sábado, 28 de diciembre de 2019

Lo primero es la familia





José: En él vemos la figura del esposo. De esa persona que sueña con cuidar a la familia, a la esposa y a los hijos… acompaña el proceso, pero cuida de ella ante el mundo. Esa figura de José que se encarga de proteger y seguir el rumbo marcado por Dios. Hoy tú, como padre de familia, pídele a san José que te ayude a descubrir cuál es el paso a caminar con tu familia, por dónde ir y hacia dónde ver el objetivo como familia. Pídele por tu trabajo y por cómo cuidar a aquellos que integran la familia. Que san José custodie tu vida.

María: Allí está la figura materna. Esa madre que está en la interioridad de cada uno de los que integran la familia. Esa mamá que con solo mirar a los hijos o al marido sabe si están bien o mal… en María vemos a esa mamá que muchas veces tiene que hacerse pulpo para llegar a todo. Esa esposa que tiene que poner en momentos el paño frío ante ciertas situaciones y en ciertos momentos exigir, porque ve que se va desordenando todo. Pienso incluso en esas mamás y esposas que luchan día a día por la dignidad de su familia.

Jesús: Pienso en esos hijos que tienen que ponerse al hombro a su familia. En esos hijos maduros o inmaduros, pero que son parte de esa familia y dan vida. Pienso en esos hijos que cuidan desde el cielo a sus padres porque en lo ilógico de la vida, hay hijos que se van antes que sus padres, y ese dolor es intragable, porque pasarán los años y se buscará la forma de entender; pero no, solo la fe aparece aquí. Hoy son esos Jesús que acompañan a sus padres y hermanos. Hoy tú eres ese hijo que también puede dar vida a tus padres con un simple «hola», o con una flor que lleve al cementerio o con un abrazo de los buenos.

 Por Carlos L. Rodriguez Zía
Misioneros Digitales Católicos



FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA DE JESÚS, MARÍA Y JOSÉ Domingo 29 de diciembre 2019




EL QUE RESPETA AL SEÑOR
  
Honra a sus padres, sentencia el fragmento del Sirácide. El marco de la fiesta de la Sagrada Familia es más que oportuno para reafirmar la importancia de la familia. Para Jesús Ben Sirá, autor de este libro, no existen dudas. Quien respeta a Dios traduce ese respeto en cuidado y honra hacia sus padres. Jesús aprendió en la infancia a subordinarse a la voluntad de sus padres, el honor debido a su padre lo manifestó ejerciendo el mismo oficio de carpintero. El respeto hacia su madre lo mostró acatando su autoridad mientras permaneció en Nazaret. Cuando entendió que era oportuno atender a la vocación que su padre celestial le confiaba, se dispuso a vivir en libertad, predicando el reinado de Dios. Una familia es una comunidad de vida y de amor, que forma personas maduras. Si consideramos a Jesús como fruto de su educación familiar, hemos de inferir que provenía de una madre y un padre ejemplares.


ANTÍFONA DE ENTRADA Lc 2, 16

Llegaron los pastores a toda prisa y encontraron a María y a José, y al niño recostado en un pesebre.


GLORIA

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.


ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que te dignaste dejarnos el más perfecto ejemplo en la Sagrada Familia de tu Hijo, concédenos benignamente que, imitando sus virtudes domésticas y los lazos de caridad que la unió, podamos gozar de la eterna recompensa en la alegría de tu casa. Por nuestro Señor Jesucristo....


LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

El que teme al Señor; honra a sus padres

Del libro del Sirácide (Eclesiástico): 3, 3-7.14-17

El Señor honra al padre en los hijos y respalda la autoridad de la madre sobre ellos. El que honra a su padre queda limpio de pecado; y acumula tesoros, el que respeta a su madre.
Quien honra a su padre, encontrará alegría en sus hijos y su oración será escuchada; el que enaltece a su padre, tendrá larga vida y el que obedece al Señor, es consuelo de su madre.
Hijo, cuida de tu padre en la vejez y en su vida no le causes tristeza; aunque se debilite su razón, ten paciencia con él y no lo menosprecies por estar tú en pleno vigor. El bien hecho al padre no quedará en el olvido y se tomará a cuenta de tus pecados.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 127, 1-2. 3. 4-5.
R/. Dichoso el que teme al Señor.

Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerá del fruto de su trabajo, será dichoso, le irá bien. R/.

Su mujer, como vid fecunda, en medio de su casa; sus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de su mesa. R/.

Esta es la bendición del hombre que teme al Señor: "Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida". R/.


SEGUNDA LECTURA

La vida en familia, de acuerdo con el Señor

De la carta del apóstol san Pablo a los colosenses: 3,12-21

Hermanos: Puesto que Dios los ha elegido a ustedes, los ha consagrado a él y les ha dado su amor, sean compasivos, magnánimos, humildes, afables y pacientes. Sopórtense mutuamente y perdónense cuando tengan quejas contra otro, como el Señor los ha perdonado a ustedes. Y sobre todas estas virtudes, tengan amor, que es el vínculo de la perfecta unión.
Que en sus corazones reine la paz de Cristo, esa paz a la que han sido llamados, como miembros de un solo cuerpo. Finalmente, sean agradecidos.
Que la palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza. Enséñense y aconséjense unos a otros lo mejor que sepan. Con el corazón lleno de gratitud, alaben a Dios con salmos, himnos y cánticos espirituales; y todo lo que digan y todo lo que hagan, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dándole gracias a Dios Padre, por medio de Cristo.
Mujeres, respeten la autoridad de sus maridos, como lo quiere el Señor. Maridos, amen a sus esposas y no sean rudos con ellas. Hijos, obedezcan en todo a sus padres, porque eso es agradable al Señor. Padres, no exijan demasiado a sus hijos, para que no se depriman. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Col 3, 15. 16
R/. Aleluya, aleluya.

