Suyo es el
tiempo y la eternidad.
A él la
gloria y el poder, por los siglos de los siglos.
EL AÑO LITÚRGICO Y EL CALENDARIO
Remar Mar Adentro, pretende, como laicos comprometidos, presentar temas de reflexión para vivir el reino de Dios; levantando las anclas en una tarea asumida generosamente. Ricardo Huante Magaña
Suyo es el
tiempo y la eternidad.
A él la
gloria y el poder, por los siglos de los siglos.
EL AÑO LITÚRGICO Y EL CALENDARIO
EL FIN DESCONOCIDO
Is 63, 16-17. 19; 64, 2-7; 1 Cor 1,3-9; Mc 13,33-37
Un deseo y una advertencia. En el libro de Isaías encontramos una
súplica que el pueblo dirige al Señor, pidiéndole que se manifieste rasgando
los cielos y dando pruebas de su presencia salvadora. Los israelitas que sufren
los embates del destierro apelan a la fidelidad de Dios a quien juzgan su único
Padre y aliado. No encuentran otra salida a sus desgracias que el auxilio
divino. En el Evangelio de san Marcos, la invitación reiterada es a estar en
vela ante la incertidumbre relativa a la llegada del día del Señor. No se trata
de angustiarse ni dejarse amedrentar por el miedo al castigo. El Señor Jesús no
viene como un inquisidor decidido a fiscalizar nuestros fallos. Quien haya
vivido haciendo el bien, no tendrá de que preocuparse. Los servidores vigilantes
que cumplen su voluntad esperan confiadamente su venida.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 24, 1-3
A ti, Señor, levanto mi alma; Dios mío, en ti confío, no quede yo
defraudado, que no triunfen de mí mis enemigos; pues los que esperan en ti no
quedan defraudados.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Concede a tus fieles, Dios todopoderoso, el deseo de salir al encuentro
de Cristo, que viene a nosotros, para que, mediante la práctica de las buenas
obras, colocados un día a su derecha, merezcamos poseer el reino celestial. Por
nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Ojalá, Señor, rasgaras los cielos y bajaras.
Del libro del profeta Isaías: 63, 16-17.19; 64,2-7
Tú, Señor, eres nuestro padre y nuestro redentor; ése es tu nombre
desde siempre. ¿Por qué, Señor, nos has permitido alejarnos de tus mandamientos
y dejas endurecer nuestro corazón hasta el punto de no temerte? Vuélvete, por
amor a tus siervos, a las tribus que son tu heredad. Ojalá rasgaras los cielos
y bajaras, estremeciendo las montañas con tu presencia.
Descendiste y los montes se estremecieron con tu presencia. Jamás se
oyó decir, ni nadie vio jamás que otro Dios, fuera de ti, hiciera tales cosas
en favor de los que esperan en él. Tú sales al encuentro del que practica
alegremente la justicia y no pierde de vista tus mandamientos.
Estabas airado porque nosotros pecábamos y te éramos siempre rebeldes.
Todos éramos impuros y nuestra justicia era como trapo asqueroso; todos
estábamos marchitos, como las hojas, y nuestras culpas nos arrebataban, como el
viento.
Nadie invocaba tu nombre, nadie se levantaba para refugiarse en ti,
porque nos ocultabas tu rostro y nos dejabas a merced de nuestras culpas. Sin
embargo, Señor, tú eres nuestro padre; nosotros somos el barro y tú el
alfarero; todos somos hechura de tus manos. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 79, 2ac y 3b.
R/. Señor, muéstranos tu favor y sálvanos.
Escúchanos, pastor de Israel; tú, que estás rodeado de querubines,
manifiéstate, despierta tu poder y ven a salvarnos. R/.
Señor, Dios de los ejércitos, vuelve tus ojos, mira tu viña y vi sí
tala; protege la cepa plantada por tu mano, el renuevo que tú mismo cultivaste.
R/.
