sábado, 31 de diciembre de 2022

Solemnidad de Santa María, Madre de Dios

 


Al definir el dogma de la Maternidad divina de María (“Theotokos”), el Concilio de Éfeso (431) afirma la participación de María en el hecho central de la historia de la salvación: la Encarnación del Hijo de Dios en la carne de María.
La liturgia, desde 1931, celebra ese hecho en la Fiesta de Santa María, Madre de Dios, y nos invita a tomar conciencia de la realidad de la Encarnación de Cristo: su carne fue formada en el seno de una mujer.
Al ubicar esta fiesta el primer día del año civil, la Iglesia recalca que el Hijo de Dios, encarnado en María, asume el tiempo, recapitula toda la historia humana y le trae la paz y la reconciliación.
También hoy, a los ocho días de Navidad, se conmemora la Circuncisión del Señor: con esas primeras gotas de sangre que derramó el Hijo de Dios hecho hombre, la Redención ya está presente en el misterio de la Encarnación.



viernes, 30 de diciembre de 2022

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20230101

 


«Me extraño que haya gente que se plantee esta cuestión: ¿es necesario o no llamar a la Virgen Santísima Madre de Dios? Pues si Jesucristo es Dios, ¿cómo la Virgen que lo ha traído al mundo no va a ser la Madre de Dios? Es la creencia que nos han transmitido los Apóstoles, incluso si no emplearon este término. Es la enseñanza que hemos recibido de los santos Padres. Y muy particularmente nuestro Padre de venerable memoria, Atanasio (e 295-373), que durante 46 años ilustró la sede de Alejandría, que opuso a los inventos de los heréticos impíos una prudencia invencible y digna de los Apóstoles, Atanasio, que ha embriagado de perfume con sus escritos el universo entero, a quien todos rinden testimonio por su ortodoxia y su piedad. En el libro tercero del tratado que escribió sobre la Santísima Trinidad consustancial, llama a muchas reflexiones sobre la Santísima Virgen, Madre de Dios. Vaya a citar textualmente sus propias palabras: "La Sagrada Escritura, lo hemos mandado señalar a menudo, se caracteriza principalmente en esto, que hace al tema del Salvador un doble testimonio. Por otra parte, él es el Dios eterno, el Hijo, el Verbo, el resplandor y la sabiduría del Padre; por otra parte, en estos últimos tiempos y por nuestra salvación, se encarnó en la Virgen María, Madre de Dios, y se hizo hombre". Y más adelante: "Ha habido muchos santos; ha habido hombres exentos de todo pecado: Jeremías fue santificado desde el seno materno; Juan, aún en las entrañas de su madre, saltó de alegría ante la voz de María, la Madre de Dios". Así habla este hombre considerable, tan digno de inspirar confianza, pues nunca hubiera dicho algo que no estuviera de acuerdo con las Escrituras» (San Cirilo de Alejandría [380-444). Carta 1).

SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS Domingo 1 de enero 2023

 


Al definir el dogma de la Maternidad divina de María (“Theotokos”), el Concilio de Éfeso (431) afirma la participación de María en el hecho central de la historia de la salvación: la Encarnación del Hijo de Dios en la carne de María.

La liturgia, desde 1931, celebra ese hecho en la Fiesta de Santa María, Madre de Dios, y nos invita a tomar conciencia de la realidad de la Encarnación de Cristo: su carne fue formada en el seno de una mujer.
Al ubicar esta fiesta el primer día del año civil, la Iglesia recalca que el Hijo de Dios, encarnado en María, asume el tiempo, recapitula toda la historia humana y le trae la paz y la reconciliación.
 
 
RITOS INICIALES
 


ANTÍFONA DE ENTRADA
 
Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey, que gobierna el cielo y la tierra por los siglos de los siglos.
 
 
GLORIA
 
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Señor Dios, que por la fecunda virginidad de María diste al género humano el don de la salvación eterna, concédenos sentir la intercesión de aquella por quien recibimos al autor de la vida, Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro. Él, que vive y reina contigo...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
Primera Lectura
 
Del libro de los Números (Núm 6, 22-27)
 
En aquel tiempo, el Señor habló a Moisés y le dijo: "Di a Aarón ya sus hijos: 'De esta manera bendecirán a los israelitas: El Señor te bendiga y te proteja, haga resplandecer su rostro sobre ti y te conceda su favor. Que el Señor te mire con benevolencia y te conceda la paz'. Así invocarán mi nombre sobre los israelitas y yo los bendeciré".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL (Sal 66)
 
R. Ten piedad de nosotros, Señor, y bendícenos.
 
Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora. / R.
 
Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia; con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones. / R.
 
Que te alaben, Señor, todos los pueblos, que los pueblos te aclamen todos juntos. Que nos bendiga Dios y que le rinda honor el mundo entero. / R.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
De la carta del apóstol san Pablo a los gálatas (Gál I4, 4-7)
 
Hermanos: Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estábamos bajo la ley, a fin de hacernos hijos suyos. Puesto que ya son ustedes hijos, Dios envió a sus corazones el Espíritu de su Hijo, que clama "¡Abbá!", es decir, ¡Padre! Así que ya no eres siervo, sino hijo; y siendo hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Heb 1, 1-2)
 
Aleluya, aleluya. En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los profetas. Ahora, en estos tiempos, que son los últimos, nos ha hablado por medio de su Hijo.
Aleluya, aleluya.
 
 
EVANGELIO
 
Del santo Evangelio según san Lucas (Lc 2,16-21)  
A. Gloria a ti, Señor.
 
