mc 14,1-15.47
 
En nuestras lecturas, todo habla de la generosidad. Según el tercer cántico del Siervo de Yahvé, que forma la primera lectura, el Siervo encuentra oposición a su misión, ofensas personales, y adversarios que lo golpean, insultan, y escupen. No obstante, muestra la actitud de un verdadero discípulo de los profetas y de los sabios de Israel: escucha la palabra de Dios para luego transmitirla generosamente. En la Carta a los filipenses, Cristo Jesús es igualmente generoso, pues no retuvo ávidamente el ser igual a Dios sino que se entregó a sí mismo, generosamente a Dios. En el relato de la pasión del Señor, la generosidad de la mujer que traía un frasco de alabastro con perfume puro de nardo es sólo el primer gesto en una larga narración de generosidad que culmina en el acto supremo de la muerte de Jesús.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Jn 12,1. 12-13
 
Seis días antes de la Pascua, cuando el Señor entró en Jerusalén, salieron los niños a su encuentro llevando en sus manos hojas de palmera y gritando: Hosanna en el cielo. Bendito tú, que vienes lleno de bondad y de misericordia.
 
 
No se dice Gloria
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Dios todopoderoso y eterno, que quisiste que nuestro Salvador se hiciera hombre y padeciera en la cruz para dar al género humano ejemplo de humildad, concédenos, benigno, seguir las enseñanzas de su pasión y que merezcamos participar de su gloriosa resurrección. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
No aparté mi rostro de los insultos, y sé que no quedaré avergonzado.
 
Del libro del profeta Isaías: 50,4-7
 
En aquel entonces, dijo Isaías: "El Señor me ha dado una lengua experta, para que pueda confortar al abatido con palabras de aliento.
Mañana tras mañana, el Señor despierta mi oído, para que escuche yo, como discípulo. El Señor Dios me ha hecho oír sus palabras y yo no he opuesto resistencia ni me he echado para atrás.
Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, la mejilla a los que me tiraban de la barba. No aparté mi rostro de los insultos y salivazos. Pero el Señor me ayuda, por eso no quedaré confundido, por eso endurecí mi rostro como roca y sé que no quedaré avergonzado". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 21, 8-9. 17-18a. 19-20. 23-24
R/. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
 
Todos los que me ven, de mí se burlan; me hacen gestos y dicen: "Confiaba en el Señor, pues que él lo salve; si de veras lo ama, que lo libre". R/.
 
Los malvados me cercan por doquiera como rabiosos perros. Mis manos y mis pies han taladrado y se pueden contar todos mis huesos. R/.
 
Reparten entre sí mis vestiduras y se juegan mi túnica a los dados. Señor, auxilio mío, ven y ayúdame, no te quedes de mí tan alejado. R/.
 
Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré. Fieles del Señor, alábenlo; glorifícalo, linaje de Jacob; témelo, estirpe de Israel. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Cristo se humilló a sí mismo, por eso Dios lo exaltó.
 
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses: 2,6-11
 
Cristo, siendo Dios, no consideró que debía aferrarse a las prerrogativas de su condición divina, sino que, por el contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de siervo, y se hizo semejante a los hombres. Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo y por obediencia aceptó incluso la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que, al nombre de Jesús, todos doblen la rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y todos reconozcan públicamente que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Flp 2, 8-9
 
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
 
Cristo se humilló por nosotros y por obediencia aceptó incluso la muerte y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre. R/.
 
 
EVANGELIO
 
PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
 
SEGÚN SAN MARCOS: 14, 1-15,47
 
(La señal de cruz †, se refiere a Cristo; la C, al cronista, y la S, a la sinagoga).
 
C. Faltaban dos días para la fiesta de Pascua y de los panes Ázimos. Los sumos sacerdotes y los escribas andaban buscando una manera de apresar a Jesús a traición y darle muerte, pero decían:
 
S "No durante las fiestas, porque el pueblo podría amotinarse".
 
C Estando Jesús sentado a la mesa, en casa de Simón el leproso, en Betania, llegó una mujer con un frasco de perfume muy caro, de nardo puro; quebró el frasco y derramó el perfume en la cabeza de Jesús. Algunos comentaron indignados:
 
S "¿A qué viene este derroche de perfume? Podía haberse vendido por más de trescientos denarios para dárselos a los pobres".
 
C Y criticaban a la mujer; pero Jesús replicó:
 
† "Déjenla. ¿Por qué la molestan? Lo que ha hecho conmigo está bien, porque a los pobres los tienen siempre con ustedes y pueden socorrerlos cuando quieran; pero a mí no me tendrán siempre. Ella ha hecho lo que podía. Se ha adelantado a embalsamar mi cuerpo para la sepultura. Yo les aseguro que en cualquier parte del mundo donde se predique el Evangelio, se recordará también en su honor lo que ella ha hecho conmigo".
 
C Judas Iscariote, uno de los Doce, se presentó a los sumos sacerdotes para entregarles a Jesús. Al oído, se alegraron y le prometieron dinero; y él andaba buscando una buena ocasión para entregarlo. El primer día de la fiesta de los panes ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le preguntaron a Jesús sus discípulos:
 
S "¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?".
 
C Él les dijo a dos de ellos:
 
† "Vayan a la ciudad. Encontrarán a un hombre que lleva un cántaro de agua; síganlo y díganle al dueño de la casa en donde entre: 'El Maestro manda preguntar: ¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?'. Él les enseñará una sala en el segundo piso, arreglada con divanes. Prepárennos allí la cena".
 