Que tu diestra defienda al que elegiste, al hombre que has fortalecido.
Ya no nos alejaremos de ti; consérvanos la vida y alabaremos tu poder. R/.
SEGUNDA LECTURA
Esperamos la manifestación de nuestro Señor Jesucristo.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 1,3-9
Hermanos: Les deseo la gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre,
y de Cristo Jesús, el Señor.
Continuamente agradezco a mi Dios los dones divinos que les ha
concedido a ustedes por medio de Cristo Jesús, ya que por él los ha enriquecido
con abundancia en todo lo que se refiere a la palabra y al conocimiento; porque
el testimonio que damos de Cristo ha sido confirmado en ustedes a tal grado,
que no carecen de ningún don, ustedes, los que esperan la manifestación de
nuestro Señor Jesucristo.
Él los hará permanecer irreprochables hasta el fin, hasta el día de su
advenimiento. Dios es quien los ha llamado a la unión con su Hijo Jesucristo, y
Dios es fiel. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 84, 8
R/. Aleluya, aleluya.
Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación. R/.
EVANGELIO
Velen, pues no saben a qué hora va a regresar el dueño de la casa.
Del santo Evangelio según san Marcos: 13, 33-37
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Velen y estén
preparados, porque no saben cuándo llegará el momento. Así como un hombre que
se va de viaje, deja su casa y encomienda a cada quien lo que debe hacer y
encarga al portero que esté velando, así también velen ustedes, pues no saben a
qué hora va a regresar el dueño de la casa: si al anochecer, a la medianoche,
al canto del gallo o a la madrugada.
No vaya a suceder que llegue de repente y los halle durmiendo. Lo que
les digo a ustedes, lo digo para todos: permanezcan alerta". Palabra del
Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino
no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede
del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y
gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa,
católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, al Señor y pidámosle confiadamente que despierte su
poder y venga a salvarnos. Digamos confiadamente: Ven Señor Jesús. (R/. Ven
Señor Jesús.)
Para que los fieles despierten del sueño de sus indolencias y reciban
con alegría la salvación que se acerca, roguemos al Señor.
Para que se afiance la paz en el mundo, y las riquezas de la creación
se transformen en instrumento de progreso y bienestar para todos los hombres,
roguemos al Señor.
Para que el Señor, con su venida, alivie los dolores de los enfermos,
dé paz y alegría a los que sufren en su espíritu y libre al mundo de sus males,
roguemos al Señor.
Para que nosotros mismos vivamos siempre alerta sin que las
preocupaciones de la vida nos impidan mantenernos en pie cuando llegue el Hijo
del hombre, roguemos al Señor.
Señor Dios, Padre y Redentor nuestro, que nunca olvidas la obra de tus
manos, escucha las plegarias de tu pueblo y no permitas que nos desviemos de tu
camino, sino que, como siervos responsables, vivamos siempre en vela,
aguardando el día de la venida de tu Hijo Jesucristo.
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, estos dones que te ofrecemos, tomados de los mismos
bienes que nos has dado, y haz que lo que nos das en el tiempo presente para
aumento de nuestra fe, se convierta para nosotros en prenda de tu redención eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Las dos venidas de Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno, por Cristo, nuestro Señor. El cual, al venir por vez primera en la
humildad de nuestra carne, realizó el plan de redención trazado desde antiguo y
nos abrió el camino de la salvación, para que cuando venga de nuevo, en la
majestad de su gloria, revelando así la plenitud de su obra, podamos recibir
los bienes prometidos que ahora, en vigilante espera, confiamos alcanzar. Por
eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales,
cantamos sin cesar el himno de su gloria:
Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 84, 13
El Señor nos mostrará su misericordia y nuestra tierra producirá su
fruto.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te pedimos, Señor, que nos aprovechen los misterios en que hemos
participado, mediante los cuales, mientras caminamos en medio de las cosas
pasajeras, nos inclinas ya desde ahora a anhelar las realidades celestiales y a
poner nuestro corazón en las que han de durar para siempre. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Los sucesos dolorosos que han sufrido numerosas familias nos han recordado una experiencia frecuentemente olvidada, a saber, la de la fragilidad de nuestra condición humana. Estamos de paso en este mundo y nuestra vida se asemeja a un soplo fugaz. No obstante, nos acostumbramos a esta existencia terrenal y se nos complica mirar con serenidad el día de nuestra partida. Dicha partida ha sido particularmente dolorosa para quienes la han enfrentado en soledad, sin el auxilio de la familia. De cualquier manera, cada persona enfrenta a solas su propia muerte. Quienes confesamos a Jesucristo resucitado como Señor de la vida tenemos que aprender a estar abiertos y esperanzados de que nuestra salida de esta vida es en realidad el tránsito necesario hacia la vida plena. Somos ciudadanos del cielo y vamos en calidad de forasteros por este mundo pasajero.
