miércoles, 27 de septiembre de 2023

DOMINGO XXVII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A Domingo 8 de octubre 2023

 





 

UNA PARÁBOLA DE LA HISTORIA DE LA SALVACIÓN
Is 5, 1-7; Sal 79; Flp 4,6-9: Mt 21, 33-43
 
Con su parábola del Evangelio de hoy, Jesús ofrece una visión panorámica de la historia de la salvación. Utiliza el símbolo de la viña, bien conocido por un pueblo adiestrado en la vinicultura y también por su significado religioso exhibido en nuestra primera lectura, para retratar dicha historia como un proyecto guiado por un propietario atento y como resultado la producción de mucho fruto, dañado por personas egoístas, pero destinado a triunfar. Se trata de una visión que es más que una concepción iluminadora o una creación literaria hermosa. Es una visión que involucra a los oyentes de Jesús de manera fuerte y punzante y los llama a la conversión. Así son las parábolas de Jesús. A primera vista, parecen cuentos divertidos, pero concluyen como herramientas proféticas que llaman a la conversión al auditorio de Jesús y también a nosotros.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Est 4, 17
 
En tu voluntad, Señor, está puesto el universo, y no hay quien pueda resistirse a ella. Tú hiciste todo, el cielo y la tierra, y todo lo que está bajo el firmamento; tú eres Señor del universo.
 
 
GLORIA
 
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Dios todopoderoso y eterno, que en la abundancia de tu amor sobrepasas los méritos y aun los deseos de los que te suplican, derrama sobre nosotros tu misericordia para que libres nuestra conciencia de toda inquietud y nos concedas aun aquello que no nos atrevemos a pedir.
Por nuestro Señor Jesucristo...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
La viña del Señor es la casa de Israel.
 
Del libro del profeta Isaías: 5, 1-7
 
Voy a cantar, en nombre de mi amado, una canción a su viña. Mi amado tenía una viña en una ladera fértil. Removió la tierra, quitó las piedras y plantó en ella vides selectas; edificó en medio una torre y excavó un lagar. Él esperaba que su viña diera buenas uvas, pero la viña dio uvas agrias.
Ahora bien, habitantes de Jerusalén y gente de Judá, yo les ruego, sean jueces entre mi viña y yo. ¿Qué más pude hacer por mi viña, que yo no lo hiciera? ¿Por qué cuando yo esperaba que diera uvas buenas, las dio agrias?
Ahora voy a darles a conocer lo que haré con mi viña; le quitaré su cerca y será destrozada. Derribaré su tapia y será pisoteada. La convertiré en un erial, nadie la podará ni le quitará los cardos, crecerán en ella los abrojos y las espinas, mandaré a las nubes que no lluevan sobre ella.
Pues bien, la viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá son su plantación preferida. El Señor esperaba de ellos que obraran rectamente y ellos, en cambio, cometieron iniquidades; él esperaba justicia y sólo se oyen reclamaciones. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 79, 9 y 12.13-14.15-16.19-20.
R/. La viña del Señor es la casa de Israel.
 
Señor, tú trajiste de Egipto una vid, arrojaste de aquí a los paganos y la plantaste; ella extendió sus sarmientos hasta el mar y sus brotes llegaban hasta el río. R/.
 
Señor, ¿por qué has derribado su cerca, de modo que puedan saquear tu viña los que pasan, pisoteada los animales salvajes, y las bestias del campo, destrozarla? R/.
 
Señor, Dios de los ejércitos, vuelve tus ojos, mira tu viña y visítala; protege la cepa plantada por tu mano, el renuevo que tú mismo cultivaste. R/.
 
Ya no nos alejaremos de ti; consérvanos la vida y alabaremos tu poder. Restablécenos, Señor, Dios de los ejércitos, míranos con bondad y estaremos a salvo. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Obren bien y el Dios de la paz estará con ustedes.
 
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses: 4, 6-9
 
Hermanos: No se inquieten por nada; más bien presenten en toda ocasión sus peticiones a Dios en la oración y la súplica, llenos de gratitud. Y que la paz de Dios, que sobrepasa toda inteligencia, custodie sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
Por lo demás, hermanos, aprecien todo lo que es verdadero y noble, cuánto hay de justo y puro, todo lo que es amable y honroso, todo lo que sea virtud y merezca elogio. Pongan por obra cuanto han aprendido y recibido de mí, todo lo que yo he dicho y me han visto hacer; y el Dios de la paz estará con ustedes. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Jn 15, 16
R/. Aleluya, aleluya.
 
Yo los he elegido del mundo, dice el Señor, para que vayan y den fruto y su fruto permanezca. R/.
 
 
EVANGELIO
 
Arrendará el viñedo a otros viñadores.
 
Del santo Evangelio según san Mateo: 21, 33-43
 
En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo esta parábola: "Había una vez un propietario que plantó un viñedo, lo rodeó con una cerca, cavó un lagar en él, construyó una torre para el vigilante y luego lo alquiló a unos viñadores y se fue de viaje.
Llegado el tiempo de la vendimia, envió a sus criados para pedir su parte de los frutos a los viñadores; pero éstos se apoderaron de los criados, golpearon a uno, mataron a otro, y a otro más lo apedrearon. Envió de nuevo a otros criados, en mayor número que los primeros, y los trataron del mismo modo.
Por último, les mandó a su propio hijo, pensando: 'A mi hijo lo respetarán'. Pero cuando los viñadores lo vieron, se dijeron unos a otros: 'Este es el heredero. Vamos a matarlo y nos quedaremos con su herencia'. Le echaron mano, lo sacaron del viñedo y lo mataron.
Ahora díganme: cuando vuelva el dueño del viñedo, ¿qué hará con esos viñadores?". Ellos le respondieron: "Dará muerte terrible a esos desalmados y arrendará el viñedo a otros viñadores, que le entreguen los frutos a su tiempo".
Entonces Jesús les dijo: "¿No han leído nunca en la Escritura: La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra del Señor y es un prodigio admirable?
Por esta razón les digo que les será quitado a ustedes el Reino de Dios y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
 
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Elevemos, hermanos, nuestra plegaria al Señor con aquella confianza filial que el Espíritu Santo suscita en nuestros corazones, y digamos: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
 
Para que la Iglesia, mediante la santidad de sus fieles y el celo de sus ministros, anuncie a todos los hombres y realice en todos los pueblos la salvación de Dios, roguemos al Señor.
 
