sábado, 24 de abril de 2021

DOMINGO IV DE PASCUA DOMINGO DEL BUEN PASTOR JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES Domingo 25 abril 2021

 



LA GRANDEZA DEL CRISTIANO
Hech 4,8-12; Sal l17; 1 Jn 3,1-2; Jn 10. ll-18
 
Las tres cartas atribuidas a San Juan, presentan una temática común y están dirigidas a las comunidades cristianas que se encuentran en la misma región del mundo mediterráneo, a saber, la provincia de Asia Menor. La primera de estas cartas, es asumida como una especie de carta magna para toda la Iglesia. En ella, el apóstol habla con admiración y casi asombro, de la suprema grandeza del cristiano: desde ahora, somos hijos de Dios, conformes a la imagen de nada menos que el Hijo mismo. Para saber exactamente cómo es el Hijo, el Evangelio de Juan nos lo presenta como el Buen Pastor. Gracias a esta metáfora, que fue un modo antiguo de retratar a los reyes, sacerdotes, y otros líderes, sabemos que el Hijo es la bondad misma, la entrega total, la sabiduría completa y el amor sobreabundante.
 
 
ANTÍFONA ENTRADA Cfr. Sal 32,5-6
 
La tierra está llena del amor del Señor y su palabra hizo los cielos. Aleluya.
 
 
GLORIA
 
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Dios todopoderoso y eterno, te pedimos que nos lleves a gozar de las alegrías celestiales, para que tu rebaño, a pesar de su fragilidad, llegue también a donde lo precedió su glorioso Pastor. Él, que vive y reina contigo...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
Sólo Jesús puede salvarnos.
 
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 4, 8-12
 
En aquellos días, Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: "Jefes del pueblo y ancianos: Puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo, para saber cómo fue curado, sépanlo ustedes y sépalo todo el pueblo de Israel: este hombre ha quedado sano en el nombre de Jesús de Nazaret, a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó de entre los muertos. Este mismo Jesús es la piedra que ustedes, los constructores, han desechado y que ahora es la piedra angular. Ningún otro puede salvarnos, pues en la tierra no existe ninguna otra persona a quien Dios haya constituido como salvador nuestro". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 117, 1 y 8-9. 21-23. 26 y 28cd y 29.
R/. La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Aleluya.
 
Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Más vale refugiarse en el Señor, que poner en los hombres la confianza; más vale refugiarse en el Señor, que buscar con los fuertes una alianza. R/.
 
Te doy gracias, Señor, pues me escuchaste y fuiste para mí la salvación. La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. R/.
 
Bendito el que viene en nombre del Señor. Que Dios desde su templo nos bendiga. Tú eres mi Dios, y te doy gracias. Tú eres mi Dios, y yo te alabo. Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Veremos a Dios tal cual es.
 
De la primera carta del apóstol san Juan: 3, 1-2
 
Queridos hijos: Miren cuánto amor nos ha tenido el Padre, pues no sólo nos llamamos hijos de Dios, sino que lo somos. Si el mundo no nos reconoce, es porque tampoco lo ha reconocido a él.
Hermanos míos, ahora somos hijos de Dios, pero aún no se ha manifestado cómo seremos al fin. Y ya sabemos que, cuando él se manifieste, vamos a ser semejantes a él, porque lo veremos tal cual es. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 10, 14
R/. Aleluya, aleluya.
 
Yo soy el buen pastor, dice el Señor; yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. R/.
 
 
EVANGELIO
 
El buen pastor da la vida por sus ovejas.
 
Del santo Evangelio según san Juan: 10, 11-18
 
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: "Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas. En cambio, el asalariado, el que no es el pastor ni el dueño de las ovejas, cuando ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; el lobo se arroja sobre ellas y las dispersa, porque a un asalariado no le importan las ovejas.
Yo soy el buen pastor, porque conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Yo doy la vida por mis ovejas. Tengo además otras ovejas que no son de este redil y es necesario que las traiga también a ellas; escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo pastor.
El Padre me ama porque doy mi vida para volverla a tomar. Nadie me la quita; yo la doy porque quiero. Tengo poder para darla y lo tengo también para volverla a tomar. Este es el mandato que he recibido de mi Padre". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO de los Apóstoles
 
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Levantemos, hermanos, nuestros ojos a Cristo, obispo y pastor de nuestras almas, y pongamos en sus manos, con toda confianza, las necesidades de los hombres diciendo: Te rogamos, Señor. R. O bien: Jesús, Buen Pastor, sálvanos.
 
Para que los obispos, los presbíteros y diáconos apacienten santamente a los pueblos que tienen encomendados, roguemos al Señor.
 
Para que la paz que Jesucristo concedió a los discípulos arraigue con fuerza en nuestro mundo, y se alejen de las naciones el odio y las guerras, roguemos al Señor.
 
Para que los enfermos, los pobres y todos los que sufren encuentren en Cristo resucitado luz y esperanza, roguemos al Señor.
 
Para que Dios derrame en las familias cristianas el espíritu de piedad y de renuncia a lo mundano, de manera que germinen abundantes vocaciones al ministerio eclesial, roguemos al Señor.
 
Dios nuestro, Padre todopoderoso, que hiciste resplandecer la gloria de Cristo resucitado cuando, en su nombre, devolviste la salud al inválido, reúne en una sola familia a los hombres dispersos por el pecado y haz que, uniéndose a Cristo, el buen pastor, experimenten la alegría de pertenecer a tu rebaño. Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Concédenos, Señor, vivir siempre llenos de gratitud por estos misterios pascuales que celebramos, para que, continuamente renovados por su acción se conviertan para nosotros en causa de eterna felicidad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO
 
Prefacio IV PREFACIO IV DE PASCUA
 
Restauración universal por el Misterio Pascual
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca en este tiempo en que Cristo, nuestra Pascua, fue inmolado. Porque destruida la antigua situación de pecado, se renueva todo lo que estaba caído y en Cristo se restablece la integridad de nuestra vida. Por eso, con esta efusión del gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría, y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
 
Ha resucitado el Buen Pastor, que dio la vida por sus ovejas y se entregó a la muerte por su rebaño. Aleluya.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Buen Pastor, vela con solicitud por tu rebaño y dígnate conducir a las ovejas que redimiste con la preciosa sangre de tu Hijo, a las praderas eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20210424

¿Cuál anunciante intenta vender sus productos, proclamando lánguidamente que son más o menos suficientes? ¿Cuál anunciante pretende atraer clientes a un negocio, declarando sin pasión que sus servicios sólo "están bien"? ¡Ningún anunciante lo hace así! Entonces, ¿por qué creemos que podemos evangelizar el mundo con una actitud de aburrimiento, tomando medios medidos, viviendo nuestra fe como si fuera otra obligación que, desgraciadamente, tenemos que cumplir? La evangelización requiere que nos demos cuenta de la grandeza increíble de ser cristiano y que comuniquemos dicha grandeza clara y plenamente. No se trata de un entusiasmo afectado, que utilizan algunos fundamentalistas. No se trata de la manipulación emocional y sicológica, que es un arma de ciertas sectas. Se refiere, en cambio, a la convicción de que la vida cristiana es realmente extraordinaria y a la voluntad de compartir esta grandeza con los demás. 

viernes, 16 de abril de 2021

DOMINGO III DE PASCUA CICLO B Domingo 18 de abril 2021

 
 
