Remar Mar Adentro, pretende, como laicos comprometidos, presentar temas de reflexión para vivir el reino de Dios; levantando las anclas en una tarea asumida generosamente. Ricardo Huante Magaña
miércoles, 27 de septiembre de 2023
DOMINGO XXVII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A Domingo 8 de octubre 2023
UNA PARÁBOLA DE LA HISTORIA DE LA SALVACIÓN
EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20231008
«El Señor no cesa de comparar las almas humanas a las viñas: Mi amigo
tenía una viña en un fértil collado (Is 5,1). Jesús llama su viña a las almas
humanas, que las ha cercado, como con una clausura, con la seguridad que dan
sus mandamientos y la guarda que les proporcionan sus ángeles, porque el ángel
del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege (Sal 33, 8). Seguidamente
plantó alrededor nuestro como una empalizada poniendo en la Iglesia en el
primer puesto los apóstoles, en el segundo los profetas, en el tercero los
maestros (1 Co 12, 28). Además, por los ejemplos de los santos hombres de otros
tiempos, hace elevar nuestro pensamiento sin dejar que caiga en tierra donde
serían pisados. Quiere que los ardores de la caridad, como los zarcillos de una
vid, nos aten a nuestro prójimo y nos hagan descansar en él. Así manteniendo
constantemente nuestro deseo hacia el cielo, nos levantaremos como vides que
trepan hasta las más altas cimas. Nos pide también que consintamos en ser
escardados. Ahora bien, un alma está escardada cuando aleja de ella las
preocupaciones del mundo que no son más que una carga para nuestros corazones. As~
el que aleja de sí mismo el amor carnal y está atado a las riquezas o que tiene
por detestable y menospreciable la pasión por esta miserable y falsa gloria ha
sido, por decido así, escardado, y respira de nuevo, liberado ya de la carga
inútil de las preocupaciones de este mundo. Pero, para mantenemos en la misma
línea de la parábola, es preciso que no produzcamos únicamente madera, es
decir, que vivamos con ostentación, ni que busquemos ansiosamente la alabanza
de los de fuera. Es necesario que demos fruto reservando nuestras obras para
ser mostradas tan sólo al verdadero propietario de la viña» (San Basilio Magno
[329·379]. Homilía 5 sobre el Hexaemeron, 6).
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20231008
Para algunos filósofos, como Hegel (1770-1831), la historia es una marcha imparable hacia una meta inevitable. Para varias religiones, como el hinduismo y el budismo, la historia es una gran confusión sin sentido de la que debemos huir. Para los antiguos herejes, conocidos como los gnósticos, la historia es un horrible error, causado por los pecados de unos espíritus en un cielo lejano y puro. Quizá para algunos contemporáneos nuestros, la historia es una serie de instantes discretos que no están interconectados de ninguna manera o quizá una película divertida. Sin embargo, para la fe cristiana, la historia es algo tan importante que Dios mismo se hace presente en ella en la persona de Cristo. Es un proyecto de vida que Dios crea para unirse con nosotros en su manera típica, es decir, pidiendo nuestra participación bajo su guía bondadosa y amorosa.
domingo, 24 de septiembre de 2023
El temor del Señor y la sabiduría.
La Biblia frecuentemente proclama
que "el temor del Señor es el principio de la sabiduría" (Prov 9, 10).
El temor del Señor no significa tener miedo de Dios, sino tener un respeto
profundo y una reverencia por su santidad, su poder y su amor. El temor del
Señor nos lleva a obedecer sus mandamientos, a confiar en su gracia y a buscar
su voluntad. El temor del Señor es el principio de la sabiduría porque nos hace
reconocer nuestra necesidad de Dios y nos abre a recibir su revelación y su
instrucción. La sabiduría es la capacidad de discernir lo bueno de lo malo, lo
verdadero de lo falso, lo justo de lo injusto. La sabiduría nos ayuda a vivir
de acuerdo con el propósito de Dios para nuestras vidas y a glorificarlo con
nuestros pensamientos, palabras y acciones. La sabiduría no se basa en el
conocimiento humano, sino en el conocimiento divino. Por eso, el principio de
la sabiduría es el temor del Señor.
EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20231001
«Un hombre tenía dos hijos ... Son los dos hijos descritos en la
parábola del Evangelio de san Lucas (15,11-32), uno sobrio y el otro disoluto.
