viernes, 28 de agosto de 2015

DOMINGO XXII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B Domingo 30 de agosto 2015



DOMINGO XXII DEL TIEMPO ORDINARIO  Ciclo B            
Domingo 30 de agosto 2015


RELIGIÓN PURA Y SIN MANCHA

Existen formas descaradas y sutiles de traicionar la voluntad de Dios. Olvidarse de las exigencias éticas de la alianza con Dios o enterrar los preceptos y valores transmitidos en el Sinaí, es una forma aparentemente discreta de anular la relación de amigable confianza con Dios; por otra parte, interpretar de manera ventajosa las exhortaciones a vivir la compasión con los ancianos y los necesitados, apelando a rebuscadas interpretaciones legalistas, es una burda manipulación de la voluntad de Dios. En este último caso existe un agravante, se conoce el designio de Dios y se le distorsiona, fingiendo cumplirlo. La responsabilidad de quien conoce las entrañas del mensaje cristiano es mucho mayor que quien apenas ha recibido una primera evangelización.


ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 85, 3. 5

Dios mío, ten piedad de mí, pues sin cesar te invoco: Tú eres bueno y clemente, y rico en misericordia con quien te invoca.


ORACIÓN COLECTA

Dios de toda virtud, de quien procede todo lo que es bueno, infunde en nuestros corazones el amor de tu nombre, y concede que, haciendo más religiosa nuestra vida, hagas crecer el bien que hay en nosotros y lo conserves con solicitud amorosa. Por nuestro Señor Jesucristo...


LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Monición.- Dios le pide a su pueblo que escuche los mandamientos que le va a enseñar. El pueblo se adhiere a la voluntad de Dios expresada en la Ley; porque descubre en ella la presencia divina.

Del libro del Deuteronomio: 4, 1-2. 6-8

En aquellos días, habló Moisés al pueblo, diciendo: "Ahora, Israel, escucha los mandatos y preceptos que te enseño, para que los pongas en práctica y puedas así vivir y entrar a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de tus padres, te va a dar.
No añadirán nada ni quitarán nada a lo que les mando: Cumplan los mandamientos del Señor que yo les enseño, como me ordena el Señor, mi Dios. Guárdenlos y cúmplanlos porque ellos son la sabiduría y la prudencia de ustedes a los ojos de los pueblos. Cuan-do tengan noticias de todos estos preceptos, los pueblos se dirán: 'En verdad esta gran nación es un pueblo sabio y prudente'.
Porque, ¿cuál otra nación hay tan grande que tenga dioses tan cercanos como lo está nuestro Dios, siempre que lo invocamos? ¿Cuál es la gran nación cuyos mandatos y preceptos sean tan justos como toda esta ley que ahora les doy?"
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 14, 2-3ab. 3cd-4ab. 5

R/. ¿Quién será grato a tus ojos, Señor?

El hombre que procede honradamente y obra con justicia; el que es sincero en sus palabras y con la legua a nadie desprestigia. R/.

Quien no hace mal al prójimo ni difama al vecino; quien no ve con aprecio a los malvados, pero hora a quienes temen al Altísimo. R/.

Quien presta sin usura y quien no acepta soborno en perjuicio de inocentes, ése será agradable a los ojos de Dios eternamente. R/,


SEGUNDA LECTURA

Monición.- El apóstol Santiago nos pide aceptar la esencia de la vida cristiana: encarnar en la vida la Palabra de Dios que salva y practicarla; de ahí surge el amor al prójimo.

De la carta del apóstol Santiago: 1, 17-18. 21-22. 27

Hermanos: Todo beneficio y todo don perfecto viene de lo alto, del creador de la luz, en quien no hay ni cambios ni sombras. Por su propia voluntad nos engendró por medio del Evangelio para que fuéramos, en cierto modo, primicias de sus creaturas.
Acepten dócilmente la palabra que ha sido sembrada en ustedes y es capaz de salvarlos. Pongan en práctica esa palabra y no se limiten a escucharla, engañándose a ustedes mismos. La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre, consiste en visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y en guardarse de este mundo corrompido.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO

Sant 1, 18

R/. Aleluya, aleluya.