LA REALIDAD DE LA RESURRECCIÓN
Hech 3, 13-15. 17-19; Sal 4; 1 Jn 2, 1-5; Lc 24, 35-48
 
Parece que, para algunos, la resurrección de Jesús fue tan sorprendente y sobrecogedora que creyeron que era una ficción, una alucinación, o un caso de fantasmas. Estaban más dispuestos a creer en supersticiones que en la verdad. Por lo tanto, Lucas hace todo lo posible para enfatizar dos afirmaciones importantes: Jesús resucitado es la misma persona que los discípulos conocieron antes de su muerte en la cruz, aunque se ha transformado en algún sentido; y este Jesús resucitado es real, verdadero y vivo. El evangelista hace estas afirmaciones de manera narrativa. Primero, Jesús muestra sus manos y sus pies exclamando "soy yo mismo". Luego, toma el pez asado y lo come. ¡Un fantasma no come pez! Si todavía no entienden, hace precisamente lo que hizo antes de su muerte: enseña la verdad a sus discípulos, explicando el sentido de las Escrituras.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 65, 1-2
 
Aclama a Dios, tierra entera. Canten todos un himno a su nombre, denle gracias y alábenlo. Aleluya.
 
 
GLORIA
 
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Dios nuestro, que tu pueblo se regocije siempre al verse renovado y rejuvenecido, para que, al alegrarse hoy por haber recobrado la dignidad de su adopción filial, aguarde seguro su gozosa esperanza el día de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
Ustedes dieron muerte al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos.
 
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 3.13-15.17-19
 
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: "El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, a quien ustedes entregaron a Pilato, y a quien rechazaron en su presencia, cuando él ya había decidido ponerlo en libertad. Rechazaron al santo, al justo, y pidieron el indulto de un asesino; han dado muerte al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos y de ello nosotros somos testigos.
Ahora bien, hermanos, yo sé que ustedes han obrado por ignorancia, de la misma manera que sus jefes; pero Dios cumplió así lo que había predicho por boca de los profetas: que su Mesías tenía que padecer. Por lo tanto, arrepiéntanse y conviértanse para que se les perdonen sus pecados". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 4, 2. 4. 7, 9.
R/. En ti, Señor, confío. Aleluya.
 
Tú que conoces lo justo de mi causa, Señor, responde a mi clamor. Tú que me has sacado con bien de mis angustias, apiádate y escucha mi oración, R/.
 
Admirable en bondad ha sido el Señor para conmigo, y siempre que lo invoco me ha escuchado; por eso en él confío. R/.
 
En paz, Señor, me acuesto y duermo en paz, pues sólo tú, Señor, eres mi tranquilidad. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Cristo es la víctima de propiciación por nuestros pecados y por los del mundo entero.
 
De la primera carta del apóstol san Juan: 2, 1-5
 
Hijitos míos: Les escribo esto para que no pequen. Pero, si alguien peca, tenemos como intercesor ante el Padre, a Jesucristo, el justo. Porque él se ofreció como víctima de expiación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino por los del mundo entero.
En esto tenemos una prueba de que conocemos a Dios: en que cumplimos sus mandamientos. Quien dice: "Yo lo conozco", pero no cumple sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él. Pero en aquel que cumple su palabra, el amor de Dios ha llegado a su plenitud, y precisamente en esto conocemos que estamos unidos a él. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Lc 24, 32
R/. Aleluya, aleluya.
 
Señor Jesús, haz que comprendamos la Sagrada Escritura. Enciende nuestro corazón mientras nos hablas. R/.
 
 
EVANGELIO
 
Está escrito que Cristo tenía que padecer y tenía que resucitar de entre los muertos al tercer día.
 
Del santo Evangelio según san Lucas: 24, 35-48
 
Cuando los dos discípulos regresaron de Emaús y llegaron al sitio donde estaban reunidos los apóstoles, les contaron lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan.
Mientras hablaban de esas cosas, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes". Ellos, desconcertados y llenos de temor, creían ver un fantasma. Pero él les dijo: "No teman; soy yo. ¿Por qué se espantan? ¿Por qué surgen dudas en su interior? Miren mis manos y mis pies. Soy yo en persona. Tóquenme y convénzanse: un fantasma no tiene ni carne ni huesos, como ven que tengo yo". Y les mostró las manos y los pies. Pero como ellos no acababan de creer de pura alegría y seguían atónitos, les dijo: "¿Tienen aquí algo de comer?". Le ofrecieron un trozo de pescado asado; él lo tomó y se puso a comer delante de ellos.
Después les dijo: "Lo que ha sucedido es aquello de que les hablaba yo, cuando aún estaba con ustedes: que tenía que cumplirse todo lo que estaba escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos".
Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras y les dijo: "Está escrito que el Mesías tenía que padecer y había de resucitar de entre los muertos al tercer día, y que en su nombre se había de predicar a todas las naciones, comenzando por Jerusalén, la necesidad de volverse a Dios para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de esto".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO de los Apóstoles
 
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Invoquemos, amados hermanos, a Cristo, triunfador del pecado y de la muerte, que siempre intercede por nosotros diciendo: Te rogamos, Señor. R/. Te rogamos, Señor. O bien: Rey de la gloria, resucítanos contigo.
 
Para que Cristo, el Señor, atraiga hacia sí el corazón de los fieles y fortalezca sus voluntades, de manera que busquen los bienes de allá arriba, donde él está sentado a la derecha de Dios, roguemos al Señor.
 
Para que Cristo, amo supremo de la creación, haga que todos los pueblos gocen abundantemente de la paz que en sus apariciones otorgó a los discípulos, roguemos al Señor.
 
Para que Cristo, el destructor de la muerte y el médico de toda enfermedad, se compadezca de los débiles y desdichados y aleje del mundo el hambre, las guerras y todos los males, roguemos al Señor.
 
Para que Cristo, el Señor, salve y bendiga nuestra parroquia (comunidad), y conceda la paz, la alegría y el descanso de las fatigas a los que hoy nos hemos reunido aquí para celebrar su triunfo, roguemos al Señor.
 
Señor Dios, que con la muerte gloriosa de tu Hijo, víctima de propiciación por nuestros pecados, has puesto el fundamento de la reconciliación y la paz, escucha las oraciones de tu Iglesia y haz de nosotros signo y levadura de una humanidad nueva, pacificada por tu amor. Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Recibe, Señor, los dones que, jubilosa, tu Iglesia te presenta, y puesto que es a ti a quien debe su alegría, concédele también disfrutar de la felicidad eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO
 
Prefacio de Cuaresma III
 
Los frutos de la penitencia
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque has querido que en nuestras privaciones voluntarias encontremos un motivo para bendecirte, ya que nos ayudan a refrenar nuestras pasiones desordenadas y, al damos ocasión de compartir nuestros bienes con los necesitados, nos hacen imitadores de tu generosidad. Por eso, con todos los ángeles, te glorificamos y te aclamamos diciendo:
Santo, Santo, Santo...
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 24, 35
 
Los discípulos reconocieron al Señor Jesús, al partir el pan. Aleluya.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Dirige, Señor, tu mirada compasiva sobre tu pueblo, al que te has dignado renovar con estos misterios de vida eterna, y concédele llegar un día a la gloria incorruptible de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20210418