DISCURSO O ACCIÓN
Ez 34,11-12.15-17; 1 Cor 15, 20-26; Mt 25,31-46
El profeta Ezequiel desautoriza a los pastores que
ostentan el nombre de tales, mientras que en lugar de apacentar y defender a
las ovejas, se ocupan enfermizamente de sí mismos. El Señor Jesús es el
verdadero modelo de pastor, que no se conforma con presentarse como tal, sino
que honra su nombre, sirviendo hasta el límite de entregar su vida. Los
discípulos del genuino pastor tenemos que reproducir su opción fundamental,
vivir haciendo el bien, compadeciéndonos de los necesitados. No es suficiente
hablar en su nombre, ni declararse su seguidor, es indispensable ajustarse a
los valores evangélicos de la caridad compasiva y la solidaridad desinteresada.
Este relato evangélico nos recuerda que lo decisivo en la hora definitiva del
juicio ante el Padre no son las palabras persuasivas, sino las acciones
generosas y eficaces en favor de los demás. Eso es lo que nos acredita delante
del Señor Jesús.
ANTÍFONA DE ENTRADA Ap 5,12; 1,6
Digno es el Cordero que fue inmolado, de recibir
poder y la riqueza, la sabiduría, la fuerza y el honor. A El la gloria y el
imperio por los siglos de los siglos.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a
quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te
adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios
Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que quisiste
fundamentar todas las cosas en tu Hijo muy amado, Rey del universo, concede,
benigno, que toda la creación, liberada de la esclavitud del pecado, sirva a tu
majestad y te alabe eternamente. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Yo voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carneros
y machos cabríos.
Del libro del profeta Ezequiel: 34,11-12.15-17
Esto dice el Señor Dios: "Yo mismo iré a
buscar a mis ovejas y velaré por ellas. Así como un pastor vela por su rebaño
cuando las ovejas se encuentran dispersas, así velaré yo por mis ovejas e iré
por ellas a todos los lugares por donde se dispersaron un día de niebla y
oscuridad.
Yo mismo apacentaré a mis ovejas, yo mismo las haré
reposar, dice el Señor Dios. Buscaré a la oveja perdida y haré volver a la
descarriada; curaré a la herida, robusteceré a la débil, y a la que está gorda
y fuerte, la cuidaré. Yo las apacentaré con justicia.
En cuanto a ti, rebaño mío, he aquí que yo voy a
juzgar entre oveja y oveja, entre carneros y machos cabríos". Palabra de
Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 22, 1-2a. 2h-3. 5-6.
R/. El Señor es mi pastor, nada me faltará.
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes
praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis
fuerzas. R/.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis
adversarios; me unges la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes.
R/.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos
los días de mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin término. R/.
SEGUNDA LECTURA
Cristo le entregará el Reino a su Padre para que
Dios sea todo en todas las cosas.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los
corintios: 15, 20-26. 28
Hermanos: Cristo resucitó, y resucitó como la
primicia de todos los muertos. Porque si por un hombre vino la muerte, también
por un hombre vendrá la resurrección de los muertos.