Primero se le dice al pueblo pagano por el conocimiento de la ley natural: Ve y
trabaja en mi viña, es decir: no hagas a otro lo que no quieres que te hagan a
ti. Él respondió con soberbia: No quiero, sin embargo, después de la venida del
Salvador, hizo penitencia, trabajó en la viña de Dios y reparó con su esfuerzo
la obstinación de sus palabras. El segundo hijo es el pueblo judío que
respondió a Moisés: Haremos todo lo que ha dicho el Señor, pero no fue a la
viña porque después de haber muerto el hijo del padre de familia se consideró
el heredero. Otros no creen que la parábola se refiera a los paganos ya los
judíos sino simplemente a los pecadores ya los justos. El mismo Señor explica a
continuación sus palabras: Les aseguro que los publicanos y las prostitutas os
precederán en el Reino de Dios; aquellos que por su mala conducta se habían
negado a servir al Señor, después recibieron de Juan el bautismo de penitencia;
mientras que los fariseos que hacían profesión de justicia y se jactaban de
cumplir la Ley de Dios, despreciando el bautismo de Juan, no cumplieron los
preceptos de Dios. Por eso dice: Juan vino a vosotros por el camino de la
justicia y no creísteis en él; en cambio los publícanos y las prostitutas
creyeron en él. En cuanto a lo que sigue: ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del
padre? Y ellos dijeron: el último, sepamos que los ejemplares auténticos no
traen "el último" sino "el primero" de modo que ellos se
condenan a sí mismos por su propio juicio. Si quisiéramos leer "el último"
la interpretación es clara: digamos que los judíos comprenden bien la verdad,
pero la tergiversan y no dicen lo que piensan, como cuando sabiendo que el
bautismo de Juan venía del cielo, no lo quisieron confesar» (San Jerónimo
[342-420]. Evangelio de san Mateo. Libro 111. 21,28-32).
DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A Domingo 1 de octubre 2023
LA SOBERBIA, El PRINCIPIO DE LA NECEDAD
Ez 18, 25-28; Sal 24; Flp 2,1-11; Mt 21,28-32
La parábola de los dos hijos en nuestro Evangelio de hoy, que tal vez
sea una versión de la parábola del hijo pródigo (Lc 15, 11-32), parece
concebida por Mateo como un comentario sobre el encuentro de Jesús con los
sumos sacerdotes y ancianos en los versículos 23 a 27. Tiene un significado
similar, pero todavía más largo si es leído junto con la primera lectura sobre
el arrepentimiento y la práctica de la justicia, y también con la segunda
lectura acerca de la kénosis o el anonadamiento de Cristo. Todos enfatizan cuan
peligrosa es la soberbia y cuan necesaria es la humildad. Los oponentes de
Jesús en el Evangelio, los desterrados de Israel en Babilonia que el profeta
Ezequiel critica, y ciertos miembros de la comunidad cristiana de Filipos
urgentemente tienen que estar despiertos de las trampas de la soberbia.
ANTÍFONA DE ENTRADA Dn 3, 31. 29. 30. 43. 42
Todo lo que hiciste con nosotros, Señor, es verdaderamente justo,
porque hemos pecado contra ti y hemos desobedecido tus mandatos; pero haz honor
a tu nombre y trátanos conforme a tu inmensa misericordia.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que manifiestas tu poder de una manera admirable sobre todo
cuando perdonas y ejerces tu misericordia, multiplica tu gracia sobre nosotros,
para que, apresurándonos hacia lo que nos prometes, nos hagas partícipes de los
bienes celestiales. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Cuando el pecador se arrepiente, salva su vida.
Del libro del profeta Ezequiel: 18, 25-28
Esto dice el Señor: "Si ustedes dicen: 'No es justo el proceder
del Señor', escucha, casa de Israel: ¿Conque es injusto mi proceder? ¿No es más
bien el proceder de ustedes el injusto?
Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere;
muere por la maldad que cometió. Cuando el pecador se arrepiente del mal que
hizo y practica la rectitud y la justicia, él mismo salva su vida. Si
recapacita y se aparta de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no
morirá". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 24, 4bc-5. 6-7. 8-9.
R/. Descúbrenos, Señor, tus caminos.
Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina.
Tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza. R/.
Acuérdate, Señor, que son eternos tu amor y tu ternura. Según ese amor
y esa ternura, acuérdate de nosotros. R/.
Porque el Señor es recto y bondadoso indica a los pecadores el sendero,
guía por la senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus caminos. R/.