Por su propia voluntad, el Padre nos engendró por medio del Evangelio, para que fuéramos, en cierto modo, primicias de sus creaturas. R/.


EVANGELIO

Monición.- El evangelio reporta una controversia entre Jesús y los fariseos sobre algunas tradiciones humanas que cumplían al pié de la letra, dejando de lado el mandamiento de Dios.

Del santo Evangelio según san Marcos: 7, 1-8. 1415. 21-23

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y algunos escribas venidos de Jerusalén. Viendo que algunos de los discípulos de Jesús comían con las manos impuras, es decir, sin habérselas lavado, los fariseos y los escribas le preguntaron: "¿Por qué tus discípulos comen con manos impuras y no siguen la tradición de nuestros mayores?" (Los fariseos y los judíos, en general, no comen sin lavarse antes las manos hasta el codo, siguiendo la tradición de sus mayores; al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones, y observan muchas otras cosas por tradición, como purificar los vasos, las jarras y las ollas).
Jesús les contestó: "¡Qué bien profetizó Isaías sobre ustedes, hipócritas, cuando escribió: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. Es inútil el culto que me rinden, porque enseñan doctrinas que no son sino preceptos humanos! Ustedes dejan a un lado el mandamiento de Dios, para aferrarse a las tradiciones de los hombres".
Después, Jesús llamó a la gente y les dijo: "Escúchenme todos y entiéndanme. Nada que entre de fuera puede manchar al hombre; lo que sí lo mancha es lo que sale de dentro; porque del corazón del hombre salen las intenciones malas, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, las codicias, las injusticias, los fraudes, el desenfreno, las envidias, la difamación, el orgullo y la frivolidad. Todas estas maldades salen de dentro y manchan al hombre".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


Credo


PLEGARIA UNIVERSAL

Pidamos, hermanos, al Señor que dé oídos a las súplicas de su pueblo, diciendo: Escúchanos, Señor.
(R/. Escúchanos, Señor.)

Tengamos presente, hermanos, en nuestras oraciones a la Iglesia santa, católica y apostólica, para que el Señor lo haga crecer en la fe, la esperanza y la caridad. Roguemos al Señor.

Oremos también por los pecadores, por los encarcelados, por los enfermos y por los que están lejos de sus hogares, para que el Señor los proteja, los libere, les devuelva la salud y los consuele. Roguemos al Señor.

Oremos también por las almas de todos los difuntos, para que Dios, en su bondad, quiera admitirlos en el coro de los santos y de los elegidos. Roguemos al Señor.

Pidamos también por los que nos disponemos a celebrar la Eucaristía, para que el Señor perdone sus culpas de los que vamos a participar de sus sacramentos, otorgue sus premios a los que ejercerán los diversos ministerios y dé la salvación a todos aquellos por los que ofrecemos nuestro sacrificio. Roguemos al Señor.

Mira, Señor, a tu familia, reunida el domingo para celebrar la resurrección de tu Hijo, y escucha con benevolencia sus súplicas; no permitas que te honremos sólo con los labios, mientras nuestro corazón está lejos de ti, ni que, dejando a un lado el mandamiento de Dios, nos aferremos a la tradición de los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Amén


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que esta ofrenda sagrada, Señor, nos traiga siempre tu bendición salvadora, para que dé fruto en nosotros lo que realiza el misterio. Por Jesucristo, nuestro Señor.


Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 30, 20

Qué grande es tu bondad, Señor, que tienes reservada para tus fieles.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Saciados con el pan de esta mesa celestial, te suplicamos, Señor, que este alimento de caridad fortalezca nuestros corazones, para que nos animemos a servirte en nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.



UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Una sociedad aficionada al cuidado de la imagen externa, obsesionada por alcanzar la eterna juventud y temerosa del envejecimiento, no sabe apreciar la importancia de la dimensión interna de la persona. El culto a las apariencias y el cuidado de la imagen produce un tipo de persona ligera y sin convicciones. A este propósito cabe recordar que el Señor Jesús enfatiza su propuesta innovadora: es más importante cuidar lo que pasa en el interior que en el exterior. Las acciones fundamentales, las que definen nuestra existencia, brotan de ese centro integrador que es nuestra personalidad. El Evangelio de Jesús es una invitación a renovar permanente ese yo profundo que nos identifica. Tarea exigente, que nunca termina, pero que permite encontrar el sentido pleno de la vida.

jueves, 20 de agosto de 2015

DOMINGO XXI DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B Domingo 23 de agosto 2015



DOMINGO XXI DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B

Domingo 23 de agosto 2015


EN TUS PALABRAS HAY VIDA ETERNA


En momentos decisivos las personas necesitamos tomar decisiones importantes. Josué confronta a sus hermanos para que elijan entre servir de manera íntegra, al Dios que les ha dado numerosas muestras de su cuidadoso amor o que se entreguen de una buena vez, a los ídolos venerados por las naciones cananeas. No es posible permanecer en la indefinición. Dios reclama una entrega sin fisuras. Cuando Jesús concluye su discurso sobre el pan de vida, el evangelista nos refiere que se dio una desbandada en el grupo de los discípulos. Por eso mismo el Señor Jesús urgía a sus oyentes a ratificar su decisión. No le interesaba tener discípulos a la fuerza, sino seguidores convencidos de que dicho mensaje los mantendría en el camino de la vida duradera. La elección de Jesús debía ser confirmada por la respuesta libre de cada uno de los Doce.


ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 85, 1-3

Inclina tu oído, Señor, y escúchame. Salva a tu siervo, que confía en ti. Ten piedad de mí, Dios mío, pues sin cesar te invoco.


ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que unes en un mismo sentir los corazones de tus fieles, impulsa a tu pueblo a amar lo que mandas y a desear lo que prometes, para que, en medio de la inestabilidad del mundo, estén firmemente anclados nuestros corazones donde se halla la verdadera felicidad. Por nuestro Señor Jesucristo...


LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

Monición.- Al entrar en la tierra prometida, Josué convoca al pueblo y le pregunta si están decididos a servir al Señor o a los ídolos; ellos renuevan su adhesión al Señor.

Del libro de Josué: 24, 1-2. 15-17. 18

En aquellos días, Josué convocó en Siquem a todas las tribus de Israel y reunió a los ancianos, a los jueces, a los jefes y a los escribas. Cuando todos estuvieron en presencia del Señor, Josué le dijo al pueblo: "Si no les agrada servir al Señor, digan aquí y ahora a quién quieren servir: ¿a los dioses a los que sirvieron sus antepasados al otro lado del río Éufrates, o a los dioses de los amorreos, en cuyo país ustedes habitan? En cuanto a mí toca, mi familia y yo serviremos al Señor".
El pueblo respondió: "Lejos de nosotros abandonar al Señor para servir a otros dioses, porque el Señor es nuestro Dios; Él fue quien nos sacó de la esclavitud de Egipto, el que hizo ante nosotros grandes prodigios, nos protegió por todo el camino que recorrimos y en los pueblos por donde pasamos. Así pues, también nosotros serviremos al Señor, porque Él es nuestro Dios". Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 33, 2-3. 16-17. 18-19. 20-21. 22-23
R/. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.

Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su pueblo al escucharlo. R/.

Los ojos del Señor cuidan al justo, y a su clamor están atentos sus oídos. Contra el malvado, en cambio, está el Señor, para borrar de la tierra su recuerdo. R/.

Escucha el Señor al hombre justo y lo libra de todas sus congojas. El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas. R/.

Muchas tribulaciones pasa el justo, pero de todas ellas Dios lo libra. Por los huesos del justo vela Dios, sin dejar que ninguno se le quiebre. Salva el Señor la vida de sus siervos; no morirán quienes en Él esperan. R/.