Para que el Señor ayude a los gobernantes, a fin de que se logre en todas las naciones la paz, el desarrollo, el progreso y la libertad religiosa, roguemos al Señor.
 
Para que las naciones que sufren a causa de las guerras vean alejarse de sus pueblos las crueldades, la violencia, la destrucción y las lágrimas, roguemos al Señor.
 
Para que el Señor ilumine los ojos de nuestro corazón, a fin de que sepamos descubrir la esperanza de gloria a la que nos ha llamado, roguemos al Señor.
 
Protege, Señor, con amor constante a tu Iglesia y no abandones la viña que tú mismo has plantado; cultívala con misericordia, enriquécela incesantemente con sarmientos vigorosos y haz que, injertados en Cristo, la verdadera cepa, todos demos frutos abundantes de vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Acepta, Señor, el sacrificio que tú mismo nos mandaste ofrecer, y, por estos sagrados misterios, que celebramos en cumplimiento de nuestro servicio, dígnate llevar a cabo en nosotros la santificación que proviene de tu redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO
 
Alabanza a Dios por la creación y la redención del hombre
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Pues por medio de tu amado Hijo, eres el creador del género humano y también el autor bondadoso de la nueva creación. Por eso, con razón te sirven todas las criaturas, con justicia te alaban todos los redimidos y unánimes te bendicen tus santos. Con ellos, también nosotros, a una con los ángeles, cantamos tu gloria gozosos diciendo:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lam 3, 25
 
Bueno es el Señor con los que en él confían, con aquellos que lo buscan.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Dios omnipotente, saciados con este alimento y bebida celestiales, concédenos ser transformados en aquel a quien hemos recibido en este sacramento. Por Jesucristo, nuestro Señor.

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20231008

 

«El Señor no cesa de comparar las almas humanas a las viñas: Mi amigo tenía una viña en un fértil collado (Is 5,1). Jesús llama su viña a las almas humanas, que las ha cercado, como con una clausura, con la seguridad que dan sus mandamientos y la guarda que les proporcionan sus ángeles, porque el ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege (Sal 33, 8). Seguidamente plantó alrededor nuestro como una empalizada poniendo en la Iglesia en el primer puesto los apóstoles, en el segundo los profetas, en el tercero los maestros (1 Co 12, 28). Además, por los ejemplos de los santos hombres de otros tiempos, hace elevar nuestro pensamiento sin dejar que caiga en tierra donde serían pisados. Quiere que los ardores de la caridad, como los zarcillos de una vid, nos aten a nuestro prójimo y nos hagan descansar en él. Así manteniendo constantemente nuestro deseo hacia el cielo, nos levantaremos como vides que trepan hasta las más altas cimas. Nos pide también que consintamos en ser escardados. Ahora bien, un alma está escardada cuando aleja de ella las preocupaciones del mundo que no son más que una carga para nuestros corazones. As~ el que aleja de sí mismo el amor carnal y está atado a las riquezas o que tiene por detestable y menospreciable la pasión por esta miserable y falsa gloria ha sido, por decido así, escardado, y respira de nuevo, liberado ya de la carga inútil de las preocupaciones de este mundo. Pero, para mantenemos en la misma línea de la parábola, es preciso que no produzcamos únicamente madera, es decir, que vivamos con ostentación, ni que busquemos ansiosamente la alabanza de los de fuera. Es necesario que demos fruto reservando nuestras obras para ser mostradas tan sólo al verdadero propietario de la viña» (San Basilio Magno [329·379]. Homilía 5 sobre el Hexaemeron, 6).

 

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20231008

 

Para algunos filósofos, como Hegel (1770-1831), la historia es una marcha imparable hacia una meta inevitable. Para varias religiones, como el hinduismo y el budismo, la historia es una gran confusión sin sentido de la que debemos huir. Para los antiguos herejes, conocidos como los gnósticos, la historia es un horrible error, causado por los pecados de unos espíritus en un cielo lejano y puro. Quizá para algunos contemporáneos nuestros, la historia es una serie de instantes discretos que no están interconectados de ninguna manera o quizá una película divertida. Sin embargo, para la fe cristiana, la historia es algo tan importante que Dios mismo se hace presente en ella en la persona de Cristo. Es un proyecto de vida que Dios crea para unirse con nosotros en su manera típica, es decir, pidiendo nuestra participación bajo su guía bondadosa y amorosa.

domingo, 24 de septiembre de 2023

El temor del Señor y la sabiduría.

 



La Biblia frecuentemente proclama que "el temor del Señor es el principio de la sabiduría" (Prov 9, 10). El temor del Señor no significa tener miedo de Dios, sino tener un respeto profundo y una reverencia por su santidad, su poder y su amor. El temor del Señor nos lleva a obedecer sus mandamientos, a confiar en su gracia y a buscar su voluntad. El temor del Señor es el principio de la sabiduría porque nos hace reconocer nuestra necesidad de Dios y nos abre a recibir su revelación y su instrucción. La sabiduría es la capacidad de discernir lo bueno de lo malo, lo verdadero de lo falso, lo justo de lo injusto. La sabiduría nos ayuda a vivir de acuerdo con el propósito de Dios para nuestras vidas y a glorificarlo con nuestros pensamientos, palabras y acciones. La sabiduría no se basa en el conocimiento humano, sino en el conocimiento divino. Por eso, el principio de la sabiduría es el temor del Señor.

