Remar Mar Adentro, pretende, como laicos comprometidos, presentar temas de reflexión para vivir el reino de Dios; levantando las anclas en una tarea asumida generosamente. Ricardo Huante Magaña
jueves, 29 de febrero de 2024
DOMINGO III DE CUARESMA Ciclo B Domingo 3 de marzo 2024
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20240303
De acuerdo con el teólogo y exégeta suizo, Oscar Cullmann (1902-1999), un presupuesto tácito yace detrás de todo lo que el Nuevo Testamento enseña: los cristianos viven en un periodo de tensión dialéctica entre lo "ya" y lo "todavía no". Por un lado, Cristo ha resucitado y nos ha redimido (p. ej. Ef 2, 6); por el otro, no hemos todavía resucitado definitivamente (p. ej. 1 Cor 15, 52). Si no comprendemos esta tensión, tergiversamos el mensaje del Nuevo Testamento y viviremos de un modo poco cristiano. Si Cullmann tenía razón, quiere decir que hay signos de la resurrección ya presentes entre nosotros, ofreciéndonos la esperanza en medio de los problemas de la vida. Busquemos tales signos, como por ejemplo la reconciliación entre dos amigos distanciados, actos de amor generosos y la vida que se niega a morir.
EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20240303
«Porque
por el celo de la casa de Dios echó del templo a ésos el Señor, los discípulos
recordaron que está escrito: el celo de tu casa me devora. Hermanos, el celo de
la casa de Dios devore a cada cristiano de entre los miembros de Cristo. ¿A
quién devora el celo de la casa de Dios? A quien procura que se corrija y desea
que se enmiende todo lo defectuoso que quizá viere allí; no descansa; si no
puede enmendado, lo tolera, gime. El grano no se expulsa de la era, soporta a
la paja para entrar en el granero cuando la paja sea separada. Antes que se
abra el granero, tú, si eres grano, no quieras ser expulsado de la era, no sea
que las aves te recojan antes de ser congregado en el granero. En efecto, las
aves del cielo, las potestades aéreas, aguardan a arrebatar de la era algo, y
no arrebatan sino ¡o que haya sido expulsado de allí. Te devore, pues, el celo
de la casa de Dios; devore a cada cristiano el celo de la casa de Dios, casa de
Dios en que es miembro. (...) A tu casa entras por el descanso temporal; a la
casa de Dios entras por el descanso sempiterno. Si, pues, procuras que en tu
casa no suceda algún desorden, en la casa de Dios, donde están servidos
salvación y descanso sin fin, si vieses algún desorden, ¿debes soportarlo, en
cuanto esté de tu parte? Por ejemplo ves a un hermano acudir al teatro? Oponte,
amonéstalo, contrístate, si el celo de la casa de Dios te devora, ¿Ves a otros
correr y querer emborracharse y querer en los lugares santos esto que en ningún
sitio
está bien? Oponte a los que puedas, oponte a los que puedas, aterroriza
a los que puedas, halaga a los que puedas; pero no descanses. ¿Es un amigo? Amonestadlo
suavemente... Haz lo que puedas, según la función que desempeñas, y realizarás
lo del celo de tu casa me devora»
(San Agustín [354-430]. Tratado 10. Evangelio de Juan 9).
viernes, 23 de febrero de 2024
DOMINGO II DE CUARESMA Ciclo B Domingo 25 de febrero 2024
HAY QUE SEGUIR CAMINANDO, CREYENDO Y ESPERANDO
Gén 22, 1-2. 9-13-15-16; Sal 117; Rom 8, 31-34; Mc 9,2-10
Leído desde la historia de las religiones, nuestro capítulo del Génesis
registraría el descubrimiento de que Dios no quiere sacrificios humanos, sino
que exige la sumisión y acepta su expresión en el sacrificio de animales. Pero
el autor define la historia como una "prueba". Por tanto, Abrahán
está expuesto a una prueba importante porque tiene que sacrificar a un hijo que
ama, agarrarse de las promesas de Dios y seguir caminando, creyendo, y
esperando. Es precisamente la necesidad de seguir creyendo y esperando lo que
Jesús intentar imbuir en sus discípulos predilectos por medio de su
transfiguración en el Evangelio de hoy. Este episodio se orienta a que los
discípulos recobren fuerzas ante las duras palabras de Jesús sobre el camino
doloroso del Mesías, camino que ha de ser compartido por sus seguidores
iluminados por la verdadera identidad de Jesús y su destino último.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 24, 6. 3. 22
Mi corazón me habla de ti diciendo: "Busca su rostro". Tu faz
estoy buscando, Señor; no me escondas tu rostro.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios, que nos mandaste escuchar a tu Hijo muy amado, dígnate
alimentamos íntimamente con tu palabra, para que, ya purificada nuestra mirada
interior, nos alegremos en la contemplación de tu gloria. Por nuestro Señor
Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
El sacrificio de nuestro patriarca Abraham.