En efecto, así como en Adán todos mueren, así en
Cristo todos volverán a la vida; pero cada uno en su orden: primero Cristo,
como primicia; después, a la hora de su advenimiento, los que son de Cristo.
Enseguida será la consumación, cuando, después de
haber aniquilado todos los poderes del mal, Cristo entregue el Reino a su
Padre. Porque él tiene que reinar hasta que el Padre ponga bajo sus pies a
todos sus enemigos. El último de los enemigos en ser aniquilado, será la
muerte. Al final, cuando todo se le haya sometido, Cristo mismo se someterá al
Padre, y así Dios será todo en todas las cosas. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mc 11. 9. 10
R/. Aleluya, aleluya.
¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
¡Bendito el reino que llega, el reino de nuestro padre David! R/.
EVANGELIO
Se sentará en su trono de gloria y apartará a los
unos de los otros.
Del santo Evangelio según san Mateo: 25, 31-46
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"Cuando venga el Hijo del hombre, rodeado de su gloria, acompañado de
todos sus ángeles, se sentará en su trono de gloria. Entonces serán congregadas
ante él todas las naciones, y él apartará a los unos de los otros, como aparta
el pastor a las ovejas de los cabritos, y pondrá a las ovejas a su derecha y a
los cabritos a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha: 'Vengan,
benditos de mi Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la
creación del mundo; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y
me dieron de beber, era forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron,
enfermo y me visitaron, encarcelado y fueron a verme'. Los justos le
contestarán entonces: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer,
sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de forastero y te hospedamos, o
desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y te fuimos a
ver?'. Y el rey les dirá: 'Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más
insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron'.
Entonces dirá también a los de la izquierda:
'Apártense de mí, malditos; vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y
sus ángeles; porque estuve hambriento y no me dieron de comer, sediento y no me
dieron de beber, era forastero y no me hospedaron, estuve desnudo y no me
vistieron, enfermo y encarcelado y no me visitaron'.
Entonces ellos le responderán: 'Señor, ¿cuándo te
vimos hambriento o sediento, de forastero o desnudo, enfermo o encarcelado y no
te asistimos?'. Y él les replicará: 'Yo les aseguro que, cuando no lo hicieron
con uno de aquellos más insignificantes, tampoco lo hicieron conmigo'. Entonces
irán éstos al castigo eterno y los justos a la vida eterna". Palabra del
Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador
del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo
Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los
siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado,
no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por
nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del
Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra
causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y
resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado
a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y
muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de
vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una
misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que
es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Dirijamos, llenos de confianza, nuestras súplicas a
Cristo, supremo Señor de la vida y de la muerte y rey de todas las creaturas
del cielo y de la tierra y digamos: Rey de la Gloria, escúchanos. (R/. Rey de
la gloria, escúchanos.)
Para que los pastores y fieles de la Iglesia se
esfuercen con celo para reconciliar al universo con Dios y en pacificar por la
sangre de la cruz de Jesucristo a todas las creaturas, roguemos al Señor.
Para que la semilla evangélica, escondida en las
diversas religiones y culturas, germine y se manifieste, y todos los hombres
reconozcan con gozo que Cristo es Señor, para gloria de Dios Padre, roguemos al
Señor.
Para que quienes aún viven bajo el dominio de la
ignorancia, el pecado o el sufrimiento sean trasladados al reino de Cristo y
encuentren el fin de sus penas, roguemos al Señor.
Para que los que hoy celebramos la solemnidad de
Cristo, Señor supremo del universo, a quien están destinadas todas las cosas,
participemos también un día en la herencia del pueblo santo, en el reino de la
luz, roguemos al Señor.