C Los discípulos se fueron, llegaron a la ciudad, encontraron lo que Jesús les había dicho y prepararon la cena de Pascua. Al atardecer, llegó Jesús con los Doce. Estando a la mesa, cenando, les dijo:
 
† "Yo les aseguro que uno de ustedes, uno que está comiendo conmigo, me va a entregar".
 
C Ellos, consternados, empezaron a preguntarle uno tras otro:
 
S "¿Soy yo?".
 
C El respondió: .
 
† "Uno de los Doce; alguien que moja su pan en el mismo plato que yo. El Hijo del hombre va a morir, como está escrito: pero ¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre! ¡Más le valiera no haber nacido!".
 
C Mientras cenaban, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio a sus discípulos, diciendo:
 
† "Tomen: esto es mi cuerpo".
 
C Y tomando en sus manos una copa de vino, pronunció la acción de gracias, se la dio, todos bebieron y les dijo:
 
† "Esta es mi sangre, sangre de la alianza, que se derrama por todos. Yo les aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo en el Reino de Dios".
 
C Después de cantar el himno, salieron hacia el monte de los Olivos y Jesús les dijo:
 
† "Todos ustedes se van a escandalizar por mi causa, como está escrito: 'Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas'; pero cuando resucite, iré por delante de ustedes a Galilea".
 
C Pedro replicó:
 
S "Aunque todos se escandalicen, yo no".
 
C Jesús le contestó:
 
† "Yo te aseguro que hoy, esta misma noche, antes de que el gallo cante dos veces, tú me negarás tres".
 
C Pero él insistía:
 
S "Aunque tenga que morir contigo, no te negaré".
 
C Y los demás decían lo mismo. Fueron luego a un huerto, llamado Getsemaní, y Jesús dijo a sus discípulos:
 
† "Siéntense aquí mientras hago oración".
 
C Se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan; empezó a sentir terror y angustia, y les dijo:
 
† "Tengo el alma llena de una tristeza mortal. Quédense aquí, velando".
 
C Se adelantó un poco, se postró en tierra y pedía que, si era posible, se alejara de él aquella hora. Decía:
 
† "Padre, tú lo puedes todo: aparta de mí este cáliz. Pero que no se haga lo que yo quiero, sino lo que tú quieres". .
 
C Volvió a donde estaban los discípulos, y al encontrarlos dormidos, dijo a Pedro:
 
† "Simón, ¿estás dormido? ¿No has podido velar ni una hora? Velen y oren, para que no caigan en la tentación. El espíritu está pronto, pero la carne es débil".
 
C De nuevo se retiró y se puso a orar, repitiendo las mismas palabras.
Volvió y otra vez los encontró dormidos, porque tenían los ojos cargados de sueño, por eso no sabían qué contestarle. Él les dijo:
 
† "Ya pueden dormir y descansar. ¡Basta! Ha llegado la hora. Miren que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡Levántense! ¡Vamos! Ya está cerca el traidor".
 
C Todavía estaba hablando, cuando se presentó Judas, uno de los Doce, y con él, gente con espadas y palos, enviada por los sacerdotes, los escribas y los ancianos. El traidor les había dado una contraseña, diciéndoles:
 
S "Al que yo bese, ése es. Deténganlo y llévenselo bien sujeto".
 
C Llegó, se acercó y le dijo:
 
S "Maestro".
 
C Y lo besó. Ellos le echaron mano y lo apresaron. Pero uno de los presentes desenvainó la espada y de un golpe le cortó la oreja a un criado del sumo sacerdote. Jesús tomó la palabra y les dijo:
 
† "¿Salieron ustedes a apresarme con espadas y palos, como si se tratara de un bandido? Todos los días he estado entre ustedes, enseñando en el templo y no me han apresado. Pero así tenía que ser para que se cumplieran las Escrituras".
 
C Todos lo abandonaron y huyeron.
Lo iba siguiendo un muchacho, envuelto nada más con una sábana y lo detuvieron; pero él soltó la sábana y se les escapó desnudo. Condujeron a Jesús a casa del sumo sacerdote y se reunieron todos los pontífices, los escribas y los ancianos. Pedro lo fue siguiendo de lejos hasta el interior del patio del sumo sacerdote y se sentó con los criados, cerca de la lumbre, para calentarse. Los sumos sacerdotes y el sanedrín en pleno buscaban una acusación contra Jesús para condenarlo a muerte y no la encontraban. Pues, aunque muchos presentaban falsas acusaciones contra él, los testimonios no concordaban. Hubo unos que se pusieron de pie y dijeron:
 
S "Nosotros lo hemos oído decir: 'Yo destruiré este templo, edificado por hombres, y en tres días construirá otro, no edificado por hombres"'.
 
C Pero ni aun en esto concordaba su testimonio. Entonces el sumo sacerdote se puso de pie y le preguntó a Jesús:
 
S "¿No tienes nada que responder a todas esas acusaciones?".
 
C Pero él no le respondió nada. El sumo sacerdote le volvió a preguntar:
 
S "¿Eres tú el Mesías, el Hijo de Dios bendito?".
 
C Jesús contestó:
 
† "Sí lo soy. Y un día verán cómo el Hijo del hombre está sentado a la derecha del Todopoderoso y cómo viene entre las nubes del cielo".
 
C El sumo sacerdote se rasgó las vestiduras exclamando:
 
S "¿Qué falta hacen ya más testigos? Ustedes mismos han oído la blasfemia. ¿Qué les parece?".
 
C Y todos lo declararon reo de muerte.
Algunos se pusieron a escupirle, y tapándole la cara, lo abofeteaban y le decían:
 
S ''Adivina quién fue",
 
C Y los criados también le daban de bofetadas. Mientras tanto, Pedro estaba abajo, en el patio. Llegó una criada del sumo sacerdote, y al ver a Pedro calentándose, lo miró fijamente y le dijo:
 
S "Tú también andabas con Jesús Nazareno".
 