Del libro del Génesis: 22, 1-2. 9-13. 15-18
En aquel tiempo, Dios le puso una prueba a Abraham y le dijo:
"¡Abraham, Abraham!". El respondió: "Aquí estoy". Y Dios le
dijo: "Toma a tu hijo único, Isaac, a quien tanto amas; vete a la región
de Moria y ofrécemelo en sacrificio, en el monte que yo te indicaré".
Cuando llegaron al sitio que Dios le había señalado, Abraham levantó un
altar y acomodó la leña. Luego ató a su hijo Isaac, lo puso sobre el altar,
encima de la leña, y tomó el cuchillo para degollarlo.
Pero el ángel del Señor lo llamó desde el cielo y le dijo:
"¡Abraham, Abraham!". Él contestó: "Aquí estoy". El ángel
le dijo: "No descargues la mano contra tu hijo, ni le hagas daño. Ya veo
que temes a Dios, porque no le has negado a tu hijo único".
Abraham levantó los ojos y vio un carnero, enredado por los cuernos en
la maleza. Atrapó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo.
El ángel del Señor volvió a llamar a Abraham desde el cielo y le dijo:
"Juro por mí mismo, dice el Señor, que por haber hecho esto y no haberme
negado a tu hijo único, yo te bendeciré y multiplicaré tu descendencia como las
estrellas del cielo y las arenas del mar. Tus descendientes conquistarán las
ciudades enemigas. En tu descendencia serán bendecidos todos los pueblos de la
tierra, porque obedeciste a mis palabras". Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 115, 10. 15, 16-17, 18-19.
R/. Siempre confiaré en el Señor.
Aun abrumado de desgracias, siempre confié en Dios. A los ojos del
Señor es muy penoso que mueran sus amigos. R/.
De la muerte, Señor, me has librado, a mí, tu esclavo e hijo de tu
esclava. Te ofreceré con gratitud un sacrificio e invocaré tu nombre. R/.
Cumpliré mis promesas al Señor ante todo su pueblo, en medio de su
templo santo, que está en Jerusalén. R/.
SEGUNDA LECTURA
Dios nos entregó a su propio Hijo.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 8, 31-34
Hermanos: Si Dios está a nuestro favor, ¿quién estará en contra
nuestra? El que no nos escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos
nosotros, ¿cómo no va a estar dispuesto a dárnoslo todo, junto con su Hijo?
¿Quién acusara a los elegidos de Dios? Si Dios mismo es quien los perdona,
¿quién será el que los condene?
¿Acaso Jesucristo, que murió, resucitó y está a la derecha de Dios para
interceder por nosotros? Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO cfr. Mt 17, 5
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre, que decía:
"Este es mi Hijo amado; escúchenlo". R/.
EVANGELIO
Éste es mi Hijo amado.
Del santo Evangelio según san Marcos: 9, 2-10
En aquel tiempo, Jesús tomó aparte a Pedro, a Santiago y a Juan, subió
con ellos a un monte alto y se transfiguró en su presencia. Sus vestiduras se
pusieron esplendorosamente blancas, con una blancura que nadie puede lograr
sobre la tierra. Después se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con
Jesús.
Entonces Pedro le dijo a Jesús: "Maestro, ¡qué a gusto estamos
aquí! Hagamos tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para
Elías". En realidad no sabía lo que decía, porque estaban asustados.