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20231001


 




«Un hombre tenía dos hijos ... Son los dos hijos descritos en la parábola del Evangelio de san Lucas (15,11-32), uno sobrio y el otro disoluto. Primero se le dice al pueblo pagano por el conocimiento de la ley natural: Ve y trabaja en mi viña, es decir: no hagas a otro lo que no quieres que te hagan a ti. Él respondió con soberbia: No quiero, sin embargo, después de la venida del Salvador, hizo penitencia, trabajó en la viña de Dios y reparó con su esfuerzo la obstinación de sus palabras. El segundo hijo es el pueblo judío que respondió a Moisés: Haremos todo lo que ha dicho el Señor, pero no fue a la viña porque después de haber muerto el hijo del padre de familia se consideró el heredero. Otros no creen que la parábola se refiera a los paganos ya los judíos sino simplemente a los pecadores ya los justos. El mismo Señor explica a continuación sus palabras: Les aseguro que los publicanos y las prostitutas os precederán en el Reino de Dios; aquellos que por su mala conducta se habían negado a servir al Señor, después recibieron de Juan el bautismo de penitencia; mientras que los fariseos que hacían profesión de justicia y se jactaban de cumplir la Ley de Dios, despreciando el bautismo de Juan, no cumplieron los preceptos de Dios. Por eso dice: Juan vino a vosotros por el camino de la justicia y no creísteis en él; en cambio los publícanos y las prostitutas creyeron en él. En cuanto a lo que sigue: ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre? Y ellos dijeron: el último, sepamos que los ejemplares auténticos no traen "el último" sino "el primero" de modo que ellos se condenan a sí mismos por su propio juicio. Si quisiéramos leer "el último" la interpretación es clara: digamos que los judíos comprenden bien la verdad, pero la tergiversan y no dicen lo que piensan, como cuando sabiendo que el bautismo de Juan venía del cielo, no lo quisieron confesar» (San Jerónimo [342-420]. Evangelio de san Mateo. Libro 111. 21,28-32).

  




DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A Domingo 1 de octubre 2023

 



LA SOBERBIA, El PRINCIPIO DE LA NECEDAD
 
Ez 18, 25-28; Sal 24; Flp 2,1-11; Mt 21,28-32
 
La parábola de los dos hijos en nuestro Evangelio de hoy, que tal vez sea una versión de la parábola del hijo pródigo (Lc 15, 11-32), parece concebida por Mateo como un comentario sobre el encuentro de Jesús con los sumos sacerdotes y ancianos en los versículos 23 a 27. Tiene un significado similar, pero todavía más largo si es leído junto con la primera lectura sobre el arrepentimiento y la práctica de la justicia, y también con la segunda lectura acerca de la kénosis o el anonadamiento de Cristo. Todos enfatizan cuan peligrosa es la soberbia y cuan necesaria es la humildad. Los oponentes de Jesús en el Evangelio, los desterrados de Israel en Babilonia que el profeta Ezequiel critica, y ciertos miembros de la comunidad cristiana de Filipos urgentemente tienen que estar despiertos de las trampas de la soberbia.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Dn 3, 31. 29. 30. 43. 42
 
Todo lo que hiciste con nosotros, Señor, es verdaderamente justo, porque hemos pecado contra ti y hemos desobedecido tus mandatos; pero haz honor a tu nombre y trátanos conforme a tu inmensa misericordia.
 
 
GLORIA
 
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Señor Dios, que manifiestas tu poder de una manera admirable sobre todo cuando perdonas y ejerces tu misericordia, multiplica tu gracia sobre nosotros, para que, apresurándonos hacia lo que nos prometes, nos hagas partícipes de los bienes celestiales. Por nuestro Señor Jesucristo...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
Cuando el pecador se arrepiente, salva su vida.
 
Del libro del profeta Ezequiel: 18, 25-28
 
Esto dice el Señor: "Si ustedes dicen: 'No es justo el proceder del Señor', escucha, casa de Israel: ¿Conque es injusto mi proceder? ¿No es más bien el proceder de ustedes el injusto?
Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere; muere por la maldad que cometió. Cuando el pecador se arrepiente del mal que hizo y practica la rectitud y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y se aparta de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 24, 4bc-5. 6-7. 8-9.
R/. Descúbrenos, Señor, tus caminos.
 
Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina. Tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza. R/.
 
Acuérdate, Señor, que son eternos tu amor y tu ternura. Según ese amor y esa ternura, acuérdate de nosotros. R/.
 
Porque el Señor es recto y bondadoso indica a los pecadores el sendero, guía por la senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus caminos. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Tengan los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús.
 
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses: 2, 1-11
 
Hermanos: Si alguna fuerza tiene una advertencia en nombre de Cristo, si de algo sirve una exhortación nacida del amor, si nos une el mismo Espíritu y si ustedes me profesan un afecto entrañable, llénenme de alegría teniendo todos una misma manera de pensar, un mismo amor, unas mismas aspiraciones y una sola alma.
Nada hagan por espíritu de rivalidad ni presunción; antes bien, por humildad, cada uno considere a los demás como superiores a sí mismo y no busque su propio interés, sino el del prójimo. Tengan los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús.
Cristo, siendo Dios, no consideró que debía aferrarse a las prerrogativas de su condición divina, sino que, por el contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de siervo, y se hizo semejante a los hombres. Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo y por obediencia aceptó incluso la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que, al nombre de Jesús, todos doblen la rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y todos reconozcan públicamente que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 10, 27
R/. Aleluya, aleluya.
 
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. R/.
 
 
EVANGELIO
 
El segundo hijo se arrepintió y fue. Los publicanos y las prostitutas se les han adelantado en el Reino de Dios.
 