En aquel tiempo, los pastores fueron a toda prisa hacia Belén y encontraron a María, a José y al niño, recostado en el pesebre. Después de verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño, y cuantos los oían quedaban maravillados. María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón.
Los pastores se volvieron a sus campos, alabando y glorificando a Dios por todo cuanto habían visto y oído, según lo que se les había anunciado.
Cumplidos los ocho días, circuncidaron al niño y le pusieron el nombre de Jesús, aquel mismo que había dicho el ángel, antes de que el niño fuera concebido. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
 
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
 
 
LITURGIA EUCARÍSTICA
 


ORACIÓN UNIVERSAL
 
Sacerdote: Levantemos, hermanos, nuestra voz suplicante al Señor y, por la poderosa intercesión de su Madre, imploremos la misericordia divina a favor de todos los hombres:
TODOS: Te rogamos, óyenos.
 
Para que los fieles, a imitación de María, mediten y conserven en su corazón y anuncien con celo lo que han oído del Hijo de Dios. Roguemos al Señor.
 
Para que los hombres de todas las razas y pueblos descubran que tienen un único Dios, Padre de todos, y nunca se comporten como enemigos unos de otros. Roguemos al Señor.
 
Para que llegue a la presencia del Señor el lamento de los que sufren a causa de las guerras, y pronto puedan experimentar el retorno de la paz a sus hogares y naciones. Roguemos al Señor.
 
Para que los que hoy nos hemos reunido para dedicar al Señor las primicias de este año nuevo, vivamos en paz todos los días y podamos ver con salud y alegría su fin. Roguemos al Señor.
Intenciones de la Iglesia local.
 
Sacerdote: Tu trono, Dios nuestro, permanece para siempre, y tus años no se acaban; escucha, pues, nuestras súplicas y bendice el año que hoy comenzamos: que nuestro trabajo cotidiano nos dé el pan de cada día, nuestras almas encuentren también el alimento necesario para avanzar en el camino del bien y en la contemplación fiel de tu Palabra. Por Jesucristo, nuestro Señor.
TODOS: Amén.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Señor Dios, que das origen y plenitud a todo bien, concédenos que, al celebrar, llenos de gozo, la solemnidad de la Santa Madre de Dios, así como nos gloriamos de las primicias de su gracia, podamos gozar también de su plenitud. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PLEGARIA EUCRÍSTICA
 


PREFACIO
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias, siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la solemnidad de santa María, siempre virgen. Porque ella concibió a tu único Hijo por obra del Espíritu Santo, y sin perder la gloria de su virginidad, derramó sobre el mundo la luz eterna, Jesucristo, Señor nuestro.
Por eso, los ángeles y los arcángeles y todos los coros celestiales celebran tu gloria unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza:
Santo, Santo, Santo…
 
 
RITO DE LA COMUNIÓN
 


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
 
Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por todos los siglos (Heb 13, 8).
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Señor, que estos sacramentos celestiales que hemos recibido con alegría sean fuente de vida eterna para nosotros, que nos gloriamos de proclamar a la siempre Virgen María como Madre de tu Hijo y Madre de la Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.  
 


RITO DE CONCLUSIÓN
 

sábado, 24 de diciembre de 2022

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 221225


 

«La majestad asume la humildad, el poder la debilidad, la eternidad la mortalidad; y para saldar la deuda contraída por nuestra condición pecadora, la naturaleza invulnerable se une a la naturaleza pasible; de esta manera, como convenía para nuestro remedio, el único y mismo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también él, pudo ser a la vez mortal e inmortal, por la conjunción en él de esta doble condición. El que es Dios ver- dadero nace como hombre verdadero, sin que falte nada a la integridad de su naturaleza humana, nos referimos a la que fue plasmada en nosotros por el Creador, y que él asume para restaurar/a. Nuestra naturaleza quedó viciada cuando el hombre se dejó engañar por el Maligno, pero ningún vestigio de este vicio original hallamos en la naturaleza asumida por el Salvador. El, en efecto, aunque hizo suya nuestra debilidad, no por esto se hizo partícipe de nuestros pecados. Tomó la condición de esclavo, pero libre de la inmundicia

del pecado, ennobleciendo nuestra humanidad sin mermar su divinidad, porque aquel anonadamiento suyo -por el cual, él, que era invisible, se hizo visible, y quien es el Creador y Señor de todas las cosas, quiso ser uno más entre los mortales- fue una dignación de su misericordia, no una falta de poder. Por lo tanto, el mismo que, permaneciendo en su condición divina, hizo al hombre es el mismo que se hace él mismo hombre, tomando la condición de esclavo. y, así, el Hijo de Dios hace su entrada en la bajeza de este mundo, descendiendo desde el trono celestial, sin dejar la gloria que tiene junto al Padre, siendo engendrado en un nuevo orden de cosas» (San León Magno [c.390-461] 45° Papa de la Iglesia. De sus Cartas: el misterio de nuestra Redención).

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20221225

 

La luz es un símbolo natural de Dios. Como Dios, la luz es poderosa y, de hecho, es una de las fuerzas fundamentales del universo. Como Dios, la luz es bella, hermosa, y esplendorosa. Como Dios, la luz revela y purifica. No es de extrañar, por lo tanto, que la luz ha sido usada por los cristianos para representar a Dios. Los primeros teólogos, por ejemplo, utilizaron la luz para pensar en la Trinidad: el Padre es como la fuente de la luz, el Hijo es como el rayo que procede de esta fuente, y el Espíritu es como el resplandor; pero los tres forman una misma luz. En este día de Navidad, no olvidemos esta tradición. Las luces navideñas que ornamentan nuestras casas y calles no son sólo adornos. Son también una invitación a meditar sobre el misterio de Dios.