Se formó entonces una nube, que los cubrió con su sombra, y de esta
nube salió una voz que decía: "Éste es mi Hijo amado; escúchenlo". En
ese momento miraron alrededor y no vieron a nadie sino a Jesús, que estaba solo
con ellos.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó que no contaran a nadie
lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los
muertos. Ellos guardaron esto en secreto, pero discutían entre sí qué querría
decir eso de "resucitar de entre los muertos". Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y
gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder
de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los
infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y
está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a
juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la
carne y la vida eterna.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, al Padre de la misericordia, árbitro de nuestros
actos y Dios que escudriña lo profundo de nuestros corazones, y, con espíritu
contrito, pidámosle que escuche la oración de su pueblo penitente: (R/.
Escúchanos, Señor.)
Para que Dios conceda a sus fieles vivir estos días de Cuaresma con
verdadero espíritu de penitencia y prepararse a celebrar con fruto el
sacramento del perdón. Roguemos al Señor.
Para que quienes se han apartado del camino del bien y han muerto a
causa del pecado escuchen en estos días de Cuaresma la voz del Hijo de Dios y
vivan, roguemos al Señor.
Para que Dios inspire sentimientos de caridad a los que tienen riquezas
y multiplique los bienes de la tierra en bien de todos, roguemos al Señor.
Para que la penitencia cuaresmal aleje de nosotros el amor desordenado
a los bienes visibles y sane nuestra aridez espiritual con el deseo de los
bienes del cielo. Roguemos al Señor.
Señor, Padre santo, que no perdonaste a tu Hijo, sino que lo entregaste
por nosotros, pecadores, escucha nuestras súplicas y fortalécenos en la
obediencia a la fe, para que, siguiendo en todas las huellas de Jesucristo,
seamos transfigurados con él en la luz de la gloria.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te rogamos, Señor, que estos dones borren nuestros pecados y
santifiquen el cuerpo y el alma de tus fieles, para celebrar dignamente las
fiestas pascua1es. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
La transfiguración del Señor.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar; Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno, por Cristo, Señor nuestro. Porque él mismo, después de anunciar su
muerte a los discípulos, les mostró en el monte santo el esplendor de su
gloria, para testimoniar, de acuerdo con la ley y los profetas, que la pasión
es el camino de la resurrección. Por eso, como los ángeles te cantan en el
cielo, así nosotros en la tierra te aclamamos, diciendo sin cesar: Santo,
Santo, Santo ...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 17. 5
Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco; escúchenlo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Al recibir, Señor, este glorioso sacramento, queremos darte gracias de
todo corazón porque así nos permites, desde este mundo, participar ya de los
bienes del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Bendice, Señor, a tus fieles con una bendición perpetua, y haz que de
tal manera acojan el Evangelio de tu Hijo, que puedan debida y felizmente
desear y alcanzar la gloria que él manifestó a los apóstoles. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20240225
Los cristianos hemos sido frecuentemente interrogados sobre las razones de por qué confiamos en una fe que parece tan maravillosa, pero tan extraña para otros. Las razones sobre nuestra esperanza son también importantes. Es fácil perder el ánimo en el camino de la Cuaresma y en momentos de toda la existencia cristiana. Es fácil ceder a la tentación de dejar de esperar en nuestro glorioso destino final y contentamos con la nimiedades y pequeñeces de la vida cotidiana. Esto sería un error. Los seres humanos no somos creados únicamente para vivir dentro de horizontes estrechos. Somos creados para nada menos que la unión con Dios. Consecuentemente, sería un buen ejercicio recordamos las razones de nuestra esperanza. Como sugiere san Pedro: "estén siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que les pida dar razón de su esperanza" (1 Pedro 3, 15).
EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20240225
«El Tabor y el Hermón
exultan de gozo. Hoy se ha escuchado algo que los oídos humanos eran incapaces
de percibir. En efecto, el que aparece como un hombre es proclamado Hijo de
Dios, unigénito, amado y consustancial con el Padre. Verídico es el testimonio;
verdadera es la proclamación: el Padre que lo ha engendrado es el que hace el
anuncio. Que venga aquí David y pulsando la lira del Espíritu de resonancias
divinas, entone ahora con toda claridad las palabras que pronunció antiguamente
al contemplar con ojos puros, y con visión profética la encarnación del Verbo
de Dios: El Tabor y el Hermón exultarán en tu nombre (Sal 89,12). El Hermón
exultó en primer lugar cuando escuchó que el Padre atestiguaba claramente que
Cristo poseía la filiación divina. Esto ocurrió cuando el Precursor, que ocupa
un lugar intermedio entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, salió a bautizar en
el Jordán. Él era una joya escondida en el desierto y fue enviado para mostrar
a todos la luz inaccesible que brillaba en las tinieblas, o sea, en el mundo y
permanecía oculta para los que eran cortos de vista. Así, dentro del río Jordán
el agua de la remisión, sin haber sido previamente purificada, realizaba la
purificación del mundo, cuando, por la voz del Padre que resonaba desde el cielo,
fue declarado su Hijo amado aquel que era bautizado y que, al ser objeto de ese
testimonio, era también señalado por el Espíritu Santo que apareció en forma de
paloma» (San Juan Damasceno [ó76-c. 749]. Sermón sobre la Trasfiguración 3)
miércoles, 14 de febrero de 2024
DOMINGO I DE CUARESMA JORNADA MUNDIAL DE LA INFANCIA MISIONERA Domingo 18 de 2024
EL RIESGO DEL AMOR
Gén 9, 8-15; Sal 24; 1 Pe 3, 18-22; Mc 1, 12-15
Dios es un gran tomador de riesgos. Aun cuando es perfecto y no
necesita nada, Dios toma riesgos. En Génesis, nuestra primera lectura, Dios
toma el riesgo de vivir con la humanidad. No importa que en los capítulos
iniciales de ese libro el mal crecía tanto entre los seres humanos que, en un
momento de ira, Dios quiso lavarse las manos de ellos. Dios toma el riesgo de
establecer una alianza con la humanidad, por medio de Noé, y así vivir con ella
para siempre. Además, toma el riesgo, en el Evangelio, de invitar a la
humanidad a mejorar. No es que a muchas personas les guste oír que deben
cambiar, pero en la persona de Jesús Dios toma el riesgo de anunciarle a la
humanidad que tiene que ser mejor y le muestra cómo, pasando Él mismo por la
tentación.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 90,15-16
Me invocará y yo lo escucharé; lo libraré y lo glorificaré; prolongaré
los días de su vida.
NO SE DICE GLORIA
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso, que, por las prácticas anuales de esta
celebración cuaresmal, progresemos en el conocimiento del misterio de Cristo, y
traduzcamos su efecto en una conducta irreprochable.
Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Pondré mi arco iris en el cielo, como señal de mi alianza con la
tierra.
Del libro del Génesis: 9, 8-15
En aquellos días, dijo Dios a Noé y a sus hijos: "Ahora establezco
una alianza con ustedes y con sus descendientes, con todos los animales que los
acompañaron, aves, ganados y fieras, con todos los que salieron del arca, con
todo ser viviente sobre la tierra. Ésta es la alianza que establezco con
ustedes: No volveré a exterminar la vida con el diluvio ni habrá otro diluvio
que destruya la tierra".
Y añadió: "Ésta es la señal de la alianza perpetua que yo
establezco con ustedes y con todo ser viviente que esté con ustedes: pondré mi
arco iris en el cielo como señal de mi alianza con la tierra, y cuando yo cubra
de nubes la tierra, aparecerá el arco iris y me acordaré de mi alianza con
ustedes y con todo ser viviente. No volverán las aguas del diluvio a destruir
la vida". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 24, 4bc-5ab. 6-7bc. 8-9.
R/. Descúbrenos, Señor, tus caminos.
Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina.
Tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza. R/.
Acuérdate, Señor, que son eternos tu amor y tu ternura. Según ese amor
y esa ternura, acuérdate de nosotros. R/.
Porque el Señor es recto y bondadoso, indica a los pecadores el
sendero, guía por la senda recta a los humildes y descubre a los pobres sus
caminos. R/
SEGUNDA LECTURA
El agua del diluvio es un símbolo del bautismo, que nos salva.