C Él lo negó, diciendo:
 
S "Ni sé ni entiendo lo que quieres decir".
 
C Salió afuera hacia el zaguán, y un gallo cantó. La criada, al verlo, se puso de nuevo a decir a los presentes:
 
S "Ése es uno de ellos".
 
C Pero él lo volvió a negar. Al poco rato, también los presentes dijeron a Pedro:
 
S "Claro que eres uno de ellos, pues eres galileo".
 
C Pero él se puso a echar maldiciones y a jurar:
 
S "No conozco a ese hombre del que hablan".
 
C En seguida, cantó el gallo por segunda vez. Pedro se acordó entonces de las palabras que le había dicho Jesús: "Antes de que el gallo cante dos veces, tú me habrás negado tres", y rompió a llorar.
 
 
Comienza la lectura breve
 
 
C Luego que amaneció, se reunieron los sumos sacerdotes con los ancianos, los escribas y el sanedrín en pleno, para deliberar. Ataron a Jesús, se lo llevaron y lo entregaron a Pilato. Éste le preguntó:
 
S “¿Eres tú el rey de los judíos?".
 
C El respondió:
 
† "Sí lo soy".
 
C Los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas. Pilato le preguntó de nuevo:
 
S "¿No contestas nada? Mira de cuántas cosas te acusan".
 
C Jesús ya no le contestó nada, de modo que Pilato estaba muy extrañado. Durante la fiesta de Pascua, Pilato solía soltarles al preso que ellos pidieran. Estaba entonces en la cárcel un tal Barrabás, con los revoltosos que habían cometido un homicidio en un motín. Vino la gente y empezó a pedir el indulto de costumbre. Pilato les dijo:
 
S "¿Quieren que les suelte al rey de los judíos?".
 
C Porque sabía que los sumos sacerdotes se lo habían entregado por envidia. Pero los sumos sacerdotes incitaron a la gente para que pidieran la libertad de Barrabás. Pilato les volvió a preguntar:
 
S "¿Y qué voy a hacer con el que llaman rey de los judíos?".
 
C Ellos gritaron:
 
S "¡Crucifícalo!".
 
C Pilato les dijo:
 
S "Pues ¿qué mal ha hecho?".
 
C Ellos gritaron más fuerte:
 
S "¡Crucifícalo!".
 
 
C Pilato, queriendo dar gusto a la multitud, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de mandarlo azotar, lo entregó para que lo crucificaran. Los soldados se lo llevaron al interior del palacio, al pretorio, y reunieron a todo el batallón. Lo vistieron con un manto de color púrpura, le pusieron una corona de espinas, que habían trenzado, y comenzaron a burlarse de él, dirigiéndole este saludo:
 
S "¡Viva el rey de los judíos!".
 
C Le golpeaban la cabeza con una caña, le escupían y, doblando las rodillas, se postraban ante él. Terminadas las burlas, le quitaron aquel manto de color púrpura, le pusieron su ropa y lo sacaron para crucificarlo. Entonces forzaron a cargar la cruz a un individuo que pasaba por ahí de regreso del campo, Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, y llevaron a Jesús al Gólgota (que quiere decir "lugar de la Calavera"). Le ofrecieron vino con mirra, pero él no lo aceptó. Lo crucificaron y se repartieron sus ropas, echando suertes para ver qué le tocaba a cada uno. Era media mañana cuando lo crucificaron. En el letrero de la acusación estaba escrito: "El rey de los judíos". Crucificaron con él a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda. Así se cumplió la Escritura que dice: Fue contado entre los malhechores. Los que pasaban por ahí, lo injuriaban meneando la cabeza y gritándole:
 
S "¡Anda! Tú, que destruías el templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo y baja de la cruz".
 
C Los sumos sacerdotes se burlaban también de él y le decían: "Ha salvado a otros, pero a sí mismo no se puede salvar. Que el Mesías, el rey de Israel, baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos".
 
C Hasta los que estaban crucificados con él también lo insultaban. Al llegar el mediodía, toda aquella tierra se quedó en tinieblas hasta las tres de la tarde. Y a las tres, Jesús gritó con voz potente:
 
† Eloí, Eloí, ¿lama sabactaní?".
 
C (que significa: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?) Algunos de los presentes, al oírlo, decían:
 
S "Miren, está llamando a Elías".
 
C Uno corrió a empapar una esponja en vinagre, la sujetó a un carrizo y se la acercó para que bebiera, diciendo:
 
S "Vamos a ver si viene Elías a bajarlo".
 
C Pero Jesús, dando un fuerte grito, expiró.
(Aquí todos se arrodillan y guardan silencio por unos instantes)
 
C Entonces el velo del templo se rasgó en dos, de arriba a abajo. El oficial romano que estaba frente a Jesús, al ver cómo había expirado, dijo:
 
S "De veras este hombre era Hijo de Dios".
 