Que en sus corazones reine la paz de Cristo; que la palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza. R/.


EVANGELIO

Toma al niño y a su madre y huye a Egipto.

Del santo Evangelio según san Mateo: 2, 13-15. 19-23,

Después de que los magos partieron de Belén, el ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, toma al niño ya su madre, y huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo".
José se levantó y esa misma noche tomó al niño y a su madre y partió para Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo.
Después de muerto Herodes, el ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, toma al niño y a su madre y regresa a la tierra de Israel, porque ya murieron los que intentaban quitarle la vida al niño". Se levantó José, tomó al niño y a su madre y regresó reinaba en Judea en lugar de su padre, Herodes, tuvo miedo de ir allá, y advertido en sueños, se retiró a Galilea y se fue a vivir en una población llamada Nazaret. Así se cumplió lo que habían dicho los profetas: Se le llamará nazareno. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


PROFESIÓN DE FE

CREDO NICENO CONSTANTINOPOLITANO

Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.


PLEGARIA UNIVERSAL

Presentemos nuestras plegarias a Dios, el padre de todos, que hace de nosotros su familia.
Después de cada petición diremos: Padre, escúchanos.

Para que el Señor, que quiso participar de la vida de familia en el hogar de María y José, mantenga en paz y armonía a todas las familias cristianas. Oremos.

Para que los novios sientan la presencia de Dios en la vivencia de su amor mutuo y se preparen santamente par a su Matrimonio. Oremos.

Para que Dios ilumine y consuele a las familias desunidas, a los esposos que viven separados por causa del trabajo, a los hijos de los divorciados, a los hogares sin hijos y a los que lloran la muerte de sus familiares. Oremos.

Para que nos esforcemos por vivir en paz y armonía con nuestros familiares y con los miembros de nuestra comunidad, superando con bondad, comprensión y caridad fraterna nuestras mutuas desavenencias. Oremos.

Señor Dios nuestro, escucha las súplicas que te dirigimos y haz que \os padres y madres de familia participen de la fecundidad de tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de reconciliación, y te pedimos humildemente que, por la intercesión de la Virgen Madre de Dios y de san José, fortalezcas nuestras familias en tu gracia y en tu paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.


PREFACIO DE NAVIDAD I

CRISTO, LA LUZ DEL MUNDO


En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno:

Porque gracias al misterio de la Palabra hecha carne, la luz de tu gloria brilló ante nuestros ojos con nuevo resplandor, para que, conociendo a Dios visiblemente lleguemos al amor de lo invisible.

Por eso con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:

Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN

Nuestro Dios apareció en el mundo y convivió con los hombres.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre misericordioso, haz que, reanimados con este sacramento celestial, imitemos constantemente los ejemplos de la Sagrada Familia, para que, superadas las aflicciones de esta vida, consigamos gozar eternamente de su compañía. Por Jesucristo, nuestro Señor.


UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20191229


 La familia es el espacio indispensable para formarnos como personas. Nadie nace sabiendo convivir con los demás, tampoco traemos asimilados un manojo de valores y actitudes. Lo que somos y amamos lo vamos asimilando a través de lo que nuestros padres hacen y dicen. En un momento de la vida somos beneficiarios de la función ejemplar que cumplen nuestros padres; llegada la hora nos toca introducir a nuestros hijos al mundo futuro, cumpliendo a la vez una tarea de modelaje. La familia de Nazaret vivía en armoniosa relación. Esta conclusión no es algo gratuito. La entereza con la cual María enfrenta la existencia libre de su hijo Jesús, las adversidades que padeció al acompañarlo en el camino de la cruz así lo documentan. Jesús mismo, vivió como un hijo obediente al Padre y aprendió a entregar su vida sin resentimiento alguno. Esa capacidad extraordinaria de darse a los demás se fue moldeando en el día a día de su vida en Nazaret
  

jueves, 26 de diciembre de 2019

¿A qué esperamos? (2ª parte)



Todo es don y tarea. Don del Espíritu Santo, que nos guía y santifica, y tarea por nuestra parte para que lo que Él quiere hacer con nosotros y a través de nosotros se lleve a cabo.

El “tema” del don no es cosa nuestra: es obra del Espíritu y Él sabe muy bien cuándo y de qué modo obrar.

Pero el tema de la tarea… eso sí que es cosa nuestra y bien nuestra. ¿Cómo me dejo hacer por el Espíritu? ¿Soy dócil a sus inspiraciones? ¿Pongo de mi parte todo lo que está en mi mano para que Él pueda hacer de mí otro Cristo en medio de este mundo?

A lo mejor pensamos que son cosas que no están a nuestro alcance, pues ser santo a veces nos puede parecer eso: que no está a nuestro alcance. Pero si lees alguna vida de un santo verás que estaban hechos de carne y hueso, virtudes y pecados, como tú y como yo. Sólo que intentaron ser lo más dóciles posible y pusieron de su parte también todo lo posible.