Del santo Evangelio según san Mateo: 21, 28-32
 
En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "¿Qué opinan de esto? Un hombre que tenía dos hijos fue a ver al primero y le ordenó: 'Hijo, ve a trabajar hoy en la viña'. Él le contestó: 'Ya voy, señor', pero no fue. El padre se dirigió al segundo y le dijo lo mismo. Éste le respondió: 'No quiero ir', pero se arrepintió y fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?". Ellos le respondieron: "El segundo".
Entonces Jesús les dijo: "Yo les aseguro que los publicanos y las prostitutas se les han adelantado en el camino del Reino de Dios. Porque vino a ustedes Juan, predicó el camino de la justicia y no le creyeron; en cambio, los publicanos y las prostitutas sí le creyeron; ustedes, ni siquiera después de haber visto, se han arrepentido ni han creído en él". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
 
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Oremos, hermanos, por todos los hombres y por todas sus necesidades, para que a nadie falte nunca la ayuda de nuestra caridad y digamos: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
 
Para que el Señor vivifique su Iglesia y le conceda santos y numerosos ministros que iluminen y santifiquen a los fieles, roguemos al Señor.
 
Para que Dios conceda a los gobernantes el deseo de ser justos e infunda en los responsables de los pueblos el sentido de la unidad de la familia humana, roguemos al Señor.
 
Para que los que buscan a Dios sinceramente encuentren la verdad que desean y, habiéndola encontrado, descansen contemplándola, roguemos al Señor.
 
Para que el Señor perdone nuestras culpas, no permita que recaigamos en el pecado y nos libre de una muerte imprevista, roguemos al Señor.
 
Dios nuestro, siempre dispuesto a acoger a los publicanos y pecadores que se convierten y se proponen actuar con justicia y con bondad, escucha las oraciones de tu pueblo y danos un sincero espíritu de penitencia, para que, teniendo los sentimientos propios de Cristo, podamos alcanzar la paz y el perdón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Concédenos, Dios misericordioso, que nuestra ofrenda te sea aceptable y que por ella quede abierta para nosotros la fuente de toda bendición. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO
 
Restauración universal en Cristo
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor, a quien hiciste fundamento de todo y de cuya plenitud quisiste que participáramos todos. El cual, siendo Dios, se anonadó a sí mismo y, por su sangre derramada en la cruz, puso en paz todas las cosas. Y así, constituido Señor del universo, es fuente de salvación eterna para cuantos creen en Él. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo…
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 118, 49-50
 
Recuerda, Señor, la promesa que le hiciste a tu siervo, ella me infunde esperanza y consuelo en mi dolor.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Que este misterio celestial renueve, Señor, nuestro cuerpo y nuestro espíritu, para que seamos coherederos en la gloria de aquel cuya muerte, al anunciarla, la hemos compartido. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20231001

 

La Biblia frecuentemente proclama que "el temor del Señor es el principio de la sabiduría" (Prov 9, 10), refiriéndose, por supuesto, no al terror de Dios sino a una actitud de humildad. Así mismo, considera muchas veces que el vicio opuesto de la humildad, que es la soberbia, es el principio de la necedad, es decir, del pecado (véase, por ejemplo, Prov 19,23; Rom 12, 16; y 2 Cor 10, 17-18). Claro que la soberbia no quiere decir no a una autoestima saludable, sino a una estima inflada de uno mismo. Entendido así, este exceso aleja a una persona de una percepción justa de la realidad, la ciega a sus faltas y a los logros de los demás, con hambre de cumplidos y alabanzas, y la hace creerse auto suficiente. En la vida de la fe, la soberbia es fatal porque nos cierra a Dios.

viernes, 22 de septiembre de 2023

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20230924

 


EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA

«Hay otra vendimia espiritual en la que Dios goza ante el fruto de su viña. Nosotros damos culto a Dios, y Dios nos cultiva a nosotros. Nos cultiva igual que un agricultor cultiva a su campo. El hecho de que él nos cultive nos hace mejores, porque también el agricultor con el cultivo mejora su campo ... El cultivo que él realiza en nosotros consiste en que no cesa de extirpar con su palabra la mala semilla de nuestros corazones, de abrir nuestro corazón con su palabra como con un arado, de plantar las semillas de los preceptos y de esperar el fruto de la piedad. Si aceptamos en nuestro corazón este cultivo de forma que le demos culto, no somos ingratos para con nuestro agricultor, sino que le pagamos con el fruto que le agrada. Y este nuestro fruto no le enriquece a él, pero a nosotros nos hace más dichosos. Escuchad que, como he dicho, Dios nos cultiva a nosotros. Que nosotros tributamos culto a Dios no es necesario que os lo demuestre. En efecto, toda persona tiene en la boca que los hombres dan culto a Dios. En cambio, que Dios cultiva a los hombres es algo que casi asusta a quien lo oye, puesto que no es habitual decir que Dios cultiva a los hombres, sino que los hombres dan culto a Dios. Debo, pues, demostraras que también Dios cultiva a los hombres, no sea que se piense que he empleado una palabra poco afortunada y alguno discuta conmigo en su interior y, desconociendo lo que he dicho, me reprenda. Lo que me he propuesto demostraras a vosotros es esto: que también Dios nos cultiva; pero ya dije: para hacemos mejores, como al campo. Dice el Señor en el Evangelio: Yo soy la vid y vosotros los sarmientos ... y mi Padre, el agricultor. ¿Qué hace el agricultor? Os lo pregunto a vosotros que sois hombres del campo. Pienso que cultiva el campo. Por lo tanto, si Dios Padre es agricultor, tiene un campo que cultivar del que espera el fruto» (San Agustín [354-430). Sermón 87).

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20230924

 

En 1991, cuando la Unión Soviética se disolvió, algunos proclamaron que la manera de vida de las potencias económicas y políticas del Occidente había triunfado y que, desde ese momento, existía un solo modo de pensar, una perspectiva válida, un pensamiento único. Esto es un ejemplo de cómo los poderosos intentan dominar a los demás, buscando imponer su manera de entender la vida como si fuera el sentido común. Los cristianos siempre debemos ser críticos acerca de estos intentos epistémicos, estos intentos de controlar nuestro modo de entender. Tenemos muchas herramientas que nos pueden ayudar a revelar la verdad de estos intentos y pensar según la manera de Dios, a saber, el don de la razón humana, una tradición eclesial de muchos siglos y mucha riqueza, nuestras comunidades con su sabiduría, nuestros líderes, y también la Palabra de Dios.