LA NATIVIDAD DE NUESTRO SEÑOR Domingo 25 de diciembre 2022


 

ANTIFONA DE ENTRADA


Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; lleva sobre sus hombros el imperio y su nombre será Ángel del gran consejo.
 
 
GLORIA
 
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Señor Dios, que de manera admirable creaste la naturaleza humana y, de modo aún más admirable, la restauraste, concédenos compartir la divinidad de aquel que se dignó compartir nuestra humanidad. El, que vive y reina contigo ...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
La tierra entera verá la salvación que viene de nuestro Dios.
 
Del libro del profeta Isaías: 52, 7-10
 
¡Qué hermoso es ver correr sobre los montes al mensajero que anuncia la paz, al mensajero que trae la buena nueva, que pregona la salvación, que dice a Sión: "Tu Dios es rey"!
Escucha: Tus centinelas alzan la voz y todos a una gritan alborozados, porque ven con sus propios ojos al Señor, que retorna a Sión.
Prorrumpan en gritos de alegría, ruinas de Jerusalén, porque el Señor rescata a su pueblo, consuela a Jerusalén. Descubre el Señor su santo brazo a la vista de todas las naciones. Verá la tierra entera la salvación que viene de nuestro Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 97, 1. 2-3ab. 3cd-4. 5-6.
R/. Toda la tierra ha visto al Salvador.
 
Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria. R/.
 
El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel. R/.
 
La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor. R/.
 
Cantemos al Señor al son del arpa, suenen los instrumentos. Aclamemos al son de los clarines al Señor, nuestro rey. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Dios nos ha hablado por medio de su Hijo.
 
De la carta a los hebreos: 1, 1-6
 
En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los profetas. Ahora, en estos tiempos, que son los últimos, nos ha hablado por medio de su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas y por medio del cual hizo el universo,
El Hijo es el resplandor de la gloria de Dios, la imagen fiel de su ser y el sostén de todas las cosas con su palabra poderosa. El mismo, después de efectuar la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la majestad de Dios, en las alturas, tanto más encumbrado sobre los ángeles, cuanto más excelso es el nombre que, como herencia, le corresponde.
Porque ¿a cuál de los ángeles le dijo Dios: Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy? ¿O de qué ángel dijo Dios: Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo? Además, en otro pasaje, cuando introduce en el mundo a su primogénito, dice: Adórenlo todos los ángeles de Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R/. Aleluya, aleluya.
 
Un día sagrado ha brillado para nosotros. Vengan, naciones, y adoren al Señor, porque hoy ha descendido una gran luz sobre la tierra. R/.
 
 
EVANGELIO
 
Aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros.
 
Del santo Evangelio según san Juan: 1, 1-18
 
En el principio ya existía aquel que es la Palabra, y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios. Ya en el principio él estaba con Dios. Todas las cosas vinieron a la existencia por él y sin él nada empezó de cuanto existe. Él era la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no la recibieron.
Hubo, un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Este vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino testigo de la luz.
Aquel que es la Palabra era la luz verdadera, que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba; el mundo había sido hecho por él y, sin embargo, el mundo no lo conoció.
Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron; pero a todos los que lo recibieron les concedió poder llegar a ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre, los cuales no nacieron de la sangre, ni del deseo de la carne, ni por voluntad del hombre, sino que nacieron de Dios.
Y aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. Hemos visto su gloria, gloria que le corresponde como a Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan el Bautista dio testimonio de él, clamando: ''A éste me refería cuando dije: 'El que viene después de mí, tiene precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo' ".
De su plenitud hemos recibido todos gracia sobre gracia. Porque la ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad vinieron por Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás. El Hijo unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha revelado. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
 
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Que sea aceptable ante ti, Señor, la oblación de la presente solemnidad, por la que llegó a nosotros tu benevolencia para nuestra perfecta reconciliación y nos fue concedido participar en plenitud del culto divino.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno por Cristo, Señor nuestro.
 
Por él hoy resplandece ante el mundo el maravilloso intercambio de nuestra salvación; pues al revestirse tu Hijo de nuestra frágil condición no solamente dignificó nuestra naturaleza para siempre, sino que por esta unión admirable nos hizo partícipes de su eternidad.
 
Por eso, unidos a los coros de los ángeles, te alabamos llenos de alegría:
 
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 97, 3
 
Los confines de la tierra han contemplado la salvación que nos viene de Dios.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Concédenos, Dios misericordioso, que el Salvador del mundo, que hoy nos ha nacido, puesto que es el autor de nuestro nacimiento a la vida, también nos haga partícipes de su inmortalidad. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.
 

martes, 13 de diciembre de 2022

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20221218

 

«El Hijo de Dios hace su entrada en la bajeza de este mundo, descendiendo desde el trono celestial,

sin dejar la gloria que tiene junto al Padre, siendo engendrado en un nuevo orden de cosas. En un nuevo orden de cosas, porque el que era invisible por su naturaleza se hace visible en la nuestra, el que era inaccesible a nuestra mente quiso hacerse accesible, el que existía antes del tiempo empezó a existir en el tiempo, el Señor de todo el universo, velando la inmensidad de su majestad, asume la condición de esclavo, el Dios impasible e inmortal se digna hacerse hombre pasible y sujeto a las leyes de muerte. El mismo que es Dios verdadero es también hombre verdadero, y en él, con toda verdad, se unen la pequeñez del hombre y la grandeza de Dios. Ni Dios sufre cambio alguno con esta dignación de su piedad, ni el hombre queda destruido al ser elevado a esta dignidad. Cada una de las dos naturalezas realiza sus actos propios en comunión con la otra, a saber, la Palabra realiza lo que es propio de la Palabra, y la carne lo que es propio de la carne. En cuanto que es la Palabra, brilla por sus milagros; en cuanto que es carne, sucumbe a las injurias. Y así como la Palabra retiene su gloria igual al Padre, así también su carne conserva la naturaleza propia de nuestra raza. La misma y única persona, no nos cansaremos de repetir/o, es verdaderamente Hijo de Dios y verdaderamente Hijo del hombre. Es Dios, porque en el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios; es hombre, porque la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros» (San león Magno [c.390·461] 45° Papa de la Iglesia. De sus Cartas).