En unos días comenzamos el año nuevo. Y ya sabemos, parece que el día 1 de enero es el “pistoletazo de salida” para muchos propósitos: que si adelgazar todo lo que he acumulado en el año anterior, que si ser más paciente con ese familiar, compañero… con el que me cuesta tanto convivir, ahorrar un poco más para poder irme a ese lugar de vacaciones o pagar esa deuda pendiente… 

Tengo que reconocer que muchas veces me he puesto propósitos bastante inalcanzables… porque no me he puesto manos a la obra para que fueran alcanzables. Creo que esta imagen explica muy bien lo que quiero decir:

Ser cristiano no es cuestión de intentar correr los 100 metros en menos de 9 segundos o subir la cima del Everest al primer intento, como los deportistas de élite no ganan medallas en su primera carrera o se lanzan a escalar las cimas más altas sin haberse preparado físicamente para ello durante bastante tiempo. La excelencia deportiva se consigue con días, meses, años de entrenamiento, pequeños y grandes esfuerzos, pequeñas y grandes elecciones que implican pequeñas y grandes renuncias o sacrificios (porque elegir una cosa a veces implica descartar otra), constantes empezar de nuevo, caerse y volverse a levantar…

La excelencia cristiana, es decir, ser santo se consigue con días, meses, años de entrenamiento, pequeños y grandes esfuerzos, pequeñas y grandes elecciones que implican pequeñas y grandes renuncias o sacrificios (porque elegir una cosa a veces implica descartar otra), constantes empezar de nuevo, caerse y volverse a levantar…

¿Qué te parece si juntos proponemos unas cuantas tareas que sí que están a nuestro alcance para caminar en santidad en este próximo año que comienza? Yo digo unas cuantas y te invito a compartir todas las demás que se te ocurran. Así, entre todos, nos ayudaremos a caminar en el Señor. No están ni mucho menos ordenadas por orden de importancia, todas son necesarias:
*ORACIÓN: “María, por su parte, guardaba todas estas cosas, y las MEDITABA en su corazón.” (Lucas 2, 19). Ya dije en la entrada anterior que no ponía las mayúsculas en este texto por casualidad. La Virgen María custodiaba con cariño los acontecimientos de Dios en su vida y luego los meditaba en su corazón. Es decir, oraba. ¿Un amigo se puede considerar buen amigo si no trata nunca con su amigo? A mí me parece que no. Sin un tiempo diario de compartir con el Señor nuestra vida, no podemos considerarnos verdaderos cristianos ni crecer en las virtudes, en caridad… en santidad.

*SACRAMENTOS: “Los pastores se volvieron GLORIFICANDO Y ALABANDO A DIOS por todo lo que habían oído y visto” (Lucas 2, 20). ¿Queremos dar Gloria a Dios en nuestra vida? Acudamos a su encuentro en los sacramentos. Algunos ejemplos: sin la Eucaristía no podemos vivir, pues es el mismo Cristo quien nos alimenta para vivir de Él y como Él. ¿Si sólo comiéramos los domingos, mantendríamos las fuerzas para trabajar, estudiar, vivir… toda la semana? ¿Podríamos vivir en una casa que sólo se limpiara una vez al año? ¿Entonces por qué vivimos con nuestra alma llena de la basura del pecado, teniendo tan a mano el regalo de una “buena limpieza” frecuente y que nos ayuda a volver a empezar?

*LECTURA ORANTE DE LA PALABRA DE DIOS: “«Vayamos, pues, hasta Belén y veamos lo que ha sucedido y el Señor NOS HA MANIFESTADO.»” (Lucas 2, 15). Dios nos sigue hablando a través de su Palabra, pues es Palabra viva que engendra en nosotros su misma Vida. ¿Cómo dices que Dios no te habla si te ha dejado un libro entero donde abre su Corazón? Formado, además, por 73 libros. Con sólo leer los textos que la Madre Iglesia nos propone todos los días en la Misa ya le damos un buen repaso a la Biblia. Y con todos los comentarios que podemos encontrar en libros, internet, redes sociales… podemos alimentar un poco más lo que el Espíritu nos haya comunicado tras orar nosotros esa Palabra.

*ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL: “…los pastores se decían unos a otros: «Vayamos, pues, hasta Belén” (Lucas 2, 16). Ya sabemos aquello de que “un ciego no puede guiar a otro ciego”. Un buen acompañante espiritual, que también quiera ser santo, es básico para poder caminar. Qué bien nos hacen los que nos quieren cuando nos animan, nos ayudan a ver lo que nosotros no vemos, nos corrigen para que seamos mejores… Una regla básica del montañismo es nunca adentrarse solo en un monte, por los peligros que eso supone. Entonces, ¿por qué nos empeñamos en caminar solos en la fe?

*INTENTAR VIVIR LAS VIRTUDES CRISTIANAS EN LO PEQUEÑO Y COTIDIANO: “… y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre” (Lucas 2, 16). Todo un Dios se hace un pequeño niño y se deja recostar en un humilde pesebre para nuestra salvación. ¿Hay mayor acto de amor y humildad? Yo no sé tú, pero a mí me resulta imposible vivir a lo grande la caridad y las virtudes cristianas. Cada vez que lo intento, meto la pata casi al instante. Tal vez te ocurre lo mismo y esos grandes propósitos al final se quedan en nada. Pero sí podemos hacer pequeñas cosas que, juntas, van formando un “gran todo”: ceder a otra persona el sitio en la cola de la compra si notamos que tiene prisa, estar atenta a ceder el asiento en un sitio público, sonreír a quien me alarga la mano para pedir una limosna y no dársela sin mirarle a los ojos, aguantar con paciencia un mal movimiento con el coche de otros conductores, hacer un pequeño sacrificio sin que nadie se dé cuenta…

