DOMINGO XXXI del Tiempo Ordinario
Ciclo C
Domingo 30 de octubre 2016
CORRIGES POCO A POCO
Dios, dice el autor del último de
los libros del Antiguo Testamento, es amigo de la vida y por eso mismo ama no
solo a las personas, sino a todos los vivientes que ha creado. Ninguno es
descartable ni prescindible, todos forman parte de un entramado necesario para
la vida. El Dios creador es también el conservador cuidadoso. Esta dinámica de
ternura y cuidado está presente en el llamado del Señor Jesús hacia Zaqueo.
Este hombre había aprendido a aprovecharse de su cargo público para despojar de
sus bienes a los más débiles. No era un cínico y por eso pudo rehacer su vida
cuando se topó con la noticia de la visita del Señor Jesús a Jericó. Zaqueo se
inquietó ante la noticia de la cercanía de Jesús, desancló su camino egoísta y
se dejó interpelar por el trato acogedor y amigable que le dispensó Jesús. No
lo trató como un apestado. Eso fue suficiente para que iniciara un proceso de
renovación profunda.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 37,
22-23
No me abandones, Señor, Dios mío,
no te alejes de mí. Ven de prisa a socorrerme, Señor mío, mi salvador.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en
la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te
bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey
celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo
del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que
quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la
derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú
Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios
Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios omnipotente y
misericordioso, a cuya gracia se debe el que tus fieles puedan servirte digna y
laudablemente, concédenos caminar sin tropiezos hacia los bienes que nos tienes
prometidos. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Te compadeces de todos, porque tú
amas todo cuanto existe.
Del libro de la Sabiduría: 11,
22-12, 2
Señor, delante de ti, el mundo
entero es como un grano de arena en la balanza, como gota de rocío mañanero,
que cae sobre la tierra.
Te compadeces de todos, y aunque
puedes destruirlo todo, aparentas no ver los pecados de los hombres, para
darles ocasión de arrepentirse. Porque tú amas todo cuanto existe y no
aborreces nada de lo que has hecho; pues si hubieras aborrecido alguna cosa, no
la habrías creado. ¿Y cómo podrían seguir existiendo las cosas, si tú no lo
quisieras? ¿Cómo habría podido conservarse algo hasta ahora, si tú no lo
hubieras llamado a la existencia?
Tú perdonas a todos, porque todos
son tuyos, Señor, que amas la vida, porque tu espíritu inmortal, está en todos
los seres.
Por eso a los que caen, los vas
corrigiendo poco a poco, los reprendes y les traes a la memoria sus pecados,
para que se arrepientan de sus maldades y crean en ti, Señor. Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 144, 1-2. 8-9.10-11.
1.3ed-14 R/. Bendeciré al Señor eternamente.
Dios y rey mío, yo te alabaré,
bendeciré tu nombre siempre y para siempre. Un día tras otro bendeciré tu
nombre y no cesará mi boca de alabarte. R/.
El Señor es compasivo y
misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. Bueno es el Señor
para con todos y su amor se extiende a todas sus creaturas. R/.
Que te alaben, Señor, todas tus
obras y que todos tus fieles te bendigan. Que proclamen la gloria de tu reino y
narren tus proezas a los hombres. R/.
El Señor es siempre fiel a sus
palabras y lleno de bondad en sus acciones. Da su apoyo el Señor al que
tropieza y al agobiado alivia. R/.
SEGUNDA LECTURA
Nuestro Señor Jesucristo será
glorificado en ustedes y ustedes en él.
De la segunda carta del apóstol
san Pablo a los tesalonicenses: 1, 11-2, 2
Hermanos: Oramos siempre por
ustedes, para que Dios los haga dignos de la vocación a la que los ha llamado,
y con su poder, lleve a efecto tanto los buenos propósitos que ustedes han
formado, como lo que ya han emprendido por la fe. Así glorificarán a nuestro
Señor Jesús y él los glorificará a ustedes, en la medida en que actúe en
ustedes la gracia de nuestro Dios y de Jesucristo, el Señor.
Por lo que toca a la venida de
nuestro Señor Jesucristo y a nuestro encuentro con él, les rogamos que no se
dejen perturbar tan fácilmente. No se alarmen ni por supuestas revelaciones, ni
por palabras o cartas atribuidas a nosotros, que los induzcan a pensar que el
día del Señor es inminente.
Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn
3, 16
R/. Aleluya, aleluya.