En la antigüedad, varios grupos, con nombres exóticos, negaron la realidad de Jesús. Los docetistas, por ejemplo, insistieron en que la humanidad de Jesús fue solo un velo que la Segunda Persona de la Trinidad asumió, para condescender a los seres humanos. Los gnósticos, sostuvieron que la humanidad de Jesús fue una prisión en la que el espíritu del Mesías fue atrapado. Los monofisitas, creían que la humanidad de Jesús fue absorta por su divinidad hasta que casi desapareció. Hoy, son pocos los que proponen tales doctrinas extrañas. Sin embargo, se puede negar la resurrección de formas más prácticas. Se la niega, viviendo sin la esperanza que el Señor llevó con su resurrección. Se la niega, ignorando a los pobres, que son las imágenes de Cristo. Se la niega, haciendo daño al cosmos, que es como el cuerpo prolongado de Cristo.


sábado, 10 de abril de 2021

DOMINGO II DE PASCUA O DE DIVINA MISERICORDIA Domingo 11 de abril 2021

 



 
LA UTOPÍA DE LA VIDA CRISTIANA
 
Hech 4,32-35; Sal 17 71; 1 Jn 5, 1-6; Jn 20,19-31
 
Nuestro texto, del libro de los Hechos de los apóstoles, es uno de los famosos sumarios de la vida de los primeros cristianos, similar, por ejemplo, al de 2, 44-45. La mayor parte de los comentaristas coincide en señalar que tales descripciones son una idealización. El compartir y la solidaridad no debieron ser así de completos como se describen. Lucas está presentando la fraternidad, en el sentido más pleno de la palabra, como una exigencia radical del mismo Evangelio e intenta demostrar que no es un sueño ni una ilusión, porque comenzó a hacerse realidad entre los primeros creyentes. Parece que, en la comunidad, había un problema serio de pobreza y la comunidad respondió a la necesidad de los pobres de un modo notable. Muestran que la utopía de la vida cristiana ilumina y empuja la historia.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA 1 P 2, 2
 
Como niños recién nacidos, anhelen una leche pura y espiritual que los haga crecer hacia la salvación. Aleluya.
 
 
GLORIA
 
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Dios de eterna misericordia, que reanimas la fe de este pueblo a ti consagrado con la celebración anual de las fiestas pascuales, aumenta en nosotros los dones de tu gracia, para que todos comprendamos mejor la excelencia del bautismo que nos ha purificado, la grandeza del Espíritu que nos ha regenerado y el precio de la Sangre que nos ha redimido. Por nuestro Señor Jesucristo...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
Tenían un solo corazón y una sola alma.
 
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 4, 32-35
 
La multitud de los que habían creído tenía un solo corazón y una sola alma; todo lo poseían en común y nadie consideraba suyo nada de lo que tenía.
Con grandes muestras de poder, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús y todos gozaban de gran estimación entre el pueblo. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían terrenos o casas, los vendían, llevaban el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles, y luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 117, 2-4. 16ab-18. 22-24.
R/. La misericordia del Señor es eterna. Aleluya.
 
Diga la casa de Israel: "Su misericordia es eterna". Diga la casa de Aarón: "Su misericordia es eterna". Digan los que temen al Señor: ''Su misericordia es eterna". R/.
 
La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es nuestro orgullo. No moriré, continuaré viviendo para contar lo que el Señor ha hecho. Me castigó, me castigó el Señor; pero no me abandonó a la muerte. R/.
 
La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. Este es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Todo el que ha nacido de Dios vence al mundo.
 
De la primera carta del apóstol san Juan: 5, 1-6
 
Queridos hermanos: Todo el que cree que Jesús es el Mesías, ha nacido de Dios. Todo el que ama a un padre, ama también a los hijos de éste. Conocemos que amamos a los hijos de Dios, en que amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos, pues el amor de Dios consiste en que cumplamos sus preceptos. Y sus mandamientos no son pesados, porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Y nuestra fe es la que nos ha dado la victoria sobre el mundo. Porque, ¿quién es el que vence al mundo? Sólo el que cree que Jesús es el Hijo de Dios.
Jesucristo es el que se manifestó por medio del agua y de la sangre; él vino, no sólo con agua, sino con agua y con sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu es la verdad. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SECUENCIA Opcional
 
Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.
               
Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.
 
Lucharon vida y muerte
en singular batalla,
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.
 
"¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?"
"A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,
 
los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!
 
Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua."
 
Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.
 
Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 20, 29
R/. Aleluya, aleluya.
 
Tomás, tú crees, porque me has visto. Dichosos los que creen sin haberme visto, dice el Señor. R/.
 
 
EVANGELIO
 
Ocho días después, se les apareció Jesús.
 
Del santo Evangelio según san Juan: 20, 19-31
 
Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes". Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría.
De nuevo les dijo Jesús: "La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo". Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: "Reciban al Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar".
Tomás, uno de los Doce, a quien llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando vino Jesús, y los otros discípulos le decían: "Hemos visto al Señor". Pero él les contestó: "Si no veo en sus manos la señal de los clavos y si no meto mi dedo en los agujeros de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré".
Ocho días después, estaban reunidos los discípulos a puerta cerrada y Tomás estaba con ellos. Jesús se presentó de nuevo en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes". Luego le dijo a Tomás: "Aquí están mis manos; acerca tu dedo. Trae acá tu mano, métela en mi costado y no sigas dudando, sino cree". Tomás le respondió: "¡Señor mío y Dios mío!". Jesús añadió:
"Tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haber visto".
Otras muchas señales milagrosas hizo Jesús en presencia de sus discípulos, pero no están escritas en este libro. Se escribieron éstas para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO de los Apóstoles
 
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Llenos de gozo por la santa resurrección del Señor, purificados nuestros sentimientos y renovado nuestro espíritu, supliquemos con insistencia al Señor, diciendo: Rey vencedor, escúchanos.
R/. Rey vencedor, escúchanos.
 
A Cristo que con su gloriosa resurrección, ha vencido la muerte y ha destruido el pecado, pídamosle que todos los cristianos sean siempre fieles a las promesas del bautismo que renovaron en la noche santa de Pascua.
 
A Cristo, que, con su santa resurrección, ha otorgado el perdón y la paz a los pecadores, supliquémosle que quienes han regresado al camino de la vida conserven los dones que la misericordia del Padre les ha restituido.
 
A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, ha dado al mundo la vida verdadera y ha renovado toda la creación, pidámosle por los que, por no creer en su triunfo, viven sin esperanza.
 
A Cristo, que, con su santa resurrección, ha colmado de alegría a los pueblos y los ha enriquecido con sus dones y ha hecho vibrar de gozo nuestros corazones, pidámosle que renueve la esperanza de los que sufren y lloran.
 
A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, anunció la alegría a las mujeres, y por medio de las mujeres a los apóstoles, y por medio de los apóstoles al mundo entero, pidámosle por los que nos hemos reunido para celebrar su triunfo.
 
Dios nuestro, que en la Pascua de cada domingo nos haces revivir las maravillas de la salvación, escucha la oración de tu pueblo y haz que siempre sepamos reconocer a Cristo presente en la asamblea de los hermanos y que, juntamente con ellos, demos testimonio de la resurrección inaugurada por cristo, tu Hijo. Él, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Recibe, Señor, las ofrendas de tu pueblo (y de los recién bautizados), para que, renovados por la confesión de tu nombre y por el bautismo, consigamos la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO
 
El misterio pascual
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca en este tiempo, en que Cristo, nuestra pascua, fue inmolado. Porque Él es el Cordero de Dios que quitó el pecado del mundo: muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando, restauró la vida. Por eso, con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 20, 27
 
Jesús dijo a Tomás: Acerca tu mano, toca los agujeros que dejaron los clavos y no seas incrédulo, sino creyente. Aleluya.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Dios todopoderoso, concédenos que la gracia recibida en este sacramento pascual permanezca siempre en nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
Para despedir al pueblo se canta o se dice "Pueden ir en paz, aleluya, aleluya." A lo cual se responde "Demos gracias a Dios, aleluya, aleluya".