DOMINGO XXV DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A Domingo 24 de septiembre 2023

 



MIS PLANES ESTÁN POR ENCIMA DE LOS DE USTEDES
 
Is 55, 6-9; Sal 144; Flp 1, 20-24. 27; Mt 20, 1-16
 
A los escritores bíblicos les encanta discutir lo que los exégetas han llamado la inversión de valores: Dios tiene su propia manera de pensar, exaltando lo que la sociedad humana desprecia y despreciando lo que la sociedad humana aprecia. Es precisamente sobre esta inversión lo que meditan hoy nuestras lecturas. En Isaías, los exiliados en Babilonia dudan volver a Jerusalén, aterrados por las dificultades del viaje y enamorados de su vida en el exilio. A ellos Dios proclama que "mis planes no son como los de ustedes" (v. 8), e intenta animarlos a salir del exilio. En la Carta a los filipenses, san Pablo trata acerca de por qué la muerte, temida como un fracaso por muchos, puede ser una ganancia. La parábola que narra Jesús en el Evangelio rechaza la meritocracia amada por la sociedad humana y ensalza la gratuidad que Dios ama.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA
 
Yo soy la salvación de mi pueblo, dice el Señor. Los escucharé cuando me llamen en cualquier tribulación, y siempre seré su Dios.
 
 
GLORIA
 
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Señor Dios, que has hecho del amor a ti y a los hermanos la plenitud de todo lo mandado en tu santa ley, concédenos que, cumpliendo tus mandamientos, merezcamos llegar a la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes.
 
Del libro del profeta Isaías: 55, 6-9
 
Busquen al Señor mientras lo pueden encontrar, invóquenlo mientras está cerca; que el malvado abandone su camino, y el criminal sus planes; que regrese al Señor, y él tendrá piedad; a nuestro Dios, que es rico en perdón.
Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, sus caminos no son mis caminos, dice el Señor. Porque así como aventajan los cielos a la tierra, así aventajan mis caminos a los de ustedes y mis pensamientos a sus pensamientos".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 144, 2-3. 8-9.17-18.
R/. Bendeciré al Señor eternamente.
 
Un día tras otro bendeciré tu nombre y no cesará mi boca de alabarte. Muy digno de alabanza es el Señor, por ser su grandeza incalculable. R/.
 
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende a todas sus creaturas. R/.
 
Siempre es justo el Señor en sus designios y están llenas de amor todas sus obras. No está lejos de aquellos que lo buscan; muy cerca está el Señor, de quien lo invoca. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Para mí, la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia.
 
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses: 1, 20-24. 27
 
Hermanos: Ya sea por mi vida, ya sea por mi muerte, Cristo será glorificado en mí. Porque para mí, la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia. Pero si el continuar viviendo en este mundo me permite trabajar todavía con fruto, no sabría yo qué elegir.
Me hacen fuerza ambas cosas: por una parte, el deseo de morir y estar con Cristo, lo cual, ciertamente, es con mucho lo mejor; y por la otra, el de permanecer en vida, porque esto es necesario para el bien de ustedes. Por lo que a ustedes toca, lleven una vida digna del Evangelio de Cristo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Hechos 16, 14
R/. Aleluya, aleluya.
 
Abre, Señor, nuestros corazones, para que aceptemos las palabras de tu Hijo. R/.
 
 
EVANGELIO
 
¿Vas a tenerme rencor porque yo soy bueno?
 
Del santo Evangelio según san Mateo: 20, 1-16
 
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: "El Reino de los cielos es semejante a un propietario que, al amanecer, salió a contratar trabajadores para su viña. Después de quedar con ellos en pagarles un denario por día, los mandó a su viña. Salió otra vez a media mañana, vio a unos que estaban ociosos en la plaza y les dijo: 'Vayan también ustedes a mi viña y les pagaré lo que sea justo'. Salió de nuevo a medio día y a media tarde e hizo lo mismo.
Por último, salió también al caer la tarde y encontró todavía a otros que estaban en la plaza y les dijo: '¿Por qué han estado aquí todo el día sin trabajar?'. Ellos le respondieron: 'Porque nadie nos ha contratado'. Él les dijo: 'Vayan también ustedes a mi viña'.
Al atardecer, el dueño de la viña le dijo a su administrador: 'Llama a los trabajadores y págales su jornal, comenzando por los últimos hasta que llegues a los primeros'. Se acercaron, pues, los que habían llegado al caer la tarde y recibieron un denario cada uno.
Cuando les llegó su turno a los primeros, creyeron que recibirían más; pero también ellos recibieron un denario cada uno. Al recibirlo, comenzaron a reclamarle al propietario, diciéndole: 'Esos que llegaron al último sólo trabajaron una hora, y sin embargo, les pagas lo mismo que a nosotros, que soportamos el peso del día y del calor'.
Pero él respondió a uno de ellos: 'Amigo, yo no te hago ninguna injusticia. ¿Acaso no quedamos en que te pagaría un denario? Toma, pues, lo tuyo y vete. Yo quiero darle al que llegó al último lo mismo que a ti. ¿Qué no puedo hacer con lo mío lo que yo quiero? ¿O vas a tenerme rencor porque yo soy bueno?'. De igual manera, los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
 
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Oremos, hermanos, por todos los hombres y por todas sus necesidades, para que nunca falte a nadie la ayuda de nuestro amor y digamos: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
 
Por el santo Padre, el Papa N., por nuestro obispo N., y por todos los demás obispos, por los presbíteros y diáconos; para que cuiden santamente el pueblo que tienen encomendado, roguemos al Señor.
 
Por los jefes de Estado y por los demás gobernantes, por los responsables del bien común y por los que tienen en sus manos las riquezas del mundo; para que fomenten la justicia, el bienestar, la paz y la libertad, roguemos al Señor.
 
Por los que padecen hambre u otras necesidades, por los que están enfermos o se sienten oprimidos, por los que añoran la patria o viven lejos de sus familias y de sus hogares; para que experimenten el consuelo y la fortaleza de Dios, roguemos al Señor.
 