SEGUNDA LECTURA
Tengan los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús.
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses: 2, 1-11
Hermanos: Si alguna fuerza tiene una advertencia en nombre de Cristo,
si de algo sirve una exhortación nacida del amor, si nos une el mismo Espíritu
y si ustedes me profesan un afecto entrañable, llénenme de alegría teniendo
todos una misma manera de pensar, un mismo amor, unas mismas aspiraciones y una
sola alma.
Nada hagan por espíritu de rivalidad ni presunción; antes bien, por
humildad, cada uno considere a los demás como superiores a sí mismo y no busque
su propio interés, sino el del prójimo. Tengan los mismos sentimientos que tuvo
Cristo Jesús.
Cristo, siendo Dios, no consideró que debía aferrarse a las
prerrogativas de su condición divina, sino que, por el contrario, se anonadó a
sí mismo, tomando la condición de siervo, y se hizo semejante a los hombres.
Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo y por obediencia aceptó incluso
la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que
está sobre todo nombre, para que, al nombre de Jesús, todos doblen la rodilla
en el cielo, en la tierra y en los abismos, y todos reconozcan públicamente que
Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 10, 27
R/. Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me
siguen. R/.
EVANGELIO
El segundo hijo se arrepintió y fue. Los publicanos y las prostitutas
se les han adelantado en el Reino de Dios.
Del santo Evangelio según san Mateo: 21, 28-32
En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del
pueblo: "¿Qué opinan de esto? Un hombre que tenía dos hijos fue a ver al
primero y le ordenó: 'Hijo, ve a trabajar hoy en la viña'. Él le contestó: 'Ya
voy, señor', pero no fue. El padre se dirigió al segundo y le dijo lo mismo.
Éste le respondió: 'No quiero ir', pero se arrepintió y fue. ¿Cuál de los dos
hizo la voluntad del padre?". Ellos le respondieron: "El
segundo".
Entonces Jesús les dijo: "Yo les aseguro que los publicanos y las
prostitutas se les han adelantado en el camino del Reino de Dios. Porque vino a
ustedes Juan, predicó el camino de la justicia y no le creyeron; en cambio, los
publicanos y las prostitutas sí le creyeron; ustedes, ni siquiera después de
haber visto, se han arrepentido ni han creído en él". Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es
una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, por todos los hombres y por todas sus necesidades,
para que a nadie falte nunca la ayuda de nuestra caridad y digamos: Te rogamos,
Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
Para que el Señor vivifique su Iglesia y le conceda santos y numerosos
ministros que iluminen y santifiquen a los fieles, roguemos al Señor.
Para que Dios conceda a los gobernantes el deseo de ser justos e
infunda en los responsables de los pueblos el sentido de la unidad de la
familia humana, roguemos al Señor.
Para que los que buscan a Dios sinceramente encuentren la verdad que
desean y, habiéndola encontrado, descansen contemplándola, roguemos al Señor.
Para que el Señor perdone nuestras culpas, no permita que recaigamos en
el pecado y nos libre de una muerte imprevista, roguemos al Señor.
Dios nuestro, siempre dispuesto a acoger a los publicanos y pecadores
que se convierten y se proponen actuar con justicia y con bondad, escucha las
oraciones de tu pueblo y danos un sincero espíritu de penitencia, para que,
teniendo los sentimientos propios de Cristo, podamos alcanzar la paz y el
perdón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Dios misericordioso, que nuestra ofrenda te sea aceptable y
que por ella quede abierta para nosotros la fuente de toda bendición. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Restauración universal en Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y
eterno, por Cristo nuestro Señor, a quien hiciste fundamento de todo y de cuya
plenitud quisiste que participáramos todos. El cual, siendo Dios, se anonadó a
sí mismo y, por su sangre derramada en la cruz, puso en paz todas las cosas. Y
así, constituido Señor del universo, es fuente de salvación eterna para cuantos
creen en Él. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros
celestiales cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo…
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 118, 49-50
Recuerda, Señor, la promesa que le hiciste a tu siervo, ella me infunde
esperanza y consuelo en mi dolor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que este misterio celestial renueve, Señor, nuestro cuerpo y nuestro
espíritu, para que seamos coherederos en la gloria de aquel cuya muerte, al
anunciarla, la hemos compartido. El, que vive y reina por los siglos de los
siglos.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20231001
La Biblia frecuentemente proclama que "el temor del Señor es el
principio de la sabiduría" (Prov 9, 10), refiriéndose, por supuesto, no al
terror de Dios sino a una actitud de humildad. Así mismo, considera muchas
veces que el vicio opuesto de la humildad, que es la soberbia, es el principio
de la necedad, es decir, del pecado (véase, por ejemplo, Prov 19,23; Rom 12,
16; y 2 Cor 10, 17-18). Claro que la soberbia no quiere decir no a una
autoestima saludable, sino a una estima inflada de uno mismo. Entendido así,
este exceso aleja a una persona de una percepción justa de la realidad, la
ciega a sus faltas y a los logros de los demás, con hambre de cumplidos y
alabanzas, y la hace creerse auto suficiente. En la vida de la fe, la soberbia
es fatal porque nos cierra a Dios.