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20210411

 

Las utopías han adquirido una mala fama en nuestros tiempos. El cinismo y el egoísmo son alabados en muchos círculos como los únicos valores realistas, en un mundo tan frío, despiadado, y severo como el nuestro. Creer en una visión que pretenda explicar el sentido de la vida, es burlado por los que se aferran a un relativismo que se focaliza únicamente en lo individual. Sin embargo, tal actitud es, de hecho, poco realista. No se puede vivir sin una visión de la vida que atraiga la atención, nuestra la esperanza y provea de energía para levantarse de la cama y enfrentar los retos de cada día. Además, las utopías unen personas y permiten superar la soledad. El Evangelio de Cristo provee la utopía más radical: retrata un mundo de amor profundo entre los seres humanos, la creación entera, y Dios mismo.

sábado, 3 de abril de 2021

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20210404

 

 Vivimos en una época de abundante información. Gracias al Internet, a los teléfonos inteligentes y a mucha tecnología innovadora, estamos viajando por la supercarretera de la información. Por desgracia, los múltiples pedazos de información que recibimos cada día, no nos traen el entendimiento sino la confusión. Somos como los personajes de la novela La ceguera, del Premio Nobel, José Saramago, cegados con demasiada luz. El Evangelio (Juan: 20, 1-9) de hoy nos sugiere cómo evitar la ceguera y alcanzar el entendimiento. Ahí, los discípulos siguen prácticas sugestivas. Leen la Escritura. Tienen una conversación profunda acerca de la vida y de la fe. Siguen viajando en el camino a Emaús, símbolo de sus vidas, e imitando la de Jesús. Rezan y toman parte en la fracción del pan. Por medio de estos recursos, logran entender. Nosotros, hoy, podemos alcanzar el entendimiento por medio de esas mismas prácticas.

I DOMINGO DE PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR SOLEMNIDAD Domingo 4 de abril 2021

 



 
LA RESURRECCIÓN TRAE CONSIGO UN NUEVO ENTENDIMIENTO
 
Hech 10, 34. 37-43; Sal 117; Co13, 1-4; Jn 20, 1-9;
 
En los Evangelios, el discípulo Pedro no parece entender mucho acerca de Jesús y su mensaje. Concibe la obra de Cristo, como un privilegio destinado únicamente para unos pocos. Pero en el libro de Hechos, que ha sido considerado siempre como el complemento del tercer Evangelio, se transforma. Comienza predicando que Dios no hace distinciones entre personas, que acepta a cualquiera que sea bueno y honrado, sin mirar la raza o nación de la que proceda. Finalmente ha comprendido. El mismo proceso se evidencia en la narración del camino a Emaús. Dos discípulos anónimos empiezan su viaje en medio de la decepción, la tristeza y la frustración. Pero al final del camino se les abren los ojos y sus corazones arden dentro de ellos. ¿Qué propició tal cambio de entendimiento en Pedro y en los dos discípulos? La respuesta es la presencia del Señor resucitado.
 
 
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 139, 19. 5-6
 
He resucitado y estoy contigo, aleluya: has puesto tu mano sobre mí, aleluya: tu sabiduría ha sido maravillosa, aleluya, aleluya.
 
 
GLORIA
 
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
 
 
ORACIÓN COLECTA
 
Señor Dios, que por medio de tu Unigénito, vencedor de la muerte, nos has abierto hoy las puertas de la vida eterna, concede a quienes celebramos la solemnidad de la resurrección del Señor, resucitar también en la luz de la vida eterna, por la acción renovadora de tu Espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo...
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA
 
PRIMERA LECTURA
 
Hemos comido y bebido con Cristo resucitado.
 
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 10, 34. 37-43
 
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: "Ya saben ustedes lo sucedido en toda Judea, que tuvo principio en Galilea, después del bautismo predicado por Juan: cómo Dios ungió con el poder del Espíritu Santo a Jesús de Nazaret y cómo éste pasó haciendo el bien, sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. Nosotros somos testigos de cuanto él hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de la cruz, pero Dios lo resucitó al tercer día y concedió verlo, no a todo el pueblo, sino únicamente a los testigos que él, de antemano, había escogido: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de que resucitó de entre los muertos.
Él nos mandó predicar al pueblo y dar testimonio de que Dios lo ha constituido juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime: que cuantos creen en él reciben, por su medio, el perdón de los pecados".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 
 
SALMO RESPONSORIAL
 
Del salmo 117, 1-2. 16ab-17. 22-23.
R/. Este es el día del triunfo del Señor. Aleluya.
 
Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Diga la casa de Israel: "Su misericordia es eterna". R/.
 
La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es nuestro orgullo. No moriré, continuaré viviendo para contar lo que el Señor ha hecho. R/.
 
La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. R/.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
Tiren la antigua levadura, pues Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado.
 
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 5, 6-8
 
Hermanos: ¿No saben ustedes que un poco de levadura hace fermentar toda la masa? Tiren la antigua levadura, para que sean ustedes una masa nueva, ya que son pan sin levadura, pues Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado.
Celebremos, pues, la fiesta de la Pascua, no con la antigua levadura, que es de vicio y maldad, sino con el pan sin levadura, que es de sinceridad y verdad.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
 

SECUENCIA
 
Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.
               
Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.
 
Lucharon vida y muerte
en singular batalla,
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.
 
"¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?"
"A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,
 
los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!
 
Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua."
 
Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.
 
Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.
 
 
ACLAMACiÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. 1 Co 5, 7-8
 
R/. Aleluya, aleluya.
 
Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado; celebremos, pues, la Pascua. R/.
 
EVANGELIO
 
Él debía resucitar de entre los muertos.
 
Del santo Evangelio según san Juan: 20, 1-9
 
El primer día después del sábado, estando todavía oscuro, fue María Magdalena al sepulcro y vio removida la piedra que lo cerraba. Echó acorrer, llegó a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto".
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos iban corriendo juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro y llegó primero al sepulcro, e inclinándose, miró los lienzos puestos en el suelo, pero no entró.
En eso llegó también Simón Pedro, que lo venía siguiendo, y entró en el sepulcro. Contempló los lienzos puestos en el suelo y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, puesto no con los lienzos en el suelo, sino doblado en sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó, porque hasta entonces no habían entendido las Escrituras, según las cuales Jesús debía resucitar de entre los muertos.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
 
 
PROFESIÓN DE FE
 
CREDO de los Apóstoles
 
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
 
 
PLEGARIA UNIVERSAL
 
Llenos de gozo por la santa Resurrección del Señor, purificados nuestros sentimientos y renovado nuestro espíritu, supliquemos con insistencia al Señor, diciendo: Rey vencedor, escúchanos. R/. Rey vencedor, escúchanos.
 
A Cristo, que, con su gloriosa resurrección ha sido constituido Cabeza de la Iglesia, pidámosle que, por su amor, conceda gozo y exultación a todos los fieles que celebran su triunfo.
 