Fin de la lectura breve
 
C Había también ahí unas mujeres que estaban mirando todo desde lejos; entre ellas, María Magdalena, María (la madre de Santiago el menor y de José) y Salomé, que cuando Jesús estaba en Galilea, lo seguían para atenderlo; y además de ellas, otras muchas que habían venido con él a Jerusalén. Al anochecer, como era el día de la preparación, víspera del sábado, vino José de Arimatea, miembro distinguido del sanedrín, que también esperaba el Reino de Dios. Se presentó con valor ante Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilato se extrañó que ya hubiera muerto, y llamando al oficial, le preguntó si hacía mucho tiempo que había muerto. Informado por el oficial, concedió el cadáver a José. Este compró una sábana, bajó el cadáver, lo envolvió en la sábana y lo puso en un sepulcro excavado en una roca y tapó con una piedra la entrada del sepulcro. María Magdalena y María, la madre de José, se fijaron en dónde lo ponían.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
Credo de los Apóstoles
 
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Imploremos, hermanos, a Jesús, el Sumo Sacerdote de la fe que profesamos, que en la cruz presentó, con lágrimas en los ojos, oraciones y súplicas al Padre, y oremos también nosotros por todos los hombres: (R/. Escúchanos, Señor.)
 
Para que el Señor, que en la cruz excusó a los ignorantes y pidió perdón por ellos, tenga piedad de los fieles que han caído en el pecado, les dé valor para recurrir al sacramento de la penitencia y les conceda el gozo del perdón y de la paz, roguemos al Señor.
 
Para que la sangre de Jesús, que habla más favorablemente que la de Abel, reconcilie con Dios a los que aún están lejos a causa de la ignorancia, la indiferencia, la maldad o las propias pasiones, roguemos al Señor.
 
Para que el Señor, que en la cruz experimentó la amargura de sentirse triste y abandonado, se apiade de los enfermos, los afligidos y los oprimidos y les envíe a su ángel para que los conforte, roguemos al Señor.
 
Para que el Señor, que recibió en su reino al ladrón arrepentido, se apiade de nosotros nos dé sentimientos de contrición y nos admita, después de la muerte, en su paraíso, roguemos al Señor.
 
Dios todopoderoso y eterno, que enviaste a tu Hijo al mundo, para que, con su pasión, destruyera el pecado y la muerte y, con su resurrección, nos devolviera la vida y la felicidad, escucha las oraciones de tu pueblo y haz que podamos gozar de los frutos de la cruz gloriosa de Jesucristo. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Que la pasión de tu Unigénito, Señor, nos atraiga tu perdón, y aunque no lo merecemos por nuestras obras, por la mediación de este sacrificio único, lo recibamos de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO
 
Prefacio I de la Pasión del Señor
 
La fuerza de la Cruz
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque mediante la pasión salvadora de tu Hijo diste a los hombres una nueva comprensión de tu majestad y una nueva manera de alabarla, al poner de manifiesto, por la eficacia inefable de la cruz, el poder del crucificado y el juicio que del mundo has hecho. Por eso, ahora nosotros llenos de alegría, te aclamamos con los ángeles y los santos diciendo:
Santo, Santo, Santo...La Pasión del Señor.
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 26, 42
 
Padre mío, si no es posible evitar que yo beba este cáliz, hágase tu voluntad.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Tú que nos has alimentado con esta Eucaristía, y por medio de la muerte de tu Hijo nos das la esperanza de alcanzar lo que la fe nos promete, concédenos, Señor, llegar, por medio de su resurrección, a la meta de nuestras esperanzas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
 
Dios y Padre nuestro, mira con bondad a esta familia tuya, por la cual nuestro Señor Jesucristo no dudó en entregarse a sus verdugos y padecer el tormento de la cruz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 


UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20210328

Vivimos en un sistema económico que no logra entender la generosidad. Para este sistema, el egoísmo es el valor supremo. Tienes que cuidar para ti mismo solamente. No hay ninguna comida gratis. Si te doy algo, tienes que pagarme y darme más. La generosidad, entendida como la entrega libre y amorosa de sí mismo, es nada menos que la locura en el marco de tal sistema. Por eso, nuestra generosidad no puede limitarse a actos aislados de asistencia a los necesitados. Claro que tales actos son absolutamente necesarios. Sin embargo, no son suficientes. Tenemos que luchar para cambiar un mundo que crea personas necesitadas de comida, trabajo, y de los demás elementos de una vida digna. Luchando así, no debemos sorprendernos que, como aconteció a Jesús, encontremos oposición violenta. No obstante, en él tenemos el modelo perfecto de fidelidad.

sábado, 20 de marzo de 2021

DOMINGO V DE CUARESMA Ciclo B Domingo 21 de marzo 2021


 

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 42,1-2
 
Señor, hazme justicia. Defiende mi causa contra gente sin piedad, sálvame del hombre injusto y malvado, tú que eres mi Dios y mi defensa.
 
 
No se dice Gloria.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Te rogamos, Señor Dios nuestro, que, con tu auxilio, avancemos animosamente hacia aquel grado de amor con el que tu Hijo, por la salvación del mundo, se entregó a la muerte. El que vive y reina contigo...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
Haré una alianza nueva y no recordaré sus pecados.
 
Del libro del profeta Jeremías: 31, 31-34
 
"Se acerca el tiempo, dice el Señor, en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva. No será como la alianza que hice con los padres de ustedes, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto. Ellos rompieron mi alianza y yo tuve que hacer un escarmiento con ellos.
Ésta será la alianza nueva que voy a hacer con la casa de Israel: Voy a poner mi ley en lo más profundo de su mente y voy a grabarla en sus corazones.
Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Ya nadie tendrá que instruir a su prójimo ni a su hermano, diciéndole: 'Conoce al Señor', porque todos me van a conocer, desde el más pequeño hasta el mayor de todos, cuando yo les perdone sus culpas y olvide para siempre sus pecados". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 50, 3-4.12-13.14-15.
R/. Crea en mí, Señor, un corazón puro.
 
Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y purifícame de mis pecados. R/.
 
Crea en mí, Señor, un corazón puro, un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos. No me arrojes, Señor, lejos de ti, ni retires de mí tu santo espíritu. R/.
 
