RECONOCIENDO LA TRINIDAD
Deut 4,32-34. 39-40; Sal 32; Rom 8, 14-17; Mt 28,
16-20
El contexto histórico del relato del Deuteronomio
es que el reino del norte acababa de ser destruido a manos de los asirios.
Algunos israelitas del norte se refugiaron en el sur, la mayoría en Jerusalén,
portando con ellos documentos, entre otros, lo que se conoce como el núcleo del
actual Deuteronomio. Ese hecho incentivó una revisión detallada de la historia
del pueblo. Se dan cuenta de que, a la vez, Dios está lejos de las vanidades de
esta tierra, envuelto en su majestad infinita, y tan cerca de los seres humanos
que pueden escuchar su voz y ver sus maravillas. Este sentido de la
"bifurcación" de Dios, que también se percibe en otras partes del
Antiguo Testamento, se clarifica en el Nuevo con la revelación plena de la
Trinidad, reconocida en las palabras de tinte litúrgico, en Romanos y Mateo.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Bendito sea Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
porque ha tenido misericordia con nosotros.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a
quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos,
te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre
todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios Padre, que al enviar al mundo la Palabra de
verdad y el Espíritu santificador, revelaste a todos los hombres tu misterio
admirable, concédenos que, profesando la fe verdadera, reconozcamos la gloria
de la eterna Trinidad y adoremos la Unidad de su majestad omnipotente. Por
nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
El Señor es el Dios del cielo y de la tierra, y no
hay otro.
Del libro del Deuteronomio: 4, 32-34. 39-40
En aquellos días, habló Moisés al pueblo y le dijo:
"Pregunta a los tiempos pasados, investiga desde el día en que Dios creó
al hombre sobre la tierra. ¿Hubo jamás, desde un extremo al otro del cielo, una
cosa tan grande como ésta? ¿Se oyó algo semejante? ¿Qué pueblo ha oído, sin
perecer, que Dios le hable desde el fuego, como tú lo has oído? ¿Hubo algún
dios que haya ido a buscarse un pueblo en medio de otro pueblo, a fuerza de
pruebas, de milagros y de guerras, con mano fuerte y brazo poderoso? ¿Hubo
acaso hechos tan grandes como los que, ante sus propios ojos, hizo por ustedes
en Egipto el Señor su Dios?
Reconoce, pues, y graba hoy en tu corazón que el
Señor es el Dios del cielo y de la tierra y que no hay otro.
Cumple sus leyes y mandamientos, que yo te
prescribo hoy, para que seas feliz tú y tu descendencia, y para que vivas
muchos años en la tierra que el Señor, tu Dios, te da para siempre".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 32,4-5.6.9.18-19.20.22.
R/. Dichoso el pueblo escogido por Dios.
Sincera es la palabra del Señor y todas sus
acciones son leales. Él ama la justicia y el derecho, la tierra llena está de
sus bondades. R/.
La palabra del Señor hizo los cielos y su aliento,
los astros; pues el Señor habló y fue hecho todo; lo mandó con su voz y surgió
el orbe. R/.
Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su
bondad confían; los salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida. R/.
En el Señor está nuestra esperanza, pues él es
nuestra ayuda y nuestro amparo. Muéstrate bondadoso con nosotros, puesto que en
ti, Señor, hemos confiado. R/.
SEGUNDA LECTURA
Ustedes han recibido un espíritu de hijos en virtud
del cual podemos llamar Padre a Dios.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 8,
14-17
Hermanos: Los que se dejan guiar por el Espíritu de
Dios, ésos son hijos de Dios. No han recibido ustedes un espíritu de esclavos,
que los haga temer de nuevo, sino un espíritu de hijos, en virtud del cual
podemos llamar Padre a Dios.
El mismo Espíritu Santo, a una con nuestro propio
espíritu, da testimonio de que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos
también herederos de Dios y coherederos con Cristo, puesto que sufrimos con él
para ser glorificados junto con él. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Apoc 1, B
R/. Aleluya, aleluya.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Al
Dios que es, que era y que vendrá. R/.