*APROVECHAR OTRAS HERRAMIENTAS QUE NOS DA LA TRADICIÓN DE LA IGLESIA Y COMPARTIR CON OTROS EL REGALO QUE HEMOS RECIBIDO: “Al verlo, DIERON A CONOCER lo que les habían dicho acerca de aquel niño; y TODOS LOS QUE LO OYERON se maravillaban” (Lucas 2, 17-18). Los regalos espirituales crecen si los compartimos. En la historia de la Iglesia el Señor y la Virgen, a través de nuestros hermanos en la fe, nos han dejado muchas herramientas para crecer en santidad. La lectura espiritual (libros de fe, de santos…) y el rezo de oraciones como el Rosario, la Coronilla… son de gran ayuda como alimento de nuestras almas. Y el compartir nuestro testimonio, lo que el Señor está haciendo con nosotros, en lo pequeño y cotidiano, ayudará a otros a poder identificar cómo Dios sigue actuando en la historia de la humanidad y también en sus propias vidas.

Son algunas ideas. Te invito a compartir las tuyas y así enriquecernos entre todos. Como dice San Pablo:

“Animaos, por el contrario, los unos a los otros, cada día, mientras dure este hoy, para que ninguno de vosotros se endurezca, engañado por el pecado.” (Hebreos 3, 13)

Hermanos, comencemos este año nuevo con anhelos de santidad. Dios, más que nadie, nos quiere santos. Como María, como los santos, pongamos nuestro pequeño sí en nuestro pequeño hoy. Él se encargará del resto.


26 de Diciembre 2019

sábado, 21 de diciembre de 2019

DOMINGO IV DE ADVIENTO Ciclo A Domingo 22 de diciembre 2019




ASÍ NACIÓ JESÚS

Is 7, 10-14; Rom, 1, 1-7; Mt 1, 18-24

Ningún detalle fabuloso, ningún ritual esotérico. Un relato sencillo presenta la grandeza del nacimiento de Jesús. María, una joven prometida a un hombre llamado José, espera un hijo antes de que ambos vivieran juntos. Para José aquella situación naturalmente carecía de toda lógica y no quería formar parte de aquel enredo. Cuando este hombre, de oficio carpintero, entró en la otra dimensión, gracias a la visita del ángel del Señor, cambió su perspectiva. El embarazo de su prometida ya no era un problema por resolver, sino un misterio que acoger. En la oscuridad de la noche lo sobrecogieron las dudas. Dios lo visitó y el horizonte se aclaró. Al despertar José, la serena confianza lo transformó. Tan no había espacio para la suspicacia, que se llevó a María a vivir consigo y una vez que el niño prometido nació, lo asumió como suyo, dándole el nombre emblemático que conocemos: Jesús.


ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 45, 8

Cielos, destilen el rocío; nubes, lluevan la salvación; que la tierra se abra y germine el salvador.


No se dice Gloria.


ORACIÓN COLECTA

Te pedimos, Señor, que infundas tu gracia en nuestros corazones, para que, habiendo conocido, por el anuncio del ángel, la encarnación de tu Hijo, lleguemos, por medio de su pasión y de su cruz, a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo...


LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

He aquí que la virgen concebirá.

Del libro del profeta Isaías: 7,10-14

En aquellos tiempos, el Señor le habló a Ajaz diciendo: "Pide al Señor, tu Dios, una señal de abajo, en lo profundo, o de arriba, en lo alto". Contestó Ajaz: "No la pediré. No tentaré al Señor".
Entonces dijo Isaías: "Oye, pues, casa de David: ¿No satisfechos con cansar a los hombres, quieren cansar también a mi Dios? Pues bien, el Señor mismo les dará por eso una señal: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 23, 1-2. 3-4ab. 5-6.
R/. Ya llega el Señor, el rey de la gloria.

Del Señor es la tierra y lo que ella tiene, el orbe todo y los que en él habitan, pues él lo edificó sobre los mares, él fue quien lo asentó sobre los ríos. R/.

¿Quién subirá hasta el monte del Señor? ¿Quién podrá entrar en su recinto santo? El de corazón limpio y manos puras y que no jura en falso. R/.

Ése obtendrá la bendición de Dios, y Dios, su salvador, le hará justicia. Ésta es la clase de hombres que te buscan y vienen ante ti, Dios de Jacob. R/.


SEGUNDA LECTURA

Jesucristo, nuestro Señor, Hijo de Dios, nació del linaje de David.

De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 1, 1-7

Yo, Pablo, siervo de Cristo Jesús, he sido llamado por Dios para ser apóstol y elegido por él para proclamar su Evangelio. Ese Evangelio, que, anunciado de antemano por los profetas en las Sagradas Escrituras, se refiere a su Hijo, Jesucristo, nuestro Señor, que nació, en cuanto a su condición de hombre, del linaje de David, y en cuanto a su condición de espíritu santificador, se manifestó con todo su poder como Hijo de Dios, a partir de su resurrección de entre los muertos.
Por medio de Jesucristo, Dios me concedió la gracia del apostolado, a fin de llevar a los pueblos paganos a la aceptación de la fe, para gloria de su nombre.
Entre ellos, también se cuentan ustedes, llamados a pertenecer a Cristo Jesús. A todos ustedes, los que viven en Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a formar parte de su pueblo santo, les deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 1, 23
R/. Aleluya, aleluya.

He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros. R/.