Devuélveme tu salvación, que regocija, y mantén en mí un alma generosa. Enseñaré a los descarriados tus caminos y volverán a ti los pecadores. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Aprendió a obedecer y se convirtió en autor de salvación eterna.
 
De la carta a los hebreos: 5, 7-9
 
Hermanos: Durante su vida mortal, Cristo ofreció oraciones y súplicas, con fuertes voces y lágrimas, a aquel que podía librarlo de la muerte, y fue escuchado por su piedad. A pesar de que era el Hijo, aprendió a obedecer padeciendo, y llegado a su perfección, se convirtió en la causa de la salvación eterna para todos los que lo obedecen. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 12, 26
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
 
El que quiera servirme, que me siga, para que donde yo esté, también esté mi servidor. R/.
 
 
EVANGELIO
 
Si el grano de trigo sembrado en la tierra muere, producirá mucho fruto.
 
Del santo Evangelio según san Juan: 12, 20-33
 
Entre los que habían llegado a Jerusalén para adorar a Dios en la fiesta de Pascua, había algunos griegos, los cuales se acercaron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le pidieron: "Señor, quisiéramos ver a Jesús".
Felipe fue a decírselo a Andrés; Andrés y Felipe se lo dijeron a Jesús y él les respondió: "Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado. Yo les aseguro que si el grano de trigo, sembrado en la tierra, no muere, queda infecundo; pero si muere, producirá mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde; el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se asegura para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, para que donde yo esté, también esté mi servidor. El que me sirve será honrado por mi Padre.
Ahora que tengo miedo, ¿le voy a decir a mi Padre: 'Padre, líbrame de esta hora'? No, pues precisamente para esta hora he venido. Padre, dale gloria a tu nombre". Se oyó entonces una voz que decía: "Lo he glorificado y volveré a glorificado".
De entre los que estaban ahí presentes y oyeron aquella voz, unos decían que había sido un trueno; otros, que le había hablado un ángel. Pero Jesús les dijo: "Esa voz no ha venido por mí, sino por ustedes. Está llegando el juicio de este mundo; ya va a ser arrojado el príncipe de este mundo. Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí". Dijo esto, indicando de qué manera habría de morir.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO de los Apóstoles
 
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Oremos, amados hermanos, y pidamos la misericordia del Señor para que, compadecido de su pueblo penitente, escuche nuestras plegarias:
 
Para que el Redentor del mundo, que se entregó a la muerte para vivificar a su pueblo, libere a la Iglesia de todo mal, roguemos al Señor.
 
Para que el Redentor del mundo, que oró en la cruz por quienes lo crucificaban, interceda ante el Padre por los pecadores, roguemos al Señor.
 
Para que el Redentor de mundo, que experimentó en la cruz el sufrimiento y la angustia, se compadezca de los que sufren, les dé fortaleza y paciencia y ponga fin a sus dolores, roguemos al Señor.
 
Para que el Redentor del mundo a nosotros, sus siervos, que en estos días nos disponemos a recordar con veneración su cruz, nos reconforte con la fuerza de su resurrección, roguemos al Señor.
 
Escucha, Padre, las súplicas de tu Hijo, que, para establecer la alianza nueva y eterna, por obediencia aceptó hasta la muerte de cruz; haz que, a través de las pruebas de la vida, sepamos participar íntimamente de su pasión y, alcanzando la fecundidad del grano que muere, merezcamos ser reunidos, como cosecha buena, en los graneros de tu reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Escúchanos, Dios todopoderoso, y concede a tus siervos, en quienes infundiste la sabiduría de la fe cristiana, quedar purificados, por la eficacia de este sacrificio.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO
 
Prefacio V de Cuaresma
 
El camino del éxodo en el desierto Cuaresmal
 
En verdad es justo bendecir tu nombre, Padre rico en misericordia, ahora que, en nuestro itinerario hacia la luz pascual, seguimos los pasos de Cristo, maestro y modelo de la humanidad reconciliada en el amor. Tú abres a la Iglesia el camino de un nuevo éxodo a través del desierto cuaresmal, para que, llegados a la montaña santa, con el corazón contrito y humillado, reavivemos nuestra vocación de pueblo de la alianza, convocado para bendecir tu nombre, escuchar tu palabra, y experimentar con gozo tus maravillas. Por estos signos de salvación, unidos a los ángeles, ministros de tu gloria, proclamamos el canto de tu alabanza:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 12, 24-25
 
Yo les aseguro que si el grano de trigo sembrado en la tierra, no muere, queda infecundo; pero si muere, producirá mucho fruto.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Te rogamos, Dios todopoderoso, que podamos contarnos siempre entre los miembros de aquel cuyo Cuerpo y Sangre acabamos de comulgar. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
 
 
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
 
Bendice, Señor, a tu pueblo, que espera los dones de tu misericordia, y concédele recibir de tu mano generosa lo que tú mismo lo mueves a pedir. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20210321

La vida cristiana está bien organizada. Se organiza respecto al culto: tiene sacramentos y liturgias. Se organiza respecto a la doctrina: tiene credos y catecismos. Se organiza respecto a territorios: tiene parroquias, diócesis, y provincias. Toda esta organización podría conducirnos a errores en relación con nuestra fe, haciéndonos creer que la fe cristiana se vive cumpliendo con cosas exteriores y a medio tiempo. Pero no es así. Las diferentes facetas de la fe organizada son una ayuda para vivir la fe pero no nos eximen del trabajo duro de dar toda nuestra vida a Dios. Para tal trabajo, necesitamos mucho: la creatividad, el valor, la generosidad, la confianza en Dios, un sentido de compromiso, y mucho más. Por si fuera poco, no hay un modelo para todos. Cada uno tiene que descubrir cómo ofrecerse totalmente a Dios.