viernes, 22 de septiembre de 2023
EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20230924
EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA
«Hay otra vendimia espiritual en
la que Dios goza ante el fruto de su viña. Nosotros damos culto a Dios, y Dios
nos cultiva a nosotros. Nos cultiva igual que un agricultor cultiva a su campo.
El hecho de que él nos cultive nos hace mejores, porque también el agricultor
con el cultivo mejora su campo ... El cultivo que él realiza en nosotros
consiste en que no cesa de extirpar con su palabra la mala semilla de nuestros
corazones, de abrir nuestro corazón con su palabra como con un arado, de
plantar las semillas de los preceptos y de esperar el fruto de la piedad. Si
aceptamos en nuestro corazón este cultivo de forma que le demos culto, no somos
ingratos para con nuestro agricultor, sino que le pagamos con el fruto que le
agrada. Y este nuestro fruto no le enriquece a él, pero a nosotros nos hace más
dichosos. Escuchad que, como he dicho, Dios nos cultiva a nosotros. Que
nosotros tributamos culto a Dios no es necesario que os lo demuestre. En
efecto, toda persona tiene en la boca que los hombres dan culto a Dios. En
cambio, que Dios cultiva a los hombres es algo que casi asusta a quien lo oye,
puesto que no es habitual decir que Dios cultiva a los hombres, sino que los
hombres dan culto a Dios. Debo, pues, demostraras que también Dios cultiva a
los hombres, no sea que se piense que he empleado una palabra poco afortunada y
alguno discuta conmigo en su interior y, desconociendo lo que he dicho, me
reprenda. Lo que me he propuesto demostraras a vosotros es esto: que también
Dios nos cultiva; pero ya dije: para hacemos mejores, como al campo. Dice el
Señor en el Evangelio: Yo soy la vid y vosotros los sarmientos ... y mi Padre,
el agricultor. ¿Qué hace el agricultor? Os lo pregunto a vosotros que sois
hombres del campo. Pienso que cultiva el campo. Por lo tanto, si Dios Padre es
agricultor, tiene un campo que cultivar del que espera el fruto» (San Agustín
[354-430). Sermón 87).
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20230924
En 1991, cuando la Unión Soviética se disolvió, algunos proclamaron que la manera de vida de las potencias económicas y políticas del Occidente había triunfado y que, desde ese momento, existía un solo modo de pensar, una perspectiva válida, un pensamiento único. Esto es un ejemplo de cómo los poderosos intentan dominar a los demás, buscando imponer su manera de entender la vida como si fuera el sentido común. Los cristianos siempre debemos ser críticos acerca de estos intentos epistémicos, estos intentos de controlar nuestro modo de entender. Tenemos muchas herramientas que nos pueden ayudar a revelar la verdad de estos intentos y pensar según la manera de Dios, a saber, el don de la razón humana, una tradición eclesial de muchos siglos y mucha riqueza, nuestras comunidades con su sabiduría, nuestros líderes, y también la Palabra de Dios.