Dios todopoderoso y eterno, que, para edificar tu
reino en medio de los cambios y dificultades de la historia, has constituido a
tu Hijo rey único y pastor universal de todos los hombres, escucha nuestras
oraciones y afianza en nosotros la certeza de que llegará el día en que,
aniquilado el último enemigo, la muerte, Cristo, tu Hijo, someterá a ti su
reino, y tú lo serás todo para todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al ofrecerte, Señor, el sacrificio de la
reconciliación humana, te suplicamos humildemente que tu Hijo conceda a todos
los pueblos los dones de la unidad y de la paz. Él, que vive y reina por los
siglos de los siglos.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y
salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno. Porque has ungido con el óleo de la alegría, a tu Hijo
único, nuestro Señor Jesucristo, como Sacerdote eterno y Rey del universo, para
que, ofreciéndose a sí mismo como víctima perfecta y pacificadora en el altar
de la cruz, consumara el misterio de la redención humana; y, sometiendo a su
poder la creación entera, entregara a tu majestad infinita un Reino eterno y
universal: Reino de la verdad y de la vida, Reino de la santidad y de la
gracia, Reino de la justicia, del amor y de la paz. Por eso, con los ángeles y
los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de
tu gloria: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 28, 10-11
En su trono reinará el Señor para siempre y le dará
a su pueblo la bendición de la paz.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo recibido, Señor, el alimento de vida
eterna, te rogamos que quienes nos gloriamos de obedecer los mandamientos de
Jesucristo, Rey del universo, podamos vivir eternamente con él en el reino de
los cielos. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Dar de comer al desnudo, vestir al hambriento, acoger al extranjero aparece una y otra vez en este discurso final del Evangelio de San Mateo. La compasión y la empatía eficaz con los que sufren es el hilo conductor de la espiritualidad cristiana. No se trata de equiparar al camino cristiano con alguna ONG o con las instituciones filantrópicas de carácter laico. La fuente de esta vivencia radica en la experiencia de sabemos amados incondicionalmente por el Padre bueno. Cuando se vive en clave de memoria, se vive agradecidamente, devolviendo esos gestos de compasión y caridad a los miles de rostros de Jesucristo que encontramos a diario. Los excluidos, los desechables, los "outsiders" de la globalización se multiplican de manera incesante. No podemos desentendernos. De nada servirán las racionalizaciones ni excusas.
El 21 de noviembre, celebramos junto con toda la Iglesia, la Presentación
en el Templo de la niña Santa María.
Es en una antigua y piadosa tradición que encontramos los
orígenes de esta fiesta mariana que surge en el escrito apócrifo llamado
"Protoevangelio de Santiago". Este relato cuenta que cuando la Virgen
María era muy niña sus padres San Joaquín y Santa Ana la llevaron al templo de
Jerusalén y allá la dejaron por un tiempo, junto con otro grupo de niñas, para
ser instruida muy cuidadosamente respecto a la religión y a todos los deberes
para con Dios.
Históricamente, el inicio de esta celebración fue la dedicación
de la Iglesia de Santa María la Nueva en Jerusalén en el año 543. Estas fiestas
se vienen conmemorando en Oriente desde el siglo VI, inclusive el emperador
Miguel Comeno cuenta sobre esto en una Constitución de 1166.
Más adelante, en 1372, el canciller en la corte del Rey de
Chipre, habiendo sido enviado a Aviñón, en calidad de embajador ante el Papa
Gregorio XI, le contó la magnificencia con que en Grecia celebraban esta fiesta
el 21 de noviembre. El Papa entonces la introdujo en Aviñón, y Sixto V la
impuso a toda la Iglesia.
