IV Domingo de Cuaresma Ciclo A
Domingo 26 de marzo 2017
SOY LA LUZ DEL MUNDO
Las dos lecturas, tanto la de Samuel como la del Evangelio
de Juan, pueden conectarse de manera concreta. El tema de la ceguera o la
percepción incompleta de la realidad está presente en ambos relatos. Por una
parte, tenemos a Samuel que se encandila con la estatura y la hermosa
apariencia de los hermanos mayores de David; por otra parte, está la mirada de
Dios, que penetra en el interior de las personas. En el Evangelio de san Juan,
Jesús devuelve la vista a un limosnero ciego. La escena de la curación pone de
manifiesto la existencia de otro tipo de ceguera. Los dirigentes religiosos de
Israel están obsesionados con el cumplimiento del sábado y con las enseñanzas
de Moisés y no son sensibles al sufrimiento enorme de un ciego de nacimiento.
Tan alterada estaba su percepción, que echaron de la sinagoga al ciego porque
les resultaba insoportable su habilidad para reconocer la presencia novedosa de
Dios en las curaciones realizadas por Jesús.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 66, 10-11
Alégrate, Jerusalén, y que se reúnan cuantos te aman.
Compartan su alegría los que estaban tristes, vengan a saciarse con su
felicidad.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que por tu Palabra realizas admirablemente la
reconciliación del género humano, concede al pueblo cristiano prepararse con
generosa entrega y fe viva a celebrar las próximas fiestas de la Pascua. Por
nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
David es ungido como rey de Israel.
Del primer libro de Samuel: 16, 1. 6-7. 10-13
En aquellos días, dijo el Señor a Samuel: "Ve a la casa
de Jesé, en Belén, porque de entre sus hijos me he escogido un rey. Llena,
pues, tu cuerno de aceite para ungirlo y vete".
Cuando llegó Samuel a Belén y vio a Eliab, el hijo mayor de
Jesé, pensó: "Éste es, sin duda, el que voy a ungir como rey". Pero
el Señor le dijo: "No te dejes impresionar por su aspecto ni por su gran
estatura, pues yo lo he descartado, porque yo no juzgo como juzga el hombre. El
hombre se fija en las apariencias, pero el Señor se fija en los
corazones".
Así fueron pasando ante Samuel siete de los hijos de Jesé;
pero Samuel dijo: "Ninguno de éstos es el elegido del Señor". Luego
le preguntó a Jesé: "¿Son éstos todos tus hijos?" Él respondió:
"Falta el más pequeño, que está cuidando el rebaño".
Samuel le dijo: "Hazlo venir, porque no nos sentaremos
a comer hasta que llegue". Y Jesé lo mandó llamar.
El muchacho era rubio, de ojos vivos y buena presencia.
Entonces el Señor dijo a Samuel: "Levántate y úngelo, porque éste
es". Tomó Samuel el cuerno con el aceite y lo ungió delante de sus
hermanos. A partir de aquel día, el espíritu del Señor estuvo con David.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 22, 1-3a. 3h-4. 5. 6
R/. El Señor es mi pastor, nada me faltará.
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me
hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas.
R/.
Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero
recto; así, aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás conmigo.
Tu vara y tu cayado me dan seguridad. R/.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios;
me unges la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes. R/.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de
mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin término. R/.
SEGUNDA LECTURA
Levántate de entre los muertos y Cristo será tu luz.
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 5, 8-14
Hermanos: En otro tiempo ustedes fueron tinieblas, pero
ahora, unidos al Señor, son luz. Vivan, por lo tanto, como hijos de la luz. Los
frutos de la luz son la bondad, la santidad y la verdad. Busquen lo que es
agradable al Señor y no tomen parte en las obras estériles de los que son
tinieblas.
Al contrario, repruébenlas abiertamente; porque, si bien las
cosas que ellos hacen en secreto da vergüenza aun mencionarlas, al ser
reprobadas abiertamente, todo queda en claro, porque todo lo que es iluminado
por la luz se convierte en luz. Por eso se dice: Despierta, tú que duermes;
levántate de entre los muertos y Cristo será tu luz. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 8, 12
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue
tendrá la luz de la vida. R/.
EVANGELIO
Fue, se lavó y volvió con vista.