DOMINGO XXV DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A Domingo 24 de septiembre 2023
MIS PLANES ESTÁN POR ENCIMA DE LOS DE USTEDES
Is 55, 6-9; Sal 144; Flp 1, 20-24. 27; Mt 20, 1-16
A los escritores bíblicos les encanta discutir lo que los exégetas han
llamado la inversión de valores: Dios tiene su propia manera de pensar,
exaltando lo que la sociedad humana desprecia y despreciando lo que la sociedad
humana aprecia. Es precisamente sobre esta inversión lo que meditan hoy
nuestras lecturas. En Isaías, los exiliados en Babilonia dudan volver a
Jerusalén, aterrados por las dificultades del viaje y enamorados de su vida en
el exilio. A ellos Dios proclama que "mis planes no son como los de
ustedes" (v. 8), e intenta animarlos a salir del exilio. En la Carta a los
filipenses, san Pablo trata acerca de por qué la muerte, temida como un fracaso
por muchos, puede ser una ganancia. La parábola que narra Jesús en el Evangelio
rechaza la meritocracia amada por la sociedad humana y ensalza la gratuidad que
Dios ama.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Yo soy la salvación de mi pueblo, dice el Señor. Los escucharé cuando
me llamen en cualquier tribulación, y siempre seré su Dios.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que has hecho del amor a ti y a los hermanos la plenitud de
todo lo mandado en tu santa ley, concédenos que, cumpliendo tus mandamientos,
merezcamos llegar a la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes.
Del libro del profeta Isaías: 55, 6-9
Busquen al Señor mientras lo pueden encontrar, invóquenlo mientras está
cerca; que el malvado abandone su camino, y el criminal sus planes; que regrese
al Señor, y él tendrá piedad; a nuestro Dios, que es rico en perdón.
Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, sus caminos no son
mis caminos, dice el Señor. Porque así como aventajan los cielos a la tierra,
así aventajan mis caminos a los de ustedes y mis pensamientos a sus
pensamientos".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 144, 2-3. 8-9.17-18.
R/. Bendeciré al Señor eternamente.
Un día tras otro bendeciré tu nombre y no cesará mi boca de alabarte.
Muy digno de alabanza es el Señor, por ser su grandeza incalculable. R/.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso
para perdonar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende a todas
sus creaturas. R/.
Siempre es justo el Señor en sus designios y están llenas de amor todas
sus obras. No está lejos de aquellos que lo buscan; muy cerca está el Señor, de
quien lo invoca. R/.
SEGUNDA LECTURA
Para mí, la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia.
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses: 1, 20-24. 27
Hermanos: Ya sea por mi vida, ya sea por mi muerte, Cristo será
glorificado en mí. Porque para mí, la vida es Cristo, y la muerte, una
ganancia. Pero si el continuar viviendo en este mundo me permite trabajar
todavía con fruto, no sabría yo qué elegir.
Me hacen fuerza ambas cosas: por una parte, el deseo de morir y estar
con Cristo, lo cual, ciertamente, es con mucho lo mejor; y por la otra, el de
permanecer en vida, porque esto es necesario para el bien de ustedes. Por lo
que a ustedes toca, lleven una vida digna del Evangelio de Cristo. Palabra de
Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Hechos 16, 14
R/. Aleluya, aleluya.
Abre, Señor, nuestros corazones, para que aceptemos las palabras de tu
Hijo. R/.
EVANGELIO
¿Vas a tenerme rencor porque yo soy bueno?
Del santo Evangelio según san Mateo: 20, 1-16
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: "El
Reino de los cielos es semejante a un propietario que, al amanecer, salió a
contratar trabajadores para su viña. Después de quedar con ellos en pagarles un
denario por día, los mandó a su viña. Salió otra vez a media mañana, vio a unos
que estaban ociosos en la plaza y les dijo: 'Vayan también ustedes a mi viña y
les pagaré lo que sea justo'. Salió de nuevo a medio día y a media tarde e hizo
lo mismo.
Por último, salió también al caer la tarde y encontró todavía a otros
que estaban en la plaza y les dijo: '¿Por qué han estado aquí todo el día sin
trabajar?'. Ellos le respondieron: 'Porque nadie nos ha contratado'. Él les
dijo: 'Vayan también ustedes a mi viña'.
Al atardecer, el dueño de la viña le dijo a su administrador: 'Llama a
los trabajadores y págales su jornal, comenzando por los últimos hasta que
llegues a los primeros'. Se acercaron, pues, los que habían llegado al caer la
tarde y recibieron un denario cada uno.
Cuando les llegó su turno a los primeros, creyeron que recibirían más;
pero también ellos recibieron un denario cada uno. Al recibirlo, comenzaron a
reclamarle al propietario, diciéndole: 'Esos que llegaron al último sólo
trabajaron una hora, y sin embargo, les pagas lo mismo que a nosotros, que
soportamos el peso del día y del calor'.