SEGUNDA LECTURA

Monición.- San Pablo propone a los esposos de fidelidad, teniendo como modelo la relación de Cristo con la Iglesia y amarse como la Iglesia ama a Cristo. Esta imagen implica fidelidad.

De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 5, 21-32

Hermanos: Respétense unos a otros, por reverencia a Cristo: que las mujeres respeten a sus maridos, como si se tratara del Señor, porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza y salvador de la Iglesia, que es su cuerpo. Por lo tanto, así como la Iglesia es dócil a Cristo, así también las mujeres sean dóciles a sus maridos en todo.
Maridos, amen a sus esposas como Cristo amó a su Iglesia y se entregó por ella para santificarla, purificándola con el agua y la palabra, pues Él quería presentársela a sí mismo toda resplandeciente, sin mancha ni arruga ni cosa semejante, sino santa e inmaculada.
Así los maridos deben amar a sus esposas, como cuerpos suyos que son. El que ama a su esposa se ama a sí mismo, pues nadie jamás ha odiado a su propio cuerpo, sino que le da alimento y calor, como Cristo hace con la Iglesia, porque somos miembros de su cuerpo. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola cosa. Éste es un gran misterio, y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
Cfr. Jn 6, 63. 68
R/. Aleluya, aleluya.

Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Tú tienes palabras de vida eterna. R/.

EVANGELIO

Monición.- Jesús invita a sus oyentes a comer su carne y a beber su sangre. Lenguaje duro; sin embargo les pide pasar a la otra realidad, “las palabras que les ha dicho son espíritu y vida”.

Del santo Evangelio según san Juan: 6, 55. 60-69

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: "Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida". Al oír sus palabras, muchos discípulos de Jesús dijeron: "Este modo de hablar es intolerable, ¿quién puede admitir eso?"
Dándose cuenta Jesús de que sus discípulos murmuraban, les dijo: "¿Esto los escandaliza? ¿Qué sería si vieran al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es quien da la vida; la carne para nada aprovecha. Las palabras que les he dicho son espíritu y vida, y a pesar de esto, algunos de ustedes no creen". (En efecto, Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo habría de traicionar). Después añadió: "Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede".
Desde entonces, muchos de sus discípulos se echaron para atrás y ya no querían andar con Él. Entonces Jesús les dijo a los Doce: "¿También ustedes quieren dejarme?" Simón Pedro le respondió: "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna; y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


Credo.


PLEGARIA UNIVERSAL

Pidamos, hermanos, al Señor que venga en nuestro auxilio y, por el honor de su nombre, escuche nuestra oración. Digamos con fe y devoción: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)

Para que el Señor, en su infinita bondad, se acuerde del Santo Padre, el Papa Francisco, de nuestro obispo N., y de todos los demás obispos, que anuncian la palabra de Dios; para que bendiga a los sacerdotes y diáconos y, en su gran misericordia, se acuerde de todos los fieles que aman a Jesucristo, roguemos al Señor.

Para que Dios conceda a los que trabajan la tierra lluvias oportuna y buenas cosechas, dé sabiduría a los investigadores, acierto a los que enseñan, docilidad y constancia a los que estudian y otorgue a todos aquellos que necesitan en cada momento, roguemos al Señor.

Para que el Señor infunda en el corazón de los pecadores un vivo y sincero arrepentimiento de sus culpas, les conceda el perdón de sus pecados y les dé fuerza para no recaer en el mal, a fin de que donde creció el pecado, más desbordante se ala misericordia divina, roguemos al Señor.

Para que el Señor conceda sus dones a nuestros familiares, amigos, bienhechores y a todos aquellos que queremos recordar; para que, a cambio de las riquezas que nos han dado, obtengan las riquezas inmortales y, en lugar de los bienes temporales, alcancen los bienes eternos, roguemos al Señor.

Señor Dios, que por medio de Cristo, el Verbo eterno, nos has hacho descubrir tu amor, escucha nuestras oraciones e ilumina a tus fieles con la luz del Espíritu Santo, para que nada nos aleje de Cristo, el único que tiene palabras de vida eterna, y vive y reina por los siglos de los siglos.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, que con un mismo y único sacrificio adquiriste para ti un pueblo de adopción, concede, propicio, a tu Iglesia, los dones de la unidad y de la paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.


Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 103, 13-15

La tierra está llena, Señor, de dones tuyos: el pan que sale de la tierra y el vino que alegra el corazón del hombre.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Señor, que la obra salvadora de tu misericordia fructifique plenamente en nosotros, y haz que, con la ayuda continua de tu gracia, de tal manera tendamos a la perfección, que podamos siempre agradarte en todo. Por Jesucristo, nuestro Señor.


UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Informes recientes exhiben que aproximadamente un 15% de los que alguna vez fueron bautizados en la fe católica en América Latina, se han pasado al protestantismo. Cuando explican los motivos de dicho cambio, aducen que "buscan una relación personal con Dios o que les agrada más el culto de la nueva Iglesia". Sus razones suenan válidas y legítimas, solo cabe respetarlas y ponernos a revisar nuestro quehacer evangelizador. La fe implica un proceso de crecimiento personal, que supone transitar de una fe infantil y un tanto mágica a una fe adulta, que asume de manera responsable las urgencias de cambio personal y social. De otra manera, una fe impuesta, o profesada por motivos triviales como la costumbre o el temor, deja de ser un camino que conduce a la vida plena.


jueves, 13 de agosto de 2015

DOMINGO XX DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B Domingo 16 de agosto 2015



DOMINGO XX DEL TIEMPO ORDINARIO  Ciclo B
Domingo 16 de agosto 2015

VIVIRÁ PARA SIEMPRE

La personificación de la Sensatez o la Sabiduría como una mujer hermosa que lanza sus pregones para atraer a los jóvenes inexpertos, aparece en reiteradas ocasiones en el libro de los Proverbios. Ahí ya se habla de un pan y un vino simbólicos, que no son nutrimento ni bebida, sino la imagen de un bien más preciado, a saber, la prudencia y la sensatez. El amplio discurso del Pan de vida que nos ha venido refiriendo el cuarto Evangelio, recurre indudablemente al lenguaje simbólico. Sin embargo, desde la tradición de nuestra fe católica, ese pan bajado del cielo no es un símbolo ambiguo, sino uno que hace referencia a la vida entregada por el Señor Jesús; entrega que celebramos y reavivamos en cada comida eucarística que celebramos.


ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 83, 10-1 1

Dios, protector nuestro, mira el rostro de tu Ungido. Un solo día en tu casa es más valioso, que mil días en cualquier otra parte.


ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que has preparado bienes invisibles para los que te aman, infunde en nuestros corazones el anhelo de amarte, para que, amándote en todo y sobre todo, consigamos tus promesas, que superan todo deseo. Por nuestro Señor Jesucristo...


LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA

La primera lectura no dice que la sabiduría de Dios es la maestra de la humanidad y que sencillo la recibe gratuitamente; quien se acerca a ella, encuentra el camino de la vida.

Del libro de los Proverbios: 9, 1-6

La sabiduría se ha edificado una casa, ha preparado un banquete, ha mezclado el vino y puesto la mesa. Ha enviado a sus criados para que, desde los puntos que dominan la ciudad, anuncien esto: "Si alguno es sencillo, que venga acá".
Y a los faltos de juicio les dice: "Vengan a comer de mi pan y a beber del vino que he preparado. Dejen su ignorancia y vivirán; avancen por el camino de la prudencia".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 33, 2-3. 10-11. 12-13. 14-15

R/. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.

Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor; que se alegre su pueblo al escucharlo. R/.

Que amen al Señor todos sus fieles, pues nada faltará a los que lo aman. El rico empobrece y pasa hambre; a quien busca al Señor, nada le falta. R/.

Escúchame, hijo mío: voy a enseñarte cómo amar al Señor. ¿Quieres vivir y disfrutar la vida? Guarda del mal tu lengua y aleja de tus labios el engaño. Apártate del mal y haz el bien; busca la paz y ve tras ella. R/.