De la primera carta del apóstol san Pedro: 3, 18-22
Hermanos: Cristo murió, una sola vez y para siempre, por los pecados de
los hombres; Él, el justo, por nosotros, los injustos, para llevarnos a Dios;
murió en su cuerpo y resucitó glorificado. En esta ocasión, fue a proclamar su
mensaje a los espíritus encarcelados, que habían sido rebeldes en los tiempos
de Noé, cuando la paciencia de Dios aguardaba, mientras se construía el arca,
en la que unos pocos, ocho personas, se salvaron flotando sobre el agua.
Aquella agua era figura del bautismo, que ahora los salva a ustedes y que no
consiste en quitar la inmundicia corporal, sino en el compromiso de vivir con
una buena conciencia ante Dios, por la resurrección de Cristo Jesús, Señor
nuestro, que subió al cielo y está a la derecha de Dios, a quien están sometidos
los ángeles, las potestades y las virtudes. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 4, 4
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que sale de
la boca de Dios. R/.
EVANGELIO
Fue tentado por Satanás y los ángeles le servían.
Del santo Evangelio según san Marcos: 1, 12-15
En aquel tiempo, el Espíritu impulsó a Jesús a retirarse al desierto,
donde permaneció cuarenta días y fue tentado por Satanás. Vivió allí entre
animales salvajes, y los ángeles le servían.
Después de que arrestaron a Juan el Bautista, Jesús se fue a Galilea
para predicar el Evangelio de Dios y decía: "Se ha cumplido el tiempo y el
Reino de Dios ya está cerca. Conviértanse y crean en el Evangelio".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y
gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder
de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los
infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y
está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a
juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la
carne y la vida eterna.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Intercedamos, amados hermanos, ante la divina clemencia, implorando la
misericordia divina en favor de todos los hombres y suplicando el perdón para
cuantos hemos pecado: (R/. Escúchanos, Señor.)
Para que, en este tiempo de Cuaresma, Dios conceda a todos los fieles
la fuerza necesaria para luchar contra el mal, convertirse de su mala conducta
y retornar al camino del bien, roguemos al Señor.
Para que quienes abundan en bienes de la tierra sepan moderar el uso de
sus propias riquezas en provecho de los necesitados y no vivan absortos en los
bienes de este mundo, roguemos al Señor.
Para que quienes se han alejado de la Iglesia causa de nuestros
escándalos o de nuestra tibieza se reincorporen a la familia de Dios, y a
nosotros el Señor nos perdone el pecado de escándalo, roguemos al Señor.
Para que nuestros corazones lleguen a ser, por medio de la penitencia
cuaresmal, aquella tierra fecunda en la que la Palabra de Dios produce fruto
del ciento por uno, roguemos al Señor.
Señor Dios, paciente y misericordioso, que, a través de las distintas
etapas de la historia, renuevas tu alianza con todas las generaciones, escucha
nuestras súplicas y prepara nuestros corazones a escuchar a tu Hijo amado, para
que, por medio de estos días de penitencia, alcancemos una verdadera conversión
del corazón y renovemos nuestra alianza contigo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Señor, que nos hagas dignos de estos dones que vamos a
ofrecerte, ya que con ellos celebramos el inicio de este santo sacramento
cuaresmal.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO: Las tentaciones de Jesús.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno, por Cristo, Señor nuestro. Porque él mismo, al abstenerse durante
cuarenta días de tomar alimento, consagró la práctica de nuestra penitencia
cuaresmal y, al rechazar las tentaciones del enemigo, nos enseñó a superar la
seducción del pecado, para que, después de celebrar con espíritu renovado el
misterio pascual, pasemos finalmente a la Pascua eterna. Por eso, con los coros
de los ángeles y santos, te cantamos el himno de alabanza, diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo ...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 4, 4
No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que viene de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados, Señor, de este pan celestial que nutre la fe, hace crecer
la esperanza y fortalece la caridad, te suplicamos la gracia de aprender a
sentir hambre de aquel que es el pan vivo y verdadero, y a vivir de toda
palabra que procede de su boca.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Derrama sobre tu pueblo, Señor, la abundancia de tu bendición para que
su esperanza crezca en la adversidad, su virtud se fortalezca en la tentación,
y alcance la redención eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20240218
¿Quién no se ha dado por vencido? ¿Quién no ha
renunciado a mejorar una parte de su vida o buscar una relación más amigable
con un otro o a cambiar un aspecto de la comunidad en que vive? Quizá este es
el momento de tomar el riesgo de intentar mejorar las cosas y de aprender la
virtud de la valentía. De acuerdo con el antiguo filósofo Aristóteles (384-322
a. C.), la valentía es la virtud de tomar riesgos en buena medida. Si tomamos
demasiados riesgos, según el griego, no somos valientes sino imprudentes. Si
tomamos pocos riesgos, no somos valientes sino cobardes. La vida humana
necesita riesgos suficientes, dice el filósofo, y si sabemos cómo tomarlos,
somos valientes. Por lo tanto, si Dios toma el riesgo de ofrecemos el perdón,
¿por qué no tomamos el riesgo de cambiar cada uno?
EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20240218
«Esta cruz no es cruz de solos cuarenta días, sino de toda la vida.
Comenzamos hoy la observancia cuaresmal nuevamente presentada con rito solemne,
con cuya ocasión también a vosotros se os debe una solemne exhortación por
parte nuestra, a fin de que la palabra de Dios presentada por nuestro
ministerio nutra el corazón de quienes ayunan en el cuerpo. De esta suerte el
hombre interior, alimentado con su manjar especial, podrá llevar a término la
maceración del hombre exterior y soportarlo con mayor entereza. Pues es muy
conveniente a nuestra devoción que, quienes nos disponemos a celebrar la pasión
del Señor crucificado ya próxima, nos fabriquemos nosotros mismos la cruz de la
represión de los placeres carnales, como dice el Apóstol: los que son de Cristo
Jesús han crucificado su carne con sus pasiones y deseos. De esta cruz debe
continuamente pender el cristiano durante toda esta vida que discurre en medio
de tentaciones. No es este tiempo de arrancar clavos, de los que se dice en el
salmo: Traspasa mis carnes con los clavos de tu temor. Las carnes son las
concupiscencias carnales; los clavos, los preceptos de la justicia: con estos
clavos nos traspasa el temor de Dios, por cuanto nos crucifica como víctima
aceptable para él. Por eso nuevamente dice el Apóstol: Os exhorto, hermanos,
por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como hostia viva,
santa, agradable a Dios. Es, pues, aquella cruz de la que el siervo de Dios no
se avergüenza, sino que más bien se gloría de ella diciendo: Dios me libre de
gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo...» (San Agustín
[354-430], Sermón 205,1,1)
sábado, 10 de febrero de 2024
DOMINGO VI DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B Domingo 11 de febrero 2024
EXTENDIÓ SU MANO Y LO TOCÓ
Lev 13,1-2.44-46; Sal 31; 1 Cor 10, 31-11.1; Mc 1,40-45
Nuestra lectura del Levítico frecuentemente se interpreta como una
referencia a esa enfermedad conocida como la lepra o el mal de Hansen. En
realidad, se refiere a varias irrupciones visibles en la piel que no pueden
identificarse hoy con seguridad por los médicos expertos. Lo importante es que
tales irrupciones se asumían como violaciones de la integridad del cuerpo y,
por lo tanto, en la mentalidad antigua, justificaban el aislamiento total del
enfermo, sea del culto religioso, sea de la vida social. Una persona mutilada
así no podía estar en comunión con nadie. Jesús rechazó tal actitud. Aún antes
de curarlo, hizo un gesto muy sencillo y profundo: "extendió su mano y lo
tocó" (v. 41). Quizá este gesto es más importante que la cura misma, ya que
restaura al leproso a la comunión con la sociedad y también con Dios.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 30, 3-4
Sírveme de defensa, Dios mío, de roca y fortaleza salvadoras; y pues
eres mi baluarte y mi refugio, acompáñame y guíame.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que prometiste poner tu morada en los corazones rectos y
sinceros, concédenos, por tu gracia, vivir de tal manera que te dignes habitar
en nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
El leproso vivirá solo fuera del campamento.