Pero él respondió a uno de ellos: 'Amigo, yo no te hago ninguna
injusticia. ¿Acaso no quedamos en que te pagaría un denario? Toma, pues, lo
tuyo y vete. Yo quiero darle al que llegó al último lo mismo que a ti. ¿Qué no
puedo hacer con lo mío lo que yo quiero? ¿O vas a tenerme rencor porque yo soy
bueno?'. De igual manera, los últimos serán los primeros, y los primeros, los
últimos". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino
no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede
del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y
gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa,
católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, por todos los hombres y por todas sus necesidades,
para que nunca falte a nadie la ayuda de nuestro amor y digamos: Te rogamos,
Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
Por el santo Padre, el Papa N., por nuestro obispo N., y por todos los
demás obispos, por los presbíteros y diáconos; para que cuiden santamente el
pueblo que tienen encomendado, roguemos al Señor.
Por los jefes de Estado y por los demás gobernantes, por los
responsables del bien común y por los que tienen en sus manos las riquezas del
mundo; para que fomenten la justicia, el bienestar, la paz y la libertad,
roguemos al Señor.
Por los que padecen hambre u otras necesidades, por los que están
enfermos o se sienten oprimidos, por los que añoran la patria o viven lejos de
sus familias y de sus hogares; para que experimenten el consuelo y la fortaleza
de Dios, roguemos al Señor.
Para que Dios nos conceda el gozo del Espíritu, y el perdón de los
pecados, la perseverancia en la fe y en las buenas obras y la salvación eterna
de nuestras almas, roguemos al Señor.
Padre justo y lleno de bondad, que das a los primeros lo mismo que a
los últimos, escucha nuestras oraciones y haz que comprendamos que, como el
cielo aventaja a la tierra, así tus caminos aventajan a los nuestros y que es
un gran honor haber sido llamados, desde el amanecer, a trabajar en tu viña.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta benignamente, Señor, los dones de tu pueblo, para que recibamos,
por este sacramento celestial, aquello mismo que el fervor de nuestra fe nos
mueve a proclamar. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
La alabanza, don de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno. Pues, aunque no necesitas de nuestra alabanza, es don tuyo que seamos
agradecidos; y aunque nuestras bendiciones no aumentan tu gloria, nos
aprovechan para nuestra salvación. Por Cristo nuestro Señor. Por eso unidos a
los ángeles, te aclamamos llenos de alegría.
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 118, 4-5
Tú promulgas tus preceptos para que se observen con exactitud. Ojalá
que mi conducta se ajuste siempre, al cumplimiento de tu voluntad.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
A quienes alimentas, Señor, con tus sacramentos, confórtanos con tu
incesante ayuda, para que en estos misterios recibamos el fruto de la redención
y la conversión de nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
viernes, 15 de septiembre de 2023
EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20230917
«Sirvamos a Cristo en los pobres.
Dichosos los misericordiosos -dice la Escritura-, porque ellos alcanzarán
misericordia. No es, por cierto, la misericordia una de las últimas
bienaventuranzas. Dice el salmo: Dichoso el que cuida del pobre y desvalido. Y
de nuevo: dichoso el que se apiada y presta. Y en otro lugar: El justo a diario
se compadece y da prestado. Tratemos de alcanzar la bendición, de merecer que
nos llamen dichosos: seamos benignos. Que ni siquiera la noche interrumpa tus
quehaceres de misericordia. No digas: Vuelve, que mañana te ayudaré. Que nada
se interponga entre tu propósito y su realización. Porque las obras de caridad
son las únicas que no admiten demora. Parte tu pan con el hambriento, hospeda a
los pobres sin techo, y no dejes de hacerlo con jovialidad y presteza. Quien
reparte la limosna -dice el Apóstol- que lo haga con agrado; pues todo lo que
sea prontitud hace que se te doble la gracia del beneficio que has hecho.
Porque lo que se lleva a cabo con una disposición de ánimo triste y forzada no
merece gratitud ni tiene nobleza. De manera que, cuando hacemos el bien, hemos
de hacerlo, no tristes, sino con alegría. Si dejas libres a los oprimidos y
rompes todas las cadenas, dice la Escritura; o sea, si procuras alejar de tu
prójimo sus sufrimientos, sus pruebas, la incertidumbre de su futuro, toda
murmuración contra él, ¿qué piensas que va a ocurrir? Algo grande y admirable.
Un espléndido premio. Escucha: Entonces romperá tu luz como la aurora, te
abrirá camino la justicia. ¿Y quién no anhela la luz y la justicia?»