DOMINGO XXXIII DEL TIEMPO ORDINARIO Ciclo A
Domingo 15 de noviembre 2020
CADA UNO SEGÚN SU CAPACIDAD
Prov 31.10-13. 19-20.30-31; 1 Tes 5,1-6; Mt
25,14-30
Tres empleados reciben diversas cantidades de manos
de su amo. Mientras que uno recibe cinco millones, otro recibe dos y el último
apenas un millón. Inequidad y discriminación podrían haber alegado quienes
recibieron menos. El relato evangélico no pone el acento en el igualitarismo,
sino en la equidad. Cada quien recibe responsabilidades dependiendo de las
capacidades. No se pueden encargar tareas delicadas a personas incompetentes
por afán de practicar la equidad. Lo que cuenta según la parábola es que cada
quien descubra sus competencias y talentos y los haga fructificar,
multiplicando así las oportunidades de vida digna. La inoperancia, la pasividad
y la improductividad no son conformes al espíritu cristiano. Somos
administradores de los bienes de la creación y debemos asegurar un manejo
sustentable que garantice aire, agua, suelo limpio para todos los que vendrán
después de nosotros.
ANTÍFONA DE ENTRADA Jr 29, 11. 12. 14
Yo tengo designios de paz, no de aflicción, dice el
Señor. Ustedes me invocarán y yo los escucharé y los libraré de la esclavitud
donde quiera que se encuentren.
GLORIA
Gloria
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a
quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te
adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios
Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor, Dios nuestro, alegrarnos siempre
en tu servicio porque la profunda y verdadera alegría está en servirte siempre
a ti, autor de todo bien. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Trabaja con sus hábiles manos.
Del libro de los Proverbios: 31, 10-13.19-20. 30-31
Dichoso el hombre que encuentra una mujer
hacendosa: muy superior a las perlas es su valor.
Su marido confía en ella y, con su ayuda, él se
enriquecerá; todos los días de su vida le procurará bienes y no males.
Adquiere lana y lino y los trabaja con sus hábiles
manos.
Sabe manejar la rueca y con sus dedos mueve el
huso; abre sus manos al pobre y las tiende al desvalido.
Son engañosos los encantos y vana la hermosura;
merece alabanza la mujer que teme al Señor. Es digna de gozar del fruto de sus
trabajos y de ser alabada por todos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 127,1-2.3.4-5.
R/. Dichoso el que teme al Señor.
Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos:
comerá del fruto de su trabajo, será dichoso, le irá bien. R/.
Su mujer como vid fecunda, en medio de su casa; sus
hijos, como renuevos de olivo, alrededor de su mesa. R/.
Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor:
"Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén,
todos los días de tu vida". R/.
SEGUNDA LECTURA
Que el día del Señor no los sorprenda como un
ladrón.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los
tesalonicenses: 5, 1-6
Hermanos: Por lo que se refiere al tiempo y a las
circunstancias de la venida del Señor, no necesitan que les escribamos nada,
puesto que ustedes saben perfectamente que el día del Señor llegará como un
ladrón en la noche. Cuando la gente esté diciendo: "¡Qué paz y qué
seguridad tenemos!", de repente vendrá sobre ellos la catástrofe, como de
repente le vienen a la mujer encinta los dolores del parto, y no podrán escapar.
Pero a ustedes, hermanos, ese día no los tomará por
sorpresa, como un ladrón, porque ustedes no viven en tinieblas, sino que son
hijos de la luz y del día, no de la noche y las tinieblas.
Por lo tanto, no vivamos dormidos, como los malos;
antes bien, mantengámonos despiertos y vivamos sobriamente.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 15, 4. 5
R/. Aleluya, aleluya.
Permanezcan en mí y yo en ustedes, dice el Señor;
el que permanece en mí da fruto abundante. R/.
EVANGELIO
Porque has sido fiel en cosas de poco valor, entra
a tomar parte en la alegría de tu señor.
Del santo Evangelio según san Mateo: 25, 14-30
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta
parábola: "El Reino de los cielos se parece también a un hombre que iba a
salir de viaje a tierras lejanas; llamó a sus servidores de confianza y les
encargó sus bienes. A uno le dio cinco millones; a otro, dos; y a un tercero,
uno, según la capacidad de cada uno, y luego se fue.