Del santo Evangelio según san Juan: 9, 1-41
En aquel tiempo, Jesús vio al pasar a un ciego de
nacimiento, y sus discípulos le preguntaron: "Maestro, ¿quién pecó para
que éste naciera ciego, él o sus padres?" Jesús respondió: "Ni él
pecó, ni tampoco sus padres. Nació así para que en él se manifestaran las obras
de Dios. Es necesario que yo haga las obras del que me envió, mientras es de
día, porque luego llega la noche y ya nadie puede trabajar. Mientras esté en el
mundo, yo soy la luz del mundo".
Dicho esto, escupió en el suelo, hizo lodo con la saliva, se
lo puso en los ojos al ciego y le dijo: "Ve a lavarte en la piscina de
Siloé" (que significa 'Enviado').
Él fue, se lavó y volvió con vista. Entonces los vecinos y
los que lo habían visto antes pidiendo limosna, preguntaban:
"¿No es éste el que se sentaba a pedir limosna?"
Unos decían: "Es el mismo". Otros: "No es él, sino que se le
parece". Pero él decía: "Yo soy". Y le preguntaban:
"Entonces, ¿cómo se te abrieron los ojos?" Él les respondió: "El
hombre que se llama Jesús hizo lodo, me lo puso en los ojos y me dijo: 'Ve a
Siloé y lávate'. Entonces fui, me lavé y comencé a ver". Le preguntaron:
"¿En dónde está él?" Les contestó: "No lo sé".
Llevaron entonces ante los fariseos al que había sido ciego.
Era sábado el día en que Jesús hizo lodo y le abrió los ojos. También los
fariseos le preguntaron cómo había adquirido la vista. Él les contestó:
"Me puso lodo en los ojos, me lavé y veo".
Algunos de los fariseos comentaban: "Ese hombre no
viene de Dios, porque no guarda el sábado". Otros replicaban: "¿Cómo
puede un pecador hacer semejantes prodigios?" Y había división entre
ellos. Entonces volvieron a preguntarle al ciego: "Y tú, ¿qué piensas del
que te abrió los ojos?" Él les contestó: "Que es un profeta".
Pero los judíos no creyeron que aquel hombre, que había sido
ciego, hubiera recobrado la vista. Llamaron, pues, a sus padres y les
preguntaron: "¿Es éste su hijo, del que ustedes dicen que nació ciego?
¿Cómo es que ahora ve?" Sus padres contestaron: "Sabemos que éste es
nuestro hijo y que nació ciego. Cómo es que ahora veo quién le haya dado la
vista, no lo sabemos. Pregúntenselo a él; ya tiene edad suficiente y responderá
por sí mismo". Los padres del que había sido ciego dijeron esto por miedo
a los judíos, porque éstos ya habían convenido en expulsar de la sinagoga a
quien reconociera a Jesús como el Mesías. Por eso sus padres dijeron: 'Ya tiene
edad; pregúntenle a él'.
Llamaron de nuevo al que había sido ciego y le dijeron:
"Da gloria a Dios. Nosotros sabemos que ese hombre es pecador".
Contestó él: "Si es pecador, yo no lo sé; sólo sé que yo era ciego y ahora
veo". Le preguntaron otra vez: "¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los
ojos?" Les contestó: "Ya se lo dije a ustedes y no me han dado
crédito. ¿Para qué quieren oírlo otra vez? ¿Acaso también ustedes quieren
hacerse discípulos suyos?" Entonces ellos lo llenaron de insultos y le
dijeron: "Discípulo de ése lo serás tú. Nosotros somos discípulos de
Moisés. Nosotros sabemos que a Moisés le habló Dios. Pero ése, no sabemos de
dónde viene".
Replicó aquel hombre: "Es curioso que ustedes no sepan
de dónde viene y, sin embargo, me ha abierto los ojos. Sabemos que Dios no
escucha a los pecadores, pero al que lo teme y hace su voluntad, a ése sí lo
escucha. Jamás se había oído decir que alguien abriera los ojos a un ciego de
nacimiento. Si éste no viniera de Dios, no tendría ningún poder". Le
replicaron: "Tú eres puro pecado desde que naciste, ¿cómo pretendes darnos
lecciones?" Y lo echaron fuera.
Supo Jesús que lo habían echado fuera, y cuando lo encontró,
le dijo: "¿Crees tú en el Hijo del hombre?" Él contestó: "¿Y
quién es, Señor, para que yo crea en él?" Jesús le dijo: "Ya lo has
visto; el que está hablando contigo, ése es". Él dijo: "Creo,
Señor". Y postrándose, lo adoró.