EVANGELIO

Jesús nació de María, desposada con José, hijo de David

Del santo Evangelio según san Mateo: 1,18-24

Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto.
Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: "José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados".
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros. Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


PROFESIÓN DE FE

CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO

Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.


PLEGARIA UNIVERSAL

Pidamos, hermanos, el auxilio del Señor, para que, apiadado del pobre y del oprimido, venga a salvar al mundo de sus males: Digamos confiadamente: R/. Ven Señor Jesús.

Para que todos los fieles se dispongan a recibir a Cristo como lo recibió María y como ella conserven sus palabras en el corazón, roguemos al Señor

Para que aquellos hermanos nuestros que han abandonado las prácticas cristianas pero acudirán a la iglesia en las próximas fiestas de Navidad descubran la buena noticia del Evangelio, no como un rayo fugaz en la noche, sino como luz permanente que ilumina y alegra toda la vida, roguemos al Señor.

Para que las fiestas del nacimiento del Señor, alejen las tinieblas de quienes viven sumergidos en dudas e incertidumbres y colmen los deseos de quienes se sienten descorazonados y tristes, roguemos al Señor.

Para que el nacimiento de Cristo nos ayude a renunciar a los deseos mundanos y a vivir sobria y honradamente, esperando la aparición definitiva del Señor, roguemos al Señor.

Señor, Dios, que has mostrado la gratuidad y la fuerza de tu amor eligiendo las entrañas purísimas de María para revestir de carne mortal a tu Hijo, escucha nuestras plegarias y haz que también nosotros sepamos acoger y engendrar espiritualmente tu Verbo, escuchando tu palabra y obedeciendo a la fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que santifique, Señor, estos dones, colocados en tu altar, el mismo Espíritu que fecundó con su poder el seno de la bienaventurada Virgen María. Por Jesucristo, nuestro Señor.


PREFACIO

PREFACIO DE ADVIENTO IV
MARÍA, NUEVA EVA

Este prefacio se dice el cuarto domingo de Adviento y en las Misas del tiempo, desde el día 17 hasta el día 24 de diciembre, así como en las restantes Misas que se celebran durante este mismo tiempo y no tienen prefacio propio.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación alabarte, bendecirte y glorificarte Señor, Padre Santo,
Dios todopoderoso y eterno, por el misterio de la Virgen Madre.

Del antiguo adversario nos vino la ruina, pero en el seno virginal de la hija de Sión recibió la vida aquél que nos nutre con el pan de los ángeles, y surgieron para todo el género humano la salvación y la paz.

La gracia que perdimos por Eva nos fue devuelta en María; su maternidad redimida del pecado y de la muerte, se abre al don de una vida nueva. Para que, donde abundó el pecado sobreabundara tu misericordia por Cristo, nuestro Salvador.

Por eso nosotros, mientras esperamos la venida de Cristo, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo es el Señor,


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Is 7, 14

Miren: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien le pondrá el nombre de Emmanuel.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN


Habiendo recibido esta prenda de redención eterna, te rogamos, Dios todopoderoso, que, cuanto más se acerca el día de la festividad que nos trae la salvación, con tanto mayor fervor nos apresuremos a celebrar dignamente el misterio del nacimiento de tu Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20191222


Confesar a Jesucristo, hijo de María, hijo de José como el Hijo de Dios, ha sido una de las etapas decisivas del surgimiento de la fe cristiana. Afirmar que, en un israelita, verdadero hombre como nosotros, menos en el pecado, resplandece la gloria de Dios, significa afirmar que en esa persona existe algo más que la humanidad frágil y falible. El relato del nacimiento virginal de Jesús equivale a reconocer su origen divino. Jesús proviene de una familia de Galilea como bien sabemos, sin embargo, ese conocimiento no agota su misterio. Jesús ha vivido amándonos tan intensamente, que tal amor rebasa la estrechez de las capacidades humanas. Un amor tan profundo solo puede ser divino. Confesarnos creyentes en el Verbo Encarnado nos compromete por lo menos a revisar la profundidad y la amplitud de nuestro amor por los demás. Quien participe de la celebración de la Natividad de Jesús está llamado a amar a toda persona. La encarnación de Jesús nos exige respetar la humanidad de todas las personas.




viernes, 20 de diciembre de 2019

Cosas que no debes hacer en Misa y tal vez no lo sabías…




¿Levantarte en las ofrendas? ¿Responder al Credo en plural? Pequeños detalles que marcan la diferencia.

1. No llegues tarde
Recuerda que Dios te está esperando para colmarte de Su amor, darte Su perdón y un abrazo; hablarte al oído, decirte lo que necesitas oír… Te ha apartado un lugar en Su mesa, no lo dejes esperando…

2. No vistas provocativamente
No uses prendas que puedan distraer o provocar (escote, minifalda, shorts, mallas)

3. No entres sin saludar al Señor
Al llegar persígnate. Él está allí, feliz de verte. Agradécele haberte invitado.

4. No te dé pena hacer reverencia o genuflexión
Si pasas frente al altar, que representa a Cristo, haz reverencia. Si pasas frente al Sagrario, donde está Cristo, haz genuflexión (toca el suelo con la rodilla).

5. No masques chicle ni comas o bebas
Sólo se permite agua sola, en caso de necesidad por cuestión de salud.

6. No cruces la pierna
Se considera una postura poco respetuosa. Que tu cuerpo exprese tu devoción.

7. No vale  que una misma persona proclame la Lectura y el Salmo
Si ves que sólo hay un lector o lectora, ofrécete a leer, porque las Lecturas y el Salmo deben ser proclamados por distintos lectores (dos entre semana y tres en domingos o días festivos, cuando hay Segunda Lectura).