El que recibió cinco millones fue enseguida a
negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó
otros dos. En cambio, el que recibió un millón hizo un hoyo en la tierra y allí
escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo regresó aquel hombre y
llamó a cuentas a sus servidores. Se acercó el que había recibido cinco
millones y le presentó otros cinco, diciendo: 'Señor, cinco millones me
dejaste; aquí tienes otros cinco, que con ellos he ganado'. Su señor le dijo:
'Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco
valor, te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de
tu señor'.
Se acercó luego el que había recibido dos millones
y le dijo: 'Señor, dos millones me dejaste; aquí tienes otros dos, que con
ellos he ganado'. Su señor le dijo: 'Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto
que has sido fiel en cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor.
Entra a tomar parte en la alegría de tu señor'.
Finalmente, se acercó el que había recibido un
millón y le dijo: 'Señor, yo sabía que eres un hombre duro, que quieres
cosechar lo que no has plantado y recoger lo que no has sembrado. Por eso tuve
miedo y fui a esconder tu millón bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo'.
El señor le respondió: 'Siervo malo y perezoso. Sabías
que cosecho lo que no he plantado y recojo lo que no he sembrado. ¿Por qué,
entonces, no pusiste mi dinero en el banco para que, a mi regreso, lo recibiera
yo con intereses? Quítenle el millón y dénselo al que tiene diez.
Pues al que tiene se le dará y le sobrará; pero al
que tiene poco, se le quitará aun eso poco que tiene. Y a este hombre inútil,
échenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación' ".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador
del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo
Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los
siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado,
no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por
nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del
Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra
causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y
resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado
a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y
muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de
vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una
misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que
es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras
súplicas y acoja con bondad nuestras peticiones, digamos con fe y devoción: Te
rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
Para que el Señor, el único que puede inspirar y
llevar a término los buenos propósitos, multiplique el número de fieles que,
abandonando todas las cosas, se consagren exclusivamente a él en la vida
religiosa, roguemos al Señor.
Para que Dios, al que han de servir los poderes
humanos, conceda a los jefes de las naciones, buscar la voluntad divina, temer
a Dios en el cumplimiento de su misión y acertar en sus decisiones, roguemos al
Señor.
Para que Dios, que ha creado los alimentos para los
seres vivos, mire con misericordia a las creaturas que en distintos lugares
pasan hambre y les conceda el alimento necesario, roguemos al Señor.
Para que el Señor, que nos ha dado el mandamiento
nuevo del amor, nos dé fuerza para amar a nuestros enemigos y para cumplir su
precepto de devolver bien por mal, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que has confiado al hombre los bienes
de la creación y de la gracia, escucha nuestras oraciones y haz que nuestro
trabajo multiplique los dones que tu providencia ha puesto a nuestra
disposición; que siempre estemos atentos y en vela, mientras esperamos el
regreso de tu Hijo, de manera que podamos alegrarnos de que en el último día
nos llame servidores fieles y cumplidores, buenos y de toda confianza, y
entremos así en el gozo de tu reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, que estas ofrendas que ponemos
bajo tu mirada, nos obtengan la gracia de vivir entregados a tu servicio y nos
alcancen, en recompensa, la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio Pascual y el Pueblo de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y
fuente de salvación darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, por
su Misterio Pascual, realizó la obra maravillosa de llamamos de la esclavitud
del pecado y de la muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real,
nación consagrada, pueblo de tu propiedad, para que, trasladados por ti de las
tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas. Por eso
con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos
sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna
en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 72, 28
Mi felicidad consiste en estar cerca de Dios y en
poner sólo en él mis esperanzas.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Al recibir, Señor, el don de estos sagrados
misterios, te suplicamos humildemente que lo que tu Hijo nos mandó celebrar en
memoria suya, nos aproveche para crecer en nuestra caridad fraterna. Por
Jesucristo, nuestro Señor.