 


DOMINGO IV DE ADVIENTO "O Adonai" * "¡Oh, Señor poderoso!" Domingo 18 de diciembre 2022

 



 
LA FIDELIDAD FRUCTÍFERA DE DIOS
Is 7,10-14; Sal 23; Rom 1, 1-7; Mt 1, 18-24
 
Las lecturas de hoy resaltan la fidelidad de Dios. El profeta Isaías habla de una joven que dará a luz un hijo, enfatizando no la palabra "joven" o "virgen" (¿una profecía de la Virgen María?), sino que el hijo continuará la dinastía de David, a quien Dios ha jurado fidelidad. En el saludo solemne de su Carta, Pablo se sitúa dentro de una larga línea de personas enviadas por Dios, en cumplimiento fiel de su protección, llamadas sus "servidores" (como Moisés en 2 Re 18, 12, o Abrahán en Sal 104, 42). En Mateo, el ángel asegura a san José que su hijo será una muestra de la fidelidad divina a sus profecías. Lo que es más, la fidelidad de Dios es fructífera, porque de ella brota una nueva edad para el mundo con el nacimiento de Jesús.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 45, 8
 
Cielos, destilen el rocío; nubes, lluevan la salvación; que la tierra se abra y germine el salvador.
 
 
NO SE DICE GLORIA.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Te pedimos, Señor, que infundas tu gracia en nuestros corazones, para que, habiendo conocido, por el anuncio del ángel, la encarnación de tu Hijo, lleguemos, por medio de su pasión y de su cruz, a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
He aquí que la virgen concebirá.
 
Del libro del profeta Isaías: 7,10-14
 
En aquellos tiempos, el Señor le habló a Ajaz diciendo: "Pide al Señor, tu Dios, una señal de abajo, en lo profundo, o de arriba, en lo alto". Contestó Ajaz: "No la pediré. No tentaré al Señor".
Entonces dijo Isaías: "Oye, pues, casa de David: ¿No satisfechos con cansar a los hombres, quieren cansar también a mi Dios? Pues bien, el Señor mismo les dará por eso una señal: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros". Palabra de Dios... Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 23,1-2. 34ab. 5-6.
R/. Ya llega el Señor, el rey de la gloria.
 
Del Señor es la tierra y lo que ella tiene, el orbe todo y los que en él habitan, pues él lo edificó sobre los mares, él fue quien lo asentó sobre los ríos. R/.
 
¿Quién subirá hasta el monte del Señor? ¿Quién podrá entrar en su recinto santo? El de corazón limpio y manos puras Y que no jura en falso. R/.
 
Ese obtendrá la bendición de Dios, y Dios, su salvador, le hará justicia. Esta es la clase de hombres que te buscan y vienen ante ti, Dios de Jacob. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Jesucristo, nuestro Señor, Hijo de Dios, nació del linaje de David.
 
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 1, 17
 
Yo, Pablo, siervo de Cristo Jesús, he sido llamado por Dios para ser apóstol y elegido por él para proclamar su Evangelio. Ese Evangelio, que, anunciado de antemano por los profetas en las Sagradas Escrituras, se refiere a su Hijo, Jesucristo, nuestro Señor, que nació, en cuanto a su condición de hombre, del linaje de David, y en cuanto a su condición de espíritu santificador, se manifestó con todo su poder como Hijo de Dios, a partir de su resurrección de entre los muertos.
Por medio de Jesucristo, Dios me concedió la gracia del apostolado, a fin de llevar a los pueblos paganos a la aceptación de la fe, para gloria de su nombre.
Entre ellos, también se cuentan ustedes, llamados a pertenecer a Cristo Jesús. A todos ustedes, los que viven en Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a formar parte de su pueblo santo, les deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor. Palabra de Dios... Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 1, 23
R/. Aleluya, aleluya.
 
He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros. R/.
 
 
EVANGELIO
 
Jesús nació de María, desposada con José, hijo de David
 
Del santo Evangelio según san Mateo: 1, 18-24
 
Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo, José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto.
Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: "José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados".
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros. Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE 

CREDO DE LOS APÓSTOLES

 
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.

 


PLEGARIA UNIVERSAL
 
Pidamos, hermanos, el auxilio del Señor, para que, apiadado del pobre y del oprimido, venga a salvar al mundo de sus males: Digamos confiadamente: R/. Ven Señor Jesús.
 
Para que todos los fieles se dispongan a recibir a Cristo como lo recibió María y como ella conserven sus palabras en el corazón, roguemos al Señor.
 
Para que aquellos hermanos nuestros que han abandonado las prácticas cristianas pero acudirán a la iglesia en las próximas fiestas de Navidad descubran la buena noticia del Evangelio, no como un rayo fugaz en la noche, sino como luz permanente que ilumina y alegra toda la vida, roguemos al Señor.
 
Para que las fiestas del nacimiento del Señor alejen las tinieblas de quienes viven sumergidos en dudas e incertidumbres y colmen los deseos de quienes se sienten corazonados y tristes, roguemos al Señor.
Para que el nacimiento de Cristo nos ayude a renunciar a los deseos mundanos y a vivir sobria y honradamente, esperando la aparición definitiva del Señor, roguemos al Señor.
 