SEGUNDA LECTURA

San Pablo no invita a la “vigilancia”. Lo que más importa es descubrir en todas las circunstancias la voluntad de Dios e inclusive procurar sacarle provecho a los momentos difíciles.

De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 5, 15-20

Hermanos: Tengan cuidado de portarse no como insensatos, sino como prudentes, aprovechando el momento presente, porque los tiempos son malos. No sean irreflexivos, antes bien, traten de entender cuál es la voluntad de Dios. No se embriaguen, porque el vino lleva al libertinaje. Llénense, más bien, del Espíritu Santo; expresen sus sentimientos con salmos, himnos y cánticos espirituales, cantando con todo el corazón las alabanzas al Señor. Den continuamente gracias a Dios Padre por todas las cosas, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
 Jn 5, 56
R/. Aleluya, aleluya.

El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él, dice el Señor. R/.


EVANGELIO

En el evangelio, Jesús se ofrece como alimento, afirmando que su carne es verdadera comida y su sangre verdadera bebida y quien la come y la bebe tendrá vida eterna.

Del santo Evangelio según san Juan: 6, 51-58

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: "Yo soy el pan vivo, que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne, para que el mundo tenga vida".
Entonces los judíos se pusieron a discutir entre sí: "¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?"
Jesús les dijo: "Yo les aseguro: Si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no podrán tener vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. Como el Padre, que me ha enviado, posee la vida y yo vivo por Él, así también el que me come vivirá por mí.
Éste es el pan que ha bajado del cielo; no es como el maná que comieron sus padres, pues murieron. El que come de este pan vivirá para siempre".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


Credo.


PLEGARIA UNIVERSAL

Presentemos, hermanos, nuestras súplicas al Señor y pidámosle que atienda a sus hijos, según las necesidades de cada uno de ellos.  R/ Te lo pedimos, Padre.

Roguemos al Señor por quienes, a causa de su enfermedad, porque están el servicio de sus hermanos o por cualquier otro motivo, no han podido venir a celebrar con nosotros el domingo; a fin de que, ya que no pueden participar de la alegría de esta celebración, no se vean privados nunca del gozo del Señor. R/ Te lo pedimos, Padre.

Roguemos por los que ayudan a los pobres o hacen obras de misericordia en favor de sus hermanos, para que Dios premie abundantemente el bien que hacen, y lo que reparten a sus hermanos el Señor lo multiplique y lo convierta para ellos en premio de vida eterna. R/ Te lo pedimos, Padre.

Roguemos por los que están de viaje, por los que tienen que vivir fuera de su hogar o alejados de sus familiares y amigos, para que Dios los proteja de todo peligro, los ayude en sus dificultades y les conceda retornar, sanos y salvos, a sus hogares. R/ Te lo pedimos, Padre.

Roguemos finalmente por nosotros mismos, para que el Señor nos haga perseverar en la fe cristiana, nos ayude a conocer más y más el Evangelio de Cristo, fortalezca nuestra voluntad en el bien, nos guarde de todo mal y nos guarde de todo mal y nos conceda alcanzar la vida eterna. R/ Te lo pedimos, Padre.

Señor Dios, que cada domingo nos invitas como comensales y amigos a tu mesa, escucha las oraciones de tu Iglesia y fortalece su fe, para que, con valentía, proclame al mundo la esperanza en la resurrección final y la confianza de participar en el banquete festivo de tu reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Señor, nuestros dones, con los que se realiza tan glorioso intercambio, para que, al ofrecerte lo que tú nos diste, merezcamos recibirte a ti mismo. Por Jesucristo, nuestro Señor.


Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 129, 7

Con el Señor viene la misericordia, y la abundancia de su redención.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Unidos a Cristo por este sacramento, suplicamos humildemente, Señor, tu misericordia, para que, hechos semejantes a él aquí en la tierra, merezcamos gozar de su compañía en el cielo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.



UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Hay presencias ausentes que alientan nuestra existencia. Nuestros antepasados que han fallecido están en nuestro ADN y en nuestra memoria más íntima de diferentes maneras. Son los difuntos que jamás fallecen, sino que trascienden la finitud formando eso que en la fe llamamos: comunión de los santos. Quienes participamos sacramentalmente del cuerpo y la sangre de Jesucristo estamos participando de su muerte y su resurrección. Ya no quedamos arrinconados en la pura caducidad de la vida terrena. Emerge una comunión espiritual profunda entre el comulgante y el Señor que se entrega. Desde esa profunda espiritualidad podemos robustecer nuestra existencia cristiana para asumir con mayor generosidad y decisión, los compromisos que las mil necesidades de hombres y mujeres urgidos de paz, consuelo y de oportunidades de vida digna nos plantean.

jueves, 6 de agosto de 2015

DOMINGO XIX DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B Domingo 9 de agosto 2015



DOMINGO XIX DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo B
Domingo 9 de agosto 2015


PAN PARA LA VIDA DEL MUNDO


Un vínculo estrecho encontramos entre ambos relatos. Elías vive bajo las amenazas de muerte de Jezabel, que quiere vengar la muerte de los profetas de Baal. Huye en dirección a Bersebá y quedándose sin agua ni alimentos, ansía morir. El profeta y hombre de Dios está en el límite de la resistencia humana. Recibe un pan y un jarro de agua y animado por la presencia del Ángel del Señor come y bebe hasta saciarse y recupera sus fuerzas para retomar su misión. El pan que comió el profeta es símbolo y prefiguración de la Eucaristía, que es el alimento que verdaderamente nos fortalece para superar el egoísmo, el miedo a la persecución y a toda clase de angustia; en fin, es el alimento que nos permite sobrepasar los límites de nuestra fragilidad humana. Los que participamos del Cuerpo de Cristo necesitamos reavivar esa confianza.


ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 73, 20. 19. 22. 23

Acuérdate, Señor, de tu alianza; no olvides por más tiempo la suerte de tus pobres. Levántate, Señor, a defender tu causa; no olvides las voces de los que te buscan.


ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, a quien, enseñados por el Espíritu Santo, invocamos con el nombre de Padre, intensifica en nuestros corazones el espíritu de hijos adoptivos tuyos, para que merezcamos entrar en posesión de la herencia que nos tienes prometida. Por nuestro Señor Jesucristo...


LITURGIA DE LA PALABRA


PRIMERA LECTURA

Monición.- El profeta Elías está huyendo de sus enemigos y Dios lo auxilia con pan y agua; logrará llegar al monte Horeb; después de su encuentro con Dio, regresará a su misión.

Del primer libro de los Reyes: 19, 4-8

En aquellos tiempos, caminó Elías por el desierto un día entero y finalmente se sentó bajo un árbol de retama, sintió deseos de morir y dijo: "Basta ya, Señor. Quítame la vida, pues yo no valgo más que mis padres". Después se recostó y se quedó dormido.
Pero un ángel del Señor llegó a despertarlo y le dijo: "Levántate y come". Elías abrió los ojos y vio a su cabecera un pan cocido en las brasas y un jarro de agua. Después de comer y beber, se volvió a recostar y se durmió. Por segunda vez, el ángel del Señor lo despertó y le dijo: "Levántate y come, porque aún te queda un largo camino". Se levantó Elías. Comió y bebió. Y con la fuerza de aquel alimento, caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta el Horeb, el monte de Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9
R/. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.

Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su pueblo al escucharlo. R/.

Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos su poder. Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores. R/.

Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los pobres y los libra de todas sus angustias. R/.

Junto a aquellos que temen al Señor el ángel del Señor acampa y los protege Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Dichoso el hombre que se refugia en El. R/.


SEGUNDA LECTURA

Monición.- Causa tristeza al Espíritu Santo quien se opone a su acción. Esto sucede cuando los vicio dañan la fraternidad. San Pablo nos invita a vivir en el amor como Cristo nos enseñó.