EVANGELIO
Bauticen a las naciones en el nombre del Padre y
del Hijo y del Espíritu Santo.
Del santo Evangelio según san Mateo: 28, 16-20
En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a
Galilea y subieron al monte en el que Jesús los había citado. Al ver a Jesús,
se postraron, aunque algunos titubeaban.
Entonces, Jesús se acercó a ellos y les dijo:
"Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, y
enseñen a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y
del Espíritu Santo, y enseñándolas a cumplir todo cuanto yo les he mandado; y
sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador
del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo
Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los
siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado,
no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por
nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del
Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra
causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó
al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la
derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es
una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, a Dios, Padre entrañable, que por
Jesucristo nos ha revelado su amor y que escucha complacido los gemidos inefables
con que el Espíritu intercede por nosotros:
Para que Dios Padre, Creador todopoderoso del
Universo, lleve el mundo a su plenitud y haga nacer aquel cielo nuevo y aquella
tierra nueva que nos ha prometido, en la que la humanidad entera encontrará la
felicidad y podrá contemplar su rostro glorioso, roguemos al Señor.
Para que el Hijo Unigénito de Dios, que se hizo
hombre para desposarse con la Iglesia, infunda en ella un amor semejante al
suyo, como corresponde a su condición de esposa amada, roguemos al Señor.
Para que el Espíritu del Señor, que enriquece al
mundo con sus dones, sea padre para los pobres, consuelo para los tristes,
salud para los enfermos y fuerza para los decaídos, roguemos al Señor.
Para que los que conocemos el misterio de la vida
íntima de Dios, uno en tres Personas, tengamos celo para anunciarlo a quienes
lo desconocen, a fin de que también ellos encuentren gozo y descanso en Dios,
que se nos ha revelado como Padre, Hijo y Espíritu Santo, roguemos al Señor.
Dios altísimo, que has querido que en las aguas del
bautismo llegáramos a ser hijos en tu Hijo único, escucha al Espíritu que nos
hace clamar «Padre», y haz que, obedientes al mandato de tu Hijo, seamos
anunciadores de la salvación que ofreces a todos los pueblos. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Por la invocación de tu nombre, santifica, Señor,
estos dones que te presentamos y transfórmanos por ellos en una continua
oblación a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El misterio de la Santísima Trinidad.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y
salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno. Que con tu Hijo único y el Espíritu Santo, eres un solo
Dios, un solo Señor, no en la singularidad de una sola persona, sino en la
trinidad de una sola sustancia. Y lo que creemos de tu gloria, porque tú lo
revelaste, eso mismo lo afirmamos de tu Hijo y también del Espíritu Santo, sin
diferencia ni distinción. De modo que al proclamar nuestra fe en la verdadera y
eterna divinidad, adoramos a tres personas distintas, en la unidad de un solo
ser e iguales en su majestad. A quien alaban los ángeles y los arcángeles, y
todos los coros celestiales, que no cesan de aclamarte con una sola voz: Santo,
Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Ga 4, 6
Porque ustedes son hijos de Dios, Dios infundió en
sus corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: Abbá, Padre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la recepción de este sacramento y nuestra
profesión de fe en la Trinidad santa y eterna, y en su Unidad indivisible, nos
aprovechen, Señor, Dios nuestro, para la salvación de cuerpo y alma. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
Reconoce, pues, y graba hoy en tu corazón que el Señor es el Dios del cielo y de la tierra y que no hay otro.
Cumple sus leyes y mandamientos, que yo te prescribo hoy, para que seas feliz tú y tu descendencia, y para que vivas muchos años en la tierra que el Señor, tu Dios, te da para siempre". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
R/. Dichoso el pueblo escogido por Dios.
El mismo Espíritu Santo, a una con nuestro propio espíritu, da testimonio de que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos también herederos de Dios y coherederos con Cristo, puesto que sufrimos con él para ser glorificados junto con él. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
R/. Aleluya, aleluya.
Entonces, Jesús se acercó a ellos y les dijo: "Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, y enseñen a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándolas a cumplir todo cuanto yo les he mandado; y sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Amén.