8. No añadas frases cuando lees las Lecturas o el Salmo.
No leas las letritas rojas ni digas: ‘Primera Lectura’ o ‘Salmo responsorial’, o ‘Segunda Lectura’. Y al final no digas: ‘ésta es la Palabra de Dios’, porque no es explicación, sino rúbrica divina. Sólo di: ‘Palabra de Dios’. Tampoco digas: ‘respondamos al Salmo’; pues no es recitación, el Salmo es en sí la respuesta a la Primera Lectura.

9. Nunca recites el Aleluya
No te adelantes a decir; ‘Aleluya Aleluya’. Espera unos segundos, y de seguro alguien lo cantará, y si ni el padre ni nadie canta, omítelo, pero nunca lo recites.

10. Antes de la proclamación del Evangelio, no te persignes
Sólo debes signarte – Señal de la Cruz – (trazar tres cruces pequeñas, en frente, labios y pecho).

11. No respondas en plural cuando el Credo se hace en forma de preguntas
Quien preside pregunta en plural: ‘¿Creen en Dios Padre Todopoderoso?’ No respondas: ‘sí creemos’, pues la fe es personal. Responde: ‘sí creo’.

12. No recojas la colecta durante la Oración Universal
La colecta se recoge durante la presentación de los dones (cuando todos están sentados y quien preside sirve el vino en el cáliz, bendice a Dios por los dones del pan y el vino, y se purifica las manos).

13. No te levantes durante la presentación de los dones
A veces alguien se levanta y por imitación se levantan otros; tal vez al ver al padre levantar el cáliz y la hostia creen que es la Consagración, pero no lo es.

14. No te arrodilles apenas termine el ‘Santo’
Hay que esperar a que quien preside la Misa ponga ambas manos por encima del copón y el cáliz y pida al Espíritu Santo que transforme el pan y el vino en Cuerpo y Sangre de Cristo. Ése es el momento de arrodillarse (si hay campanita, es ahí cuando la tocan).

15. No te sientes durante la Consagración
Si no te puedes hincar, quédate de pie, pero sentarse, a menos que sea por enfermedad o ancianidad, es falta de respeto a Cristo, que se hace presente en el altar.

16. No digas nada en voz alta durante la Consagración
Hay quien en la Consagración dice en voz alta: ‘Señor mío, Dios mío’, pero distrae a quienes están haciendo su propia adoración en silencio.

17. No digas en voz alta: ‘Por Cristo, con Él y en Él…’
Es parte de la Plegaria Eucarística y sólo le toca decirla a quien preside la Misa.

18. No te muevas de tu lugar para ir a dar la paz
Sólo debes dar la paz a quienes están junto a ti, no a los de otras bancas. Tampoco aprovechar para ir a felicitar o dar pésame.

19. No comulgues si no te has preparado
Debes haber guardado el ayuno eucarístico (no haber comido o bebido nada, ni mascado chicle, una hora antes de comulgar), y no tener pecado grave.

20. No te formes a comulgar sólo en la fila del sacerdote
Jesús está presente en la Hostia Consagrada, sin importar si lo da el sacerdote o un Ministro Extraordinario de la Sagrada Comunión, que es una persona que ha recibido una preparación especial, ha sido instituida por el obispo, y cuenta con la autorización de la Iglesia para distribuir la Comunión en Misa y llevarla a ancianos y a enfermos.

21. Después de comulgar, no platiques con los demás
Tras comulgar, regresa a tu lugar y habla con el Señor, al que acabas de recibir. Si no pudiste comulgar, haz una Comunión Espiritual y habla con Él.

22. Cuando acabó la distribución de la Comunión no sigas cantando
Se debe terminar el canto con la última persona que comulga, para dar tiempo a que haya un silencio sagrado que permita a cada persona entrar en diálogo con Dios.

23. Que tu celular no sea distracción
Al llegar a la iglesia pon tu celular en silencio. No te pongas a textear ni a hablar por el celular, porque te distraes tú y distraes a los demás. Dedica toda tu atención al Señor, que te está dedicando toda Su atención a ti en esta cita de amor que es la Misa.

24. No desatiendas a tus pequeños
Enséñalos a disfrutar estar en la casa de su Padre Dios, y a saberse comportar.

25. No te salgas antes ni igual que como llegaste
No te pierdas le bendición con la que se te envía al mundo a dar testimonio en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Y sal con un propósito nuevo que haya inspirado en ti el Señor, para edificar en el mundo Su Reino de amor.

Artículo originalmente publicado por Desde la fe

Fuente: aleteia.org

¿A qué esperamos? (1ª parte)




Por Elena Fernández Andrés diciembre 20, 2019

Hace un ratito he recibido un mensaje de un anciano fraile carmelita amigo. Me decía que mañana me iba a mandar la historia de la Salve y añadía: “Para GLORIA DE LA MADRE QUE DENTRO DE 4 DÍAS NOS DARÁ A SU HIJO PARA QUE NOS SALVE.”

La verdad es que me ha impactado mucho. De repente he caído que sólo quedan 4 días para celebrar la Navidad, el nacimiento de nuestro Señor. Sí, es “fácil” como cristianos pensar o decir que el Señor va a nacer, que el Hijo de Dios nace para nuestra salvación. ¿Pero eso qué significa concretamente en mi vida? ¿Realmente dejo que Cristo muestre su salvación en mi día a día? ¿Y a qué espero si no es así?