A Cristo, que, con su santa resurrección ha otorgado el perdón y la paz a los pecadores, supliquémosle que quienes han regresado al camino de la vida conserven íntegramente los dones que la misericordia del Padre les ha restituido.
 
A Cristo, que, con su gloriosa resurrección ha inaugurado la resurrección universal, pidámosle que alegre el corazón de los hombres que aún desconocen [los frutos de] su victoria y, con el anuncio evangélico, llene de gozo a todos los pueblos y naciones.
 
A Cristo, que, con su santa resurrección, ha colmado de alegría a los pueblos, los ha enriquecido con sus dones y ha hecho vibrar de gozo nuestros corazones, pidámosle que renueve la esperanza de los que sufren y lloran.
 
A Cristo, que, con su gloriosa resurrección, ha alegrado al mundo entero, pidámosle que renueve nuestro espíritu y nos conceda la esperanza firme de compartir su triunfo y de resucitar con él a una vida nueva.
 
Señor Jesucristo, que en el cielo eres glorificado por los ángeles y los santos y en la tierra eres enaltecido y adorado por tu Iglesia, en esta fiesta gloriosa de tu Resurrección te pedimos que escuches nuestras plegarias y extiendas tu diestra misericordiosa sobre este pueblo que tiene puesta toda su esperanza en tu resurrección. Tú, que vives y reinas, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.
 
 
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
 
Llenos de júbilo por el gozo pascual te ofrecemos. Señor, este sacrificio, mediante el cual admirablemente nace y se nutre tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
PREFACIO
 
El misterio pascual
 
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca en este tiempo, en que Cristo, nuestra pascua, fue inmolado. Porque Él es el Cordero de Dios que quitó el pecado del mundo: muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando, restauró la vida. Por eso, con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
 
 
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Co 5,7-8
 
Cristo nuestro Cordero Pascual ha sido inmolado. Aleluya. Celebremos, pues, la Pascua, con el pan sin levadura, que es sinceridad y verdad. Aleluya.
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Dios de bondad, protege paternalmente con amor incansable a tu Iglesia, para que renovada por los misterios pascuales, pueda llegar a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 
DESPEDIDA
 
Anuncien a todos la alegría del Señor resucitado. Pueden ir en paz. Aleluya, aleluya.
R. Demos gracias a Dios, aleluya, aleluya.

viernes, 2 de abril de 2021

Vigilia Pascual

 

 
Durante el Sábado Santo, la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando en su pasión y muerte, y se abstiene de celebrar el sacrificio de la misa (por lo que conserva el altar enteramente desnudo) hasta que, después de la Vigilia solemne o espera nocturna de la resurrección, se desborda la alegría pascual, cuya exuberancia inunda los cincuenta días subsiguientes. Hoy no puede darse la sagrada comunión más que a modo de viático.

Durante este día la Iglesia está en actitud de silencio, propicio para la reflexión y oración, esperando la hora de la víspera para dar inicio a la Vigilia Pascual; que consta de cuatro partes: 
Lucernario o Solemne Comienzo de la Vigilia,
Liturgia de la Palabra,
Liturgia Bautismal y
Liturgia Eucarística.
 
 
Lucernario o Solemne Comienzo de la Vigilia.
 
Ø      Bendición del fuego
Es el inicio de la Vigilia. Habla del paso de las tinieblas a la luz, de la noche al día. Las tinieblas simbolizan el pecado y la muerte; y la luz simboliza a Cristo Resucitado.       
 
Ø      Cirio Pascual
Se enciende el Cirio Pascual, que simboliza a Cristo Resucitado y se reparte su fuego para encender las velas que todos los fieles llevan a la celebración, significando que Cristo, “Luz del Mundo” ilumina la vida de los hombres con su resurrección.
 
Ø      Procesión
Consiste en entrar al templo o lugar de la celebración, precedidos por el Sacerdote que lleva el Cirio Pascual en alto, significa que somos un Nuevo Pueblo de Dios, nacido de la Pascua; peregrinos seguimos a Cristo Resucitado.
 
Ø      Pregón Pascual
Se canta el pregón pascual.
 
 
Liturgia de la Palabra
 
El símbolo de la luz del cirio cede lugar a la realidad de Cristo, luz del mundo, presente en su palabra, proclamada esta noche. Son nueve lecturas, siete del Antiguo Testamento y dos del Nuevo Testamento (Epístola y Evangelio); que presentan en síntesis la Historia de la Salvación.
 
 
Liturgia Bautismal
 
Momento en que se bendice el agua bautismal, se celebra el Bautismo a quienes se hayan preparado para ingresar a la comunidad cristiana y se renuevan las promesas bautismales de todos los presentes.
 
 
Liturgia Eucarística
 
La celebración eucarística es el centro de toda la vigilia. La palabra eucaristía significa “acción de gracias”. En esta noche pascual, la Iglesia celebra su acción de gracias al Padre por habernos dado a su Hijo muerto y resucitado.

VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR 2 de Abril del 2021

 


La celebración de este día consta de tres partes:
Primera parte: Liturgia de la palabra
Segunda parte: Adoración de la Santa Cruz
Tercera parte: Sagrada comunión
 
Día de ayuno y abstinencia
El día de hoy y el de mañana, por una antiquísima tradición, la Iglesia omite por completo la celebración del sacrificio eucarístico. El altar debe estar desnudo por completo: sin cruz, sin candelabros y sin manteles. El sacerdote, revestidos de color rojo como para la misa, se dirigen al altar, y hecha la debida reverencia, se postran rostro en tierra o, si se juzga mejor, se arrodillan, y todos oran en silencio durante algún espacio de tiempo. Después el sacerdote se dirige a la sede donde, mientras todos permanecen de rodillas, dice la siguiente oración:
No se dice “Oremos”.
 


ORACIÓN
 
Acuérdate, Señor, de tu gran misericordia, y santifica a tus siervos con tu constante protección, ya que por ellos Cristo, tu Hijo, derramando su sangre, instituyó el misterio pascual. El, que vive y reina por los siglos de los siglos. R. Amén
 
 
PRIMERA PARTE:
LITURGIA DE LA PALABRA
 
 
PRIMERA LECTURA
 
[Él fue traspasado por nuestros crímenes.]
Del libro del profeta Isaías 52, 13–53, 12
He aquí que mi siervo prosperará, será engrandecido y exaltado, será puesto en alto. Muchos se horrorizaron al verlo, porque estaba desfigurado su semblante, que no tenía ya aspecto de hombre; pero muchos pueblos se llenaron de asombro. Ante él los reyes cerrarán la boca, porque verán lo que nunca se les había contado y comprenderán lo que nunca se habían imaginado.
¿Quién habrá de creer lo que hemos anunciado? ¿A quién se le revelará el poder del Señor? Creció en su presencia como planta débil, como una raíz en el desierto. No tenía gracia ni belleza. No vimos en él ningún aspecto atrayente; despreciado y rechazado por los hombres, varón de dolores, habituado al sufrimiento; como uno del cual se aparta la mirada, despreciado y desestimado. Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo tuvimos por leproso, herido por Dios y humillado, traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Él soportó el castigo que nos trajo la paz. Por sus llagas hemos sido curados.
Todos andábamos errantes como ovejas, cada uno siguiendo su camino, y el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes. Cuando lo maltrataban, se humillaba y no abría la boca, como un cordero llevado a degollar; como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca.
Inicialmente y contra toda justicia se lo llevaron. ¿Quién se preocupó de su suerte? Lo arrancaron de la tierra de los vivos, lo hirieron de muerte por los pecados de mi pueblo, le dieron sepultura con los malhechores a la hora de su muerte, aunque no había cometido crímenes, ni hubo engaño en su boca. El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento. Cuando entregue su vida como expiación, verá a sus descendientes, prolongará sus años y por medio de él prosperarán los designios del Señor. Por las fatigas de su alma, verá la luz y se saciará; con sus sufrimientos justificará mi siervo a muchos, cargando con los crímenes de ellos. Por eso le daré una parte entre los grandes, y con los fuertes repartirá despojos, ya que indefenso se entregó a la muerte y fue contado entre los malhechores, cuando tomó sobre sí las culpas de todos e intercedió por los pecadores. Palabra de Dios.
 