Tanto amó Dios al mundo, que le
entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él, tenga vida eterna.
R/.
EVANGELIO
El Hijo del hombre ha venido a
buscar y a salvar lo que estaba perdido.
Del santo Evangelio según san
Lucas: 19, 1-10
En aquel tiempo, Jesús entró en
Jericó, y al ir atravesando la ciudad, sucedió que un hombre llamado Zaqueo,
jefe de publicanos y rico, trataba de conocer a Jesús; pero la gente se lo
impedía, porque Zaqueo era de baja estatura. Entonces corrió y se subió a un
árbol para verlo cuando pasara por ahí. Al llegar a ese lugar, Jesús levantó
los ojos y le dijo: "Zaqueo, bájate pronto, porque hoy tengo que
hospedarme en tu casa".
El bajó enseguida y lo recibió
muy contento. Al ver esto, comenzaron todos a murmurar diciendo: "Ha
entrado a hospedarse en casa de un pecador".
Zaqueo, poniéndose de pie, dijo a
Jesús: "Mira, Señor, voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes, y si
he defraudado a alguien, le restituiré cuatro veces más".
Jesús le dijo: "Hoy ha
llegado la salvación a esta casa, porque también él es hijo de Abraham, y el
Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre
Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo
invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del
Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de
Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por
quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación
bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y
se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio
Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las
Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo
vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo
en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por
los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la
resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Pidamos, hermanos, al Señor que
escuche nuestras oraciones y nos conceda el auxilio que necesitamos: Después de
cada petición diremos: Escúchanos, Padre y aumenta nuestra fe. (R/. Escúchanos
Padre, y aumenta nuestra fe.)
Para que Dios derrame en su Iglesia
el Espíritu de piedad y fortaleza, que suscite numerosos y dignos ministros del
altar y testigos celosos y humildes del Evangelio, roguemos al Señor.
Para que Dios infunda en el
corazón de los gobernantes la voluntad de promover el bien de sus súbditos, a
fin de que todos puedan desarrollarse debidamente y reinen en el mundo la
justicia y la igualdad, roguemos al Señor.
Para que el Señor fortalezca a
los moribundos que luchan en su último combate, los libre de las tentaciones y
no permita que nosotros, al llegar la hora de abandonar este mundo, caigamos en
manos del enemigo, roguemos al Señor.
Para que Dios conceda a nuestros
familiares y amigos el perdón de sus pecados, una vida próspera y el don de la
caridad, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que por medio de tu
Hijo has venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido, escucha las súplicas
de tu Iglesia y haz que seamos dignos de nuestra vocación; ayúdanos a cumplir
nuestros deseos de bien, haz que sepamos recibirte con gozo en la persona de
nuestros hermanos y que con ellos sepamos compartir los bienes de la tierra y
del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que este sacrificio sea
para ti una ofrenda pura, y nos obtenga la plenitud de tu misericordia. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
PPREFACIO
El Misterio Pascual y el Pueblo de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, por su Misterio Pascual, realizó la obra maravillosa de llamamos de la esclavitud del pecado y de la muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo de tu propiedad, para que, trasladados por ti de las tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas. Por eso con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 15, 11
Me has enseñado el sendero de la
vida, me saciarás de gozo en tu presencia.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te rogamos, Señor, que aumente en
nosotros la acción de tu poder y que, alimentados con estos sacramentos
celestiales, tu favor nos disponga para alcanzar las promesas que contienen.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO
TIEMPO.- Contra los planteamientos justificatorios de quienes alegan haberse
convertido en criminales y delincuentes porque su lugar de origen era un sitio
carente de oportunidades, podemos apuntar el relato biográfico de Zaqueo. Él
formaba parte de un entramado de relaciones de poder e influencia que le
permitían obtener beneficios cuantiosos. En el fondo de su corazón se daba
cuenta que el abuso y el despojo que había hecho de los bienes de los pobres no
tenía justificación a los ojos de Dios. Le faltaba un detonador que acelerara
ese cambio decisivo en su vida. El encuentro con Jesús fue la coyuntura
propicia. Cada uno de nosotros sabemos perfectamente cuando hacemos el bien o
el mal, cuando nos sumamos a la corrupción o le abonamos a la transparencia. La
decisión de vivir conforme al mensaje de salvación y justicia que Jesús nos
comparte es un asunto importante para quien quiera vivir en clave de
congruencia.