Para que Dios nos conceda el gozo del Espíritu, y el perdón de los pecados, la perseverancia en la fe y en las buenas obras y la salvación eterna de nuestras almas, roguemos al Señor.
 
Padre justo y lleno de bondad, que das a los primeros lo mismo que a los últimos, escucha nuestras oraciones y haz que comprendamos que, como el cielo aventaja a la tierra, así tus caminos aventajan a los nuestros y que es un gran honor haber sido llamados, desde el amanecer, a trabajar en tu viña. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Acepta benignamente, Señor, los dones de tu pueblo, para que recibamos, por este sacramento celestial, aquello mismo que el fervor de nuestra fe nos mueve a proclamar. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO
 
La alabanza, don de Dios
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Pues, aunque no necesitas de nuestra alabanza, es don tuyo que seamos agradecidos; y aunque nuestras bendiciones no aumentan tu gloria, nos aprovechan para nuestra salvación. Por Cristo nuestro Señor. Por eso unidos a los ángeles, te aclamamos llenos de alegría.
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 118, 4-5
 
Tú promulgas tus preceptos para que se observen con exactitud. Ojalá que mi conducta se ajuste siempre, al cumplimiento de tu voluntad.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
A quienes alimentas, Señor, con tus sacramentos, confórtanos con tu incesante ayuda, para que en estos misterios recibamos el fruto de la redención y la conversión de nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 

viernes, 15 de septiembre de 2023

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20230917

 


«Sirvamos a Cristo en los pobres. Dichosos los misericordiosos -dice la Escritura-, porque ellos alcanzarán misericordia. No es, por cierto, la misericordia una de las últimas bienaventuranzas. Dice el salmo: Dichoso el que cuida del pobre y desvalido. Y de nuevo: dichoso el que se apiada y presta. Y en otro lugar: El justo a diario se compadece y da prestado. Tratemos de alcanzar la bendición, de merecer que nos llamen dichosos: seamos benignos. Que ni siquiera la noche interrumpa tus quehaceres de misericordia. No digas: Vuelve, que mañana te ayudaré. Que nada se interponga entre tu propósito y su realización. Porque las obras de caridad son las únicas que no admiten demora. Parte tu pan con el hambriento, hospeda a los pobres sin techo, y no dejes de hacerlo con jovialidad y presteza. Quien reparte la limosna -dice el Apóstol- que lo haga con agrado; pues todo lo que sea prontitud hace que se te doble la gracia del beneficio que has hecho. Porque lo que se lleva a cabo con una disposición de ánimo triste y forzada no merece gratitud ni tiene nobleza. De manera que, cuando hacemos el bien, hemos de hacerlo, no tristes, sino con alegría. Si dejas libres a los oprimidos y rompes todas las cadenas, dice la Escritura; o sea, si procuras alejar de tu prójimo sus sufrimientos, sus pruebas, la incertidumbre de su futuro, toda murmuración contra él, ¿qué piensas que va a ocurrir? Algo grande y admirable. Un espléndido premio. Escucha: Entonces romperá tu luz como la aurora, te abrirá camino la justicia. ¿Y quién no anhela la luz y la justicia?»

(San Gregorio Nacianceno [329-390]. Sermón 14,38.40).

 


DOMINGO XXIV DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo C Domingo 17 de septiembre 2023

 


 

LA VENGANZA ES INCOMPATIBLE CON NUESTRA FE

Sir 27,30-28-28,9; Sal 102; Rom 14,7-9; Mt 18,21-35
 
En la antigüedad, la venganza era una práctica común. De acuerdo con Homero en la Ilíada, la venganza fue el motivo de la guerra troyana, ya que Menelao, rey de Esparta, quiso vengarse de los troyanos por raptar a su mujer, la bella Helena. La mitología griega tuvo diosas llamadas Erinias, cuyo único oficio fue el de vengarse de los impíos. De acuerdo con los antropólogos, la venganza fue percibida por los antiguos como una herramienta útil para mantener el respeto y la paz en sus sociedades jerarquizadas y violentas. También la Biblia, en sus primeros escritos, aprobó la venganza, por ejemplo, en la institución del goel (véase Núm 35, 9-30). Pero en la literatura sapiencial, como vemos en nuestra primera lectura, la venganza es criticada. Jesús la rechaza totalmente en el Evangelio y antes pide que se ore por los enemigos en lugar de vengarse.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sir 36, 18
 
Concede, Señor, la paz a los que esperan en ti, y cumple así las palabras de tus profetas; escucha las plegarias de tu siervo, y de tu pueblo Israel.
 
 
GLORIA
 
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Señor Dios, creador y soberano de todas las cosas, vuelve a nosotros tus ojos y concede que te sirvamos de todo corazón, para que experimentemos los efectos de tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
Perdona la ofensa a tu prójimo para obtener tú el perdón.
 
Del libro del Sirácide (Eclesiástico): 27, 33-28, 9
 
Cosas abominables son el rencor y la cólera; sin embargo, el pecador se aferra a ellas. El Señor se vengará del vengativo y llevará rigurosa cuenta de sus pecados.
Perdona la ofensa a tu prójimo, y así, cuando pidas perdón, se te perdonarán tus pecados. Si un hombre le guarda rencor a otro, le puede acaso pedir la salud al Señor?
El que no tiene compasión de un semejante, ¿cómo pide perdón de sus pecados? Cuando el hombre que guarda rencor pide a Dios el perdón de sus pecados, ¿hallará quien interceda por él?
Piensa en tu fin y deja de odiar, piensa en la corrupción del sepulcro y guarda los mandamientos.
Ten presentes los mandamientos y no guardes rencor a tu prójimo. Recuerda la alianza del Altísimo y pasa por alto las ofensas.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 102,1-2.3-4.9-10.11-12.
R/. El Señor es compasivo y misericordioso.
 
Bendice al Señor, alma mía; que todo mi ser bendiga su santo nombre. Bendice al Señor, alma mía y no te olvides de sus beneficios. R/.
 