Señor, Dios, que has mostrado la gratuidad y la fuerza de tu amor eligiendo las entrañas purísimas de María para revestir de carne mortal a tu Hijo, escucha nuestras plegarias y haz que también nosotros sepamos acoger y engendrar espiritualmente tu Verbo, escuchando tu palabra y obedeciendo a la fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Que santifique, Señor, estos dones, colocados en tu altar, el mismo Espíritu que fecundó con su poder el seno de la bienaventurada Virgen María. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO
 
La doble espera de Cristo
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. A quien todos los profetas anunciaron y la Virgen esperó con inefable amor de madre; Juan lo proclamó ya próximo y lo señaló después entre los hombres. Él es quien nos concede ahora preparamos con alegría al misterio de su nacimiento, para encontramos así cuando llegue, velando en oración y cantando su alabanza. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Is 7, 14
 
Miren: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien le pondrá el nombre de Emmanuel.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Habiendo recibido esta prenda de redención eterna, te rogamos, Dios todopoderoso, que, cuanto más se acerca el día de la festividad que nos tae la salvación, con tanto mayor fervor nos apresuremos a celebrar dignamente el misterio del nacimiento de tu Hijo. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.
 

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20221218

 

Vivimos en una sociedad de la obsolescencia programada. Se trata de una política, usada por manufactureros, de designar productos que, por cambios de diseño o el uso de materiales débiles, tendrán que ser reemplazados por otros más actualizados. Por eso, los teléfonos, autos, computadoras, y demás aparatos de los que dependemos frecuentemente deben ser cambiados por modelos más nuevos. Tal vez esta política es uno de los elementos que nos dificultan tener una actitud de fidelidad y suscitan un miedo al compromiso. Solo hay que pensar en los matrimonios que se quiebran por falta de fidelidad. En esto, Dios tiene mucho que enseñarnos. Su fidelidad a los esclavos hebreos en Egipto, a la dinastía de David, al pueblo de Israel que le dio la espalda y, sobre todo, a su Hijo Jesucristo, es algo en lo que vale la pena meditar hoy.

viernes, 9 de diciembre de 2022

DOMINGO III DE ADVIENTO O GAUDETE Domingo 11 de diciembre 2022



"TENGAN PACIENCIA Y FORTALEZCAN SUS CORAZONES"
Is 35,16.10; Sal 145; Sant 5,7-10; Mt 11, 2-11
 
La pregunta de Juan el Bautista en Mateo puede sorprendernos. Antes Juan había reconocido la identidad de Jesús, comentando que "soy yo el que necesita ser bautizado por ti" (3, 14). Pero hoy el Bautista manda a sus discípulos a preguntar a Jesús, "¿Eres tú el que ha de venir" (v. 3)? El Bautista se define como un impaciente que quiere que la salvación se cumpla inmediatamente. Por eso, el texto de Santiago importa: gira en torno al tema de la paciencia. El tiempo entre la lluvia temprana en Palestina (en octubre y noviembre) y la tardía (en abril y mayo) corresponde al tiempo de la siembra y la cosecha (Deut 11, 14). Ahora no es tiempo de cosecha, pero sí de espera paciente para garantizar buenos y abundantes frutos de vida. La paciencia no es pasiva, al contrario, es una lucha activa contra la desesperanza.
 


ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Flp 4, 4. 5
Estén siempre alegres en el Señor, les repito, estén alegres. El Señor está cerca.

 
No se dice Gloria.

 
ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que contemplas a tu pueblo esperando fervorosamente la fiesta del nacimiento de tu Hijo, concédenos poder alcanzar la dicha que nos trae la salvación y celebrada siempre, con la solemnidad de nuestras ofrendas y con vivísima alegría. Por nuestro Señor Jesucristo...
 

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Dios mismo viene a salvarnos.

Del libro del profeta Isaías: 35, 1-6. 10
 
Esto dice el Señor: "Regocíjate, yermo sediento. Que se alegre el desierto y se cubra de flores, que florezca como un campo de lirios, que se alegre y dé gritos de júbilo, porque le será dada la gloria del Líbano, el esplendor del Carmelo y del Sarón.
Ellos verán la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios. Fortalezcan las manos cansadas, afiancen las rodillas vacilantes. Digan a los de corazón apocado: '¡Animo! No teman. He aquí que su Dios, vengador y justiciero, viene ya para salvarlos'.
Se iluminarán entonces los ojos de los ciegos y los oídos de los sordos se abrirán. Saltará como un venado el cojo y la lengua del mudo cantará. Volverán a casa los rescatados por el Señor, vendrán a Sión con cánticos de júbilo, coronados de perpetua alegría; serán su escolta
el gozo y la dicha, porque la pena y la aflicción habrán terminado". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 145, 6c7. 8-9a. 9bc-10.
R/. Ven, Señor, a salvarnos.

El Señor siempre es fiel a su palabra, y es quien hace justicia al oprimido; él proporciona pan a los hambrientos y libera al cautivo. R/.

Abre el Señor los ojos de los ciegos y alivia al agobiado. Ama el Señor al hombre justo y toma al forastero a su cuidado. R/.

A la viuda y al huérfano sustenta y trastorna los planes del inicuo. Reina el Señor eternamente, reina tu Dios, oh Sión, reina por siglos. R/.
 

SEGUNDA LECTURA

Manténganse firmes, porque el Señor está cerca.