 
SALMO RESPONSORIAL del salmo 30, 2 y 6. 12-13. 15-16. 17 y 25
 
R. Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. 

A ti, Señor, me acojo, que no quede yo nunca defraudado. En tus manos encomiendo mi espíritu y tú, mi Dios leal, me librarás. R. 

Se burlan de mí mis enemigos, mis vecinos y parientes de mí se espantan, los que me ven pasar huyen de mí. Estoy en el olvido, como un muerto, como un objeto tirado en la basura. R. 

Pero yo, Señor, en ti confío. Tú eres mi Dios, y en tus manos está mi destino. Líbrame de los enemigos que me persiguen. R. 

Vuelve, Señor, tus ojos a tu siervo y sálvame, por tu misericordia. Sean fuertes y valientes de corazón, ustedes, los que esperan en el Señor. R.
 
 
SEGUNDA LECTURA
 
[Aprendió a obedecer y se convirtió en la causa de la salvación eterna para todos los que lo obedecen.]
De la carta a los hebreos 4, 14-16; 5, 7.9
Hermanos: Jesús, el Hijo de Dios, es nuestro sumo sacerdote, que ha entrado en el cielo. Mantengamos firme la profesión de nuestra fe. En efecto, no tenemos un sumo sacerdote que no sea capaz de compadecerse de nuestros sufrimientos, puesto que él mismo ha pasado por las mismas pruebas que nosotros, excepto el pecado. Acerquémonos, por tanto, con plena confianza al trono de la gracia, para recibir misericordia, hallar la gracia y obtener ayuda en el momento oportuno. Precisamente por eso, Cristo, durante su vida mortal, ofreció oraciones y súplicas, con fuertes voces y lágrimas, a aquel que podía librarlo de la muerte, y fue escuchado por su piedad. A pesar de que era el Hijo, aprendió a obedecer padeciendo, y llegado a su perfección, se convirtió en la causa de la salvación eterna para todos los que lo obedecen. Palabra de Dios.
 
 
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Flp 2, 8-9
 
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús. Cristo se humilló por nosotros y por obediencia aceptó incluso la muerte y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre. 

R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús. 
 
 
EVANGELIO
Jn 18, 1— 19, 42
 
Cuando la lectura se hace alternada:
C = Cronista; S = “Sinagoga”; y ╬ = Cristo

PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN JUAN
 
C En aquel tiempo, Jesús fue con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto, y entraron allí él y sus discípulos. Judas, el traidor, conocía también el sitio, porque Jesús se reunía a menudo allí con sus discípulos.
Entonces Judas tomó un batallón de soldados y guardias de los sumos sacerdotes y de los fariseos y entró en el huerto con linternas, antorchas y armas. Jesús, sabiendo todo lo que iba a suceder, se adelantó y les dijo:
╬ “¿A quién buscan?”
C Le contestaron: “
S A Jesús, el nazareno”.
C Les dijo Jesús:
╬ “Yo soy”.
C Estaba también con ellos Judas, el traidor. Al decirles ‘Yo soy’, retrocedieron y cayeron a tierra. Jesús les volvió a preguntar:
╬ “¿A quién buscan?”
C Ellos dijeron:
S “A Jesús, el nazareno”.
C Jesús contestó:
╬ “Les he dicho que soy yo. Si me buscan a mí, dejen que éstos se vayan”.
C Así se cumplió lo que Jesús había dicho: “No he perdido a ninguno de los que me diste”.
Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió a un criado del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. Este criado se llamaba Malco. Dijo entonces Jesús a Pedro:
╬ “Mete la espada en la vaina. ¿No voy a beber el cáliz que me ha dado mi Padre?”
C El batallón, su comandante y los criados de los judíos apresaron a Jesús, lo ataron y lo llevaron primero ante Anás, porque era suegro de Caifás, sumo sacerdote aquel año. Caifás era el que había dado a los judíos este consejo: ‘Conviene que muera un solo hombre por el pueblo’.
Simón Pedro y otro discípulo iban siguiendo a Jesús. Este discípulo era conocido del sumo sacerdote y entró con Jesús en el palacio del sumo sacerdote, mientras Pedro se quedaba fuera, junto a la puerta. Salió el otro discípulo, el conocido del sumo sacerdote, habló con la portera e hizo entrar a Pedro. La portera dijo entonces a Pedro:
S “¿No eres tú también uno de los discípulos de ese hombre?”
C Él dijo:
S “No lo soy”.
C Los criados y los guardias habían encendido un brasero, porque hacía frío, y se calentaban. También Pedro estaba con ellos de pie, calentándose.
El sumo sacerdote interrogó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina. Jesús le contestó:
 