De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 4, 30-5, 2

Hermanos: No le causen tristeza al Espíritu Santo, con el que Dios los ha marcado para el día de la liberación final.
Destierren de ustedes la aspereza, la ira, la indignación, los insultos, la maledicencia y toda clase de maldad. Sean buenos y comprensivos, y perdónense los unos a los otros, como Dios los perdonó, por medio de Cristo. Imiten, pues, a Dios como hijos queridos. Vivan amando como Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros, como ofrenda y víctima de fragancia agradable a Dios.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO

Jn 6, 51
R/. Aleluya, aleluya.

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor; el que coma de este pan vivirá para siempre. R/.


EVANGELIO

Jesús evoca, en el evangelio, el maná que Dios le dio a su pueblo en el desierto y ofrece un nuevo pan, “yo soy el Pan de vida”, que produce vida eterna, quien lo coma no morirá.

Del santo Evangelio según san Juan: 6, 41-51

En aquel tiempo, los judíos murmuraban contra Jesús, porque había dicho: "Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo", y decían: "¿No es éste, Jesús, el hijo de José? ¿Acaso no conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo nos dice ahora que ha bajado del cielo?"
Jesús les respondió: "No murmuren. Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre, que me ha enviado; y a ése yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: Todos serán discípulos de Dios. Todo aquel que escucha al Padre y aprende de Él, se acerca a mí. No es que alguien haya visto al Padre, fuera de aquel que procede de Dios. Ese sí ha visto al Padre.
Yo les aseguro: el que cree en mí, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Sus padres comieron el maná en el desierto y sin embargo, murieron. Éste es el pan que ha bajado del cielo para que, quien lo coma, no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne para que el mundo tenga vida". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.


Credo.


PLEGARIA UNIVERSAL

Oremos, hermanos, a nuestro Señor Jesucristo, para que, acordándose de su promesa, escuche la oración de los que nos hemos reunido en su nombre. R/. Escúchanos, Señor.

Por la paz que desciende del cielo, por la unión de las Iglesias y por la salvación de nuestras almas, roguemos al Señor.
Por los que trabajan por el bien de los pobres, por los que ayudan a los ancianos y por los que cuidan a niños y desvalidos, roguemos al Señor.

Por los que están abatidos o sometidos a una prueba, por los que están en peligro, por el retorno de los extraviados y por la libertad de los encarcelados, roguemos al Señor.

Por los que en este momento están orando con nosotros, por los que han pedido nuestras oraciones y por el reposo eterno de nuestros hermanos difuntos, roguemos al Señor.

Escucha, Señor, nuestras oraciones y guía a tu Iglesia peregrina en el mundo; sostenla con el alimento que da la vida eterna, para que, perseverando en la fe cristiana, llegue a contemplar el resplandor de tu rostro. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe benignamente, Señor, los dones de tu Iglesia, y, al concederle en tu misericordia que te los pueda ofrecer, haces al mismo tiempo que se conviertan en sacramento de nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.


Prefacio para los domingos del Tiempo ordinario.


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 147, 12. 14

Alaba, Jerusalén, al Señor, porque te alimenta con lo mejor de su trigo.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

La comunión de tus sacramentos que hemos recibido, Señor, nos salven y nos confirmen en la luz de tu verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.


UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Quien esté al tanto de los acontecimientos dolorosos que recientemente hemos vivido en el país, sabrá que algunos miembros de nuestra iglesia católica, tanto laicos como presbíteros, han estado ejerciendo una labor profética semejante a la que realizara el profeta Elías. En el cumplimiento de su misión encuentran apoyos y rechazos. Es el rasgo inseparable de la genuina misión profética. En momentos muestran su agotamiento y hasta cierto desánimo, pero luego se reaniman, con la fuerza de la fe y la eucaristía y están ahí, alentado la esperanza de los creyentes tibios, que apenas "vemos los toros desde la barrera". El pan de la vida sostiene su esperanza y los fortalece para mantenerse fieles. Las figuras proféticas que consuelan a las víctimas de la injusticia y que despiertan nuestra atolondrada religiosidad están ahí: Dios sigue caminando al lado de su pueblo.