IV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B
Domingo 1 de febrero 2015
LA AUTORIDAD DE JESÚS
Dt 1, 15-20; 1 Co 7, 32-35, Mc 1, 21-28
La narración del Evangelio relata la extrañeza y la
sorpresa inicial que provocó el profeta de Nazaret entre los aldeanos de
Galilea. No era un recitador de discursos aprendidos de memoria, ni un
repetidor de tradiciones envejecidas; tenía la mirada fresca para deletrear el
rumor de palabras con que el Padre alentaba la esperanza de la gente enferma y
maltratada de aquella región. Su originalidad residía en su congruencia, en la
línea de continuidad que existía entre su decir y su obrar. A los discursos de
compasión y confianza en Dios, proseguían, las acciones de amable acogida para
la gente humillada por los poderosos. Su vida era su mensaje más claro y
convincente. No era posible desacreditarlo, no tenía "talón de
Aquiles" que lo volviera vulnerable.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 105, 47
Sálvanos, Señor y Dios nuestro; reúnenos de entre las
naciones, para que podamos agradecer tu poder santo y sea nuestra gloria el
alabarte.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor Dios nuestro, adorarte con toda el alma y
amar a todos los hombres con afecto espiritual. Por nuestro Señor Jesucristo,
tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por
los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Primera lectura
Monición.- Moisés fue el mediador del pacto de la Ley, el
juez y comandante de los hijos de Dios. Por eso Yahvé promete la presencia de
otro profeta como él en el pueblo de Israel.
Del libro del Deuteronomio 18, 15-20
En aquellos días, habló Moisés al pueblo, diciendo: "El
Señor Dios hará surgir en medio de ustedes, entre sus hermanos, un profeta como
yo. A él lo escucharán. Eso es lo que pidieron al Señor, su Dios, cuando
estaban reunidos en el monte Horeb: 'No queremos volver a oír la voz del Señor
nuestro Dios, ni volver a ver otra vez ese gran fuego; pues no queremos morir'.
El Señor me respondió: 'Está bien lo que han dicho. Yo haré
surgir en medio de sus hermanos un profeta como tú. Pondré mis palabras en su
boca y él dirá lo que le mande yo. A quien no escuche las palabras que él pronuncie
en mi nombre, yo le pediré cuentas. Pero el profeta que se atreva a decir en mi
nombre lo que yo no le haya mandado, o hable en nombre de otros dioses, será
reo de muerte' ".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial
Del salmo 94, 1-2, 7-8, 9-10 R/. Señor, que no seamos sordos
a tu voz.
Vengan, lancemos vivas al Señor, aclamemos al Dios que nos
salva. Acerquémonos a él, llenos de júbilo, y démosle gracias. R/.
Vengan, y puestos de rodillas, adoremos y bendigamos al
Señor, que nos hizo, pues él es nuestro Dios y nosotros, su pueblo; él es
nuestro pastor y nosotros, sus ovejas. R/.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No endurezcan
su corazón, como el día de la rebelión en el desierto, cuando sus padres
dudaron de mí, aunque habían visto mis obras". R/.
Segunda lectura
Monición.- El apóstol Pablo invita a los creyentes a estar
activos por Cristo y a vivir en paz y en alegría, para ser testigos fieles del
amor.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios 7,
32-35
Hermanos: Yo quisiera que ustedes vivieran sin
preocupaciones. El hombre soltero se preocupa de las cosas del Señor y de cómo
agradarle; en cambio, el hombre casado se preocupa de las cosas de esta vida y
de cómo agradarle a su esposa, y por eso tiene dividido el corazón. En la misma
forma, la mujer que ya no tiene marido y la soltera se preocupan de las cosas
del Señor y se pueden dedicar a él en cuerpo y alma. Por el contrario, la mujer
casada se preocupa de las cosas de esta vida y de cómo agradarle a su esposo.