De la carta del apóstol Santiago: 5. 7-10

Hermanos: Sean pacientes hasta la venida del Señor. Vean cómo el labrador, con la esperanza de los frutos preciosos de la tierra, aguarda pacientemente las lluvias tempraneras y las tardías. Aguarden también ustedes con paciencia y mantengan firme el ánimo, porque la venida del Señor está cerca.
No murmuren, hermanos, los unos de los otros, para que el día del juicio no sean condenados. Miren que el juez ya está a la puerta. Tomen como ejemplo de paciencia en el sufrimiento a los profetas, los cuales hablaron en nombre del Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO 15 61, 1

R/. Aleluya, aleluya.

El Espíritu del Señor está sobre mí. Me ha enviado para anunciar la buena nueva a los pobres. R/.

 

EVANGELIO

¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?
De1 santo Evangelio según san Mateo: 11, 2-11
En aquel tiempo, Juan se encontraba en la cárcel, y habiendo oído hablar de las obras de Cristo, le mandó preguntar por medio de dos discípulos: "¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?".
Jesús les respondió: ''Vayan a contar a Juan lo que están viendo y oyendo: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios de la lepra, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia el Evangelio. Dichoso aquel que no se sienta defraudado por mí".
Cuando se fueron los discípulos, Jesús se puso a hablar a la gente acerca de Juan: "¿Qué fueron ustedes a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? No. Pues entonces, ¿qué fueron a ver? ¿A un hombre lujosamente vestido? No, ya que los que visten con lujo habitan en los palacios. ¿A qué fueron, pues? ¿A ver a un profeta? Sí, yo se lo aseguro; y a uno que es todavía más que profeta. Porque de él está escrito: He aquí que yo envío a mi mensajero para que vaya delante de ti y te prepare el camino. Yo les aseguro que no ha surgido entre los hijos de una mujer ninguno más grande que Juan el Bautista. Sin embargo, el más pequeño en el Reino de los cielos, es todavía más grande que él". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 


PROFESIÓN DE FE

CREDO DE LOS APÓSTOLES
 
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.

Amén.



PLEGARIA UNIVERSAL
 
Confortados por el anuncio de la venida del Señor, oremos, hermanos, mientras esperamos confiadamente nuestra total liberación. Digamos confiadamente: R/. Ven Señor Jesús.

Para que Dios visite a la santa Iglesia con su venida y la gobierne con su asistencia, roguemos al Señor.

Para que con la tutela divina nuestros tiempos sean tranquilos y nuestra vida feliz, roguemos al Señor.

Para que el Señor con su venida cure los dolores de los enfermos, dé paz y alegría a los que no la tienen y libre al mundo de todos los males, roguemos al Señor.

Para que quienes ahora recordamos con piedad la primera venida del Señor en la carne, merezcamos participar también con gozo en su gloriosa aparición al final de los tiempos, roguemos al Señor.
Escucha, Señor, las oraciones de tu pueblo y, con la fuerza de tu amor, mantén nuestro caminar hacia el que ha de venir, para que, perseverando con paciencia, hagamos madurar las semillas que tú mismo siembras en nuestros corazones y las hagamos fructificar con acción de gracias. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Que este sacrificio, Señor, que te ofrecemos con devoción, nunca deje de realizarse, para que cumpla el designio que encierra tan santo misterio y obre eficazmente en nosotros tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 


PREFACIO

Las dos venidas de Cristo

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, nuestro Señor. El cual, al venir por vez primera en la humildad de nuestra carne, realizó el plan de redención trazado desde antiguo y nos abrió el camino de la salvación, para que cuando venga de nuevo, en la majestad de su gloria, revelando así la plenitud de su obra, podamos recibir los bienes prometidos que ahora, en vigilante espera, confiamos alcanzar. Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de su gloria:
Santo, Santo, Santo...

 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Is 35, 4

Digan a los cobardes: "¡Ánimo, no teman!; miren a su Dios: viene en persona a salvarlos".

 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Imploramos, Señor, tu misericordia, para que estos divinos auxilios nos preparen, purificados de nuestros pecados, para celebrar las fies

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20221211

 


 «Hermanos, aunque yo no os hable de ello, el tiempo nos basta para damos cuenta de que está cerca el aniversario de la Natividad de Cristo, nuestro Señor. La misma creación expresa la inminencia de un acontecimiento en que todo quede restablecido de la mejor manera. También ella desea con impaciencia ver cómo se iluminan sus tinieblas con el resplandor de un sol más brillante que el sol ordinario. Esta espera de la creación a que se renueve su ciclo anual nos invita a esperar el nacimiento del nuevo sol, que es Cristo, que ilumina las tinieblas de nuestros pecados. El sol de justicia (MI 3,20), que aparecerá con toda su fuerza, disipará la oscuridad de nuestros pecados que ha durado tanto tiempo. Él no soporta que el curso de nuestra vida se vea ahogado por las tinieblas de la existencia; quiere dilatarla con su poder. Así que, de la misma manera que en estos días de solsticio, la creación difunde más ampliamente su luz, despleguemos también nuestra justicia. De la misma manera que la claridad de este día es un bien común a pobres y ricos, que nuestra generosidad se extienda tanto a los viajeros como a los pobres.                                                                                El mundo, en este tiempo restringe la duración de las tinieblas; y nosotros acortemos las sombras de nuestra avaricia [ ...] Que se desbarate todo hielo en nuestros corazones; que crezca la semilla de la justicia, calentada por los rayos del Salvador. Hermanos, preparémonos, pues, a acoger el día del nacimiento del Señor adornados con vestidos resplandecientes de blancura. Hablo de los que visten el alma, no el cuerpo. El vestido que cubre nuestro cuerpo es una túnica sin importancia» (San Máximo de Turín [finales siglo IV-465]. Sermón 61 l.