El Señor perdona tus pecados y cura tus enfermedades; él rescata tu vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura. R/.
 
El Señor no nos condena para siempre, ni nos guarda rencor perpetuo. No nos trata como merecen nuestras culpas, ni nos paga según nuestros pecados. R/.
 
Como desde la tierra hasta el cielo, así es de grande su misericordia; como un padre es compasivo con sus hijos, así es compasivo el Señor con quien lo ama. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
En la vida y en la muerte somos del Señor.
 
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 14, 7-9
 
Hermanos: Ninguno de nosotros vive para sí mismo, ni muere para sí mismo. Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Por lo tanto, ya sea que estemos vivos o que hayamos muerto, somos del Señor. Porque Cristo murió y resucitó para ser Señor de vivos y muertos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 13, 34
R/. Aleluya, aleluya.
 
Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los unos a los otros, como yo los he amado. R/.
 
 
EVANGELIO
 
No te digo que perdones siete veces, sino hasta setenta veces siete.
 
Del santo Evangelio según san Mateo: 18, 21-35
 
En aquel tiempo, Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: "Si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?". Jesús le contestó: "No sólo hasta siete, sino hasta setenta veces siete".
Entonces Jesús les dijo: "El Reino de los cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus servidores. El primero que le presentaron le debía muchos millones. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él, a su mujer, a sus hijos y todas sus posesiones, para saldar la deuda. El servidor, arrojándose a sus pies, le suplicaba, diciendo: 'Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo'. El rey tuvo lástima de aquel servidor, lo soltó y hasta le perdonó la deuda.
Pero, apenas había salido aquel servidor, se encontró con uno de sus compañeros, que le debía poco dinero.
Entonces lo agarró por el cuello y casi lo estrangulaba, mientras le decía: 'Págame lo que me debes'. El compañero se le arrodilló y le rogaba: 'Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo'. Pero el otro no quiso escucharlo, sino que fue y lo metió en la cárcel hasta que le pagara la deuda.
Al ver lo ocurrido, sus compañeros se llenaron de indignación y fueron a contar al rey lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: 'Siervo malvado. Te perdoné toda aquella deuda porque me lo suplicaste. ¿No debías tú también haber tenido compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?'. Y el señor, encolerizado, lo entregó a los verdugos para que no lo soltaran hasta que pagara lo que debía.
Pues lo mismo hará mi Padre celestial con ustedes, si cada cual no perdona de corazón a su hermano". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
 
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Imploremos, hermanos, la misericordia de Dios y pidámosle que escuche las oraciones de los que hemos puesto nuestra confianza en él y digámosle: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
 
Para los obispos, los presbíteros y los diáconos s pidamos al Señor una vida santa, tal como corresponde a su ministerio y el premio abundante de su trabajo, roguemos al Señor.
 
Para los que gobiernan las naciones y tienen bajo su poder el destino de los pueblos pidamos el don de la prudencia y el espíritu de justicia, roguemos al Señor.
 
Para los enfermos e impedidos pidamos al Señor la fortaleza necesaria a fin de que no se desanimen ante las dificultades y vivan alegres en la esperanza de los bienes eternos, roguemos al Señor.
 
Para nosotros mismos y para nuestros familiares, amigos y bienhechores pidamos al Señor que nos conserve y aumente los bienes que con tanta generosidad nos ha concedido, roguemos al Señor.
 
Señor Dios, compasivo y misericordioso, que siempre perdonas a los que perdonan a sus hermanos, escucha nuestras oraciones y crea en nosotros un corazón nuevo, que, como reflejo de Cristo, olvide las ofensas recibidas y recuerde a los demás hasta qué punto tú nos amas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Sé propicio, Señor, a nuestras plegarias y acepta benignamente estas ofrendas de tus siervos, para que aquello que cada uno ofrece en honor de tu nombre aproveche a todos para su salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO
 
Alabanza a Dios por la creación y la redención del hombre
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Pues por medio de tu amado Hijo, eres el creador del género humano y también el autor bondadoso de la nueva creación. Por eso, con razón te sirven todas las criaturas, con justicia te alaban todos los redimidos y unánimes te bendicen tus santos. Con ellos, también nosotros, a una con los ángeles, cantamos tu gloria gozosos diciendo:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 35, 8
 
Señor Dios, qué preciosa es tu misericordia. Por eso los hombres se acogen a la sombra de tus alas.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Que el efecto de este don celestial, Señor, transforme nuestro cuerpo y nuestro espíritu, para que sea su fuerza, y no nuestro sentir, lo que siempre inspire nuestras acciones. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20230917

 

La venganza está todavía viva en nuestra sociedad, aun cuando decimos que somos cristianos. De hecho, en los tiempos recientes hemos encontrado nuevos modos de vengarnos, utilizando los medios sociales para propagar chismes contra los que nos han ofendido y distribuyendo en Internet fotografías y videos embarazosos de nuestros supuestos enemigos. Sin embargo, la venganza es una trampa. Pide mucho esfuerzo. Consume nuestro tiempo. Nos paraliza dentro de una mentalidad cerrada y furiosa. Nunca es suficiente y crea un círculo vicioso de actos violentos. En pocas palabras, nos encarcela en nuestro odio. En la parábola que Jesús pronuncia en el Evangelio (Mt 18, 21-35), el siervo despiadado arroja a la cárcel a su compañero, pero es el siervo mismo quien está verdaderamente encarcelado en su propia furia. Sólo el perdón nos libera de esta cárcel.