Del libro del Levítico: 13, 1-2. 44-46
El Señor dijo a Moisés y a Aarón: "Cuando alguno tenga en su carne
una o varias manchas escamosas o una mancha blanca y brillante, síntomas de la
lepra, será llevado ante el sacerdote Aarón o ante cualquiera de sus hijos
sacerdotes. Se trata de un leproso, y el sacerdote lo declarará impuro. El que
haya sido declarado enfermo de lepra, traerá la ropa descosida, la cabeza
descubierta, se cubrirá la boca e irá gritando: ` ¡Estoy contaminado! ¡Soy
impuro!' Mientras le dure la lepra, seguirá impuro y vivirá solo, fuera del
campamento".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 31, 1-2. 5.11
R/. Perdona, Señor, nuestros pecados.
Dichoso aquel que ha sido absuelto de su culpa y su pecado. Dichoso
aquel en el que Dios no encuentra ni delito ni engaño. R/.
Ante el Señor reconocí mi culpa, no oculté mi pecado. Te confesé,
Señor, mi gran delito y tú me has perdonado. R/.
Alégrense con el Señor y regocíjense los justos todos, y todos los
hombres de corazón sincero canten de gozo. R/.
SEGUNDA LECTURA
Sean imitadores míos como yo lo soy de Cristo.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 10, 31-11, 1
Hermanos: Todo lo que hagan ustedes, sea comer, o beber, o cualquier
otra cosa, háganlo todo para gloria de Dios. No den motivo de escándalo ni a
los judíos, ni a los paganos, ni a la comunidad cristiana. Por mi parte, yo
procuro dar gusto a todos en todo, sin buscar mi propio interés, sino el de los
demás, para que se salven. Sean, pues, imitadores míos, como yo lo soy de
Cristo.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 7, 16
R/. Aleluya, aleluya.
Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su
pueblo. R/.
EVANGELIO
Se le quitó la lepra y quedó limpio.
Del santo Evangelio según san Marcos: 1, 40-45
En aquel tiempo, se le acercó a Jesús un leproso para suplicarle de
rodillas: "Si tú quieres, puedes curarme". Jesús se compadeció de él,
y extendiendo la mano, lo tocó y le dijo: "¡Sí quiero: Sana!"
Inmediatamente se le quitó la lepra y quedó limpio.
Al despedirlo, Jesús le mandó con severidad: "No se lo cuentes a
nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu
purificación lo prescrito por Moisés".
Pero aquel hombre comenzó a divulgar tanto el hecho, que Jesús no podía
ya entrar abiertamente en la ciudad, sino que se quedaba fuera, en lugares
solitarios, a donde acudían a Él de todas partes.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino
no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede
del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y
gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa,
católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Imploremos, hermanos, al Dios de la misericordia y pidámosle su ayuda
para poder invocar su nombre con sentimientos que le agraden: (R/. Escúchanos,
Señor.).
Por la paz de todo el mundo, por la prosperidad de las santas Iglesias
y por la unión de todos los hombres, roguemos al Señor.
Por nuestros gobernantes, para que bajo su dirección tengamos una vida
feliz y pacífica, roguemos al Señor.
Por la conservación de la naturaleza, por la abundancia de las cosechas
y por el progreso del mundo, roguemos al Señor.
Por nuestros familiares y amigos que han muerto en la esperanza de la
resurrección, para que Dios les conceda el reposo eterno, roguemos al Señor.