 

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20221211

La paciencia no es una de esas virtudes teológicas discutidas en muchas secciones del Nuevo Testamento, es decir, la fe, la caridad, y la esperanza (por ejemplo, 1 Tes 1, 3 o 1 Cor 13, 13). Ni siquiera es una de las virtudes denominadas filosóficas, propuestas por varios filósofos por siglos. Sin embargo, cuando los cristianos reconocieron que Jesús no iba a volver pronto, empezó a reconocerse paulatinamente como una virtud crucial para la vida cristiana. De hecho, es tan teológica como otras porque Dios mismo se presenta en la Biblia como paciente: es llamado "lento para enojarse" (Núm 14, 18; Sal 85, 15; Neh 9, 17), muestra paciencia a Pablo (1 Tim 1, 16) Y también a los pecadores de la época de Noé (1 Pe 3, 20). ¿Sabemos practicar esta virtud, especialmente en nuestra época de gratificaciones inmediatas?

jueves, 1 de diciembre de 2022

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20221204

 



«Todavía hoy Juan grita y dice: Preparad los caminos del Señor, allanad los senderos de nuestro Dios. Se nos manda preparar el camino del Señor, a saber: no de las desigualdades del camino, sino la pureza de la fe. Porque el Señor no desea abrirse un camino en los senderos de la tierra, sino en lo secreto del corazón. Pero veamos cómo este Juan que nos manda preparar el camino del Señor, se lo preparó él mismo al Salvador. Dispuso y orientó todo el curso de su vida a la venida de Cristo. Fue en efecto amante del ayuno, humilde, pobre y virgen. Describiendo todas estas virtudes, dice el evangelista: Juan iba vestido de piel de camello [ ...] se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. ¿Cabe mayor humildad en un profeta que, despreciando los vestidos muelles, se cubre con la aspereza de la piel de camello? ¿Cabe fidelidad más ferviente que, la cintura ceñida, estar siempre dispuesto para cualquier servicio? ¿Hay abstinencia más admirable que, renunciando a las delicias de esta vida, alimentarse de zumbones saltamontes y miel silvestre? Pienso que todas estas cosas de que se servía el profeta eran en sí mismas una profecía. Que el Precursor de Cristo llevara un vestido trenzado con los ásperos pelos del camello, ¿qué otra cosa podía significar sino que al venir Cristo al mundo se iba a revestir de la condición humana, que estaba tejida de la aspereza de los pecados? La correa de cuero que llevaba a la cintura, ¿qué otra cosa demuestra sino esta nuestra frágil naturaleza, que antes de la venida de Cristo estaba dominada por los vicios, mientras que después de su venida ha sido encarrilada a la virtud?» (San Máximo de Turín [finales siglo IV-465]. Sermón 88, 1-3).

 

DOMINGO II DE ADVIENTO Ciclo A Domingo 4 de diciembre 2022

 


 

EL PERSONAJE DE JUAN EL BAUTISTA


Is 11, 1-10; Sal 71; Rom 15, 49; Mt 3, 1-12
 
Juan el Bautista aparece en todos los Evangelios. Para Mateo es especialmente importante, como se puede verificar por el hecho de que el mensaje principal de Juan, "conviértanse, porque está llegando el Reino" (v. 2), es idéntico al de Jesús cuando empieza su ministerio público (véase 4, 17). Concibiendo a Juan como una figura del Antiguo Testamento, Mateo ejemplifica lo que dice Pablo en nuestra segunda lectura: "todo lo que se escribió en el pasado (Antiguo Testamento) se escribió para nuestra enseñanza" (Rom 15,4). Mateo, por tanto, propone a Juan como un ejemplo para los cristianos de cada época: Juan enfatiza la necesidad de penitencia; insiste en que la salvación no depende de ser hijo de Abrahán sino que está abierta a todos; sostiene que lo importante es dar fruto, es decir, poner la fe en práctica.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 30, 19. 30
 
Pueblo de Sión, mira que el Señor va a venir para salvar a todas las naciones y dejará oír la majestad de su voz para alegría de tu corazón.
 
 
No se dice Gloria.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Dios omnipotente y misericordioso, haz que ninguna ocupación terrena sirva de obstáculo a quienes van presurosos al encuentro de tu Hijo, antes bien, que el aprendizaje de la sabiduría celestial nos lleve a gozar de su presencia. El, que vive y reina contigo ...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
Les hará justicia a los pobres.
 
Del libro del profeta Isaías: 11, 1-10
 
En aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé, un vástago florecerá de su raíz. Sobre él se posará el espíritu del Señor, espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de piedad y temor de Dios.
No juzgará por apariencias, ni sentenciará de oídas; defenderá con justicia al desamparado y con equidad dará sentencia al pobre; herirá al violento con el látigo de su boca, con el soplo de sus labios matará al impío. Será la justicia su ceñidor, la fidelidad apretará su cintura. Habitará el lobo con el cordero, la pantera se echará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos y un muchachito los apacentará. La vaca pastará con la osa y sus crías vivirán juntas. El león comerá paja con el buey.
El niño jugará sobre el agujero de la víbora; la criatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente. No harán daño ni estrago por todo mi monte santo, porque así como las aguas colman el mar, así está lleno el país de la ciencia del Señor.
Aquel día la raíz de Jesé se alzará como bandera de los pueblos, la buscarán todas las naciones y será gloriosa su morada. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 71, 1-2. 78. 12-13. 17.
R/. Ven, Señor, rey de justicia y de paz.
 