 

viernes, 8 de septiembre de 2023

DOMINGO XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A Domingo 10 de septiembre 2023

 



"SI TU HERMANO TE OFENDE”

 
Ez 33,7-9; Sal 94; Rom 13, 8-10; Mt 18,15-20
 
En su capítulo 18, Mateo empieza el cuarto gran discurso de Jesús. Detalla algunas de las reglas que deben ayudar a la Iglesia a vivir de manera recta durante el tiempo intermedio entre la muerte de Jesús y la consumación de la historia. Son reglas que se basan, en parte, en el Antiguo Testamento (p. ej. Deut 19, 15 y Ez 33,7-9) y también en el sentido común. Lo que frecuentemente pasa inadvertido, sin embargo, es el concepto de pecado que las guía. De acuerdo con éste, el pecado no es exclusivamente una ofensa contra Dios. Es también una ofensa contra los seres humanos. De hecho, este capítulo parece sugerir que los pecados son al mismo tiempo una ofensa contra Dios y contra los seres humanos. El pecado destruye nuestra relación con Dios y también entre nosotros.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 118, 137. 124
 
Eres justo, Señor, y rectos son tus mandamientos; muéstrate bondadoso con tu siervo.
 
 
GLORIA
 
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Señor, Dios, de quien nos viene la redención y a quien debemos la filiación adoptiva, protege con bondad a los hijos que tanto amo, para que todos los que creemos en Cristo obtengamos la verdadera libertad y la herencia eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
Si no amonestas al malvado, te pediré cuentas de su vida.
 
Del libro del profeta Ezequiel: 33, 7-9
 
Esto dice el Señor: "A ti, hijo de hombre, te he constituido centinela para la casa de Israel. Cuando escuches una palabra de mi boca, tú se la comunicarás de mi parte.
Si yo pronuncio sentencia de muerte contra un hombre, porque es malvado, y tú no lo amonestas para que se aparte del mal camino, el malvado morirá por su culpa, pero yo te pediré a ti cuentas de su vida.
En cambio, si tú lo amonestas para que deje su mal camino y él no lo deja, morirá por su culpa, pero tú habrás salvado tu vida". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 94,1-2.6-7.8-9.
R/. Señor, que no seamos sordos a tu voz.
 
Vengan, lancemos vivas al Señor, aclamemos al Dios que nos salva. Acerquémonos a él, llenos de júbilo, y démosle gracias. R/.
 
Vengan, y puestos de rodillas, adoremos y bendigamos al Señor, que nos hizo, pues él es nuestro Dios y nosotros su pueblo, él nuestro pastor y nosotros, sus ovejas. R/.
 
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan su corazón, como el día de la rebelión en el desierto, cuando sus padres dudaron de mí, aunque habían visto mis obras". R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
El cumplimiento pleno de la ley consiste en amar.
 
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 13, 8-10
 
Hermanos: No tengan con nadie otra deuda que la del amor mutuo, porque el que ama al prójimo, ha cumplido ya toda la ley. En efecto, los mandamientos que ordenan: "No cometerás adulterio, no robarás, no matarás, no darás falso testimonio, no codiciarás" y todos los otros, se resumen en éste: ''Amarás a tu prójimo como a ti mismo", pues quien ama a su prójimo no le causa daño a nadie. Así pues, el cumplimiento pleno de la ley consiste en amar. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO 2 Cor 5, 19
R/. Aleluya, aleluya.
 
Dios reconcilió al mundo consigo por medio de Cristo, y a nosotros nos confió el mensaje de la reconciliación. R/.

 
EVANGELIO
 
Si tu hermano te escucha, lo habrás salvado.
 
Del santo Evangelio según san Mateo: 18, 15-20
 
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Si tu hermano comete un pecado, ve y amonéstalo a solas. Si te escucha, habrás salvado a tu hermano. Si no te hace caso, hazte acompañar de una o dos personas, para que todo lo que se diga conste por boca de dos o tres testigos. Pero si ni así te hace caso, díselo a la comunidad; y si ni a la comunidad le hace caso, apártate de él como de un pagano o de un publicano.
Yo les aseguro que todo lo que aten en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra quedará desatado en el cielo.
Yo les aseguro también, que si dos de ustedes se ponen de acuerdo para pedir algo, sea lo que fuere, mi Padre celestial se lo concederá; pues donde dos o tres se reúnen en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
 
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras plegarias y atienda a nuestras peticiones. Digamos: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
 
Por la santa Iglesia de Dios, para que el Señor le conceda la paz y la unidad, la guarde de todo mal y acreciente el número de sus hijos, roguemos al Señor.
 
Por la paz del mundo, para que cesen las rivalidades entre las naciones, renazca en el corazón de los hombres el amor y arraigue entre todos los pueblos la mutua comprensión, roguemos al señor.
 
Para que Dios, Padre todopoderoso, purifique al mundo de todo error, devuelva la salud a los enfermos, aleje el hambre, abra las prisiones injustas y conceda el regreso a los que añoran la patria, roguemos al Señor.
 
Para que el Señor nos conceda perseverar en la fe hasta el fin de nuestra vida y, después de la muerte, nos admite en el reino de la felicidad, de la luz y de la paz, roguemos al Señor.
 
Señor Jesucristo, que has prometido que el Padre del cielo escucharía la plegaria de los que se reúnen en tu nombre, danos un espíritu y un corazón nuevo, para que, amándonos los unos a los otros, cumplamos de verdad tu ley. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Señor Dios, fuente de toda devoción sincera y de la paz, concédenos honrar de tal manera, con estos dones, tu majestad, que, al participar en estos santos misterios, todos quedemos unidos en un mismo sentir.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO
 
Alabanza a Dios por la creación y la redención del hombre
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Pues por medio de tu amado Hijo, eres el creador del género humano y también el autor bondadoso de la nueva creación. Por eso, con razón te sirven todas las criaturas, con justicia te alaban todos los redimidos y unánimes te bendicen tus santos. Con ellos, también nosotros, a una con los ángeles, cantamos tu gloria gozosos diciendo:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 41, 2-3
 
Como la cierva busca el agua de las fuentes, así, sedienta, mi alma te busca a ti, Dios mío. Mi alma tiene sed del Dios vivo.
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Concede, Señor, a tus fieles, a quienes alimentas y vivificas con tu palabra y el sacramento del cielo, aprovechar de tal manera tan grandes dones de tu Hijo amado, que merezcamos ser siempre partícipes de su vida. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.