╬ “Yo he hablado abiertamente al mundo y he enseñado continuamente en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y no he dicho nada a escondidas. ¿Por qué me interrogas a mí? Interroga a los que me han oído, sobre lo que les he hablado. Ellos saben lo que he dicho”.
C Apenas dijo esto, uno de los guardias le dio una bofetada a Jesús, diciéndole:
S “¿Así contestas al sumo sacerdote?”
C Jesús le respondió:
╬ “Si he faltado al hablar, demuestra en qué he faltado; pero si he hablado como se debe, ¿por qué me pegas?”
C Entonces Anás lo envió atado a Caifás, el sumo sacerdote.
Simón Pedro estaba de pie, calentándose, y le dijeron:
S “¿No eres tú también uno de sus discípulos?"
C Él lo negó diciendo:
S “No lo soy”.
C Uno de los criados del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro le había cortado la oreja, le dijo:
S “¿Qué no te vi yo con él en el huerto?”
C Pedro volvió a negarlo y en seguida cantó un gallo.
Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio. Era muy de mañana y ellos no entraron en el palacio para no incurrir en impureza y poder así comer la cena de Pascua.
Salió entonces Pilato a donde estaban ellos y les dijo:
S ¿De qué acusan a este hombre?”
C Le contestaron:
S “Si éste no fuera un malhechor, no te lo hubiéramos traído”.
C Pilato les dijo:
S “Pues llévenselo y júzguenlo según su ley”.
C Los judíos le respondieron:
S “No estamos autorizados para dar muerte a nadie”.
C Así se cumplió lo que había dicho Jesús, indicando de qué muerte iba a morir.
Entró otra vez Pilato en el pretorio, llamó a Jesús y le dijo:
S “¿Eres tú el rey de los judíos?”
C Jesús le contestó:
╬ “¿Eso lo preguntas por tu cuenta o te lo han dicho otros?”
C Pilato le respondió:
S “¿Acaso soy yo judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué es lo que has hecho?”
C Jesús le contestó:
╬ “Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuera de este mundo, mis servidores habrían luchado para que no cayera yo en manos de los judíos. Pero mi Reino no es de aquí”.
C Pilato le dijo:
S “¿Conque tú eres rey?”
C Jesús le contestó:
╬ “Tú lo has dicho. Soy rey. Yo nací y vine al mundo para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz”.
C Pilato le dijo:
S “¿Y qué es la verdad?”
C Dicho esto, salió otra vez a donde estaban los judíos y les dijo:
S “No encuentro en él ninguna culpa. Entre ustedes es costumbre que por Pascua ponga en libertad a un preso. ¿Quieren que les suelte al rey de los judíos?”
C Pero todos ellos gritaron:
S “¡No, a ése no! ¡A Barrabás!”
C (El tal Barrabás era un bandido).
Entonces Pilato tomó a Jesús y lo mandó azotar. Los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza, le echaron encima un manto color púrpura, y acercándose a él, le decían:
S “¡Viva el rey de los judíos!”,
C y le daban de bofetadas.
Pilato salió otra vez afuera y les dijo:
S “Aquí lo traigo para que sepan que no encuentro en él ninguna culpa”.
C Salió, pues, Jesús, llevando la corona de espinas y el manto color púrpura. Pilato les dijo:
S “Aquí está el hombre”.
C Cuando lo vieron los sumos sacerdotes y sus servidores, gritaron:
S “¡Crucifícalo, crucifícalo!”
C Pilato les dijo:
S “Llévenselo ustedes y crucifíquenlo, porque yo no encuentro culpa en él”.
C Los judíos le contestaron:
S “Nosotros tenemos una ley y según esa ley tiene que morir, porque se ha declarado Hijo de Dios”.
C Cuando Pilato oyó estas palabras, se asustó aún más, y entrando otra vez en el pretorio, dijo a Jesús:
S “¿De dónde eres tú?”
C Pero Jesús no le respondió. Pilato le dijo entonces:
S “¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte y autoridad para crucificarte?”
C Jesús le contestó:
╬ “No tendrías ninguna autoridad sobre mí, si no te la hubieran dado de lo alto. Por eso, el que me ha entregado a ti tiene un pecado mayor”.
C Desde ese momento Pilato trataba de soltarlo, pero los judíos gritaban:
S “¡Si sueltas a ése, no eres amigo del César!; porque todo el que pretende ser rey, es enemigo del César”.
C Al oír estas palabras, Pilato sacó a Jesús y lo sentó en el tribunal, en el sitio que llaman “el Enlosado” (en hebreo Gábbata).
Era el día de la preparación de la Pascua, hacia el mediodía. Y dijo Pilato a los judíos:
S “Aquí tienen a su rey”.
C Ellos gritaron:
S “¡Fuera, fuera! ¡Crucifícalo!”
C Pilato les dijo:
S “¿A su rey voy a crucificar?”
C Contestaron los sumos sacerdotes:
S “No tenemos más rey que el César”.
C Entonces se lo entregó para que lo crucificaran.
Tomaron a Jesús y él, cargando con la cruz, se dirigió hacia el sitio llamado “la Calavera” (que en hebreo se dice Gólgota), donde lo crucificaron, y con él a otros dos, uno de cada lado, y en medio Jesús. Pilato mandó escribir un letrero y ponerlo encima de la cruz; en él estaba escrito: ‘Jesús el nazareno, el rey de los judíos’. Leyeron el letrero muchos judíos, porque estaba cerca el lugar donde crucificaron a Jesús y estaba escrito en hebreo, latín y griego. Entonces los sumos sacerdotes de los judíos le dijeron a Pilato:
S “No escribas: ‘El rey de los judíos’, sino: ‘Este ha dicho:
Soy rey de los judíos’”.
C Pilato les contestó:
S “Lo escrito, escrito está”.
C Cuando crucificaron a Jesús, los soldados cogieron su ropa e hicieron cuatro partes, una para cada soldado, y apartaron la túnica. Era una túnica sin costura, tejida toda de una pieza de arriba a abajo. Por eso se dijeron:
S “No la rasguemos, sino echemos suertes para ver a quién le toca”.
C Así se cumplió lo que dice la Escritura: Se repartieron mi ropa y echaron a suerte mi túnica Y eso hicieron los soldados.
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María la de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a su madre y junto a ella al discípulo que tanto quería, Jesús dijo a su madre:
╬ “Mujer, ahí está tu hijo”.
C Luego dijo al discípulo:
╬ “Ahí está tu madre”.
C Y desde entonces el discípulo se la llevó a vivir con él.
Después de esto, sabiendo Jesús que todo había llegado a su término, para que se cumpliera la Escritura dijo:
╬ “Tengo sed”.
C Había allí un jarro lleno de vinagre. Los soldados sujetaron una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo y se la acercaron a la boca. Jesús probó el vinagre y dijo:
╬ “Todo está cumplido”,
C e inclinando la cabeza, entregó el espíritu.
[Aquí se arrodillan todos y se hace una breve pausa]
C Entonces, los judíos, como era el día de la preparación de la Pascua, para que los cuerpos de los ajusticiados no se quedaran en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día muy solemne, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y los quitaran de la cruz. Fueron los soldados, le quebraron las piernas a uno y luego al otro de los que habían sido crucificados con él. Pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza e inmediatamente salió sangre y agua.
El que vio da testimonio de esto y su testimonio es verdadero y él sabe que dice la verdad, para que también ustedes crean. Esto sucedió para que se cumpliera lo que dice la Escritura: No le quebrarán ningún hueso; y en otro lugar la Escritura dice: Mirarán al que traspasaron.
Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero oculto por miedo a los judíos, pidió a Pilato que lo dejara llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato lo autorizó. Él fue entonces y se llevó el cuerpo.
Llegó también Nicodemo, el que había ido a verlo de noche, y trajo unas cien libras de una mezcla de mirra y áloe. Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en lienzos con esos aromas, según se acostumbra enterrar entre los judíos. Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto, un sepulcro nuevo, donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los judíos era el día de la preparación de la Pascua y el sepulcro estaba cerca, allí pusieron a Jesús. Palabra del Señor. Después de la lectura de la Pasión del Señor, el sacerdote dice una breve homilía, después de la cual puede exhortar a los fieles a orar durante un breve espacio de tiempo.
  