Entonces le dijo Jesús: "Yo he venido a este mundo para
que se definan los campos: para que los ciegos vean, y los que ven queden
ciegos". Al oír esto, algunos fariseos que estaban con él le preguntaron:
"¿Entonces, también nosotros estamos ciegos?" Jesús les contestó:
"Si estuvieran ciegos, no tendrían pecado; pero como dicen que ven, siguen
en su pecado". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por
obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el
poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los
infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y
está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a
juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne
y la vida eterna.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, al Señor, que no desea la muerte del
pecador, sino que se convierta y viva, y pidámosle que tenga misericordia de su
pueblo penitente: (R/. Escúchanos, Señor.)
Para que Dios aumente la fe y fortalezca la voluntad de los
que se preparan a recibir en estos días cuaresmales el sacramento de la
penitencia y les conceda un verdadero arrepentimiento de sus culpas, roguemos
al Señor.
Para que el Señor abra la inteligencia y el corazón de los
incrédulos, de manera que lleguen al conocimiento de la verdad, y en la fe
encuentren aquel descanso que tanto desea su corazón, roguemos al Señor.
Para que Dios conceda su ayuda a los enfermos, a los pobres,
a los que se sienten tentados y a todos aquellos que con su sufrimiento
participan de la cruz de Cristo, roguemos al Señor.
Para que todos nosotros perseveremos en el esfuerzo
cuaresmal y lleguemos, purificados e iluminados, a las fiestas de Pascua que se
acercan, roguemos al Señor.
Dios nuestro, Padre de la luz, que conoces hasta lo más
recóndito de nuestro corazón, no permitas que nos domine el poder de las
tinieblas, antes bien abre nuestros ojos a la luz del Espíritu, para que
podamos ver a aquel que has enviado para iluminar al mundo y creamos únicamente
en él, Jesucristo Señor nuestro. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te presentamos, Señor, llenos de alegría, estas ofrendas
para el sacrificio y pedimos tu ayuda para celebrarlo con fe sincera y
ofrecerlo dignamente por la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Prefacio de Cuaresma I
Significado espiritual de la Cuaresma
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno, por Cristo nuestro Señor. Por Él concedes a tus hijos anhelar, año tras
año, con el gozo de habernos purificado, la solemnidad de la Pascua, para que
dedicados con mayor entrega a la alabanza divina y al amor fraterno, por la
celebración de los misterios que nos dieron nueva vida, lleguemos a ser con
plenitud hijos de Dios. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos
los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo…Prefacio I o II de Cuaresma. pp. 492-493
(493-497).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 9, 11. 38
El Señor me puso lodo sobre los ojos; entonces fui, me lavé,
comencé a ver y creí en Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios, luz que alumbra a todo hombre que viene a este
mundo, ilumina nuestros corazones con el resplandor de tu gracia, para que
podamos siempre pensar lo que es digno y grato a tus ojos y amarte con sincero
corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Protege, Señor, a quienes te invocan, ayuda a los débiles y
reaviva siempre con tu luz a quienes caminan en medio de las tinieblas de la
muerte; concédeles que, liberados por tu bondad de todos los males, alcancen
los bienes supremos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Más de algún estudioso
señala que "casi nadie convence a nadie" y que en la mayoría de los
casos las personas nos aferramos tenazmente a nuestras convicciones personales.
Cuando estas convicciones son de tipo religioso, resulta mayor aún la cerrazón
y la intransigencia, porque pretendemos tener a Dios de nuestro lado, como una
especie de aliado incondicional. La cerrazón de los dirigentes religiosos de
Israel no ha desaparecido en nuestros días. Cambian los motivos y las circunstancias,
pero seguimos observando situaciones de polarización y conflicto entre personas
que defienden formas de entender la familia, las relaciones económicas, la
educación y otras tantas cuestiones sociales de manera muy distinta. La
cerrazón mental brota de la conciencia de sentirse moralmente superior al otro.
Los fariseos descalifican como hereje a Jesús por violentar el sábado y al
ciego que pedía limosna, por descifrar la salvación de Dios con otros
criterios. Las palabras de Jesús son paradójicas pero certeras: "los que
no ven, verán, y los que ven, quedarán ciegos".