(San Gregorio Nacianceno
[329-390]. Sermón 14,38.40).
DOMINGO XXIV DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo C Domingo 17 de septiembre 2023
LA VENGANZA ES INCOMPATIBLE CON NUESTRA FE
Sir 27,30-28-28,9; Sal 102; Rom 14,7-9; Mt 18,21-35
En la antigüedad, la venganza era una práctica común. De acuerdo con
Homero en la Ilíada, la venganza fue el motivo de la guerra troyana, ya que
Menelao, rey de Esparta, quiso vengarse de los troyanos por raptar a su mujer,
la bella Helena. La mitología griega tuvo diosas llamadas Erinias, cuyo único
oficio fue el de vengarse de los impíos. De acuerdo con los antropólogos, la
venganza fue percibida por los antiguos como una herramienta útil para mantener
el respeto y la paz en sus sociedades jerarquizadas y violentas. También la
Biblia, en sus primeros escritos, aprobó la venganza, por ejemplo, en la
institución del goel (véase Núm 35, 9-30). Pero en la literatura sapiencial,
como vemos en nuestra primera lectura, la venganza es criticada. Jesús la
rechaza totalmente en el Evangelio y antes pide que se ore por los enemigos en
lugar de vengarse.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sir 36, 18
Concede, Señor, la paz a los que esperan en ti, y cumple así las
palabras de tus profetas; escucha las plegarias de tu siervo, y de tu pueblo
Israel.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, creador y soberano de todas las cosas, vuelve a nosotros
tus ojos y concede que te sirvamos de todo corazón, para que experimentemos los
efectos de tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Perdona la ofensa a tu prójimo para obtener tú el perdón.
Del libro del Sirácide (Eclesiástico): 27, 33-28, 9
Cosas abominables son el rencor y la cólera; sin embargo, el pecador se
aferra a ellas. El Señor se vengará del vengativo y llevará rigurosa cuenta de
sus pecados.
Perdona la ofensa a tu prójimo, y así, cuando pidas perdón, se te
perdonarán tus pecados. Si un hombre le guarda rencor a otro, le puede acaso
pedir la salud al Señor?
El que no tiene compasión de un semejante, ¿cómo pide perdón de sus
pecados? Cuando el hombre que guarda rencor pide a Dios el perdón de sus
pecados, ¿hallará quien interceda por él?
Piensa en tu fin y deja de odiar, piensa en la corrupción del sepulcro
y guarda los mandamientos.
Ten presentes los mandamientos y no guardes rencor a tu prójimo.
Recuerda la alianza del Altísimo y pasa por alto las ofensas.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 102,1-2.3-4.9-10.11-12.
R/. El Señor es compasivo y misericordioso.
Bendice al Señor, alma mía; que todo mi ser bendiga su santo nombre.
Bendice al Señor, alma mía y no te olvides de sus beneficios. R/.
El Señor perdona tus pecados y cura tus enfermedades; él rescata tu
vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura. R/.
El Señor no nos condena para siempre, ni nos guarda rencor perpetuo. No
nos trata como merecen nuestras culpas, ni nos paga según nuestros pecados. R/.
Como desde la tierra hasta el cielo, así es de grande su misericordia;
como un padre es compasivo con sus hijos, así es compasivo el Señor con quien
lo ama. R/.
SEGUNDA LECTURA
En la vida y en la muerte somos del Señor.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 14, 7-9
Hermanos: Ninguno de nosotros vive para sí mismo, ni muere para sí
mismo. Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos.
Por lo tanto, ya sea que estemos vivos o que hayamos muerto, somos del Señor.
Porque Cristo murió y resucitó para ser Señor de vivos y muertos. Palabra de
Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 13, 34
R/. Aleluya, aleluya.
Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los unos a los
otros, como yo los he amado. R/.
EVANGELIO
No te digo que perdones siete veces, sino hasta setenta veces siete.
Del santo Evangelio según san Mateo: 18, 21-35
En aquel tiempo, Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: "Si mi
hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete
veces?". Jesús le contestó: "No sólo hasta siete, sino hasta setenta
veces siete".
Entonces Jesús les dijo: "El Reino de los cielos es semejante a un
rey que quiso ajustar cuentas con sus servidores. El primero que le presentaron
le debía muchos millones. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo
vendieran a él, a su mujer, a sus hijos y todas sus posesiones, para saldar la
deuda. El servidor, arrojándose a sus pies, le suplicaba, diciendo: 'Ten
paciencia conmigo y te lo pagaré todo'. El rey tuvo lástima de aquel servidor,
lo soltó y hasta le perdonó la deuda.