sábado, 13 de marzo de 2021

DOMINGO IV DOMINGO DE CUARESMA Ciclo B Domingo 14 de marzo 2021


UNA NUEVA LECTURA DE LA HISTORIA
 
2 Crón 36, 14-16.19-23; Sal 136; Ef 2, 4-10; Jn 3, 14-21
 
Hacía el año 400 a. c., el autor de nuestra primera lectura se preguntó: ¿Hace falta volver a escribir la historia? ¿No bastaba añadir a lo ya escrito unos capítulos sobre la vuelta del destierro y la comunidad judía del siglo V a. C.? El autor, que conocía la situación de primera mano, juzgó que debía hacerlo. De manera sencilla y audaz, quiso ofrecer una nueva lectura de la historia en la obra que abarca los libros de Crónicas. El resultado consistió en que la comunidad judía continuó sin perder su identidad en situaciones difíciles. El texto de hoy, que es el último capítulo del libro, no es el fin de la historia. La historia llega a su culmen, de acuerdo con la lectura aún más audaz del evangelista Juan, en la vida del Hijo del hombre levantado en la cruz.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 66, 10-11
 
Alégrate, Jerusalén, y que se reúnan cuantos te aman. Compartan su alegría los que estaban tristes, vengan a saciarse con su felicidad.
 
 
No se dice Gloria.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Señor Dios, que por tu Palabra realizas admirablemente la reconciliación del género humano, concede al pueblo cristiano prepararse con generosa entrega y fe viva a celebrar las próximas fiestas de la Pascua. Por nuestro Señor Jesucristo...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
La ira del Señor desterró a su pueblo; su misericordia lo liberó.
 
Del segundo libro de las Crónicas: 36, 14-16.19-23
 
En aquellos días, todos los sumos sacerdotes y el pueblo multiplicaron sus infidelidades, practicando todas las abominables costumbres de los paganos, y mancharon la casa del Señor, que él se había consagrado en Jerusalén. El Señor, Dios de sus padres, los exhortó continuamente por medio de sus mensajeros, porque sentía compasión de su pueblo y quería preservar su santuario. Pero ellos se burlaron de los mensajeros de Dios, despreciaron sus advertencias y se mofaron de sus profetas, hasta que la ira del Señor contra su pueblo llegó a tal grado, que ya no hubo remedio.
Envió entonces contra ellos al rey de los caldeos. Incendiaron la casa de Dios y derribaron las murallas de Jerusalén, pegaron fuego a todos los palacios y destruyeron todos sus objetos preciosos. A los que escaparon de la espada, los llevaron cautivos a Babilonia, donde fueron esclavos del rey y de sus hijos, hasta que el reino pasó al dominio de los persas, para que se cumpliera lo que dijo Dios por boca del profeta Jeremías: Hasta que el país haya pagado sus sábados perdidos, descansará de la desolación, hasta que se cumplan setenta años.
En el año primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento de las palabras que habló el Señor por boca de Jeremías, el Señor inspiró a Ciro, rey de los persas, el cual mandó proclamar de palabra y por escrito en todo su reino, lo siguiente: ''Así habla Ciro, rey de Persia: El Señor, Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra y me ha mandado que le edifique una casa en Jerusalén de Judá. En consecuencia, todo aquel que pertenezca a este pueblo, que parta hacia allá, y que su Dios lo acompañe". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 136, 1-2. 4-5. 6.
R/. Tu recuerdo, Señor, es mi alegría.
 
Junto a los ríos de Babilonia nos sentábamos a llorar de nostalgia; de los sauces que estaban en la orilla colgamos nuestras arpas. R/.
 
Aquellos que cautivos nos tenían pidieron que cantáramos. Decían los opresores: "Algún cantar de Sión, alegres, cántennos". R/.
 
Pero, ¿cómo podríamos cantar un himno al Señor en tierra extraña? ¡Que la mano derecha se me seque, si de ti, Jerusalén, yo me olvidara! R/.
 
¡Que se me pegue al paladar la lengua, Jerusalén, si no te recordara, o si, fuera de ti, alguna otra alegría yo buscara! R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Muertos por los pecados, ustedes han sido salvados por la gracia.
 
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 2, 4-10
 
Hermanos: La misericordia y el amor de Dios son muy grandes; porque nosotros estábamos muertos por nuestros pecados, y él nos dio la vida con Cristo y en Cristo. Por pura generosidad suya, hemos sido salvados. Con Cristo y en Cristo nos ha resucitado y con él nos ha reservado un sitio en el cielo. Así, en todos los tiempos, Dios muestra, por medio de Jesús, la incomparable riqueza de su gracia y de su bondad para con nosotros.
En efecto, ustedes han sido salvados por la gracia, mediante la fe; y esto no se debe a ustedes mismos, sino que es un don de Dios. Tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir, porque somos hechura de Dios, creados por medio de Cristo Jesús, para hacer el bien que Dios ha dispuesto que hagamos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 3, 16
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
 
Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él tenga vida eterna. R/.
 
 
EVANGELIO
 
Dios envió a su Hijo al mundo para que el mundo se salve por él.
 
Del santo Evangelio según san Juan: 3, 14-21
 
En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: "Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.
Porque tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él. El que cree en él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado, por no haber creído en el Hijo único de Dios.
La causa de la condenación es ésta: habiendo venido la luz al mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace el mal, aborrece la luz y no se acerca a ella, para que sus obras no se descubran.
En cambio, el que obra el bien conforme a la verdad, se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO de los Apóstoles
 
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Oremos, hermanos, al Señor, que no desea la muerte del pecador, sino que se convierta y viva, y pidámosle que tenga misericordia de su pueblo penitente: (R/. Escúchanos, Señor.)
 