Les digo todo esto para bien de ustedes. Se lo digo, no para
ponerles una trampa, sino para que puedan vivir constantemente y sin
distracciones en presencia del Señor, tal como conviene.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN Mt 4, 16 R/. Aleluya, aleluya.
El pueblo que yacía en tinieblas vio una gran luz. Sobre los
que vivían en tierra de sombras una luz resplandeció. R/.
Evangelio
Monición.- El evangelio no presenta a Jesús enseñando con
autoridad y expulsando a los demonios. Acciones que manifiestan la divinidad y
el poder salvífico de Cristo.
Del santo Evangelio según san Marcos 1, 21-28
En aquel tiempo, llegó Jesús a Cafarnaúm y el sábado
siguiente fue a la sinagoga y se puso a enseñar. Los oyentes quedaron
asombrados de sus palabras, pues enseñaba como quien tiene autoridad y no como
los escribas. Había en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo,
que se puso a gritar: "¿Qué quieres tú con nosotros, Jesús de Nazaret?
¿Has venido a acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios".
Jesús le ordenó: "¡Cállate y sal de él!" El espíritu inmundo,
sacudiendo al hombre con violencia y dando un alarido, salió de él. Todos
quedaron estupefactos y se preguntaban: "¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina
es ésta? Este hombre tiene autoridad para mandar hasta a los espíritus inmundos
y lo obedecen". Y muy pronto se extendió su fama por toda Galilea.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Credo
PLEGARIA UNIVERSAL
Invoquemos, hermanos, con corazón unánime y plegaria
ferviente, a Dios Padre, fuente y origen de todo bien: (R/. Escúchanos, Señor.)
Por la santa Iglesia, reunida aquí en el nombre del Señor y
extendida por todo el mundo, roguemos al Señor.
Por nuestra ciudad (nuestro pueblo) de N., por su
prosperidad y por todos los que en ella (él) moran, roguemos al Señor.
Por los que están de viaje, por los enfermos y prisioneros,
por los pobres y todos los que sufren, roguemos al Señor.
Por nuestros hermanos difuntos, para que Dios los reciba en
su reino de luz y felicidad, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que en Cristo, tu Hijo, nos has dado el único
maestro de sabiduría y el verdadero libertador de las fuerzas del mal, escucha
nuestras oraciones y haz que seamos fuertes en la confesión de la fe, para que
proclamemos siempre, de palabra y de obra, tu verdad y demos testimonio de cómo
son felices cuantos en ti ponen su esperanza. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, complacido, estos dones que ponemos sobre tu
altar en señal de nuestra sumisión a ti y conviértelos en el sacramento de
nuestra redención. Por Jesucristo nuestro Señor.
Prefacio para los domingos del Tiempo ordinario
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 30,17-18
Vuelve, Señor tus ojos a tu siervo y sálvame por tu
misericordia. A ti, Señor me acojo, que no quede yo nunca defraudado.
O bien: Mt 5, 3-4
Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino
de los cielos. Dichosos los humildes porque heredarán la tierra.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te rogamos, Señor, que, alimentados con el don de nuestra
redención, este auxilio de salvación eterna afiance siempre nuestra fe en la
verdad. Por Jesucristo nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- El Evangelio de Jesús es
de alguna manera un clásico. Al igual que todas las obras clásicas que ha
producido el espíritu humano, el Evangelio es inmortal, no caduca ni envejece.
Jesús logró descifrar los dilemas profundos de la existencia humana y por eso
mismo ofreció salidas y propuestas de plenitud y realización humana, tales como
la gratuidad, la compasión y la solidaridad con las personas que vivían alguna
situación difícil. El mensaje de Jesús no es un paternalismo descafeinado, que
genere personas dependientes de los favores ajenos. Su visita a la sinagoga de
Cafarnaúm produjo la liberación de una persona atormentada por sus miedos y
debilidades. Le enseñó a confiar en el amor compasivo de Dios y en la
solidaridad con sus semejantes. Era la antigua y siempre nueva enseñanza del
Dios de Abrahán, que también es nuestro Dios.