 
ORACIÓN UNIVERSAL:
 
I. Por la santa Iglesia: Oremos, queridos hermanos, por la santa Iglesia de Dios, para que nuestro Dios y Señor le conceda la paz y la unidad, se digne protegerla en toda la tierra y nos conceda glorificarlo, como Dios Padre omnipotente, con una vida pacífica y serena. Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote: Dios todopoderoso y eterno, que en Cristo revelaste tu gloria a todas las naciones, conserva la obra de tu misericordia, para que tu Iglesia, extendida por toda la tierra, persevere con fe inquebrantable en la confesión de tu nombre.
Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
 
II. Por el Papa: Oremos también por nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, para que Dios nuestro Señor, que lo escogió para el orden de los obispos, lo conserve a salvo y sin daño para bien de su santa Iglesia, a fin de que pueda gobernar al pueblo santo de Dios. Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote: Dios todopoderoso y eterno, cuya sabiduría gobierna el universo, atiende favorablemente nuestras súplicas y protege con tu amor al Papa que nos diste, para que el pueblo cristiano, que tú mismo pastoreas, progrese bajo su cuidado en la firmeza de su fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
 
III. Por el pueblo de Dios y sus ministros: Oremos también por nuestro obispo Francisco y sus obispos auxiliares, por todos los obispos, presbíteros y diáconos de la Iglesia, y por todo el pueblo santo de Dios. Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote: Dios todopoderoso y eterno, que con tu Espíritu santificas y gobiernas a toda la Iglesia, escucha nuestras súplicas por tus ministros, para que, con la ayuda de tu gracia, te sirvan con fidelidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
 
IV. Por los catecúmenos: Oremos también por los (nuestros) catecúmenos, para que Dios nuestro Señor abra los oídos de sus corazones y les manifieste su misericordia, y para que, mediante el bautismo, se les perdonen todos sus pecados y queden incorporados a Cristo, Señor Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote: Dios todopoderoso y eterno, que sin cesar concedes nuevos hijos a tu Iglesia, acrecienta la fe y el conocimiento a los (nuestros) catecúmenos, para que, renacidos en la fuente bautismal, los cuentes entre tus hijos de adopción. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
 
V. Por la unidad de los cristianos: Oremos también por todos los hermanos que creen en Cristo, para que Dios nuestro Señor se digne congregar y custodiar en la única Iglesia a quienes procuran vivir en la verdad. Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote: Dios todopoderoso y eterno, que reúnes a los que están dispersos y los mantienes en la unidad, mira benignamente la grey de tu Hijo, para que, a cuantos están consagrados por el único bautismo, también los una la integridad de la fe y los asocie el vínculo de la caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
 
VI. Por los judíos: Oremos también por los judíos, para que a quienes Dios nuestro Señor habló primero, les conceda progresar continuamente en el amor de su nombre y en la fidelidad a su alianza. Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote: Dios todopoderoso y eterno, que confiaste tus promesas a Abraham y a su descendencia, oye compasivo los ruegos de tu Iglesia, para que el pueblo que adquiriste primero como tuyo, merezca llegar a la plenitud de la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
 
VII. Por los que no creen en Cristo: Oremos también por los que no creen en Cristo, para que, iluminados por el Espíritu Santo, puedan ellos encontrar el camino de la salvación.
Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote: Dios todopoderoso y eterno, concede a quienes no creen en Cristo, que, caminando en tu presencia con sinceridad de corazón, encuentren la verdad; y a nosotros concédenos crecer en el amor mutuo y en el deseo de comprender mejor los misterios de tu vida, a fin de que seamos testigos cada vez más auténticos de tu amor en el mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
 
VIII. Por los que no creen en Dios: Oremos también por los que no conocen a Dios, para que, buscando con sinceridad lo que es recto, merezcan llegar hasta él. Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote: Dios todopoderoso y eterno, que creaste a todos los hombres para que deseándote te busquen, y para que al encontrarte descansen en ti; concédenos que, en medio de las dificultades de este mundo, al ver los signos de tu amor y el testimonio de las buenas obras de los creyentes, todos los hombres se alegren al confesarte como único Dios verdadero y Padre de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
 
IX. Por los gobernantes: Oremos también por todos los gobernantes de las naciones, para que Dios nuestro Señor guíe sus mentes y corazones, según su voluntad providente, hacia la paz verdadera y la libertad de todos.Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote: Dios todopoderoso y eterno, en cuyas manos están los corazones de los hombres y los derechos de las naciones, mira con bondad a nuestros gobernantes, para que, con tu ayuda, se afiance en toda la tierra un auténtico progreso social, una paz duradera y una verdadera libertad religiosa. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
 
X. Por los que se encuentran en alguna tribulación: Oremos, hermanos muy queridos, a Dios Padre todopoderoso, para que libre al mundo de todos sus errores, aleje las enfermedades, alimente a los que tienen hambre, libere a los encarcelados y haga justicia a los oprimidos, conceda seguridad a los que viajan, un buen retorno a los que se hallan lejos del hogar, la salud a los enfermos y la salvación a los moribundos. Se ora un momento en silencio. Luego prosigue el sacerdote: Dios todopoderoso y eterno, consuelo de los afligidos y fortaleza de los que sufren, escucha a los que te invocan en su tribulación, para que todos experimenten en sus necesidades la alegría de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
 
 
SEGUNDA PARTE:
ADORACIÓN DE LA SANTA CRUZ
 
Terminada la oración universal, se hace la adoración solemne de la santa Cruz, De las dos formas que se proponen [pp. 298-306 (303-312)] elíjase la que se juzgue más apropiada pastoralmente, de acuerdo con las circunstancias.
Invitatorio al presentar la santa Cruz
V. Miren el árbol de la Cruz donde estuvo clavado Cristo, el Salvador del mundo.
R. Vengan y adoremos.
El sacerdote, el clero y los fieles se acercan procesionalmente y adoran la cruz, haciendo delante de ella una genuflexión simple o algún otro signo de veneración (como el de besarla), según la costumbre de la región. Mientras tanto, se canta la antífona “Tu Cruz adoramos” (p. 300 ss) [202], los Improperios u otros cánticos apropiados.
Terminada la adoración, la cruz es llevada al altar y puesta en un lugar relevante, con los ciriales o los candeleros a su lado.
 
 
ANTÍFONA: Cfr. Sal 66, 2
 
Tu Cruz adoramos, Señor, tu santa resurrección alabamos y glorificamos, pues del árbol de la Cruz ha venido la alegría al mundo entero.
Que el Señor se apiade de nosotros y nos bendiga, que nos muestre su rostro radiante y misericordioso.
Se repite la antífona: Tu Cruz...
 
 
TERCERA PARTE:
SAGRADA COMUNIÓN
 
Se extiende un mantel sobre el altar y se pone sobre él un corporal y el libro. Enseguida se trae el Santísimo Sacramento del lugar del “Monumento” directamente al altar, mientras todos permanecen de pie y en silencio. El sacerdote, previa genuflexión, realiza el Rito de la Comunión [pp 585-589] [590-595] en la forma acostumbrada. S Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir:
T Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
S Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.
T Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
A continuación el sacerdote, con las manos juntas, dice en secreto:
Señor Jesucristo, la comunión de tu Cuerpo no sea para mí un motivo de juicio y condenación, sino que, por tu piedad, me aproveche para defensa de alma y cuerpo y como remedio saludable.
S Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
T Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.
Acabada la comunión, un ministro idóneo lleva el copón a algún lugar especialmente preparado fuera de la iglesia, o bien, si lo exigen las circunstancias, lo reserva en el sagrario. Después el sacerdote, guardado un breve silencio, dice la siguiente oración:
 
 
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
 
Dios todopoderoso y eterno, que nos has redimido con la gloriosa muerte y resurrección de tu Hijo Jesucristo, prosigue en nosotros la obra de tu misericordia, para que, mediante nuestra participación en este misterio, permanezcamos dedicados a tu servicio. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
 
Como despedida el sacerdote, imponiendo las manos sobre el pueblo, dice la siguiente oración:
 
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
 
Envía, Señor, sobre este pueblo tuyo, que ha conmemorado la muerte de tu Hijo, en espera de su resurrección, la abundancia de tu bendición; llegue a él tu perdón, reciba tu consuelo, se acreciente su fe santa y se consolide su eterna redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Y todos se
retiran en silencio.