Para que Dios aumente la fe y fortalezca la voluntad de los que se preparan a recibir en estos días cuaresmales el sacramento de la penitencia y les conceda un verdadero arrepentimiento de sus culpas, roguemos al Señor.
 
Para que el Señor abra la inteligencia y el corazón de los incrédulos, de manera que lleguen al conocimiento de la verdad, y en la fe encuentren aquel descanso que tanto desea su corazón, roguemos al Señor.
 
Para que Dios conceda su ayuda a los enfermos, a los pobres, a los que se sienten tentados y a todos aquellos que con su sufrimiento participan de la cruz de Cristo, roguemos al Señor.
 
Para que todos nosotros perseveremos en el esfuerzo cuaresmal y lleguemos, purificados e iluminados, a las fiestas de Pascua que se acercan, roguemos al Señor.
 
Dios bueno y fiel, que nunca dejas de llamar a los que se extravían para que se conviertan y vuelvan a ti y, en tu Hijo elevado sobre la cruz, nos curas de las heridas del Maligno, escucha nuestras oraciones y concédenos tu gracia, para que, renovados en el espíritu, podamos corresponder a los dones de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Te presentamos, Señor, llenos de alegría, estas ofrendas para el sacrificio y pedimos tu ayuda para celebrarlo con fe sincera y ofrecerlo dignamente por la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO
 
Prefacio IV de Cuaresma
 
Los frutos del ayuno
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación darte gracias y a alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque con el ayuno corporal, refrenas nuestras pasiones, elevas nuestro espíritu, nos fortaleces y recompensas, por Cristo Señor nuestro. Por El, los ángeles y los arcángeles, y todos los coros celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:
Santo, Santo, Santo...
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 121 ,3-4
 
Jerusalén ha sido edificada como ciudad bien compacta. Allá suben las tribus, las tribus del Señor, según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Señor Dios, luz que alumbra a todo hombre que viene a este mundo, ilumina nuestros corazones con el resplandor de tu gracia, para que podamos siempre pensar lo que es digno y grato a tus ojos y amarte con sincero corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
 
Protege, Señor, a quienes te invocan, ayuda a los débiles y reaviva siempre con tu luz a quienes caminan en medio de las tinieblas de la muerte; concédeles que, liberados por tu bondad de todos los males, alcancen los bienes supremos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20210314

 

La historia es absolutamente crucial para la fe cristiana. Sin ella, no podríamos ser cristianos. Es en la historia que Dios creó al ser humano y que lo colocó para vivir la duración de sus días. Es en la historia que Dios entró una y otra vez, entre los patriarcas y profetas, hasta que entró en carne humana como Jesús. Además, es en la historia escrita en el Nuevo Testamento, no historia científica, por supuesto, sino historia sagrada, que conocemos la vida de Cristo y de la primera comunidad cristiana. Pero la historia no terminó allí. Continúa en nuestras vidas, en nuestras comunidades, en los acontecimientos del mundo. ¿Conocemos nuestra historia? ¿La compartimos con los demás? ¿La interpretamos a la luz de Cristo, la clave de la historia de acuerdo con el Vaticano II (Gaudium et spes n. 45)?

viernes, 5 de marzo de 2021

DOMINGO III DE CUARESMA CICLO B Domingo 7 de marzo 2021

 


 

NO SIRVEN LEYES SIN ALIANZA
 
Éx 20,1-17; Sal 18; 1 Cor 1, 22-25; Jn 2,13-25
 
Enmarcada en el contexto de la alianza de Dios con su pueblo, encontramos la promulgación del Decálogo o los diez mandamientos, que busca regular las relaciones de los habitantes del pueblo entre sí y con Dios. En la antigüedad los jefes de cada familia o tribu instruían a los niños mediante esta normatividad sencilla y clara. Sin embargo, no serviría si se rompiera la alianza dentro la cual se colocan. De hecho, ésta se ha quebrado por la infidelidad del pueblo. En el Evangelio, Jesús intenta barrer los pocos restos de dicha alianza con su acto profético en el Templo de Jerusalén. Fue una purificación, o hasta una destrucción simbólica del lugar central del culto judío que ha devenido, por la avaricia de la clase sacerdotal, en un lugar de opresión. Así se abriría un espacio, por una nueva alianza.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 24, 15-16
 
Mis ojos están siempre fijos en el Señor, pues él libra mis pies de toda trampa. Mírame, Señor, y ten piedad de mí, que estoy solo y afligido.
 
 
No se dice Gloria.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Señor Dios, fuente de misericordia y de toda bondad, que enseñaste que el remedio contra el pecado está en el ayuno, la oración y la limosna, mira con agrado nuestra humilde confesión, para que a quienes agobia la propia conciencia nos reconforte siempre tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
La ley fue dada por Dios a Moisés.
 