Escucha, Señor, nuestras oraciones, líbranos del pecado que divide y de
las discriminaciones que degradan y haz que sepamos ver siempre en el rostro
del leproso, del pobre y del desvalido la imagen sangrante de Cristo en la
cruz, para que así nos dispongamos a colaborar en la obra de la redención
humana y a proclamar ante los hombres tu misericordia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que esta ofrenda, Señor, nos purifique y nos renueve, y se convierta en
causa de recompensa eterna para quienes cumplimos tu voluntad. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio de la salvación
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación
darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, compadecido del
extravío de los hombres, quiso nacer de la Virgen María; muriendo en la cruz,
nos libró de la muerte eterna y, resucitando, nos dio vida eterna. Por eso, con
los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin
cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo,
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 77, 29-30
El Señor colmó el deseo de su pueblo; no lo defraudó. Comieron y
quedaron satisfechos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Saciados, Señor, por este manjar celestial, te rogamos que nos hagas
anhelar siempre este mismo sustento por el cual verdaderamente vivimos. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20240211
EN COMUNION CON LATRADICION VIVA DE LA IGLESIA 20240211
«Curado, pues el leproso, le mandó el Señor que no dijera nada a nadie, sino que se presentara al sacerdote y ofrecerá el don que Moisés había ordenado en testimonio para ellos. Hay quienes dicen que la razón de mandar el Señor al leproso que no dijera nada a nadie fue para que los sacerdotes no mostraran mala voluntad en la certificación de la curación de la lepra. Suposición absolutamente tonta, pues no limpió el Señor al leproso de modo que cupiera duda sobre su cabal curación. No, la razón de mandarle no decir nada a nadie fue para enseñarnos a no buscar la ostentación y vanagloria. Realmente, bien sabía el Señor que el leproso no le haría ningún caso y que pregonaría a gritos a su bienhechor; sin embargo. Él hizo lo que a Él le tocaba. Entonces me dirás, ¿cómo es que en otra ocasión manda que se publique el milagro? No es que se contradiga a sí mismo. Lo que entonces nos quiso enseñar es que seamos agradecidos (Lc 17,11). Porque tampoco en esa otra ocasión mandó que se le pregonara a sí mismo, sino que se diera gloria a Dios Así, por este leproso quiere el Señor hacernos humildes y sin vanagloria; por el otro, agradecidos y reconocidos; y en uno
y otro caso nos enseña a
que, de cuanto sucede, refiramos toda la gloria al Dueño soberano. Los hombres,
por la mayor parte, se acuerdan de Dios en la enfermedad; pero, apenas se ven libres
de ella, se vuelven tibios. De ahí que Cristo, al mandarnos que, en todo
momento, en salud como en enfermedad, atendamos a Dios, Dueño nuestro, nos
dice: Da gloria a Dios (Jn 17,11)» (San Juan Crisóstomo [c.347-407]. Evangelio
de san Mateo. Homilía 25).
sábado, 3 de febrero de 2024
EN COMUNIÓN CON LATRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20240204
«Fue con Santiago y Juan a la casa de Simón y Andrés. La lectura evangélica de hoy enseña al oyente atento por qué el Señor del cielo y restaurador del universo entró en los hogares terrenos de sus siervos. Aunque nada tiene de extraño que afablemente se haya mostrado cercano a todos, él que con clemencia había venido a socorrerá todos Conocéis ya lo que movió a Cristo a entrar en la casa de Pedro: no ciertamente el placer de recostarse a la mesa, sino la enfermedad de la que estaba en la cama; no la necesidad de comer, sino la oportunidad de curar; la obra del poder divino, no la pompa del banquete humano. En casa de Pedro no se servían vinos, sino que se derramaban lágrimas Por eso entró allí Cristo, no a banquetear, sino a vivificar Dios busca a los hombres, no las cosas de los hombres; desea dispensar bienes celestiales, no aspira a conseguirlos terrenales. En resumen: Cristo vino en busca nuestra, no en busca de nuestras cosas Encontró a la suegra en cama con fiebre. Entrando Cristo en casa de Pedro, vio lo que venía buscando. No se fijó en la calidad de la casa, ni en la afluencia de gente, ni en los ceremoniosos saludos, ni en la reunión familiar; no se detuvo tampoco a observar el decoro de los preparativos: se fijó en los gemidos de la enferma, dirigió su atención al ardor de la que estaba bajo la acción de la fiebre. Vio el peligro de la que estaba más allá de toda esperanza, e inmediatamente pone manos a la obra de su deidad: ni Cristo se sentó a tomar el alimento humano, antes de que la mujer que yacía en cama se levantara a las cosas divinas. La cogió de la mano, y se le pasó la fiebre. Veis cómo abandona la fiebre a quien coge la mano de Cristo. La enfermedad no se resiste, donde el autor de la salud asiste; la muerte no tiene acceso alguno, donde entró el dador de la vida» (San Pedro Crisólogo [380-450] (Sermón 18,246-249)
DOMINGO V ORDINARIO Ciclo B Domingo 4 de febrero 2024
JESÚS VINO PARA REMEDIAR LA MISERIA HUMANA