Pero, apenas había salido aquel servidor, se encontró con uno de sus
compañeros, que le debía poco dinero.
Entonces lo agarró por el cuello y casi lo estrangulaba, mientras le
decía: 'Págame lo que me debes'. El compañero se le arrodilló y le rogaba: 'Ten
paciencia conmigo y te lo pagaré todo'. Pero el otro no quiso escucharlo, sino
que fue y lo metió en la cárcel hasta que le pagara la deuda.
Al ver lo ocurrido, sus compañeros se llenaron de indignación y fueron
a contar al rey lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: 'Siervo
malvado. Te perdoné toda aquella deuda porque me lo suplicaste. ¿No debías tú
también haber tenido compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?'.
Y el señor, encolerizado, lo entregó a los verdugos para que no lo soltaran
hasta que pagara lo que debía.
Pues lo mismo hará mi Padre celestial con ustedes, si cada cual no
perdona de corazón a su hermano". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino
no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede
del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y
gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa,
católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Imploremos, hermanos, la misericordia de Dios y pidámosle que escuche
las oraciones de los que hemos puesto nuestra confianza en él y digámosle: Te
rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
Para los obispos, los presbíteros y los diáconos s pidamos al Señor una
vida santa, tal como corresponde a su ministerio y el premio abundante de su
trabajo, roguemos al Señor.
Para los que gobiernan las naciones y tienen bajo su poder el destino
de los pueblos pidamos el don de la prudencia y el espíritu de justicia,
roguemos al Señor.
Para los enfermos e impedidos pidamos al Señor la fortaleza necesaria a
fin de que no se desanimen ante las dificultades y vivan alegres en la
esperanza de los bienes eternos, roguemos al Señor.
Para nosotros mismos y para nuestros familiares, amigos y bienhechores
pidamos al Señor que nos conserve y aumente los bienes que con tanta
generosidad nos ha concedido, roguemos al Señor.
Señor Dios, compasivo y misericordioso, que siempre perdonas a los que
perdonan a sus hermanos, escucha nuestras oraciones y crea en nosotros un
corazón nuevo, que, como reflejo de Cristo, olvide las ofensas recibidas y
recuerde a los demás hasta qué punto tú nos amas. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Sé propicio, Señor, a nuestras plegarias y acepta benignamente estas
ofrendas de tus siervos, para que aquello que cada uno ofrece en honor de tu
nombre aproveche a todos para su salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Alabanza a Dios por la creación y la redención del hombre
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno. Pues por medio de tu amado Hijo, eres el creador del género humano y
también el autor bondadoso de la nueva creación. Por eso, con razón te sirven
todas las criaturas, con justicia te alaban todos los redimidos y unánimes te
bendicen tus santos. Con ellos, también nosotros, a una con los ángeles,
cantamos tu gloria gozosos diciendo:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 35, 8
Señor Dios, qué preciosa es tu misericordia. Por eso los hombres se
acogen a la sombra de tus alas.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el efecto de este don celestial, Señor, transforme nuestro cuerpo y
nuestro espíritu, para que sea su fuerza, y no nuestro sentir, lo que siempre
inspire nuestras acciones. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20230917
La venganza está todavía viva en nuestra sociedad, aun cuando decimos que somos cristianos. De hecho, en los tiempos recientes hemos encontrado nuevos modos de vengarnos, utilizando los medios sociales para propagar chismes contra los que nos han ofendido y distribuyendo en Internet fotografías y videos embarazosos de nuestros supuestos enemigos. Sin embargo, la venganza es una trampa. Pide mucho esfuerzo. Consume nuestro tiempo. Nos paraliza dentro de una mentalidad cerrada y furiosa. Nunca es suficiente y crea un círculo vicioso de actos violentos. En pocas palabras, nos encarcela en nuestro odio. En la parábola que Jesús pronuncia en el Evangelio (Mt 18, 21-35), el siervo despiadado arroja a la cárcel a su compañero, pero es el siervo mismo quien está verdaderamente encarcelado en su propia furia. Sólo el perdón nos libera de esta cárcel.
viernes, 8 de septiembre de 2023
DOMINGO XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A Domingo 10 de septiembre 2023
"SI TU HERMANO TE OFENDE”