¿Acaso me conformo con una “ley de mínimos cristianos”? Es decir, ir a Misa los Domingos, confesarme regularmente (o de vez en cuando… o de año en año, por Pascua de Resurrección, lo mínimo que me pide la Madre Iglesia), dar una limosna si tengo unas monedillas de sobra en el bolsillo y si no voy con demasiada prisa, ser buenecito, buenecita…

Y en todo esto, ¿a Cristo dónde le dejo?
Porque, yo no sé tú, pero cuando “yo” vivo así me quedo en eso: mi “yo”. YO soy la que va a Misa, YO soy la que se confiesa porque me hace bien, YO soy la que da limosna, YO soy la que intenta ser buena…

¿Y dónde te dejo, Señor? Si al final soy yo la que vive “en clave cristiana”, ¿cuándo dejo que se haga en mí tu Palabra (cfr. Lucas 1, 38) y que seas Tú por medio del Espíritu Santo quien viva en mí (cfr. Gálatas 2, 20)?

Me impresiona la prontitud de los pastores que recibieron del ángel el anuncio de que el Salvador había nacido: se presentaron como estaban, con lo que eran y con lo que tenían, que era más bien nada pues estaban al raso cuidando los rebaños. Corrieron a su encuentro tal cual estaban, porque el regalo realmente ERA ÉL: Dios hecho Hombre.

«Y sucedió que cuando los ángeles, dejándoles, se fueron al cielo, los pastores se decían unos a otros: «Vayamos, pues, hasta Belén y veamos lo que ha sucedido y el Señor NOS HA MANIFESTADO.» Y fueron A TODA PRISA, y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, DIERON A CONOCER lo que les habían dicho acerca de aquel niño; y TODOS LOS QUE LO OYERON se maravillaban de lo que los pastores les decían. María, por su parte, guardaba todas estas cosas, y las MEDITABA en su corazón. Los pastores se volvieron GLORIFICANDO Y ALABANDO A DIOS por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho.» (Lucas 2, 16-20)

El regalo que quiere Jesús es tú mismo, tu corazón. Tal como está, tal como estás todo tú, para que Él pueda vivir en ti y a través de ti, y que cuantos te vean vivir se maravillen de la obra de Dios. Es decir, que Dios nos llama a ser santos, no cristianos del montón que se conforman con vivir tirando mediocremente. Y el santo no es alguien “excepcional y perfecto”, es alguien que se deja hacer otro Cristo por obra del Espíritu, en el día a día, en cada minuto, con cada latido de su corazón. Con la pobreza de como está y con lo que tiene, como los pastores en Belén.

Pero esto, como todo en la vida de la fe, es don y tarea. Don del Espíritu Santo que, como buena brújula, nos guía y santifica, y tarea por nuestra parte para que lo que Él quiere hacer con nosotros y a través de nosotros se lleve a cabo. No he puesto por casualidad esas mayúsculas en el texto de San Lucas. ¿A ti qué te dicen?

Creo que una clave muy buena para vivirlo podría ser esta frase de San Alberto Hurtado:

“¿Qué haría Cristo en mi lugar?”

viernes, 13 de diciembre de 2019

DOMINGO III DE ADVIENTO O GAUDETE Ciclo A Domingo 15 de diciembre 2019





LOS HECHOS HABLAN

Is 35, 1-6. 10; Sant 5, 7-10; Mt 11,2-11

Sabemos que el Señor Jesús se mantuvo al inicio de su vida pública cercano al círculo de los discípulos de Juan Bautista. Al tomar su propio camino se allegó de sus propios seguidores; es comprensible que entre ambos colectivos surgieran roces y malentendidos. En este contexto podemos situar el envío de dos discípulos de Juan a interrogar a Jesús. La pregunta es una sola: ¿Jesús es el enviado de Dios o no lo es? Las palabras en beneficio propio no son atendibles, por eso mismo Jesús apela a la fuerza de los hechos. Los enviados podrán referir las acciones salvadoras cumplidas por el Maestro de Nazaret en favor de los enfermos y desgraciados. La agudeza de Juan y la sensatez de cualquier persona bien dispuesta podrá responderla. Quien realice tales gestos de autoridad, remediando la situación de los afligidos por el sufrimiento, no lo podría hacer sin la aprobación de Dios.


ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Flp 4, 4. 5

Estén siempre alegres en el Señor, les repito, estén alegres. El Señor está cerca.


No se dice Gloria.


ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que contemplas a tu pueblo esperando fervorosamente la fiesta del nacimiento de tu Hijo, concédenos poder alcanzarla dicha que nos trae la salvación y celebrarla siempre, con la solemnidad de nuestras ofrendas y con vivísima alegría. Por nuestro Señor Jesucristo...


LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Dios mismo viene a salvarnos.

Del libro del profeta Isaías: 35, 1-6. 10

Esto dice el Señor: "Regocíjate, yermo sediento. Que se alegre el desierto y se cubra de flores, que florezca como un campo de lirios, que se alegre y dé gritos de júbilo, porque le será dada la gloria del Líbano, el esplendor del Carmelo y del Sarón.
Ellos verán la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios. Fortalezcan las manos cansadas, afiancen las rodillas vacilantes. Digan a los de corazón apocado: ¡Animo! No teman. He aquí que su Dios, vengador y justiciero, viene ya para salvarlos'.
Se iluminarán entonces los ojos de los ciegos y los oídos de los sordos se abrirán. Saltará como un venado el cojo y la lengua del mudo cantará. Volverán a casa los rescatados por el Señor, vendrán a Sión con cánticos de ' jubilo, coronados de perpetua alegría; serán su escolta el gozo y la dicha, porque la pena y la aflicción habrán terminado".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 145, 6c-7. 8-9a. 9bc-10.
R/. Ven, Señor, a salvarnos.