Del libro del Éxodo: 20, 1-17
 
En aquellos días, el Señor promulgó estos preceptos para su pueblo en el monte Sinaí, diciendo: "Yo soy el Señor, tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto y de la esclavitud. No tendrás otros dioses fuera de mí; no te fabricarás ídolos ni imagen alguna de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o en el agua, y debajo de la tierra. No adorarás nada de eso ni le rendirás culto, porque yo, el Señor, tu Dios, soy un Dios celoso, que castiga la maldad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de aquellos que me odian; pero soy misericordioso hasta la milésima generación de aquellos que me aman y cumplen mis mandamientos.
No harás mal uso del nombre del Señor, tu Dios, porque no dejará el Señor sin castigo a quien haga mal uso de su nombre. Acuérdate de santificar el sábado. Seis días trabajarás y en ellos harás todos tus quehaceres; pero el día séptimo es día de descanso, dedicado al Señor, tu Dios. No harás en él trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni el forastero que viva contigo. Porque en seis días hizo el Señor el cielo, la tierra, el mar y cuanto hay en ellos, pero el séptimo, descansó. Por eso bendijo el Señor el sábado y lo santificó.
Honra a tu padre y a tu madre para que vivas largos años en la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar. No matarás. No cometerás adulterio. No robarás. No darás falso testimonio contra tu prójimo. No codiciarás la casa de tu prójimo, ni a su mujer, ni a su esclavo, ni a su esclava, ni su buey, ni su burro, ni cosa alguna que le pertenezca". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 18, 8.9. 10. 11.
R/. Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
 
La ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables son las palabras del Señor y hacen sabio al sencillo. R/.
 
En los mandamientos de Dios hay rectitud y alegría para el corazón; son luz los preceptos del Señor para alumbrar el camino. R/.
 
La voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos. R/.
 
Que te sean gratas las palabras de mi boca y los anhelos de mi corazón. Haz, Señor, que siempre te busque, pues eres mi refugio y salvación. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los hombres, pero sabiduría de Dios para los llamados.
 
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 1,22-25
 
Hermanos: Los judíos exigen señales milagrosas y los paganos piden sabiduría. Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, que es escándalo para los judíos y locura para los paganos; en cambio, para los llamados, sean judíos o paganos, Cristo es la fuerza y la sabiduría de Dios. Porque la locura de Dios es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fuerza de los hombres. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 3, 16
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
 
Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él tenga vida eterna. R/.
 
EVANGELIO
 
Destruyan este templo y en tres días lo reconstruiré.
 
Del santo Evangelio según san Juan: 2, 13-25
 
Cuando se acercaba la Pascua de los judíos, Jesús llegó a Jerusalén y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas con sus mesas. Entonces hizo un látigo de cordeles y los echó del templo, con todo y sus ovejas y bueyes; a los cambistas les volcó las mesas y les tiró al suelo las monedas; y a los que vendían palomas les dijo: "Quiten todo de aquí y no conviertan en un mercado la casa de mi Padre".
En ese momento, sus discípulos se acordaron de lo que estaba escrito: El celo de tu casa me devora.
Después intervinieron los judíos para preguntarle: "¿Qué señal nos das de que tienes autoridad para actuar así?". Jesús les respondió: "Destruyan este templo y en tres días lo reconstruiré". Replicaron los judíos: "Cuarenta y seis años se ha llevado la construcción del templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?". Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Por eso, cuando resucitó Jesús de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho aquello y creyeron en la Escritura y en las palabras que Jesús había dicho.
Mientras estuvo en Jerusalén para las fiestas de Pascua, muchos creyeron en él, al ver los prodigios que hacía. Pero Jesús no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba que nadie le descubriera lo que es el hombre, porque él sabía lo que hay en el hombre. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
Credo de los Apóstoles
 
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Instruidos por el ejemplo de Jesús, el Señor, que en el desierto se entregaba a la oración, oremos también nosotros con insistencia a nuestro Dios:
 
Para que todos los fieles, por medio de las penitencias y prácticas cuaresmales, sean purificados de sus culpas y vean fortalecida su vida cristiana, roguemos al Señor.
 
Para que todos los pueblos alcancen la paz, la tranquilidad y el bienestar necesario y puedan así buscar más fácilmente los bienes del cielo, roguemos al Señor.
 
Para que el Señor conceda su fuerza a los que se ven tentados o se sienten turbados, infunda el deseo de la conversión a los pecadores y otorgue el consuelo del cielo a los que están tristes o abatidos, roguemos al Señor.
 
Para que infunda en todos nosotros el deseo de una verdadera conversión, a fin de que nos preparemos a celebrar debidamente el sacramento pascual de la penitencia, roguemos al Señor.
 
Señor, Dios nuestro, abre nuestros corazones a tus mandatos y haz que penetremos en la sabiduría de la cruz, para que, liberados del egoísmo que nos aprisiona, alcancemos los dones del Espíritu Santo y lleguemos a ser templo vivo en el que tú deseas recibir nuestra adoración. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Por estas ofrendas, Señor, concédenos benigno el perdón de nuestras ofensas, y ayúdanos a perdonar a nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO
 
Prefacio de Cuaresma III
 
Los frutos de la penitencia
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque has querido que en nuestras privaciones voluntarias encontremos un motivo para bendecirte, ya que nos ayudan a refrenar nuestras pasiones desordenadas y, al damos ocasión de compartir nuestros bienes con los necesitados, nos hacen imitadores de tu generosidad. Por eso, con todos los ángeles, te glorificamos y te aclamamos diciendo:
Santo, Santo, Santo...
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
 
 
El gorrión ha encontrado una casa, y la golondrina un nido donde poner sus polluelos: junto a tus altares, Señor de los ejércitos, Rey mío y Dios mío. Dichosos los que viven en tu casa y pueden alabarte siempre.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Alimentados en la tierra con el pan del cielo, prenda de eterna salvación, te suplicamos, Señor, que lleves a su plenitud en nuestra vida la gracia recibida en este sacramento. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
 
Dirige, Señor, los corazones de tus fieles y da en tu bondad a tus siervos una gracia tan grande que, cumpliendo en plenitud tus mandamientos, nos haga permanecer en tu amor y en el de nuestro prójimo. Por Jesucristo, nuestro Señor.