Comunica, Señor, al rey tu juicio, y tu justicia al que es hijo de reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá a tu pueblo justamente. R/.
 
Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era tras era. De mar a mar se extenderá su reino y de un extremo al otro de la tierra. R/.
 
Al débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra sin amparo; se apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida al desdichado. R/.
 
Que bendigan al Señor eternamente, y tanto como el sol, viva su nombre. Que él sea la bendición del mundo entero y lo aclamen dichoso las naciones. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Cristo salvó a todos los hombres.
 
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 15, 4-9
 
Hermanos: Todo lo que en el pasado ha sido escrito en los libros santos, se escribió para instrucción nuestra, a fin de que, por la paciencia y el consuelo que dan las Escrituras, mantengamos la esperanza.
Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo, les conceda a ustedes vivir en perfecta armonía unos con otros, conforme al espíritu de Cristo Jesús, para que, con un solo corazón y una sola voz alaben a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo.
Por lo tanto, acójanse los unos a los otros como Cristo los acogió a ustedes, para gloria de Dios. Quiero decir con esto, que Cristo se puso al servicio del pueblo judío, para demostrar la fidelidad de Dios, cumpliendo las promesas hechas a los patriarcas y que por su misericordia los paganos alaban a Dios, según aquello que dice la Escritura: Por eso te alabaré y cantaré himnos a tu nombre. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 3, 4. 6
R/. Aleluya, aleluya.
 
Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos, y todos los hombres verán al Salvador. R/.
 
 
EVANGELIO
 
Conviértanse, porque ya está cerca el Reino de los cielos.
 
Del santo Evangelio según san Mateo: 3, 112
 
En aquel tiempo, comenzó Juan el Bautista a predicar en el desierto de Judea, diciendo: "Conviértanse, porque ya está cerca el Reino de los cielos". Juan es aquel de quien el profeta Isaías hablaba, cuando dijo: Una voz clama en el desierto: Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos.
Juan usaba una túnica de pelo de camello, ceñida con un cinturón de cuero, y se alimentaba de saltamontes y de miel silvestre. Acudían a oírlo los habitantes de Jerusalén, de toda Judea y de toda la región cercana al Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el río.
Al ver que muchos fariseos y saduceos iban a que los bautizara, les dijo: "Raza de víboras, ¿quién les ha dicho que podrán escapar al castigo que les aguarda? Hagan ver con obras su conversión y no se hagan ilusiones pensando que tienen por padre a Abraham, porque yo les aseguro que hasta de estas piedras puede Dios sacar hijos de Abraham. Ya el hacha está puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé fruto, será cortado y arrojado al fuego.
Yo los bautizo con agua, en señal de que ustedes se han convertido; pero el que viene después de mí, es más fuerte que yo, y yo ni siquiera soy digno de quitarle las sandalias. Él los bautizará en el Espíritu Santo y su fuego. Él tiene el bieldo en su mano para separar el trigo de la paja. Guardará el trigo en su granero y quemará la paja en un fuego que no se extingue". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 

CREDO DE LOS APÓSTOLES

Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.

Amén.

 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Salgamos al encuentro del Señor, que se acerca a nosotros con designios de paz, y presentémosle confiados nuestra plegaria. Digamos confiadamente: Ven Señor Jesús. (R/. Ven Señor Jesús.)
 
Para que la Iglesia viva alegre, sin inquietarse por nada, y, llena de esperanza, crea que el Señor está cerca de ella, roguemos al Señor.
 
Para que nuestro tiempo, con la ayuda de Dios, goce de seguridad, de alegría y de paz, roguemos al Señor.
 
Para que el Señor, con su venida, conforte los corazones abatidos y fortalezca las rodillas que se doblan, roguemos al Señor.
 
Para que nuestra fe crea firmemente en los dones que Dios nos promete y, ayudados por la gracia divina, nos dispongamos a recibir los auxilios que él nos envía, roguemos al Señor.
 
Escucha, Dios todopoderoso y eterno, nuestras oraciones y suscita en nosotros el deseo de una verdadera conversión, para que, renovados por el Espíritu Santo, hagamos presente en toda relación humana aquella justicia y aquella paz que la Encarnación de tu Hijo hizo florecer en nuestra tierra. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes súplicas y ofrendas, y puesto que no tenemos méritos en qué apoyamos, nos socorra el poderoso auxilio de tu benevolencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO
 
CRISTO, SEÑOR Y JUEZ DE LA HISTORIA
 
En verdad es justo darte gracias, es nuestro deber cantar en tu honor himnos de bendición y de alabanza, Padre todopoderoso, principio y fin de todo lo creado.
 
Tú has querido ocultarnos el día y la hora en que Cristo, tu Hijo, Señor y Juez de la Historia, aparecerá sobre las nubes del cielo revestido de poder y de gloria. En aquel día, tremendo y glorioso al mismo tiempo, pasará la figura de este mundo y nacerán los cielos nuevos y la tierra nueva.
 
El Señor se manifestará entonces lleno de gloria, el mismo que viene ahora a nuestro encuentro en cada hombre y en cada acontecimiento, para que lo recibamos en la fe y para que demos testimonio por el amor, de la espera dichosa de su reino.
 
Por eso, mientras aguardamos su última venida, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos el himno de tu gloria:
 
Santo, Santo, Santo es el Señor,
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Bar 5, 5; 4, 36
 
Levántate, Jerusalén, sube a lo alto, para que contemples la alegría que te viene de Dios.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Saciados por el alimento que nutre nuestro espíritu, te rogamos Señor, que por nuestra participación en estos misterios, nos enseñes a valorar sabiamente las cosas de la tierra y a poner nuestro corazón en las del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.