El Señor siempre es fiel a su palabra, y es quien hace justicia al oprimido; él proporciona pan a los hambrientos y libera al cautivo. R/.

Abre el Señor los ojos de los ciegos y alivia al agobiado. Ama el Señor al hombre justo y toma al forastero a su cuidado. R/.

Ala viuda y al huérfano sustenta y trastorna los planes del inicuo. Reina el Señor eternamente, reina tu Dios, oh Sión, reina por siglos. R/.


SEGUNDA LECTURA

Manténganse firmes, porque el Señor está cerca.

De la carta del apóstol Santiago: 5, 7-10

Hermanos: Sean pacientes hasta la venida del Señor. Vean cómo el labrador, con la esperanza de los frutos preciosos de la tierra, aguarda pacientemente las lluvias tempraneras y las tardías. Aguarden también ustedes con paciencia y mantengan firme el ánimo, porque la venida del Señor está cerca.
No murmuren, hermanos, los unos de los otros, para que el día del juicio no sean condenados. Miren que el juez ya está a la puerta. Tomen como ejemplo de paciencia en el sufrimiento a los profetas, los cuales hablaron en nombre del Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Is 61, 1
R/. Aleluya, aleluya.

El Espíritu del Señor está sobre mí. Me ha enviado para anunciar la buena nueva a los pobres. R/.


EVANGELIO

¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?

Del santo Evangelio según san Mateo: 11, 2-11

En aquel tiempo, Juan se encontraba en la cárcel, y habiendo oído hablar de las obras de Cristo, le mandó II preguntar por medio de dos discípulos: "¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?".
Jesús les respondió: "Vayan a contar a Juan lo que están viendo y oyendo: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios de la lepra, los sordos oyen, los muertos resucitan ya los pobres celes anuncia el Evangelio. Dichoso aquel que no se sienta defraudado por mí".
Cuando se fueron los discípulos, Jesús se puso a hablar a la gente acerca de Juan: "¿Qué fueron ustedes ayer en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? No. Pues entonces, ¿qué fueron a ver? ¿A un hombre lujosamente vestido? No, ya que los que visten con lujo habitan en los palacios. ¿A qué fueron, pues? ¿A ver a un profeta? Sí, yo se lo aseguro; y a uno que es todavía más que profeta. Porque de él está escrito: He aquí que yo envío a mi mensajero para que vaya delante de ti y te prepare el camino. Yo les aseguro que no ha surgido entre los hijos de una mujer ninguno más grande que Juan el Bautista. Sin embargo, el más pequeño en el Reino de los cielos, es todavía más grande que él". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


PROFESIÓN DE FE

CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO

Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.


PLEGARIA UNIVERSAL

Confortados por el anuncio de la venida del Señor, oremos, hermanos, mientras esperamos confiadamente nuestra total liberación. Digamos confiadamente: R/. Ven Señor Jesús.

Para que Dios visite a la santa Iglesia con su venida y la gobierne con su asistencia, roguemos al Señor.

Para que con la tutela divina nuestros tiempos sean tranquilos y nuestra vida feliz, roguemos al Señor.

Para que el Señor con su venida cure los dolores de los enfermos, dé paz y alegría a los que no la tienen y libre al mundo de todos los males, roguemos al Señor.

Para que quienes ahora recordamos con piedad la primera venida del Señor en la carne, merezcamos participar también con gozo en su gloriosa aparición al final de los tiempos, roguemos al Señor.

Escucha, Señor, las oraciones de tu pueblo y, con la fuerza de tu amor, mantén nuestro caminar hacia el que ha de venir, para que, perseverando con paciencia, hagamos madurar las semillas que tú mismo siembras en nuestros corazones y las hagamos fructificar con acción de gracias. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que este sacrificio, Señor, que te ofrecemos con devoción, nunca deje de realizarse, para que cumpla el designio que encierra tan santo misterio y obre eficazmente en nosotros tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.


PREFACIO III DE ADVIENTO

CRISTO, SEÑOR Y JUEZ DE LA HISTORIA

V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.

V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.

En verdad es justo darte gracias, es nuestro deber cantar en tu honor himnos de bendición y de alabanza, Padre todopoderoso, principio y fin de todo lo creado.

Tú nos has ocultado el día y la hora en que Cristo, tu Hijo, Señor y Juez de la historia, aparecerá revestido de poder y de gloria, sobre las nubes del cielo.

En aquel día terrible y glorioso pasará la figura de este mundo y nacerán los cielos nuevos y la tierra nueva.

El mismo Señor que se nos mostrará entonces lleno de gloria viene ahora a nuestro encuentro en cada hombre y en cada acontecimiento, para que lo recibamos en la fe y por el amor demos testimonio de la esperanza dichosa de su reino.

Por eso, mientras aguardamos su última venida, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Is 35, 4

Digan a los cobardes: "¡Ánimo, no teman!; miren a su Dios: viene en persona a salvarlos".


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Imploramos, Señor, tu misericordia, para que estos divinos auxilios nos preparen, purificados de nuestros pecados, para celebrar las fiestas venideras. Por Jesucristo, nuestro Señor.